En el 2018 se celebró el Tercer Centenario de la Ermita, y continúa en la parte alta de la misma la original exposición conmemorativa que pudimos recorrer ayer con SIEMA Matritensis. Así que me he animado a contaros un poco más la historia y curiosidades de esta famosa ermita. La idea partió de Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre, más conocido como Marqués de Vadillo. Gozaba de gran prestigio en la corte por los servicios prestados a Felipe V y es considerado como el mejor corregidor de Madrid durante el reinado del primer Borbón. Encargó a Pedro de Ribera la reforma de la explanada junto al río Manzanares, situada entre el Puente de Segovia y el Reservado de la Casa de Campo, justo en frente del Palacio Real (Alcázar Austria). En un principio pensó en Teodoro Ardemans para la realización de las obras, pero como éste estaba muy liado con obras en los sitios reales, se prefirió al recién nombrado "alarife", Pedro de Ribera, discípulo de Ardemans. Ribera realizó el proyecto de ese Paseo Nuevo, como entonces se llamaba al Paseo de Virgen del Puerto. La reforma era amplia: obras de urbanización e ingeniería, para explanar el terreno, hacer conducciones de agua, etc. Pero también obras de embellecimiento estético, como jardines, pabellones o fuentes. En el marco de esas obras se construyó la famosa Ermita de Virgen del Puerto. No existía el muro que la rodea hoy en día, sino que se veía desde ella una bonita perspectiva de todo Madrid, con el Palacio Real al fondo, rodeada por el camino, el río y jardines. El Marqués de Vadillo era un hombre muy recto y con una gran preocupación social. Decidió que la gran multitud de lavanderas que acudía a la zona tuviera un lugar de recogimiento y descanso donde rezar. Para ello costeó la ermita de su propio dinero, encargando a dos capellanes y un sacristán su custodia.
Juego de cubiertas en la ermita (Foto SIEMA Matritensis)
Lateral (Foto SIEMA Matritensis)
Ante la fachada principal con el grupo de SIEMA Matritensis
(Foto SIEMA Matritensis)
Constituye una de sus primeras grandes obras en Madrid(construída entre 1718-20) y el Marqués quedó tan satisfecho que luego le nombraría Maestro Mayor de las obras de Madrid, de sus fuentes y de sus viajes de agua a la muerte de Ardemans. Pedro de Ribera se nos muestra como un arquitecto de transición en esta ermita, entre la arquitectura sobria y estática de los Austrias y el nuevo barroco cortesano que está llegando. Pero el estilo de Pedro de Ribera no gustaba en la corte, ni al rey Felipe V, pero si apasionaba a la nobleza de Madrid, así como a las órdenes religiosas. Exteriormente la ermita adquiere la apariencia de un pabellón de parque, por los muros y la caída de las cubiertas. Los muros son de ladrillo y utiliza la piedra en las molduras que adornan puertas y ventanas. Logra gran movimiento es esas cubiertas de teja y pizarra. La fachada principal da al lado del palacio. Para las formas de la ermita el arquitecto se inspiró en la Torre de la Parada del Pardo y en otras ermitas existentes en los jardines del Retiro.
Torre de la parada (Anónimo madrileño s XVII)
Ermita de San Antonio en el Retiro, dibujo en la exposición
(Foto SIEMA Matritensis)
Pedro de Ribera une la portada con el balcón por medio de baquetones y decoración vegetal, son esas molduras suyas que recuerdan a los tallos de las plantas y que siguen las líneas arquitectónicas. Las dos pequeñas puertas laterales, así como las ventanas elípticas presentan también molduras que las adornan. Como es una ermita dedicada a la Virgen encontramos iconografía mariana (veneras o el escudo del Ave María encima del balcón principal).Destacan en él las líneas curvas y los elementos de la naturaleza, como si fuera el Gaudí de la época (conchas, baquetones como tallos, hojas, guirnaldas, frutas, etc..). En las esquinas las torres, cuyas cubiertas también suelen ser curvas. Incluso, por la parte trasera del edificio, se perciben dos construcciones curvas de ladrillo que se corresponden a las capillas circulares situadas a ambos lados del presbiterio.
El Marqués de Vadillo, por Miguel Jacinto Melendez. Uno de los pocos retratos que tenemos de nuestro personaje. Museo de Historia de Madrid (Foto SIEMA Matritensis)
Nada más entrar encontramos dos lápidas en las paredes. La de la izquierda nos recuerda la construcción de la ermita y, la de la derecha, es un escudo precioso en piedra del Marqués de Vadillo. En planta dibuja un corredor que comunica la entrada principal con el octógono que configura todo el recinto interior; en el vestíbulo se sitúan escaleras paralelas que establecen comunicación con la tribuna. La planta es centralizada octogonal y está cubierta con cúpula ochavada con linterna. Desde el exterior nada nos indica el dinamismo y exhuberante decoración que nos vamos a encontrar en el interior. El orden gigante compuesto recorre los muros del interior, como se aprecia en la siguiente imagen. Encima de las grandes pilastras, los modillones pareados llenos de decoración vegetal. Luego una línea de cornisa partida y en movimiento. Encima pequeñas pilastras que soportarán la cubierta. En realidad podemos contemplar el juego de dos líneas de cornisa, una más sencilla anterior al arranque de la cubierta y, otra, un entablamento con quiebros y más decorado, situado más abajo.
Esquina donde se percibe el juego de la decoración de estuco y
quiebros de las cornisas (Foto SIEMA Matritensis)
Coro y tribunas a los piés (Foto SIEMA Matritensis)
Detalle de los elaborados estucos (Foto SIEMA Matritensis)
Vista desde arriba de altar mayor y tribunas (Foto SIEMA Matritensis)
Interior de la cúpula (Foto SIEMA Matritensis)
Presenta un gran altar mayor y dos pequeños retablos laterales. Durante la Guerra Civil la ermita y construcciones aledañas sufrieron mucho: incendios, robo de maderas, etc. Se perdió el original de Ribera, pero el retablo actual es una fiel reconstrucción, ya que se conservaba todo el proyecto de Ribera y se siguió al pie de la letra. Es una maravilla contemplar este retablo de Ribera realizado para dentro de una iglesia. Es de madera policromada con muchísimo dorado. Separando los compartimentos con guirnaldas vegetales; el sagrario es un óculo de luz que abren unos ángeles. Tanto en los retablos como en toda la ermita se ven las cabezas de angelitos tan propias de Pedro de Ribera. Justo encima del sagrario la Virgen entre unos estípites decorados. Es una Virgen sedente en actitud de dar el pecho al Niño Jesús. El Marqués de Vadillo le tenía mucha devoción a esta Virgen de Plasencia, su tierra natal. Además, pidió ser enterrado a los piés del altar, delante de Nra Señora. Todavía hoy se puede ver la lápida funeraria en mármol gris del corregidor madrileño. Gracias al material recogido en la exposición del III Centenario podemos ver el retablo que ocupaba el altar mayor tras la reconstrucción después de la Guerra Civil: este retablo de 1959, sólo rodeaba a la hornacina de la Virgen sin más. Nosotros incluso hemos podido subir detrás, al camarín de la Virgen y ver la decoración y profundidad del de Ribera desde arriba y desde su parte interior.
Retablo de Ribera restaurado en el 2000 (Foto SIEMA Matritensis)
Detalle de la parte del Sagrario (Foto SIEMA Matritensis)
Camarín de la Virgen desde su parte de atrás (Foto SIEMA Matritensis)
Sala del camarín de la Virgen con sus trajes (Foto SIEMA Matritensis)
Uno de los mantos más antiguos para la Virgen del Puerto, realizado por
las monjas Salesas, s.XVIII (Foto SIEMA Matritensis)
Foto del altar mayor con el retablo que había en 1951
(Foto SIEMA Matritensis)
Tumba del Marqués de Vadillo frente al altar (Foto SIEMA Matritensis)
Pedro de Ribera aúna en su persona las facetas de arquitecto y escultor, como ya se aprecia en esta obra primeriza. Los retablos laterales no son de él y son mucho más esquemáticos. Todos los retablos se reconstruyeron en la década de los 40. En 1945 la ermita fue declarada monumento nacional. Hoy en día se ve mucho mejor al destacarse su silueta con las obras de soterramiento de la M 30 y aparecer esta preciosa ermita en medio del paseo de Madrid Rio, justo al lado del Puente de Segovia. Recordar que para sustento de la ermita en esta zona de población pobre y lavanderas, se la dotó de una fuente y, más tarde, se construyeron edificios anexos para alquilar. Todo ello se ve en el magnífico reportaje de la exposición situada en las dependencias altas de la ermita. Al recorrerlas no sólo nos admira la pericia constructiva de Pedro de Ribera y esas curvas marcadas dentro de un exterior totalmente recto, sino el ambiente y forma de vida de las lavanderas,cada una con el sitio marcado por su caja. Además, animo al visitante a pedir cita para visitarla por dentro, con los datos que os dejo sacados de la puerta. Paco, el guía de la ermita es un auténtico libro abierto. O también pueden venir mañana, viernes 22 con nosotros en una visita guiada. Hasta ahora, en todas las visitas que hace SIEMA, tanto de empresa como individuales, por el entorno de Madrid Rio hemos conseguido verla por dentro. Para cualquier cosa se pueden poner en contacto por medio del blog o en el facebook de SIEMA Matritensis o Twitter@siemamadencanto y estaremos encantados de recibir sus opiniones. Ya saben que la web es solo información general, ya que los programas se personalizan al máximo.
Maribel Piqueras
Escalera de caracol para acceder a la parte alta (Foto SIEMA Matritensis)
Retablo lateral de la Virgen (Foto SIEMA Matritensis)
Retablo del Cristo y la Soledad desde arriba (Foto SIEMA Matritensis)
Llaves originales de la ermita, cuya reja del sXVIII todavía conserva
(Foto SIEMA Matritensis)
Daños en la Guerra Civil. Foto de la exposición (SIEMA Matritensis)
Casas que alquilaban junto al muro (Foto SIEMA Matritensis)
Detalle de la ermita enfoscada y casas tomada de la exposición
(Foto SIEMA Matritensis)
Tras la Guerra Cívil ( Foto Pinterest)
Lavaderas con los cajones (Foto de la exposición. SIEMA Matritensis)
Lavaderos en 1910 en la zona. Exposición (Foto SIEMA Matritensis)
Útiles de lavandera (Foto SIEMA Matritensis)
Cartel del centenario (Foto SIEMA)
Información para visitas guiadas (Foto SIEMA Matritensis)