La Iglesia de la Virgen de la Paloma se encuentra situada en la plaza del mismo nombre, aunque también se accede desde la calle Toledo nº 98. Contiene la imagen de la Virgen más popular de Madrid, en pleno corazón del barrio de La Latina. Contaremos un poco de su historia. Para empezar, con el curioso nombre de la calle, la Paloma. Donde hoy se levanta la iglesia había unos corrales que pertenecían a unas monjas, las de San Juan de la Penitencia. En ellos domesticaron a una paloma que siempre volaba sobre la escultura que representaba a la Virgen de las Maravillas. Esas monjas se trasladaron al convento en la calle la Palma y con ellas se fue la paloma, siguiendo a al Virgen de Maravillas, pero dejando el nombre a esta calle y a sus corrales: corrales de la Paloma.
Cartel indicativo de la calle (Foto SIEMA)
Calle de la Paloma adornada para las fiestas, al fondo las torres de la iglesia
(Foto SIEMA)
Cuadro que representa el momento en que Isabel Tintero encuentra el lienzo
(Foto SIEMA)
En cuanto al lienzo de la Virgen de la Paloma diremos que ha pasado por muchas vicisitudes a lo largo de su historia. Una señora, Isabel Tintero, encontró el lienzo en manos de unos niños que jugaban con él. Estaba abandonado entre maderas que se iban a usar para quemar (muy bien representado en el cuadro que hay justo en la entrada de la iglesia por la calle Toledo). Isabel lo cogió y lo colgó en el portal de su casa. Llegaron las visitas y, buscó una habitación más grande dentro de su propia casa. Pero como llegó un momento en que no se cabía por la gran devoción que despertaba, construyeron una capilla. En encargado de realizarla fue un discípulo de Ventura Rodriguez, y se levantó en 1795 con fondos de la corona. Muy devotas de la Virgen de la Paloma fueron también las reinas Mª Luisa de Parma e Isabel II. Y su popularidad crecía entre el pueblo de Madrid. Durante la Guerra de la Independencia lo guardó la propia Isabel Tintero. No está de más recordar la heroica defensa de Madrid que hicieron las manolas de estos barrios en torno a la puerta de Toledo y a esa calle. Después, en los años de la Guerra Civil, protegieron el lienzo guardándolo enrollado en la cabecera de una cama y, después, en una farmacia. Para exponerlo, por fin, en la iglesia. Como no tenían medios, ni carroza donde llevarlo en procesión, los bomberos de Madrid se ofrecieron a llevarlo en sus coches. De ahí que todavía hoy sean los bomberos los que se encarguen de descolgarlo y sacarlo en procesión.
Fachada principal (Foto SIEMA)
En 1891 se trasladó aquí la parroquia de San Pedro el Real, levantándose un nuevo edificio en 1896, según el proyecto del arquitecto Lorenzo Álvarez Capra. Quedó inaugurada la nueva iglesia el 23 de marzo de 1912 por los reyes Alfonso XIII y Mª Victoria de Batttemberg. Como se aprecia en la foto de la fachada principal, sigue el estilo ecléctico de finales s XIX y principios XX, prefiriéndo el neomudejar para edificios religiosos. Dos altas torres de terminación recta flanquean la entrada principal, que se remata en triángulo con cruz. El ladrillo y la decoración geométrica llenan las superficies. Se accede por una serie de tres arcos clásicos de medio punto sobre columnas. Sobre ellos una galería de tres arcos apuntados góticos. El juego de arcos de la parte central está trabajado en blancos que contrastan con el rojo del ladrillo. Esa mezcla de árabe y gótico continúa también en el interior. La iglesia presenta una planta rectangular con tres naves. La principal es muy ancha y en ella se dispone, en medio, la mesa rectangular que hace de altar y una gran pila de inmersión, antes de llegar al altar. A los lados dos estrechas naves laterales separadas de la principal por gruesas columnas con basamento de granito. Las cubiertas son planas de madera, excepto en el pequeño ábside, que está cubierto por una especie de media naranja con los tramos de los gajos rectos.
Vista general del interior de la Iglesia (Foto SIEMA)
Pila de agua bendita (Foto SIEMA)
Nave central, con la pila bautismal de inmersión con escaleras en
un primer plano (Foto SIEMA)
Elementos góticos y árabes inspiran el interior, una tribuna con arcos y decoración sencilla calada se sitúa sobre las pequeñas naves laterales. Lámparas colgantes que recuerdan al medievo cuelgan de los techos. Iglesia con mucha luz, no solo por el estucado blanco sobre el ladrillo, sino por las numerosas ventanas con vidrieras modernas que se abren en ella. Una elegante moqueta azul cubre el suelo. De la parte central a los laterales y, también al retablo mayor, se disponen unas gradas que, a veces, hacen incómodo pasar de un lado a otro por la iglesia.
Arcos de herradura en lo que sería un estrecho crucero
(Foto SIEMA)
Vista desde el altar hacia la puerta principal (Foto SIEMA)
Tribunas sobre la nave lateral (Foto SIEMA)
Detalle del coro alto a los pies de la iglesia y las lámparas
(Foto SIEMA)
En el ábside se abren tres grandes ventanales góticos y, debajo de ellos, está el retablo en madera policromada dorada que sostiene el lienzo de la Virgen de la Paloma. Enmarcado por finas columnillas que sujetan un arco conopial, en cuyo centro, hay una corona. De ahí parten unos rayos de metal y, todo ello queda rodeado por una multitud de cabezas de ángeles dorados. Esa estructura circular se enmarca, a su vez, en un cuadrado con decoración neogótica isabelina. El retablo ocupa la mitad de la pared del ábside. La Virgen de la Paloma es la Virgen de la Soledad, representada con un dulce rostro, las manos recogidas en oración, vestido blanco y velo negro, con una corona repujada en plata.Cuelgan elementos de la Pasión en su vestido. Es protectora de niños y embarazadas, quizás por la forma ancha del vestido. Bajo la imagen de la Virgen hay una pequeña escultura en plata de San Pedro. Recordamos que la parroquia lleva la advocación de la Virgen de la Paloma y San Pedro el Real. También una placa de mármol que nos recuerda que aquí reposan los restos de Isabel Tintero ( fallecida en 1813) y que se trasladaron a esta iglesia en 1996, desde el cementerio de San Isidro.
Retablo y pequeña imagen de San Pedro, justo debajo de los rayos que desprende la imagen
de la Virgen de la Paloma (Foto SIEMA)
Detalle, Virgen de la Paloma (Foto SIEMA)
Pequeña imagen de San Pedro en plata con reliquia (Foto E.Moreno para SIEMA)
Pequeña imagen de San Pedro en plata con reliquia (Foto E.Moreno para SIEMA)
A la izquierda del altar se sitúa la sacristía, con un sencillo mueble cajonera y dos bonitos lienzos sobre él. Una Inmaculada y un San Blás. Por la puerta de la derecha del altar se accede a la salida o entrada desde la calle Toledo. Desde ahí se aprecia la construcción de la iglesia y el ábside desde atrás, y se ve la disposición recta de sus lados, no en círculo.
Inmaculada de la sacristía (Foto SIEMA)
San Blas en la sacristía (foto SIEMA)
Exterior del ábside de ladrillo, con sus contrafuertes y ventanas ojivales que recuerdan a la
época medieval (Foto SIEMA)
Entrada desde la calle Toledo (Foto SIEMA)
Muy cerca de la Virgen de la Paloma está un negocio centenario de Madrid, la Cerería Ortíz. Antes de comentar esta magnífica cerería me gustaría recordarles que para ver las imágenes con mayor claridad no hace falta más que pinchar sobre ellas. También que pueden comentar cosas en el propio blog o seguirnos en facebook https://www.facebook.com/Proyecto-Siema-160447914009459/?fref=ts o twitter @siemamadencanto. La Cerería Ortiz está en la calle La Paloma nº 5. Existe desde 1887, aunque empezó en la calle Atocha. La que ahora está a cargo del negocio es la cuarta generación, se llama Yolanda y es una mamá joven que te atiende estupendamente. Pero no piensen en un negocio antiguo, sino que está a la última en cuanto a decoración con velas, velas personalizadas para cumpleaños, velas aromáticas, con todo tipo de diseños. Se sigue la técnica artesanal de fabricación. Utilizando, cada vez más, ceras naturales. También se dan talleres. Para más información www.cereriaortiz.com
Maribel Piqueras
Interior del taller, con cera fundida (Foto E. Moreno para SIEMA)
Escaparate con cera de abeja (Foto SIEMA)
Yolanda explicando (Foto SIEMA)
Mostrador de velas ( Foto SIEMA)
Uno de los grupos en la visita a Latina II delante de la fachada
de la Cerería Órtiz (Foto SIEMA)
Placa del Ayuntamiento como comercio centenario
(Foto SIEMA)