En el número 69 de la calle Mayor encontramos un edificio inmenso, de estilo Austria, que tiene una larga historia tras de sí. Me refiero al Palacio del Marqués de Cañete. Al marqués que hace referencia el nombre era el segundo marido de la marquesa de Cañete, D. Juan Antonio Suarez de Mendoza y Torres de Portugal. Un personaje muy aficionado a todo lo esotérico. Una noche de 1654 estaba discutiendo con el conocido clérigo de Madrid, Antonio Armada, que le intentaba convencer de los riesgos que tenían esas prácticas de magia y esoterismo, puesto que también podían invocarse a espíritus malignos. A las pocas horas, uno de sus sirvientes lo encontró muerto con la espada clavada en el corazón. Como dicho clérigo fue la última persona en verlo con vida y, además, estaban discutiendo, la justicia decidió arrestar a Antonio Armada. Cuando el clérigo iba a ser ajusticiado en la plaza mayor, el 14 de agosto de 1654, ya con la argolla puesta en la garganta, se produjo un curioso intento de boicot por parte de la iglesia (un obispo, acompañado de 20 clérigos, subieron a ese tablado y liberaron a Antonio Armada para llevarlo protegido junto al obispo). Pero al día siguiente, precisamente se celebraba la fiesta de la Asunción, alcaldes de corte y muchos hombres armados fueron a buscar a Antonio Armada para que cumpliera la sentencia. El 22 de agosto le condujeron finalmente al cadalso para aplicarle la pena de muerte por garrote vil. Después, procedieron a cortarle la mano (cosa que les costó mucho y sólo lo consiguieron después de muchos intentos) con la idea de colgar la mano en la puerta del palacio de Cañete, para que así el pueblo de Madrid supiera lo que pasaba y les sirviera en sus conductas.
Palacio del Marqués de Cañete. Vista general a la c/Mayor (SIEMA Matritensis)jueves, 21 de noviembre de 2024
Palacio de Cañete
Puerta principal del palacio del Marqués de Cañete, donde quedó colgada la mano del ajusticiado (SIEMA Matritensis)
Capilla de los Barrionuevo, en San Ginés (Blog han ganado los malos)
Torre retranqueada vista desde la esquina de Mayor, con Duque de Nájera (SIEMA Matritensis)
Siguiendo con ese interesante hecho, hay que comentar que los sucesos extraños que ya aparecieron en vida del marqués, se acentuaron ahora: ruidos extraños, apariciones, velas que se apagan, muebles que se trasladaban. El 29 de agosto, el alma de Antonio Armada se había aparecido al padre Eusebio, jesuita, para asegurarle que estuviese tranquilo y le comunicaba que ya estaba en el cielo gozando. El 9 de septiembre de 1654, uno de los criados del marqués, en su lecho de muerte, confesó el crimen. Lo mató porque no aguantaba las formas del marqués, especialmente lo duro que trataba a la marquesa y a su propia mujer. Todos estos sucesos que conmocionaron el Madrid de Felipe IV los escribió el cronista Jerónimo Barrionuevo. Desde entonces dejaron de aparecer fantasmas en el palacio, que había quedado como un edificio maldito. La viuda no aguantaba más en el mismo y decidió venderlo. Así que lo compró el Duque de Nájera, que da nombre a una de las calles laterales que rodean al palacio. Después pasó la propiedad al Marqués de Camarasa, quien la reformó en 1817. Sufrió otras remodelaciones a fines del s XIX, pero siempre se mantuvo el estilo original del siglo XVII. Es un palacio de dos torres esquinadas, torres de base cuadrada y cubiertas por chapiteles de pizarra. La fachada principal da a la calle Mayor, con gran zócalo de granito, donde asoman las ventanas del sótano. Todo el palacio está edificado con muros de ladrillo, En la planta baja vemos grandes ventanales rodeados por sencillas molduras de granito. Una línea de granito separa las dos plantas. La primera planta o principal, presenta balcones con molduras de granito más decorativas. La puerta principal denota ese clasicismo herreriano de la arquitectura madrileña del s XVII (puerta de madera rodeada por molduras rectas de granito y dos pilastras dóricas, con remate clásico de triglifos y metopas). Los muros del palacio se van adaptando al desnivel del terreno que encontramos en las calles laterales. Ya que descendemos por ahí hacia lo que era el barranco de San Pedro. Las torres están retranqueadas.
(SIEMA Matritensis)
la parte de atrás. Junto a él, los muros de la casa de la Villa (SIEMA Matritensis)
Este palacio del Marqués de Cañete sigue la costumbre de disponer de jardín en su parte trasera. Bajando la calle Duque de Nájera vemos la tapia de ladrillo que rodea ese recogido jardín. Sigue el trazado de cruz, con una fuente baja de piedra en el centro y recortes de boj, así como plantación de grandes árboles en la parte más cercana a los muros del palacio. Una verja separa ese jardín íntimo de la calle Sacramento. Nos encontramos con la figura de la reina bíblica Esther, mandada poner ahí por el Centro Sefarad-Israel. Desde 1985 pasó el edificio a ser propiedad del Ayuntamiento de Madrid. Se acondicionó otra vez el edificio y se decidió alquilar los espacios a otros organismos, ya que es muy grande. Desde el 2010 parte del edificio acoge el Centro Sefarad-Israel. Más recientemente se instaló en la planta primera del palacio la Casa de Asia. En la segunda planta encontramos la Fundación Japón. En el mismo edificio se encuentra la sede del Club Madrid. Y también otras estancias siguen siendo oficinas municipales (de la Agencia Tributaria municipal o de Informática). Yo creo que merece la pena conocerlo y retrotraernos a ese Madrid de los Austrias, con el convencimiento de que los fantasmas ya se han ido del lugar.
Maribel Piqueras
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