martes, 26 de noviembre de 2013

Iglesia de San Sebastián y Palacio Tepa

En este recorrido de Madrid con encanto nos vamos a centrar hoy en la pequeña, pero muy sustanciosa, calle de San Sebastián. Es una calle que arranca en Atocha y desemboca en la Plaza del Ángel, en el Barrio de las Letras. El primer monumento que llama nuestra atención es el gran edificio de la Iglesia de San Sebastián. Esta iglesia es monumento nacional, no por las obras de arte atesoradas, sino por su impresionante archivo, ya que fue la parroquia de este Barrio de las Letras, por tanto la iglesia donde acudían todos esos escritores, compositores de teatro y artistas. Unas placas en la entrada recuerdan los famosos que se bautizaron aquí, los matrimonios celebrados(por ejemplo, Claudio Coello, José de Churriguera, Larra, Federico Madrazo, Zorrilla, Modesto la Fuente, Fortuny, Canalejas, Menéndez Pidal, Buero Vallejo, entre otros) y los funerales de literatos como Cervantes o Lope.

Matrimonios en la placa de la entrada (SIEMA Matritensis)

Funerales (SIEMA Matritensis)

Desde el s.XVI hasta la Guerra Civil fue la iglesia de moda, la preferida por los artistas, su parroquia, como queda reflejado en tantos documentos del archivo. El nombre se debe a una antigua ermita que existía en esta calle de Atocha y que estaba dedicada a San Sebastián. Durante el s.XVI la calle de Atocha consistía en una amplía avenida, apenas sin edificaciones, pero con grandes extensiones de huertas y arbolados que aprovechaban los conventos y hospitales que se construyeron por la zona. Además, era el camino utilizado para ir desde el centro de la ciudad hasta el venerado Santuario de Nra Señora de Atocha. Aquí se fundó una primitiva iglesia de San Sebastián en 1541, siendo demolida en 1550. Antonio Sillero será el encargado de construir otra nueva, cuyos trabajos duraron entre 1554-1578. A finales del s.XVI se realizaron algunas ampliaciones y,e n 1612, Lucas Hernández construiría la gran torre campanario que todavía se ve en las fotografías de antes de la reforma del s.XX

                              
En esta imagen se puede ver la iglesia de aspecto barroco, con sus cúpulas y gran torre y, enfrente, el Palacio de Tepa, con su rectangular fachada y sus dos pequeños patios. Pero durante la Guerra Civil sufrió mucho, en le verano del 36 unos grupos radicales y anticlericales la saquearon y quemaron su interior. Por si esto fuera poco, la aviación franquista soltó una bomba (en la curiosa fecha del 20 de Noviembre del 36 ) que la terminó de destrozar. Sólo quedó en pié la cabecera, la capilla de Belén o los arquitectos, la torre campanario y la fachada de Atocha, que es por donde se entra habitualmente: de aspecto muy sobrio, con un arco clásico de medio punto.. Desde el exterior se aprecia la diferencia entre la parte antigua original y la nueva de la reforma de los años 50, que es como una compacta mole donde se contraponen diversos volúmenes.

Imagen antigua de San Sebastián, con un primer plano del cementerio, la cúpula que cubría el crucero y la torre campanario ( foto de Urbanity). Hoy por ese mismo lado de la calle San Sebastián se tiene esta otra imagen:
Imagen de SIEMA Matritensis

Es la nueva entrada que se colocó para su inauguración en 1959. A la derecha se mantiene el arranque en ladrillo de la torre barroca, donde colocaron luego una espadaña con campana. Imita una fachada-retablo de las que hacían Churriguera o Ribera con una escultura en hornacina representado a San Sebastián. Según nos adentramos en su interior, percibimos que la parte situada a la derecha es la más antigua. La joya arquitectónica de la iglesia es la Capilla de Belén o de los Arquitectos. La antigua cofradía de Belén era a la que pertenecían los arquitectos. La anterior Capilla de Belén de 1693 fue remodelada por Ventura Rodriguez entre 1766-68 y se conserva muy bien. Maravillosas líneas, movimiento y estucos barrocos aprendidos por Ventura de la mano de Sachetti en las obras del Palacio Real de Madrid, ya que Ventura Rodriguez conocía al dedillo las obras de Bernini y Borromini sin haber pisado nunca Italia. 

                                 Decoración de la cúpula de la capilla de los arquitectos (SIEMA Matritensis) 


Imágenes de los pilares y el frente de la Capilla de los Arquitectos (SIEMA Matritensis)
En estas dos imágenes se aprecia el interior de la Capilla de Belén o de los Arquitectos, que siempre está protegida por una reja y cristal. En ella la planta de cruz latina se cubre con cúpula con linterna sobre pechinas. También con un gran tambor donde se abren grandes ventanas. Las naves las recorren esos pilares de capitel compuesto y una gran cornisa clásica con líneas que se quiebran. Todas las bóvedas se cubren con casetones de flores y numerosos estucos, con guirnaldas, frutos o ángeles. Al fondo hay un mural moderno de José Vaquero, representando "La huída a Egipto". Aquí están las tumbas de Ventura Rodriguez (que se enterró primero en la Iglesia de San Marcos y luego lo trasladaron aquí) y de Juan de Villanueva.
Capilla del Sagrado Corazón o del Sagrario (SIEMA Matritenis)

Esta Capilla del Sagrado Corazón también responde a una estructura de Sillero del s.XVI, aunque con añadidos en el s.XVII y s XVIII. La preside una talla de Sagrado Corazón moderno y un original sagrario diseñado por el arquitecto Francisco Íñiguez Almech. De sus paredes cuelgan lienzos del s.XVII, como la "Immaculada" de Mateo Cerezo, un "San Jerónimo penitente" de Pereda, o una "Adoración de la Eucaristía" (también del s.XVII). Justo en frente de la Capilla de los Arquitectos se encuentra la bonita Capilla de Nra Sra de la Misericordia, como se puede ver en la imagen siguiente: 

                            Imagen de Nra Señora de la Misericordia (SIEMA Matritensis)

Esta capilla está presidida por un retablo y una escultura moderna (ya que la original la destrozaron en la Guerra Civil ), pero que conservan las vestimentas originales. Alrededor de la imagen cuelgan dos bonitos lienzos de Lucas Giordan, uno representa "La Presentación en el templo" y otro "La circuncisión de Jesús":
Presentación en el templo, Lucas Giordan (SIEMA Matritensis)

Circuncisión, Lucas Giordano (SIEMA Matritensis)

Dejamos esas capillas antiguas y nos metemos en la parte nueva, construida en los años 40 y 50, siguiendo el proyecto de Francisco Íñiguez Almech. La nueva iglesia tiene enormes proporciones y planta centralizada, con forma ochavada. A los pies sitúa el coro y órgano. El altar mayor hace juego con los cuatro pequeños altares que se sitúan en los grandes pilares. Todo el majestuoso altar mayor y sagrario es obra de los Talleres Granda:
Vista del altar mayor (SIEMA Matritensis)

Arriba una vitrina con el Espíritu Santo, después el original Calvario, con la Virgen y San Juan sedentes, adaptándose a la forma del arco. En la hornacina la escultura de San Sebastián, copia de la que Berruguete había realizado para el convento de San Benito en Valladolid. La verdad es que no entiendo la vinculación de San Sebastián con el mundo de los artistas, quizás la razón hay que buscarla en que es considerado como el "Apolo cristiano" y, así como Apolo representa la belleza y las artes, pues también San Sebastián. Querría contaros ahora algunas notas biográficas sobre este santo. Nació en el año 256 en Narbona (Francia), pero se educó en Milán. Era muy guapo y de buena constitución física, además de inteligente y bondadoso. En seguida adquirió un cargo importante en el ejército romano como Tribuno de la primera cohorte de la guardia pretoriana, aunque nunca participaba en los sacrificios paganos. Comenzó a animar a sus amigos militares a hacerse cristianos como él y buscar al Dios verdadero, así que le denunciaron y fue condenado a morir a saetazos. Ese sería su primer intento de martirio y la imagen iconográfica que tenemos de él: joven, imberbe, de bello cuerpo, atado a un árbol, en posición de escorzo, desnudo y cubierto de flechas. Los soldados le dieron por muerto y le abandonaron, curándole Sta. Irene(noble y esposa de Cástulo) y otras santas mujeres. San Sebastián siguió con su labor de apostolado y le volvieron a detener para matarle a latigazos romanos en el 288. Fue enterrado en la Vía Apia, en la catacumba de su mismo nombre. En esta parte nueva de la iglesia cuelgan muchas obras sobre el martirio de San Sebastián, como los lienzos de Lucas Giordan (" Preparación del martirio de San Sebastián" y "Martirio de San Sebastián").

" Preparación del martirio de San Sebastián" (SIEMA Matritensis)

Cúpula con modernos evangelistas en las pechinas del escultor Cruz Collado(SIEMA Matritensis)

La gran cúpula de la iglesia nos recuerda a las de nervios estrellados árabes, pero aquí se abre un óculo en el punto donde se cruzan. Proporciona mucha luz. En las pechinas esculturas de los evangelistas, realizadas por Cruz Collado. Artista muy premiado, que realizó las esculturas de San Sebastián de la fachada, así como los evangelistas de las pechinas. Encima de cada una de ellas, su símbolo en estuco rodeado de alas. 

Retablo de la pasión y los siete dolores de María (SIEMA Matritensis)

Hay cuatro pequeños retablos, junto al altar mayor estarían este, con un crucificado moderno y una Soledad, escultura del s.XIX de las de vestir, y otro de un San José (copia del de Adan en San Ginés). Hacía los pies, el de la madre Maravillas de Jesús, que se bautizó en esta iglesia y el de la Cofradía de la Novena, en el que me detendré más:

Placa que recuerda la congregación de la Virgen de la Novena, cuya capilla como tal no existe
en la actualidad, pero si un retablo y recuerdo (SIEMA Matritensis)


Lienzo con de la Virgen de la Novena, llamado así por la curación de la madre de una actriz tras una novena al lienzo original, cuando estuvo colocado en la calle de Santa María (SIEMA Matritensis)

Estas dos imágenes pertenecen a la Congregación de la Virgen de la Novena: un bonito Nacimiento en un bello marco y con columnas donde aparecen un santo y un obispo portando sendas máscaras. Es la patrona de los actores españoles y esta congregación se fundó ya en el s.XVII. Además, en la iglesia de San Sebastián también tuvieron su sede las cofradías de la Soledad y de la Pasión, encargadas de las representaciones en los corrales de comedias y antiguos teatros. 

Otras obras que se pueden contemplar aquí son el cuadro del "Ángel de la Guarda" (1890), un bello Nacimiento y un San Fernando. Así como el bonito crucifijo de márfil que hay en la sacristía. Respecto al ángel de la guarda hay que recordar la vecina plaza del Ángel, que debe su nombre a un lienzo que representaba al ángel de la guarda y que procedía de la derruida Iglesia de San Felipe Neri. Una vecina lo tuvo en su casa muchos años.
Angel de la Guarda, 1890 (SIEMA Matritensis)


Crucifijo de marfil en la sacristía (SIEMA Matritensis)

Vista del coro alto y los retablos a los pies de la iglesia (SIEMA Matritensis)

A la calle de San Sebastián daba el antiguo cementerio de la iglesia, donde estuvieron enterrados famosos escritores, como Lope de Vega, según recuerda también esta placa en el interior de la iglesia
Recuerdo de la tumba de Lope de Vega (SIEMA Matritensis)

Por eso se le conocía como "el cementerio de los cómicos". Cerrado el camposanto y trasladados los cuerpos a la iglesia, en su lugar se creó en 1889 la actual floristería del Jardín del Ángel. La familia Martín la regentó y hoy la lleva Pilar Vigara. Es un local de mucho encanto, que conserva sus antiguas puertas de finas columnas de hierro y cristal, con techumbre de madera, una original fuente. Además, la belleza de sus plantas y flores enmarcadas con bisutería, pañuelos, cuadros y bellas leyendas escritas. Aquí os añado algunas imágenes que sacamos de su interior:


Imágenes de la floristeria (SIEMA Matritensis)

Dejo para el final de la entrada la otra joya de esta calle, el Palacio Tepa. Donde hoy se levanta el esplendoroso Palacio Tepa, existió en el s.XVII una casa-palacio construida en este solar por Francisco González Heredia. En los bajos de esa casona se encontraba la Fonda de San Sebastián, lugar de reunión de escritores e ilustrados famosos como Moratín o Jovellanos. Estos terrenos fueron adquiridos por el Conde de Tepa, Francisco Leandro de Viana, que estaba casado con la Marquesa de Prado Alegre. Era un hombre rico, culto e ilustrado, con gran preocupación por las ciencias y las artes. Llegó a tener una de las mejores bibliotecas de la época. El Conde de Tepa adquirió fama desempeñando varios puestos en las provincias de Ultramar, como fiscal de la Audiencia de Manila y, posteriormente, Oidor de la Audiencia del Virreinato de México. A su regreso a la Península también ocupó el cargo de Primer Ministro del Consejo y Cámara de Indias. Ya en 1792 encargó al arquitecto y académico, Jorge Durán (seguidor de las ideas de Juan de Villanueva), la construcción de su nuevo palacio. Las obras se iniciaron en 1797 y se terminaron en 1808. También se sabe que Juan de Villanueva, que era entonces el arquitecto mayor de la Villa colaboró en el diseño de la fachada, que tanto nos recuerda al de la cercana Academia de la Historia, también realizado por Villanueva (con el nombre de antiguo Rezado):

Entrada principal neoclásica (SIEMA Matritensis)

El palacio presenta tres fachadas, que dan a la calle Atocha y Plaza del Ángel las más estrechas, y esta más larga a la calle de San Sebastián, donde se sitúa la entrada principal. Consta de planta rectangular con dos pequeños patios en su interior. La planta baja presenta esas grandes puertas, que hoy están cerradas con cristales, pero que originariamente eran soportales abiertos para locales comerciales u otros usos. Toda ella está recorrida por un zócalo de granito y luego muros de ladrillo con las puertas enmarcadas por piedra. La entrada principal se destaca con esos sillares de granito y modillones sujetando una gran balconada. El resto de la fachada presenta muros de ladrillo y solo piedra en el enmarque de los balcones de lo que era la planta noble. Arriba pequeñas ventanas nos limitan con la gran cornisa y cubiertas. Hoy en día es el Hotel NH Palacio Tepa, de cinco estrellas, con un ambiente íntimo, acogedor y de lujo. Dispone salas para eventos y reuniones de trabajo y anexo está el restaurante Estado Puro de esta cadena hotelera. Se inauguró en el 2010, después de un trabajo de restauración enorme llevado a cabo por los arquitectos Javier Feduchi Benlliure y Wermer Durel. Este equipo de arquitectos supo mantener el patrimonio decimonónico que encontraron, no solo en la fachada, sino en los patios y galerías superiores, como vemos en estas tres fotos cedidas por NH:




Gracias a la amabilidad de Juan José González, el guest relation manager, disponemos de más información sobre el palacio y de estas preciosas imágenes que hubiera sido imposible sacar por nosotros mismos. Corresponden al hall situado en el antiguo patio. Podemos contemplar una reforma realizada en el último tercio del s.XIX en el patio rectangular, donde se situaron esas finas columnas de hierro pintado con capiteles geométricos. Esas mismas columnas se continúan en las elaboradas galerías acristaladas de los pisos superiores.

Aquí tenemos el otro patio con columnas, que hoy es la zona de buffet para desayunos.
Restos arqueológicos del viaje del agua y de la fonda de San Sebastián 
(SIEMA Matritensis)

Al realizar las obras para construir el hotel se encontraron unos restos arqueológicos muy importantes que ahora se exponen de manera muy didáctica, bajo ese suelo de cristal y acompañados de paneles explicativos. Los restos que aparecen junto a la puerta corresponden a la antigua Fonda de San Sebastián, con unas escaleras de bajada, un pilón, una antigua bodega y cubiertas abovedadas de ladrillo:
Bóveda de ladrillo que cubría los sótanos de la fonda (SIEMA Matritensis)

Escalera y pilón de agua en la fonda (SIEMA Matritensis)

Después, la mayoría de los restos encontrados corresponden al "Viaje de agua de la Castellana"que surtía de agua a las casas de en frente de la parroquia en los siglos XVII y XVIII. Esas conducciones se empezaron a hacer en 1613 y llevaban agua a esta zona del Barrio de las Letras. Existían por tanto numerosas fuentes públicas y privadas. Sabemos que este palacio Tepa disponía de una fuente privada en su interior. Nada más añadir mi enhorabuena a la restauración del palacio como hotel y animar a los lectores a acceder al mismo para conocerlo por dentro, tanto el hotel y los servicios que ofrece, como los restos descubiertos y el restaurante. 

Maribel Piqueras

martes, 19 de noviembre de 2013

El Palacio del Pardo

El Pardo es mucho más que un lugar con buenos restaurantes o la antigua residencia de Franco. Tiene detrás una interesante historia y monumentos dignos de visitar. Este real sitio estuvo desde siempre vinculado a la caza. Por primera vez se menciona la existencia de una casa en el Pardo en un antiguo libro de Montería de la época del rey Alfonso XI. Desde entonces era una de las zonas preferidas para cazar por los monarcas castellanos. Ya Enrique III, en 1405, dió las pautas para construir en este sitio un pequeño pabellón de caza. Será Enrique IV quien, en 1472, transforme ese viejo pabellón en un pequeño alcázar con puente levadizo y bella torre del homenaje. El Emperador Carlos V siguió con las mejoras del sitio. Decidió demoler el castillo hasta los cimientos para construir un palacio de nueva planta. Encargó a su arquitecto Luis de Vega la realización del nuevo proyecto y las obras duraron desde 1543-1558, así que Carlos V no llegaría a habitar esta nueva residencia
En la imagen podemos ver el plano del palacio original, que sigue la estructura general de todos los alcázares austrias. Sobre una base cuadrada trazó un palacio de dos plantas, la mitad sur se correspondía con el cuarto del Rey y, la mitad norte con el de la reina. Como se ve ambas desarrollaron dos galerías o loggias abiertas en esas fachadas, con lo cual se abría e integraba la arquitectura con el paisaje. También había cuatro torres en las esquinas, con las cubiertas en chapitel austria. Pero en el patio interior los lados porticados cambian, ahora son los lados este y oeste los que se construyen con arcos sobre columnas. De esas crujías porticadas surgían las dos escaleras principales, una para uso del rey y otra para la reina. De esa primitiva construcción carolina se conservan algunas cosas, como la portada con el puente sobre el foso con la inscripción del Emperador " Carolus I Romanorum Imperator Hispaniarum Rex 1547". Desde este punto es donde se accede hoy a las taquillas y al interior del palacio. También se conserva el llamado Patio de los Austrias, que puede verse en las siguiente imágenes:
Patio de los Austrias con el grupo de Siema Matritensis
(Foto SIEMA)

Miradores de Carlier en las esquinas (Foto SIEMA)

Vista general del patio de los Austrias con otro grupo de SIEMA Matritensis
(Foto SIEMA)

Detalle de la balaustrada del patio de los Austrias, donde aparece la cruz de S. Andrés 
y eslabones del toisón, de origen borgoñón y de la época del Emperador Carlos V
(Foto SIEMA)

En la parte baja los característicos arcos rebajados renacentistas sobre columnas jónicas (aquí no se siguen las reglas de superposición de órdenes) y un pequeño trozo de entablamento sobre el capitel. Arriba columnas dóricas con zapatas que sostienen la cubierta arquitrabada. Los pedestales de estas columnas llevan los eslabones del collar del Toisón de oro y cruces borgoñonas de San Andrés. En ángulo sobresalen los miradores que hizo Carlier para agilizar el recorrido de los séquitos reales por las habitaciones de la parte superior. 
Aquí se ve con más detalle la columna con la cruz de San Andrés en la base y la balaustrada de una de las escaleras. Las pinturas del techo las realizó Juan Gálvez en el reinado de Fernando VII 
( Fotos Ramón Guerra de la Vega)

Este fresco renacentista pertenece al aposento de la reina y es de la época de Felipe II. Lo pintó Gaspar Becerra y representa el triunfo de Perseo. Es de las pocas pinturas que se salvaron del s.XVI, y que acompañaban a la maravillosa decoración pictórica que encargó el rey Felipe II, con cuadros de Tiziano, el Bosco, Antonio Moro o Sánchez Coello. Recientemente han descubierto en esa habitación restos murales de ese tiempo que nos dan una idea de la decoración original de este palacio, mucho más delicados y bonitos que la foto, que es antigua. También se conserva algún suelo de cerámica del s. XVI. Con este monarca llegaron a España maestros pizarreros en 1562 a cubrir, primero la Casa de Oficios, y luego el Palacio del Pardo, con ese material. Es la primera vez que se sustituyó la teja árabe en los tejados de los sitios reales. Felipe II terminó la construcción del palacio en 1568 e inició immediatamente toda la labor decorativa del mismo. Pero, por desgracia, en 1604, un incendio destruyó todo el palacio desde el piso segundo, a excepción de las torres.

Antigua galería de la reina (Ramón Guerra de la Vega)


Felipe III encarga la reconstrucción a Francisco de Mora, a quien sucederá Gómez de Mora en 1610. Decidieron sustituir los techos de madera por bóvedas de ladrillo y cerrar las galerías norte y sur buscando un mayor espacio habitable. En la foto superior vemos la Galería de la Reina, donde Gómez de Mora sustituyó las ligeras columnas de la loggia por este sólido muro de 9 balcones. Vemos el zócalo de azulejos de Talavera como los que se usan en el Monasterio del Escorial, el suelo de cerámica y el precioso techo que Patricio Caxes realizó en el sXVII con pequeños frescos que relatan la historia de José, enmarcados por molduras. También a ese mismo siglo pertenece el gran lienzo de José de Ribera con el "Retrato ecuestre de Juan José de Austria" del fondo. Otros frescos barrocos que conserva el palacio son la "Aurora" de Vicente Carducho y "La historia de Esther" de Jerónimo Cabrera. Felipe IV también acudía numerosas veces a cazar por la zona, acompañado por el pintor Velázquez. Es una pena que la Torre de la Parada, donde colgaron tantas obras de Velázquez, se encuentre tan deteriorada y no se pueda visitar. Creo que merecería la pena invertir algo en su restauración.
Galería del rey (Foto Ramón Guerra de la Vega)

Esta sería la otra galería que cerró Gómez de Mora en tiempos de Felipe III, la Galería del Sur o del Rey. De sus paredes cuelgan numerosos tapices del s.XVIII (de Ginés de Aguirre, José del Castillo, Goya o Bayeu). La bóveda la pintó Juan Gálvez representando figuras femeninas con trajes típicos regionales en los lunetos. Aquí se conserva la mesa y sillas originales donde después Franco celebraba los consejos de ministros durante su gobierno.

Felipe V e Isabel de Farnesio encargaron a Francois Carlier unas modificaciones para hacerlo apto a su enorme familia. Ampliaron las estancias a consta de ocupar las habitaciones abiertas al patio y dividir las galerias y grandes salas austrias en pequeñas habitaciones. Carlier construyó los miradores al patio austria que ya hemos mencionado, también modificó el perfil exterior de las torres, sustituyendo los antiguos chapiteles de forma piramidal por los actuales más rococó, con curvas invertidas. Se construyó el puente que unía el palacio con la capilla real situada fuera de él (1743). Durante la época de los Austrias había dos capillas, una en el interior del palacio, junto a una de las escaleras y, otra para servicio de la casa de oficios. La de Carlier se incendió en 1806 y  Juan de Villanueva la reformó con el aspecto más neoclásico que presenta ahora, continuando los trabajos su discípulo predilecto, Isidro González Velázquez. Aquí se casó la hija de Franco, pero hoy no se utiliza como parroquia, sino con un uso turístico o más cultural de conciertos. En la fachada más alejada de palacio se aprecian todavía las formas rococó de Carlier, especialmente en las molduras circulares de la parte de arriba de la puerta lateral:

Capilla Real (SIEMA)

Torre neoclásica de la capilla (Foto SIEMA)

La torre de la capilla es más neoclásica, lo mismo que el interior, de planta de cruz latina con una sola nave. En el altar cuelga el lienzo de la "Immaculada  Concepción" ( de Juan Bautista de la Peña, s.XVII) y en los laterales de la nave obras de Andrea Procaccini representando escenas de la vida de la Virgen.

Para acceder al Real Sitio del Pardo Fernando VI mandó construir la famosa " Puerta de Hierro" con sus tres entradas y el espectacular escudo real. Con el rey Carlos III tendrán lugar grandes reformas en todos los sitios reales y, el Pardo, no se librará de ese programa renovador llevado a cabo por Sabatini. En 1772 Sabatini amplía el palacio duplicándolo hacia el E. Los artistas que decoran el Pardo en esta época son los mismos que intervienen en el Palacio Real, fresquistas como Bayeu o Maella, estucos de Robert Mitchel y muchos tapices de cartones de Goya, Bayeu, Ginés, del Castillo, etc...Carlos IV introduce una decoración más neoclásica en el mobiliario.
Exterior del palacio donde se encuentra el llamado Patio de los Austrias, con las curiosas chimeneas que cubren todo el palacio( Foto SIEMA)

Pasadizo exterior para comunicar el palacio con la capilla real de Carlier
(Foto SIEMA)


El estucado de la fachada sobre el zócalo de granito se lo debemos a Sabatini y durante el s.XVIII se creó el aspecto que hoy conocemos, tan diferente al que presentaba el Pardo durante la época de Felipe IV, como se aprecia en la siguiente imagen:
Vista del sitio del Pardo en sXVII (Giusseppe Leonardo)

Esta es una garita justo delante del arco de unión de las dos partes que hizo Sabatini, al más puro estilo neoclásico, rematado por escudo y frontón triangular. Por aquí dejan los carruajes o coches en la entrada principal. Encima de esta unión de lo dos patios se sitúan el dormitorio y despacho de Franco (Foto SIEMA)

Antiguo comedor de Carlos III y, posteriormente, despacho
de Franco (Ramón Guerra de la Vega)

La sala que utilizaba Franco como despacho era la que utilizó como comedor Carlos III. En el techo Bayeu pintó el fresco del "Triunfo de la Monarquía española", en 1774, rodeados de estucos dorados por Robert Mitchel. A los pies la alfombra de la Real Fábrica de Tapices y la lámpara que cubre es francesa. En las paredes destacan los tapices de la colección de batallas del archiduque Alberto, tejidos por Reymbouts muy a comienzos del s.XVII, y unos tapices circulares del s:XVI de Franz Raes que narran la historia de Tobías. El conjunto de tapices de esta sala, al llevar hilos de oro y, sobre todo, mucha plata, están muy oscurecidos. No destacan tanto como la maravillosa colección de tapices, en torno a 300, que presenta el palacio, donde se conservan los intensos colores estupendamente. El mobiliario, de estilo imperio, perteneció a Fernando VII y los veladores etruscos con cabezas de ternero fueron diseñados por Dugourc. Detrás de la mesa de despacho se pueden ver dos elaborados escritorios del ebanista Duchen. El juego escribanía de plata perteneció a la reina Isabel II. Nada más acceder a esta sala la vista se nos va hacia un pequeño retrato de Juan de Flandes que representa a la reina Isabel, la Católica, y que es el tesoro pictórico que guarda el palacio. 
Pasaríamos luego al comedor de diario, que también utilizaba Franco, decorado con lienzos de bodegones. La tapicería de seda de las paredes va a juego con las sillas, Robert Mitchel lo decoró con sus estucos. Las consolas de caoba y el resto de muebles pertenecían a Fernando VII. Esta sala fue la pieza de vestir del príncipe de Asturias en tiempos de Carlos III. Llama la atención lo bien disimulados que están en el palacio, las salidas de aire acondicionado, por debajo de florones dorados de estuco, y las calefacciones.
Teatro (Foto SIEMA)

Muchos palacios españoles tenían pequeños teatros en su interior. Este del Pardo es uno de los mejores conservados. Del s.XVIII es muy neoclásico en su estructura, con la media cúpula de casetones y las columnas jónicas. 

Detalle de las cubiertas del Palacio del Pardo en el Patio de los Austrias
(Foto SIEMA)

El Patio de los Borbones, donde se cerró, al duplicarse con Sabatini, la galería superior. Se usa mucho para recepciones y actos oficiales. También aparece con una estructura de cristal y metal para aprovecharlo mejor en esas ocasiones. Este Palacio Real del Pardo también se utilizó mucho en el s.XIX por Isabel II y, sobre todo, por Alfonso XII. Alfonso XII falleció aquí y su mujer, la reina Mª Cristina construyó a modo de homenaje un gran oratorio neogótico en la sala donde falleció. Después, Franco, mantuvo el oratorio neogótico solo donde estaba situada la cama en donde había muerto el rey y dividió la habitación. En el oratorio se pueden ver un Cristo y una Immaculada de márfil espectaculares. Actualmente se mantienen modernas habitaciones en el interior para residencia de jefes de estado en visita por Madrid.

Vista lateral del Palacio, con la ampliación de Sabatini al fondo
(Foto SIEMA)

Entrada principal, es paso de carruajes y, sobre ella, la unión de la parte antigua 
con la ampliación de Sabatini (Foto SIEMA)

Bonitos jardines recortados delante del palacio (SIEMA)

Como se aprecia en el cuadro del s.XVII, el Palacio del Pardo presentaba hacia el O la llamada Casa de Oficios, para residencia de la servidumbre real. Desde Carlos V contaba con varios patios que luego se irían ampliando(como con Gómez de Mora en 1626 o con Felipe V en 1740). Los más viejos del lugar recuerdan todavía las viviendas y patios de la Casa de Oficios y existían unos baños comunitarios para todos. Eran un poco incómodas. Digo esto porque se conservó tal cual hasta los años 60. 
Patios contiguos (Foto SIEMA)

Detrás de las paredes de este patio, frente a la entrada al Palacio que hizo Carlos V, y de la Capilla Real, estaba la antigua Casa de Oficios, con sus patios, fuente, galerías abiertas con zapatas y techumbre de teja,  como esta fotografía antigua de uno de los patios de la antigua Casa de Oficios:
La vista actual de la misma con los nuevos patios y viviendas es la siguiente:

Patio de la antigua casa de oficios (Foto SIEMA)

En las visitas libres que hacemos con SIEMA Matritensis(que anunciamos en el facebook Siema Matritensis o Twitter@siemamadencanto, además de al listado que profesionales que ya tenemos, ya que la web www.siema.es solo damos información muy general) disfrutamos mucho del Pardo y tenemos pendientes varias entradas sobre sus monumentos y negocios con encanto. 

Maribel Piqueras