A través del Monasterio del Escorial podemos estudiar la personalidad e ideas de Felipe II. En el Escorial se da una fusión entre la fe y el poder político. Es la obra cumbre de un príncipe renacentista, imbuido de ciencia y humanismo. Lo mismo que sucedía en las Descalzas Reales, aquí también se sigue la tradición de la monarquía española de instalar palacios junto a monasterios. Pero en el Escorial encontramos un conjunto y finalidades más amplias, ya que cuenta con un panteón real, biblioteca, botica, hospital y huertas, casa de la compañía y, por último, un colegio para los niños del coro de la capilla. La idea de su construcción partió de Felipe II cuando tenía 30 años, para conmemorar el triunfo contra los franceses en la batalla de San Quintín, hecho que tuvo lugar en la festividad de San Lorenzo (10 de agosto de 1557), por eso la planta tiene forma de parrilla y el retablo mayor está dedicado a San Lorenzo. En 1563 se colocó la primera piedra, pero la construcción se alargó en el tiempo. Lo primero que se habilitó fue la parte para los frailes, quienes en 1571 ya pudieron ocupar las estancias de la parte SO. El propio rey seguía personalmente el proceso de contrucción y controlaba todo.
Felipe II en la batalla de San Quintín, de Antonio Moro, 1560
(Patrimonio Nacional)
Una de las características de la arquitectura del Escorial es su marcado simbolismo, su pureza de lineas geométricas, su racionalismo. Tanto Felipe II como Juan de Herrera tenían en su biblioteca muchos tratados de arquitectura, matemáticas, así como libros de ciencias ocultas. La bóveda del coro alto presenta a Dios con un cubo a sus pies, los frescos de la biblioteca están cargados de símbolos. El Escorial está construído en piedra sobre una plataforma pétrea, lo que nos transmite idea de permanencia y eternidad, la fachada principal mira a la montaña, todos los muros son de igual tamaño y están aparejados de la misma forma. Incluso los peldaños de la escalera principal están esculpidos en una sola piedra granítica. Esa pureza de líneas, unidad y sobriedad se muestra en todos los muros exteriores, desnudos de decoración escultórica. Hay un curioso eje que va desde la biblioteca (sede del saber humano), pasando por el altar (poder divino) y habitación del rey (poder temporal).
Óleo anónimo que muestra el Escorial en el s XVII (Patrimonio Nacional).
En el se percibe la pureza de líneas, los patios simétricos, las numerosas torres, el eje biblioteca-capilla-palacio rey, etc
Esta sobriedad decorativa exterior sólo se rompe con las columnas de orden gigante, el frontón, escudo y escultura de San Lorenzo en la fachada del O (SIEMA Matritensis)
Como ya comentaba, conocer el Escorial supone acercarse algo más a fondo a la personalidad de Felipe II, tan diferente de su padre. Un rey tímido, paciente y tremendamente calculador y burócrata. Un rey de despacho y no de viajes y compartir con las tropas como hacía Carlos V. Le gustaba rodearse de un ambiente de exquisitez, finura y de la belleza de la naturaleza. Era sobrio en el vestir y comer y muy amante de lo español. En la Biblioteca del Escorial atesoró una colección de libros y manuscritos con todos los genios de la cultura occidental. Era un rey muy piadoso que, además, daba mucha importancia a las reliquias de los santos (se conservan aquí 7.422 reliquias). Los Jerónimos abandonaron el monasterio en 1837 por las medidas desamortizadoras y, hasta que vinieron los agustinos, ya en época de Alfonso XII, el monasterio vivió entre bastante abandono. En 1892 se restauró la vida monacal y el colegio, a lo que se añadiría una sección para estudios de rango universitario. Hablar de este monasterio no cabría en una entrada del blog. Voy a intentar sintetizar diversos apartados del mismo.
PATIO DE REYES Y BASÍLICA
Este patio rectangular lleva ese nombre por tener seis pedestales con esculturas de gran tamaño que representan a los reyes de Judá (Josafat, Ezequías, David, Salomón, Josías y Manasés). En él está colocada la última piedra, que se puso en septiembre de 1584. Como dato curioso sabemos que se localiza en la veleta el "ladrillo de oro", que es de bronce en realidad, y la reliquia de Sta. Bárbara (protectora del monasterio contra los incendios y rayos de tormentas). La Basílica es pues lo último que se construyó. Entramos en un gran atrio con la original bóveda plana que es sobre donde se soporta el Coro, en donde se hallan los órganos del s. XVI y la sillería diseñada por Juan de Herrera. Las pinturas de los muros laterales representan escenas sobre San Lorenzo, realizadas por Rómulo Cincinato y Lucas Cambiasso pintó "la Gloria" en la bóveda del coro.
Patio de Reyes con las arcadas y columnas clásicas, de orden colosal, que nos introducen en la basílica. Las esculturas de 5ms de David y Salomón en el centro (SIEMA Matritensis)
Detalle del ladrillo dorado en la veleta sobre la basílica (Carlos para SIEMA Matritensis)
Vista general de los frescos del coro (Patrimonio Nacional)
Comparativa de los frescos renacentistas de Luca Cambiasso en el coro, representando la Gloria, con la exuberancia barroca de Giordano al lado, representado la resurrección de los muertos (SIEMA Matirtensis)
Vista general del coro alto (Patrimonio Nacional)
En el Escorial todo se hace a lo grande. La planta de la Basílica es de cruz griega, de tres naves y amplio crucero. Se inspiró en la planta de San Pedro de Roma, pero presenta con ella grandes diferencias como, por ejemplo, que aquí las naves se rematan sin ábsides, los capiteles que se utilizan son de orden toscano y se prescinde de toda línea curva. Grandes pilares con pilastras adosadas sostienen los arcos de medio punto. Un sobrio entablamento clásico, que recorre la parte superior de las naves, unifica el conjunto. Un enorme cimborrio de 92 ms y la cúpula se levantan en el crucero. Felipe II inauguró una basílica donde las bóvedas estaban estucadas en blanco con estrellas azúles, pero, reinando Carlos II, se encargó a Lucas Jordán la decoración al fresco con exuberancia barroca. Aunque del s. XVI conservamos todavía el fresco del altar mayor de Lucas Cambiasso, que representa la "Coronación de la Virgen". El interior de la Basílica es todo un museo de pintura y escultura del s. XVI sobretodo. Cuenta con cuarenta y tres cuadros de santos, situados en diferentes altares o en el propio retablo mayor. Reconocidos artistas españoles o italianos trabajaron en ella. Como Sánchez Coello, gran retratista de Felipe II, que realizó las parejas de "San Jerónimo y San Agustín" o "San Esteban y San Lorenzo mártires". Férnandez Navarrete con "San Juan y San Mateo" o Luís de Carvajal con "San Martín y San Nicolás" y "San Cosme y San Damián". Italianos como Zuccaro para el altar mayor y el altar-relicario de la "Anunciación", Tibaldi con el "Martirio de San Lorenzo" y otros cuadros del altar mayor" o Rómulo Cincinato con "El martirio de san Lorenzo y la legión tebana".
Altar de "La Anunciación" de Zúccaro, situado en el crucero, a la izquierda
(Patrimonio Nacional)
Relicario que vemos una vez abiertas las puertas del altar anterior
(Patrimonio Nacional)
San Esteban y San Lorenzo, de Sánchez Coello (SIEMA Matritensis)
San Pedro y San Pablo de Navarrete (SIEMA Matritensis)
El Martirio de San Mauricio y la legión tebana, de Rómulo Cincinato (SIEMA Matritensis)
El martirio de San Mauricio y la legión tebana, que presentó el Greco en el concurso para esa capilla de la basílica y que fue rechazado por Felipe II. Se expone en las salas museo (SIEMA Matritensis)
"Martirio de S.Lorenzo", de Pellegrino Pellegrini Tibaldi , en el centro
del retablo mayor (SIEMA Matritensis)
El retablo del altar mayor sigue las trazas renacentistas de Juan de Herrera y está realizado en mármoles de diferentes colores. Presenta cuatro cuerpos, en cuyo interior hay lienzos rectangulares, como ese del martirio de S.Lorenzo. El Sagrario también lo diseñó Juan de Herrera y lo llevaron a cabo Jacomo Trezzo y Pompeo Leoni. Es muy fino y solemne. En él ocho columnas corintias sostienen una cúpula con linterna, en el interior adornos de nichos y puertas acristaladas, la cornisa se cubre con 8 apóstoles en sus pedestales. En los lados del retablo mayor los Leoni trabajaron esculturas en bronce representando los 4 doctores de la iglesia, 4 evangelistas y 4 apóstoles. A izquierda y derecha del presbiterio encontramos los famosos cenotafios de Carlos V (1597) y Felipe II (1600), esculpidos en bronce dorado y algo de color, con todo detalle por los Leoni. Vemos a Carlos V con su mujer, su hija María (Emperatriz de Austria) y sus hermanas Leonor y María; Felipe II está representado con su última mujer, Ana de Austria, detrás la madre de sus hijas, Isabel de Valois, y también aparece María de Portugal (su primera mujer y madre del príncipe Carlos, también esculpido). Otras esculturas que yo resaltaría del interior de la Basílica serían el San Miguel de la Roldana y el Cristo de Benvenuto Cellini, esculpido en mármol de una sola pieza.
Vista general del retablo (SIEMA Matritensis)
Detalle del sagrario del retablo mayor ( Basílica del Escorial,
Comunidad de Agustinos)
Cenotafio de Carlos V (Patrimonio Nacional)
Cenotafio de Felipe II (Patrimonio Nacional)
Cristo de Cellini por Álvaro Benítez, colaborador del libro Madrid con encanto (SIEMA Matritensis)
Comentaremos algo de las dependencias junto a la Basílica, como la antesacristía (con el fresco en estilo pompeyano de Granello y un bonito lavamanos), la Sacristía (alargada sala abovedada con obras maestras que cuelgan de sus paredes y el toque barroco en el lienzo de Claudio Coello de la "Adoración de la Eucaristía por Carlos II", que separa el altar del Santísimo Sacramento), las salas capitulares, celdas priorales , sala vicarial y las diferentes salas museo en las que se están realizando cambios por la creación del Museo de las Colecciones Reales en Madrid.
Vista general de la Sacristía, con bóveda cubierta de frescos pompeyanos y el altar de la
Sagrada Forma al fondo (Basílica del Escorial, Comunidad Agustiniana)
Gran lienzo que representa la "Adoración de la Sagrada Forma por Carlos II", realizado por Claudio Coello. Tapa el altar de la Sagrada Forma milagrosa del s XVI, con el Cristo de Pietro Tacca y el templete neogótico de bronce del s XIX ( Patrimonio Nacional)
Frescos de Francisco de Urbino, s XVI, que cubren la celda prioral
(Patrimonio Nacional)
Salas capitulares con pinturas al fresco de Fabrizio Castello o Francisco de Urbino (SIEMA Matritensis)
PANTEÓN REAL
El antiguo panteón, que era el utilizado en tiempos de Felipe II, no era este actual, sino que consistía en una cripta situada en la zona claustral, pasada la escalera principal, en la antigua iglesia. El que conocemos hoy lo mando hacer el rey Felipe IV, en 1654, al artista italiano Crescenzi. Éste es amplio, en mármoles oscuros con adornos de bronce dorado. Se accede a él por una empinada escalera, y encontramos la tumba de todos los reyes de España desde Carlos V. Con la excepción de Felipe V y Fernando VI. A la derecha del altar se sitúan las tumbas de los reyes y, a la izquierda, las reinas que han dado herederos a la corona española.
Capilla antigua desde donde se accedía a la cripta de enterramientos original
en tiempos de Felipe II. El lienzo del altar mayor es obra de Tiziano y representa
el "Martirio de San Lorenzo", a la derecha, la bajada a la cripta antigua de enterramientos
(SIEMA Matritensis)
Placa de bronce en la entrada al panteón actual (SIEMA Matritensis)
Panteón real, sepultura de las reinas (Patrimonio Nacional)
Hay también un segundo panteón conocido como de Infantes. La idea se debe a la reina Isabel II, que se lo encargó al arquitecto de palacio José Segundo de Lema en 1862, pero no se acabaría hasta 1888. Así podían gozar aquí de sepultura los príncipes, infantes, regentes o reinas que no hubieran dado heredero al trono. Consta de nueve cámaras sepulcrales sin ninguna homogeneidad.
Una de las salas del panteón de infantes, muy el estilo decorativo del
s. XIX (Patrimonio Nacional)
BIBLIOTECA
Ocupa el eje principal nada más entrar al monasterio por la zona de la fachada central. Presenta una sala alargada y bien iluminada, con gran riqueza ornamental. No sólo por los exquisitos muebles de maderas de naranjo, caoba, nogal o cedro, sino por las pinturas de sus paredes y los frescos que pintó Tibaldi en la época de Felipe II (en la bóveda pintó las alegorías de las artes liberales y, en las paredes, la filosofía y la teología). Esta biblioteca laurentina fue creada en exclusiva para este lugar. En 1593 instalaron 10.000 volúmenes, organizados por fray Juan de San Jerónimo y fray José Siguenza. Felipe III añadió 4000 manuscritos árabes, que fueron rescatados del sultán de Marruecos y Felipe IV aumentaría los fondos con la biblioteca del Conde Duque de Olivares. Las puertas y estantes dorados pertenecen a época posterior, al reinado de Fernando VI. Tiene la curiosidad de que los libros están colocados al revés, para dar más homogeneidad y por airearse mejor las páginas.
Vista general de la Biblioteca (SIEMA Matritensis)
Detalle de los frescos con decoración pompeyana y el poeta Virgilio (SIEMA Matritensis)
Los libros se colocan no por los lomos, sino por las hojas (SIEMA Matritensis)
SALA DE BATALLAS
Esta sala alargada pegada a los muros de la iglesia contiene también frescos maravillosos. En el techo imita una logia del Vaticano y, en las paredes, encontramos escenas de batallas de los siglos XV y XVI realizadas con todo tipo de detalles. Podemos así saber con exactitud la formación militar, las armas y trajes de la época, las técnicas de asalto, etc. Son frescos de Fabrizio Castello y Nicolás Granello. Vemos batallas como la de la Higueruela, la de San Quintín, la campaña de Portugal de 1580 y la de Azores.
Detalle de la Batalla de la Higueruela, que tuvo lugar en 1431, con Juan II y Álvaro de Luna en
la Vega de Granada (SIEMA Matritensis)
Batalla de san Quintín (SIEMA Matritensis)
ESCALERA PRINCIPAL Y PATIOS
La llamada
escalera principal sirve para comunicar la zona conventual de los claustros menores con el patio de los Evangelistas o claustro mayor. Está trazada con cincuenta y dos peldaños de granito de una sola pieza. Tibaldi decora los frescos de los muros y Lucas Jordán la franja superior y la bóveda. Cuentan la historia de la batalla de San Quintín y la construcción del monasterio. En el lado O vemos pintados a los arquitectos Juan de Herrera y Bautista de Toledo junto al rey Felipe II y el prior del monasterio. En la bóveda retrató a Carlos II y representó Jordán la Gloria. Los patios del monasterio juegan un papel importante en cuanto a la organización espacial y a la luz. Siguen simétricamente la línea E-O del monasterio. El llamado patio de los mascarones es el más pequeño y el primero en acabarse. El
Patio de los Evangelistas tiene las mismas dimensiones que el Patio de coches en el Palacio de los Borbones. Presenta el encanto del original templete central con las esculturas de los cuatro evangelistas.
Frescos de Lucas Jordán sobre la escalera principal
(SIEMA Matritensis)
Decoración al fresco, con las escenas de Tibaldi en los muros entre las pilastras y, arriba los frescos de Lucas Jordán. En el centro se aprecia la figura de Carlos II explicando a su mujer Mariana de Neoburgo y a su madre (SIEMA Matritensis)
PALACIO DE LOS AUSTRIAS
Las estancias de los Austrias se distribuyen alrededor del Patio de Mascarones y de la capilla mayor de la Basílica. Ocupando lo que popularmente se conoce como "mango de la parrilla". La austeridad decorativa y las pocas salas no olvidan recurrir a una fina y exquisita decoración: azulejos de Talavera para los zócalos, tapices flamencos, puertas de marquetería alemana, mapas, retratos de pintores renacentistas españoles y flamencos, pintura religiosa y paisajes.
Vista E del Monasterio. Detrás del altar mayor, en lo que es el mango de la parrilla
se localizan las habitaciones del palacio Austria (SIEMA Matritensis)
Cuidados jardines con boj recortado en la zona residencial
palaciega (SIEMA Matritensis)
Otra vista de esos mismos jardines que ocupan dos terrazas en la zona E
(SIEMA Matritensis)
Esquina del Patio de Mascarones con la fuente
(SIEMA Matritensis)
Vistas de otro lateral con pórtico del Patio de
Mascarones (SIEMA Matritensis)
El rey Felipe II se reservaba para él la parte SE, donde se localizaban su dormitorio, despacho y oratorio. Aquí falleció el 13 de septiembre de 1598, después de haber pasado cincuenta y tres días de agonía. Interesantes de visitar también la antecámara del rey o comedor (donde cuelgan vistas de Houasse y de Juan de Herrera), la sala de paseo o antiguo salón del trono, la sala de embajadores (con importantes retratos y un reloj de sol en el suelo), la de guardias (con la silla de mano y pintura italiana). En las estancias de su hija Isabel Clara Eugenia vemos un crucificado de Alonso Cano, pintura de la escuela flamenca de los siglos XV y XVI, instrumentos musicales de época, o el retrato de su padre con la orden del toisón de oro de Sánchez Coello.
Habitación y cama al fondo de Felipe II , con dosel con tapiz flamenco (SIEMA Matritensis)
Puerta alemana de fina marquetería de madera, que sirve de entrada al salón del
trono del Palacio Austria (SIEMA Matritensis)
Salón de embajadores con vistas de los sitios reales (SIEMA Matritensis)
Reloj de sol de pizarra y bronce (SIEMA Matritensis)
Detalle de los azulejos de florones que se utilizaron por primera vez en este palacio del Escorial (SIEMA Matritensis)
Claviórgano de Flandes, de 1561, utilizado por Isabel Clara Eugenia (SIEMA Matritensis)
Panteón de Felipe II pintado por Pantoja de la Cruz (SIEMA Matritensis)
GALERÍA DE CONVALECIENTES, HUERTAS Y ESTANQUE
Fuera del plano rectangular del monasterio, pero comunicada con la zona conventual, encontramos la galería de convalecientes. Su misión era servir de hospital para los monjes enfermos. Por eso el situarla en un extremo, cerca de la botica y huertas, y con una galería exterior abierta al paisaje. En la parte inferior se construyó un pórtico con arcos de medio punto sobre columnas clásicas. En la parte superior vemos la soleada galería con balaustrada y columnas de capitel jónico sobre las que descansa un entablamento sencillo y luego la parte abuhardillada con tejado de pizarra.
El jardín de los frailes, estanque y huertas se divisan en este lado S, adaptándose a los desniveles con terrazas de granito, con sus balaustradas, nichos, bancadas. Nos quedaría mucho por hablar, como las casas de oficios, Botica y Casa de la Compañía que se hicieron también en tiempos de Felipe II. O los añadidos por Carlos III, como el Palacio de los Borbones. Lo dejaremos para otra entrada por no cargar mucho esta. Espero que os guste el Monasterio tanto como a mí. Ya sabéis que podéis seguirnos también en Twitter o Instagram @siemamadencanto Facebook Siema Matritensis . Hasta pronto
Maribel Piqueras
Vista de la galería de convalecientes (SIEMA Matritensis)
Estanque (SIEMA Matritensis)
Vista del jardín de los frailes en el lado Sur (SIEMA Matritensis)