jueves, 21 de noviembre de 2024

Palacio de Cañete

 En el número 69 de la calle Mayor encontramos un edificio inmenso, de estilo Austria, que tiene una larga historia tras de sí. Me refiero al Palacio del Marqués de Cañete. Al marqués que hace referencia el nombre era el segundo marido de la marquesa de Cañete, D. Juan Antonio Suarez de Mendoza y Torres de Portugal. Un personaje muy aficionado a todo lo esotérico. Una noche de 1654 estaba discutiendo con el conocido clérigo de Madrid, Antonio Armada, que le intentaba convencer de los riesgos que tenían esas prácticas de magia y esoterismo, puesto que también podían invocarse a espíritus malignos. A las pocas horas, uno de sus sirvientes lo encontró muerto con la espada clavada en el corazón. Como dicho clérigo fue la última persona en verlo con vida y, además, estaban discutiendo, la justicia decidió arrestar a Antonio Armada. Cuando el clérigo iba a ser ajusticiado en la plaza mayor, el 14 de agosto de 1654, ya con la argolla puesta en la garganta, se produjo un curioso intento de boicot por parte de la iglesia (un obispo, acompañado de 20 clérigos, subieron a ese tablado y liberaron a Antonio Armada para llevarlo protegido junto al obispo). Pero al día siguiente, precisamente se celebraba la fiesta de la Asunción, alcaldes de corte y muchos hombres armados fueron a buscar a Antonio Armada para que cumpliera la sentencia. El 22 de agosto le condujeron finalmente al cadalso para aplicarle la pena de muerte por garrote vil. Después, procedieron a cortarle la mano (cosa que les costó mucho y sólo lo consiguieron después de muchos intentos) con la idea de colgar la mano en la puerta del palacio de Cañete, para que así el pueblo de Madrid supiera lo que pasaba y les sirviera en sus conductas.

       Palacio del Marqués de Cañete. Vista general a la c/Mayor (SIEMA Matritensis)

Puerta principal del palacio del Marqués de Cañete, donde quedó colgada la mano del ajusticiado (SIEMA Matritensis)

Capilla de los Barrionuevo, en San Ginés (Blog han ganado los malos)

Siguiendo con ese interesante hecho, hay que comentar que los sucesos extraños que ya aparecieron en vida del marqués, se acentuaron ahora: ruidos extraños, apariciones, velas que se apagan, muebles que se trasladaban. El 29 de agosto, el alma de Antonio Armada se había aparecido al padre Eusebio, jesuita, para asegurarle que estuviese tranquilo y le comunicaba que ya estaba en el cielo gozando. El 9 de septiembre de 1654, uno de los criados del marqués, en su lecho de muerte, confesó el crimen. Lo mató porque no aguantaba las formas del marqués, especialmente lo duro que trataba a la marquesa y a su propia mujer. Todos estos sucesos que conmocionaron el Madrid de Felipe IV los escribió el cronista Jerónimo Barrionuevo. Desde entonces dejaron de aparecer fantasmas en el palacio, que había quedado como un edificio maldito. La viuda no aguantaba más en el mismo y decidió venderlo. Así que lo compró el Duque de Nájera, que da nombre a una de las calles laterales que rodean al palacio. Después pasó la propiedad al Marqués de Camarasa, quien la reformó en 1817. Sufrió otras remodelaciones a fines del s XIX, pero siempre se mantuvo el estilo original del siglo XVII. Es un palacio de dos torres esquinadas, torres de base cuadrada y cubiertas por chapiteles de pizarra. La fachada principal da a la calle Mayor, con gran zócalo de granito, donde asoman las ventanas del sótano. Todo el palacio está edificado con muros de ladrillo, En la planta baja vemos grandes ventanales rodeados por sencillas molduras de granito. Una línea de granito separa las dos plantas. La primera planta o principal, presenta balcones con molduras de granito más decorativas. La puerta principal denota ese clasicismo herreriano de la arquitectura madrileña del s XVII (puerta de madera rodeada por molduras rectas de granito y dos pilastras dóricas, con remate clásico de triglifos y metopas). Los muros del palacio se van adaptando al desnivel del terreno que encontramos en las calles laterales. Ya que descendemos por ahí hacia lo que era el barranco de San Pedro. Las torres están retranqueadas.

Torre retranqueada vista desde la esquina de Mayor, con Duque de Nájera (SIEMA Matritensis)

Calle del Duque de Nájera, quien también habitó ese palacio tras el marqués de Cañete 
(SIEMA Matritensis)

Profundidad de los muros del palacio del marqués del Cañete, a la derecha, descendiendo hacia 
la parte de atrás. Junto a él, los muros de la casa de la Villa (SIEMA Matritensis)


Este palacio del Marqués de Cañete sigue la costumbre de disponer de jardín en su parte trasera. Bajando la calle Duque de Nájera vemos la tapia de ladrillo que rodea ese recogido jardín. Sigue el trazado de cruz, con una fuente baja de piedra en el centro y recortes de boj, así como plantación de grandes árboles en la parte más cercana a los muros del palacio. Una verja separa ese jardín íntimo de la calle Sacramento. Nos encontramos con la figura de la reina bíblica Esther, mandada poner ahí por el Centro Sefarad-Israel. Desde 1985 pasó el edificio a ser propiedad del Ayuntamiento de Madrid. Se acondicionó otra vez el edificio y se decidió alquilar los espacios a otros organismos, ya que es muy grande. Desde el 2010 parte del edificio acoge el Centro Sefarad-Israel. Más recientemente se instaló en la planta primera del palacio la Casa de Asia. En la segunda planta encontramos la Fundación Japón. En el mismo edificio se encuentra la sede del Club Madrid. Y también otras estancias siguen siendo oficinas municipales (de la Agencia Tributaria municipal o de Informática). Yo creo que merece la pena conocerlo y retrotraernos a ese Madrid de los Austrias, con el convencimiento de que los fantasmas ya se han ido del lugar.

Maribel Piqueras

Muros de ladrillo rematados por tejas, que rodean el jardín (SIEMA Matritensis)

Jardín del palacio de Cañete (SIEMA Matritensis)

Otra vista de la fachada principal del palacio de Cañete (SIEMA Matritensis)





sábado, 2 de noviembre de 2024

Hospital de Maudes

 Siempre me ha llamado la atención esa estructura de piedra clara, que recuerda una fortaleza medieval y que da a la calle Raimundo Fernández Villaverde. Una de mis primeras viviendas en Madrid estuvo justo  por esa zona. Uno no puede imaginarse que por dentro sean espacios luminosos, ligeros, coloristas y con una decoración exquisita. Os lo voy a demostrar en esta entrada. La idea de hacer un hospital partió de una dama turolense, Dolores Romero, quien estaba casada con Francisco Curiel y Blasi (uno de los fundadores del Banco de España). Al fallecer su marido invirtió su patrimonio en varias fundaciones benéficas, la más importante de ellas fue este Hospital de San Francisco de Paula para jornaleros, más conocido por Hospital de Maudes (que hace referencia a la calle donde se ubica). Se fundó el 22 de febrero de 1912 como sociedad benéfica dedicada a atender a todo obrero necesitado que no tuviese medios para pagar su tratamiento o rehabilitación. El proyecto del mismo se le otorgó a los arquitectos Antonio Palacios y Joaquín Otamendi, quienes no escatimaron medios económicos en su construcción. El rey Alfonso XIII lo inauguró el 23 de junio de 1916 y se encargó a la orden hospitalaria de San Juan de Dios su atención. Dolores también ayudó a los hermanos de San Juan de Dios cuando mudaron el primitivo hospital de San Rafael que tenían. Dolores Romero recibió ese año del Rey la gran cruz de la orden civil de beneficencia.

 Vista actual del Hospital de Maudes desde Raimundo Fernández Villaverde (SIEMA Matritensis)

 Fotografía histórica del día de la inauguración, con el rey Alfonso XIII, Antonio Palacios y los hermanos de San Juan de Dios encargados recorriendo el hospital (Comunidad de Madrid)

Hospital de Maudes en 1916 y sus accesos por la ronda (Comunidad de Madrid)


La zona donde se ubicó el hospital pertenecía al municipio de Chamartín de la Rosa, bastante despoblado entonces en ese punto, también se construyeron junto a él las colonias de casas baratas de Maudes a principios de los años 30. Pero Madrid siguió su evolución y en el lugar de las colonias, al tirarlas, quedaron edificados los famosos Geminis. Así que el hospital pudo desarrollarse en una amplia superficie de 13.891 metros cuadrados. La planta del hospital disponía de 4 naves en forma de cruz, muy separadas y, en el centro, un gran patio rodeado de una galería de circunvalación. Los pabellones tenían capacidad de 200 camas. También se pensó en un pabellón de tres alturas para situar las consultas médicas, los despachos, oficinas de administración, laboratorio, almacenes y cocinas. Encontrábamos así mismo, en las fachada de la calle Alenza y la de la calle Treviño, dos pabellones independientes: uno era para los enfermos infecciosos y constaba de una sola planta con sótano y patio. Estaba aislado y tenía capacidad para 10 camas, debajo tenían el depósito de cadáveres. Esta pabellón no se conectaba con el resto de la galería central. El otro pabellón, también de una sola planta y simétrico a ese, se dedicaba a sala de operaciones, enfermería y consulta pública gratuita.

Planta 1 del hospital, donde se percibe la iglesia en la parte de arriba, los 4 pabellones que se cruzan en el patio y los otros dos independientes ( Plano de Antonio Palacios )

En 1924 le encargaron la atención del hospital a las hermanas de la caridad de San Vicente de Paul, por eso este santo tiene un retablo especial en la iglesia. Apenas sucede el levantamiento militar de 1936 queda incautado el hospital por las milicias populares, que lo utilizaron como Hospital de sangre. Desde el 7 de abril de 1939 fue considerado como Hospital Militar, debido a la destrucción del de Carabanchel durante la Guerra Civil y volvieron las monjas de San Vicente de Paul. En los años 50 y sesenta del siglo XX se fue deteriorando, hasta su cierre definitivo como hospital en 1964. En ese mismo año el Ejército se lo devolvió a la Fundación original, que consiguió una indemnización. Pero seguía sin medios suficientes para llevar a cabo el proceso de restauración. En 1979 fue declarado monumento histórico artístico nacional. En 1984 las dependencias del antiguo hospital pasaron a la Consejería de Política Territorial de la CAM, pero la Iglesia siguió perteneciendo a la Fundación. Hoy en día todo, menos la iglesia, forma parte de la Consejería de medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, quienes restauraron las fachadas durante 2006-08. Todos estos pasos históricos del hospital vienen muy bien en la web de la Comunidad de Madrid, no así lo referente a la magnífica Iglesia del Hospital que ahora veremos.
                            Vista aérea del Hospital de Maudes y su iglesia ( Comunidad Madrid)

                            Salas para enfermos en el período militar ( Comunidad de Madrid )

Patio central octogonal ( Chamberí )

Pasarela entre los pabellones (Manuel Blas)

La que fue Iglesia del Hospital ha sido reabierta en el 2013 para acoger la parroquia de Santa María del Silencio. Esta parroquia existe desde 1973 para atención de personas sordas o sordomudas y se alojaba en la cercana iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles hasta el 2013. Como se ve en los planos, la planta que diseñó Palacios para ella es de cruz griega, con terminaciones curvas en cada lado. Desde fuera llaman la atención las torres campanario, el uso de la piedra caliza y los forjados de la puerta modernista . En vez escalera central, se abre en círculo una escalera, a derecha e izquierda, desde la entrada. Una bonita copia en blanco de la Virgen de Sta. María del Silencio nos recibe en ese acceso. 

Verjas originales con remates modernistas en la fachada principal de la iglesia
(SIEMA Matritensis)

Diferentes torres del hospital (SIEMA Matritensis)

Una de las torres campanario en la fachada de la iglesia, con cerámica de Zuloaga en tonos verdes y azules  (SIEMA Matritensis)

Campana grande, que lleva el nombre de Santísimo Sacramento grabado arriba y,
 en el centro, una custodia (SIEMA Matritensis )

Campana más pequeña llamada Dolores , ambas tienen sólo toque manual
(SIEMA Matritensis)



Santa María del Silencio (SIEMA Matritensis)

En el interior de la iglesia Palacios cuidó todos los detalles de las artes decorativas. Llama la atención sus volúmenes movidos, la gran cantidad de huecos de luz, el uso del dorado y los colores. Estos últimos en las vidrieras de la casa Maumejean . Las vidrieras situadas sobre el altar representan a santos en los que destacan la caridad o el cuidado de los enfermos: San Isidro, patrón de Madrid; San Vicente de Paul; San Juan de Dios; San Rafael; San José (patrón de la buena muerte); el Ángel de la Guarda, San Roque (protector de las enfermedades infecciosas), San Francisco de Asis y San Lorenzo. El programa iconográfico de los temas representados en las vidrieras está muy cuidado. Frente a las del altar mayor, se sitúan las del coro alto, donde se representan diferentes escenas de Jesús asistiendo a los pobres. En uno de los laterales vemos a San Juan de Dios cuidando a enfermos y moribundos, rodeado de jornaleros de principios de siglo, con los instrumentos característicos de la industrialización española de la época. Junto a ellos, al fondo, se ve la silueta del Hospital de Maudes.  Y las vidrieras que nos quedan, son las situadas en el otro lateral también con enfermos. En ellas, en latín mencionan frases sobre la caridad o amor de Dios, algunas de ellas sacadas de la carta a los corintios de San Pablo.

Vidrieras del lado izquierdo del altar, sobre el retablo de San Vicente de Paul (SIEMA Matritensis)

Detalle de las vidrieras anteriores, donde se ven los obreros delante del hospital y, a la
derecha, San Juan de Dios (SIEMA Matritensis)

El coro y sus vidrieras (SIEMA Matritensis)

Altar en alto con las vidrieras en los semicírculos (SIEMA Matritensis)





Juegos de volúmenes muy dinámicos, curvos y cubiertas que recuerdan al arte gótico
(SIEMA Matritensis)

Todas las artes decorativas están muy cuidadas y se presentan muy elaboradas. El altar mayor se sitúa en alto, sobre elevadas escaleras de mármol. De mármol también es la mesa de altar y las columnillas sobre las que sitúa ángeles alabando el tabernáculo de la Virgen sobre el sagrario. Las barandillas de acceso al altar son una maravilla de espirales decoradas con vegetales y hojarasca en dorados. Así como los candelabros o el púlpito y la gran lámpara dorada del crucero. Unos grandes zócalos de cerámica con reflejos cobrizos rodean el altar y los dos retablos laterales. Antonio Palacios las encargó a la fábrica del sevillano Manuel Ramos. Palacios da mucha importancia a la combinación de diferentes materiales en sus obras y, por supuesto, no olvida la tradición española de la cerámica. En este hospital colaboran Manuel Ramos, pero también Zuloaga (este en las fachadas, donde utiliza la técnica del trencadis de Gaudí) y en los mosaicos interiores de los edificios.


Preciosa lámpara en bronce dorado y, tras ella, las vidrieras (SIEMA Matritensis)

Altar mayor con sagrario y tabernáculo para la Virgen. Se ve también la imagen de Antonio Palacios junto a Dolores Romero. Colocada en el acto del domingo 27 de oct del 2024 (SIEMA Matritensis)

Altar de San Francisco de Paula (SIEMA Matritensis)

Detalle de la magnífica cerámica con reflejos cobrizos de ese mismo altar. Realizada en la fábrica del sevillano Manuel Ramos, en el barrio de Triana (SIEMA Matritensis)

Cúpula donde destacan los nervios góticos y las vidrieras en azúles y dorados
(SIEMA Matritensis)

Órganos situados discretamente en los laterales. Vemos también el capitel con cabeza de ángel
(SIEMA Matritensis)

Álvaro Bonet, que tanto ha hecho por difundir la figura de Palacios, dando explicaciones delante del púlpito dorado (SIEMA Matritensis)


Barandilla de subida al altar y candelabro dorado, todo muy de estilo modernista (SIEMA Matritensis)

Según bajas las escaleras del altar, a la izquierda del mismo se accede por otras escaleras a la cripta. Una puerta modernista nos abre paso a esa cripta. En este caso se inspiró en el románico, incluso en la de la catedral de la Almudena, pero mucho más curva y movida en cubiertas y planta. El altar coincide con el altar de la cripta, de donde sale arriba una vidriera lucernario con los símbolos eucarísticos. Frente al altar se sitúa el mausoleo de mármol de Dolores Romero y su marido. También están los padres de ella y su hermana Joaquina.

Puerta y reja de bajada a la cripta, con el símbolo del corazón de Jesús arriba, como Dolores 
                                                                 (SIEMA Matritensis)

Vista general de la cripta (SIEMA Matritensis)

Lucernario de la cripta (SIEMA Matritensis)


Altar de la cripta, del mármol blanco como la cruz. Todo ello rodeado de zócalo y revestimientos
de cerámica con reflejos cobrizos (SIEMA Matritensis)

Tumba de Dolores Romero y su marido en el centro de la cripta 
(SIEMA Matritensis)

Nada más terminar agradeciendo al párroco, D. Iñaki, y a Álvaro Bonet, la posibilidad de recorrer con calma las instalaciones y haber escuchado el toque manual de campanas que, ciertamente, te transporta al cielo de Madrid. Me despido con imágenes del suelo de mosaicos en los pasillos de las dependencias de la iglesia por arriba. Así como la escalera de caracol de metal para subir al campanario, realizada también por Palacios. Aunque fuera una escalera alejada del uso público, también está muy cuidado su diseño. Espero que os haya gustado. Hasta pronto:

Maribel Piqueras

Suelos de mosaicos en las dependencias altas 
(SIEMA Matritensis)