La pintoresca Plaza de Chueca recibe el nombre del compositor de zarzuelas Federico Chueca y es el centro de este curioso barrio que se extiende entre la calle Hortaleza y la calle Barquillo. Entre su entramado de calles, pequeños callejones y rincones, bulle una oferta de ocio, cultura y comercio muy rica y de plena actualidad. Esta zona todavía era inexistente en 1861, cuando Mesonero Romanos publicó sus paseos histórico-anecdóticos por las calles y casas de esta villa. En el entorno de la plaza lo que existía era la Galera y la residencia palaciega del Duque de Frías. La zona creció rápidamente con el desarrollo industrial y se estableció por el área una población proletaria, de casas pobres, pero de ambiente muy castizo. Los habitantes más conocidos eran los llamados "chisperos": fabricantes y mercaderes de utensilios de hierro, de ahí el nombre con que les apodaron los madrileños. Más tarde se abriría la calle S. Gregorio hasta Augusto Figueróa y se ensancharía la de Gravina. Como dato curioso, en 1802, se casó en esta última calle, donde entonces se situaba la parroquia de San José, Simón Bolivar con su novia madrileña, MªTeresa, antes de que fuera derruida esa iglesia y traslada a la calle Alcalá. La Plaza estaba situada en una zona decadente y marginal en los años 70 y 80 que, después, supo superar el ser considerada nada más que "barrio gay" de Madrid para aportar a los madrileños una serie de vivencias cosmopolitas y vanguardistas en el ocio que merecen la pena. Es un barrio bastante completo y lleno de contrastes. Ya hablamos en una entrada anterior de la maravilla del conjunto de las Góngoras, para ahora centrarnos en dos puntos comerciales.
Plaza de Chueca (Foto SIEMA)
Plaza de San Gregorio en 1895, antecedente de la plaza de Chueca
(Foto wikipedia)
Plaza de Chueca, terraza junto a la salida del metro (SIEMA)
Lateral de la plaza, donde se aprecian las rejas y decoración de
estucos del s XIX (Foto SIEMA)
A partir de los 90 el Ayuntamiento y los vecinos empezaron a invertir en la zona. Se remodeló la plaza como está hoy en día, restaurando las fachadas que dan a ella. Se percibe mejor la calidad del trabajo de rejería en las balconadas y la labor del estucado de finales del s.XIX y principios del s.XX. Destacan en una esquina (calle Gravina nº 11) la Taberna de Ángel Sierra, con la decoración pictórica y paneles de madera tan característicos del s.XIX y principios del XX, para hacer un parón y tomar cerveza, vermuth de grifo o cualquier pincho. Esta taberna ya es centenaria, pues aunque se creó en 1908, desde 1917 pertenece a Angel Sierra y a sus herederos. A la plaza da la barra y, por detrás, el comedor. En el interior destacan las maderas de Cuba y la decoración de azulejos de la cartuja. También en su interior recordamos que Almodovar situó algunas escenas de "La Flor de mi secreto". En frente se sitúa L´Habilleur, una tienda de ropa elegante a buen precio. Y para reponer fuerzas a cualquier hora nada mejor que entrar en cualquiera de los bares con terrazas o restaurantes que dan a la propia plaza.
Animadas terrazas en la Plaza (Foto SIEMA)
Vista general de la Taberna de Ángel Sierra (Foto SIEMA)
Interior de la Taberna de Ángel Sierra (Foto SIEMA)
Justo detrás de la Plaza se sitúa el Mercado de San Antón. El origen era un importante mercado de barrio en esta zona que creció a lo largo del s.XIX con población emigrante. La novela de Galdós, "Fortunata y Jacinta", es una crónica social de ese Madrid y en su segunda parte aparece citado el mercado. Dice textualmente "La casa estaba en una de las muchas rinconadas de la antigua calle de San Antón. En el portal había una relojería entre cristales, quedando tan poco espacio para la entrada, que los gordos tenían que pasar de medio lado; en el piso bajo y tienda una bollería que inundaba la casa de préstamos de farolón a la calle, y en ciertos días había en los balcones ventilación de capas empeñadas. Más arriba los pisos estaban divididos en viviendas estrechas y de poco precio. Había derecha, izquierda y dos interiores. Los vecinos eran de dos clases: mujeres sueltas, o familias que tenían su comercio en el próximo mercado de San Antón. Hueveras y verduleras poblaban aquellos reducidos aposentos, echando sus hijos a la escalera para que jugasen. En uno de los segundos exteriores vivía Feliciana, y Fortunata en un tercero interior".
Exterior del Mercado de San Antón
En tiempos de Franco, año 1945, se construyó un gran mercado con materiales muy baratos de posguerra: grandes pilares y hormigón. Pero este mercado, al igual que el resto del barrio, se vió afectado por la crisis y la decadencia de los años 70 en adelante. En el 2002 se incluyó en el plan de modernización y empezaron las obras en el 2008. Habiendo presentado el proyecto de remodelación los propios comerciantes del mercado al alcalde. Situado en la calle Augusto Figueroa nº 24, ocupa una enorme superficie, de 7.354 m2. Se inuguró en el 2011. Como he dicho anteriormente el promotor era la propia Asociación de Comerciantes del Mercado de San Antón y el proyecto lo realizó el estudio QVE, de Ana Mª Montiel y José García del Monte. Exteriormente el edificio es una moderna mole compacta de ladrillo. Hormigón, ladrillo y acero es lo que vemos también en el interior.
Interior de las diversas plantas (web del mercado)
Ahora es mucho más accesible y funcional. Incluso sus puestos y diseño se adaptan al carácter cosmopolita y vanguardista del barrio. Y, por supuesto, respetando el medio ambiente, con los techos acristalados cubiertos de placas solares o las alimentaciones para recargar baterias de coches electrícos con los que cuenta el aparcamiento. Esa austeridad de formas no va pareja al estilo gourmet de cada uno de los puestos. El mercado se organiza de la siguiente manera: un supermercado abajo, puestos "tradicionales" de mercado en su planta primera (no una gran variedad del mismo género para elegir, sino un puesto de cada, más o menos; por ejemplo de carnes, charcutería, pescado, mariscos, fruta, panadería, etc..).Este mercado tiene un amplio horario hasta las 22h.
Puesto de foie (Pituca para SIEMA)
En la segunda planta están los puestos de comida para llevar, tapeo, show cooking y la sala de exposición. Los pasillos son amplios y disponen de mesas y taburetes para poder descansar, aunque las noches de los fines de semana no hay quien quepa. Esta segunda planta abre hasta las 24h. La presentación es de lujo (como puede apreciarse en esta foto de Pituca del puesto del foie) y podemos encontrar cocina del mundo entero: tapas y vinos españoles junto a sushi japonés o cocina griega.
En la tercera planta se sitúa el restaurante y la terraza, que los sábados y festivos abren hasta la 1.30h. En fín creo que todo esto también forma parte de ese patrimonio que hay que enseñar en Madrid.
Muy cerca del Mercado de San Antón encontramos otro negocio centenario: la Tienda de Vinos de Augusto Figueróa nº 35. Este local se fundó en 1890 por Francisco Gómez y Jacinta Pinto como despacho de vinos modesto de la época, donde se ofrecía vino de Valdepeñas, aguardiente y licores. También se le conocía como la taberna del guitarrista por que su hijo acompañaba con veladas musicales de guitarra a los clientes. En los años 50 pasó a ser también casa de comidas y sus dueños actuales son la cuarta generación de la familia. Esta tienda de vinos estaba muy vinculada al mundo literario, pues eran asiduos Rafael Alberti, Machado, Azorín o Benavente. También en los 50 se la conocía con el sobrenombre de Comunista, porque asistían a jugar al mus y tomar algo muchos socialistas de la vecina Casa del Pueblo de la c /Piamonte ( derruida en 1953) y que siguieron yendo por ella.
Tienda de vinos y comidas (Foto SIEMA)
Uno de los laterales del Mercado de San Antón es la calle Barbieri, que lleva el nombre de otro famoso músico amigo de Federico Chueca. Y seguimos hablando de cante, porque ahí se situaba el tablao que montó en 1963 Manolo Caracol, "Los canasteros", en el nº 10 de Barbieri. Hoy es la discoteca Polana, pero todavía conserva ese tablao en su interior. También en Barbieri hay fachadas muy decoradas y una curiosa tienda, Picnic, en el número 9, donde se encuentra ropa muy de uso diario, caracterizada por sus bonitos diseños y colores llamativos. Lleva situada aquí casi 8 años y sigue en auge. El teléfono de Picnic es 915218317.
Maribel Piqueras
Antiguo Tablao de Manolo Caracol (Foto SIEMA)
Fachada del antiguo tablao, hoy discoteca (Foto SIEMA)
PICNIC, camisetas (Foto SIEMA)
PICNIC, vista interior (Foto SIEMA)