jueves, 15 de junio de 2017

Cuesta de los Ciegos y cuesta de Merlo

En el entorno de las Vistillas y la cuesta de Segovia, existían dos barrancos desde la época medieval que suponían un esfuerzo muy grande a los madrileños que se les ocurría transitarlos. Ese desnivel es especialmente pronunciado justo en el lado izquierdo del conocido como arroyo de las Fuentes de San Pedro (actual calle Segovia). Se aprovechó para labores defensivas e , incluso, la muralla medieval llegaba a desaparecer en este barranco para continuar subiendo luego por la calle Yeserías, Mancebos y Don Pedro. En este detalle sacado del plano de Texeira se ve claramente la zona en 1656. En él se aprecian los dos barrancos: el más amplío correspondería a la actual Cuesta de los Ciegos y apenas tenía construcciones alrededor. El otro, algo más pequeño, sería la Cuesta Merlo y estaba una vez pasada la antigua Casa de la Moneda, que sí aparece en el plano.

Descripción de la zona en el plano de Texeira

La Cuesta de los Ciegos comunicaba la parte de abajo del arroyo de San Pedro con el alto de las Vistas de San Francisco. La nomenclatura de ambas viene del S XIII y tiene relación con el breve paso de San Francisco por Madrid. Cuentan que al regresar S. Francisco hacía su convento-cabaña llevando una gran vasija con aceite que le había dado el prior de San Martín, al ir subiendo el barranco, se encontró con un par de ciegos que le pedían limosna. Él les dejó claro que no tenía nada que ofrecerles, salvo el aceite. Lo compartió con ellos, les frotó los ojos con el mismo y los ciegos recuperaron la vista y se fueron tan contentos. Esta anécdota hace que desde entonces se conozca a la cuesta con dicho nombre. Hasta inicios del s XX era muy difícil de transitar. A comienzos de la II República se inició la escalera actual, empezando por la parte más baja cercana a la Cuesta de Segovia. Por eso la fuente situada en esa parte inferior tiene el escudo republicano y la fecha de 1932. Esta realizada en piedra caliza y granito, con una base circular en medio de la cual se colocó el pilar de granito con el escudo por los dos lados: escudo sin corona, sino con almena, y a los lados, el dragón y el oso y madroño.

Cuesta de los Ciegos antes de la reforma
(fotografía antigua de archivo)

Cuesta de los Ciegos, vista general desde la fuente
(Foto SIEMA)

Fuente de la República (Foto SIEMA)

Detalle del escudo (Foto SIEMA)

Con la Guerra Civil se produjo un parón en las obras de la escalinata, que no se continuaron hasta 1949, a cargo del diseño de Manuel Herrero Palacios. Después, el desarrollo industrial, el aumento de población en la capital y la especulación urbanística llenaron de casas el entorno de la ladera junto a la cuesta. Por eso en los años 60 no se ve nada de jardín o espacio verde alrededor. Con el tiempo se tiraron esas casas enormes y se ha ido ajardinando y embelleciendo el entorno. Dando lugar, según mi opinión, a una de las escalinatas más bonitas y con más encanto de Madrid. Abajo situaron un parque infantil con columpios. Después se inicia el ascenso de los 254 escalones, de continuo, pero en zig zag, separados los diferentes tramos en sentido lateral, para que no quedase tan empinada. También una calle rompe brevemente la sucesión de escalones. ¿ Se animan a subirla? Hoy en día no cuesta tanto. 

Cuesta de los Ciegos en 1960

Parque infantil en la parte inferior de la Cuesta de 
los Ciegos (Foto SIEMA)

Cuesta de los Ciegos, primer tramo
(Foto SIEMA)

Vistas de la Cuesta hacía la parte inferior
(Foto SIEMA)

Diferentes tramos de subida de la Cuesta de los 
Ciegos (Foto SIEMA)

Dejamos la Cuesta de los Ciegos, la fuente de la República con escudo y vamos caminando por la Cuesta de Segovia hacia el Viaducto. Justo antes de pasarlo, se nos recuerda que esa calle se llama Beatriz Galindo, en homenaje a la Latina y que ahí, en el lado de la derecha, estaba situada la antigua Casa de la Moneda. En este punto nació en 1809 Mariano José de Larra, porque su abuelo trabajaba en la Casa de la Moneda. En fotografías antiguas de la Casa de la Moneda, se aprecia todavía la Cuesta Merlo y la casa del pastor con el muro del escudo. Pasado el Viaducto vemos esta segunda Cuesta, que comunicaría la Casa del Pastor con la actual calle Bailén o la zona de la Morería antigua. Era conocida como Cuesta Merlo y se desarrollaba en un barranco algo más estrecho y menos empinado que la Cuesta de los Ciegos. La denominación viene del apellido de San Isidro, Merlo, y nos recuerda las veces que subiría por aquí después de trabajar los campos agrícolas situados cerca del río Manzanares. Con el fin de dirigirse hacia su vivienda en la zona donde habitaban los siervos de los Vargas, en su tiempo zona de mozárabes como él, luego zona de morería. Hoy se conoce como Cuesta de los Caños Viejos. Los caños viejos son realmente antiguos. Ya hablaban de ellos en el Fuero de 1202. Los van bajando de nivel, ya que primero se situaron en torno a Puerta Cerrada, después a las espaldas de la iglesia de San Pedro el Viejo y, por último, en la Casa del Pastor o plazuela de los Caños Viejos (como se la conoce en el plano de Espinosa, realizado para Carlos III en 1769). Durante la segunda mitad del s XIX esos caños son enganchados al agua del Canal de Isabel II. Se mantiene la nomenclatura, pero la Fuente de los Caños viejos, solo tiene un caño moderno y la construcción de ladrillo tampoco respetó el estilo original. Los diversos tramos de la escalera construida para salvar la cuesta también son muy sencillos en piedra y ladrillo.

En uno de los pilares del viaducto vemos la placa de la calle Beatriz Galindo
y la dorada de recuerdo de la Casa de la Moneda (Foto SIEMA)

Casa de la Moneda en 1860 
(Foto Urbancidades)

Al fondo Fuente de los Caños Viejos y Casa del Pastor
(Foto SIEMA)

Cuesta de los Caños viejos en la actualidad
(Foto SIEMA)

Fuente reconstruída de los Caños Viejos
(Foto SIEMA)

Ya termino esta entrada con otro curioso resto del Madrid antiguo junto a estas cuestas como es la Casa del Pastor. Junto a la actual Cuesta de los Caños Viejos y cercana a la de Segovia, existía una casa donde se llegaron a celebrar algunos concejos de la villa, por eso se colocó un escudo de Madrid en su fachada. Además de establecer, en el muro anexo, la fuente ya comentada. Esa casa pertenecía a un clérigo influyente en la corte, D. José, quien en sus últimos momentos de vida dejó establecido en su testamento una curiosa claúsula: su casa la heredaría la primera persona que pasase por la Puerta de la Vega nada más fallecer él. A ese punto fueron a comprobar quién se llevaría la casa en herencia y resultó ser que la primera persona que pasó fue un pastor, que se encontró con la agradable sorpresa. De ahí el nombre. El escudo original se destruyó y se colocó otro en el s. XVII. El edificio se reconstruyó durante el s XVIII y estuvo habitado hasta el s XX. En la foto del 64 se aprecia el muro antiguo de la casa del pastor situado en los bajos de la casa del s XVIII.  En 1970 se derribó. En 1988 se construyó el actual , que es premio de arquitectura, por Francisco Asís Cabrero. Mantuvieron los cimientos, algunos pasadizos y el muro de sillares de granito donde estaba el escudo, que tiene fama de ser el escudo más antiguo de la villa de Madrid: enmarcado por dos columnas y bajo un arco rebajado, con bolas en su parte superior, nos encontramos el escudo con el oso y madroño rodeados de estrellas y la corona de la parte superior. 

Maribel Piqueras

Casa del Pastor en 1964 (Foto Urbancidades)

Detalle del escudo de la Casa del Pastor
(Foto Edificiosmadrid.blog)

viernes, 2 de junio de 2017

Capilla del Cristo de los Dolores de la Venerable Orden Tercera

Hoy me quiero detener en la Capilla del Cristo de los Dolores de la Venerable Orden Tercera. Es una auténtica joya del barroco español y está muy escondida, ya que sólo tiene acceso a través de la zona conventual de la basílica de San Francisco. Se sitúa en la calle de S. Buenaventura nº 1, en la popular zona de Vistillas y Latina de Madrid. Esta rama seglar de la orden franciscana la había creado San Francisco allá por 1221, eran los llamados "hermanos de la penitencia". En Madrid la fecha más antigua que tenemos de los libros de actas de sus consejos es 1609. Eran seglares, muchos de ellos matrimonios, que se disponían a seguir la espiritualidad franciscana y buscaban locales cerca de la zona del convento franciscano en Madrid. Ya por 1617 ven la necesidad de construir una capilla junto al convento existente. Empezaron una nueva en 1623, junto al lugar de enterramiento de los monjes, pero ésta tuvo que ser derribada por necesidades de ampliar este convento a lo largo del sXVII. La capilla actual sigue el proyecto del jesuita Francisco Bautista, el mismo que realizó la Colegiata de san Isidro con Felipe IV. Bautista era un gran conocedor de todas las aportaciones del barroco italiano y lo aplica a sus construcciones. Se inicia esta capilla al final del reinado de Felipe IV, en 1662, y se inaugura en 1668 como pone en el herraje de la puerta principal. Los maestros de obras Marcos López y Luis Román fueron los encargados de llevar a término las obras. También trabajarían ellos mismos en las obras del Hospital de la V.O.T .

Plaza de S. Francisco, junto a la Capilla, nos recuerda los
pasos del santo y su orden en esta zona (Foto SIEMA)

Cubiertas de la Capilla del Cristo de los Dolores
(Foto SIEMA)

Herraje original de 1668 en la puerta principal de la Capilla
(Foto SIEMA)

Galería conventual neoclásica por la que se accede a la
Capilla desde la calle (Foto SIEMA)

Al exterior contrasta con la imponente cubierta de San Francisco el Grande. Por la sencillez del ladrillo, con las cubiertas de una sola nave, y la cúpula octogonal con chapitel de pizarra sobre el crucero. Queda muy mal esa restauración de ladrillo moderno, con terminación en frontón tipo Austria, con la que se localiza la capilla al exterior. Aunque la comunicación con el exterior se hace a través de una galería neoclásica abovedada que hizo Sabatini para las dependencias conventuales. Ha pasado por muchas vicisitudes a lo largo de los siglos. En 1969 la declararon monumento histórico-artístico, pero para esa reforma se quitaron todos los lienzos barrocos de los retablos laterales, dándole un aire más moderno. Todo eso se cambió con la restauración de 1980, que fue más respetuosa con la atmósfera barroca original. Antes de entrar destaca un cuadro de Vicente Carducho, que representa a San Francisco ayudando a las almas del Purgatorio.

San Francisco sacando las almas del Purgatorio, 
de Vicente Carducho, s XVII
(Foto SIEMA)

Vista general de la capilla (Foto SIEMA)

La planta es de cruz latina, de una sola nave. Presenta un crucero muy abierto y cúpula sobre pechinas. Además de una amplía cornisa con modillones. La nave está recorrida por un gran entablamento barroco. Dos sencillos arcos sobre pilares toscanos en cada lado sostienen los retablos. Toda la arquitectura rezuma pureza de formas, geometrismo y sencillez. Tras la reforma de los ochenta se decoraron los laterales con cuadros de estilo barroco y temática de la Pasión. 

Detalle del entablamento y pechina del 
crucero (Foto SIEMA)

Detalle de la cúpula. En las pechinas podemos observar emblemas
franciscanos ( Foto SIEMA)

Baldaquino con el Cristo de los 
Dolores (Foto SIEMA)

Detalle del baldaquino y Sagrario
(Foto SIEMA)

Escudo de alabastro de los fundadores, sobre la 
base de mármol (Foto SIEMA)

La escultura del Cristo de los Dolores es una copia del Cristo de la Serradilla (Cáceres), que estuvo en la capilla de palacio con el rey Felipe IV. También se le llama Cristo de la Victoria, como el que hay en una de las capillas a mano derecha de la iglesia de los Jerónimos de Madrid. La talla es de madera policromada y representa a Cristo con todas las heridas de los latigazos de la flagelación en su espalda, y la sangre de las espinas de la corona en el rostro, más las llagas y agujeros de los clavos. Aún tanto sufrimiento, Jesucristo se nos muestra como un Cristo vivo, victorioso sobre la muerte(está pisando la calavera de Adán y todo el género humano) y agarrado fuertemente a la cruz. Ocupa el interior de un baldaquino de madera abierto. Está sobre un gran pedestal de mármol en tonos grises y rojos, construido en forma de pirámide escalonada y que también contiene el Sagrario de mármol en su frente. Debajo del altar mayor están los restos mortales de los patronos que financiaron la construcción de esta capilla: el matrimonio formado por Lorenzo Ramirez de Prado y su mujer, Lorenza de Cárdenas. En los laterales vemos su escudo en alabastro. Ambos, cuando se inauguró la capilla, iniciaron también las obras del Hospital. 

San Luis de Francia (Foto SIEMA)

Zacarías, padre de S. Juan Bautista
(Foto SIEMA)

Cabezalero, "Cristo clavado en la cruz", s XVII
(Foto SIEMA)

Alrededor del crucero y del altar mayor nos encontramos las mejores obras de arte: un Zacarías y una Sta. Isabel, los padres de San Juan Bautista. Luego vemos también santos relacionados con la orden tercera franciscana, como San Luis de Francia, S. Fernando, Sta. Isabel de Portugal o Sta. María de Cortona (todas estas esculturas fueron esculpidas en madera en el s. XVII, por un seguidor de Pereira, Baltasar González). La Inmaculada y San Francisco son ya algo posteriores,  s. XVIII. Cabezalero, este pintor barroco que murió muy joven, era gran conocedor de la pintura italiana. Como lo muestra en lo complejo de las composiciones, el colorido o las expresiones. A él le encargaron los grandes lienzos sobre la Pasión que cuelgan en el crucero. Como el impresionante "Cristo clavado en la cruz". Recordar también que de estas paredes colgaban los cuadros de Carreño de Miranda que hoy se pueden contemplar en el Hospital de la VOT (véase http://madridconencanto-siema.blogspot.com.es/2017/01/hospital-de-la-venerable-orden-tercera.html )

Pila lavatoria de la antesacristía
(Foto SIEMA)

Puerta cancelada por donde se entraba
(Foto SIEMA)

Placa con nombres de franciscanos terciarios famosos
(Foto SIEMA)

Pasamos a la Antesacristía, espacio pequeño que tiene en la pared una pila lavatoria de mármol con escudo de alabastro de la orden franciscana (bajo la cruz, el brazo desnudo de Cristo con la yaga, y el de S. Francisco con el estigma y la manga de su hábito). La Sacristía se encuentra al final de nuestro recorrido con las visitas guiadas por SIEMA Matritensis ( www.siema.es ) o siempre que las pidáis. La orden tercera suele abrir la capilla algunos martes, jueves y sábados por la mañana. También guían ellos. En el suelo una placa, que antiguamente se situaba al exterior, y que muestra los nombres de famosos franciscanos terciarios, como Cervantes, Lope de Vega, Calderon o Queveda. Comentar aquí que durante el s XVII el 20 % de la población de Madrid pertenecía a esta rama terciaria de los franciscanos.  La Sacristía se terminó en época posterior-1685- y parte del mobiliario es del sXVIII. Destaca la bóveda, con los frescos de Teodoro Ardemans, representando el "Arrebato de San Franciso" . Alrededor las iniciales de Nuestro Padre San Francisco Seráfica y Venerable Orden Tercera De Penitencia.

Bóveda de la Sacristía con las iniciales enmarcadas en estucos
(Foto SIEMA)

Frescos de Teodoro Ardemans (Foto SIEMA)

Justo en la acera de en frente se encuentra un negocio con encanto que lleva nuestro mismo apellido, me refiero a Flores con Encanto (www.floresconencanto.com. Telf 913645743). Lo crearon hace 10 años un matrimonio encantador. Laura se dedica a los adornos florales, pero lejos del toque comercial, sino con tremenda originalidad, incluso trayendo plantas raras como, por ejemplo, papiros. Durante el año tienen jornada continua, de 9.30h-19h; pero a partir de junio cierran a las 14. Cualquier cosa que necesitéis estarán encantados de aconsejaros. La tienda es pequeña, pero da mucho de sí. Con las fotos no se hace uno a la idea de la cantidad de adornos que ofrecen. Espero que os guste. Hasta pronto:

Maribel Piqueras
Fachada de Flores con Encanto (Foto SIEMA)

Hortensias (Foto SIEMA)

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