Hoy nos queremos detener en la Basílica de San Francisco, el Grande, como popularmente se conocía esta iglesia de Madrid. Está construida sobre un antiguo convento de franciscanos enclavado en las afueras del Madrid de los Austrias, en las tierras y huertas junto al río que se extendían hacia el Sur de Madrid. Se había edificado ahí ese primer convento porque, durante el sXIII, junto a la puerta de Moros, San Francisco estableció una primera comunidad al pasar por Madrid de camino en su peregrinación hacia Santiago. Tiene el honor de ser, por tanto, el más antiguo convento fundado en Madrid, junto al de los Benedictinos. Desde 1561 empezó a ser templo predilecto, con numerosas donaciones y enterramientos de nobles en él. Adquiriendo gran importancia cuando en el mismo se instaló la Obra Pía de Jerusalem.
El rey Carlos III, que seguía una espiritualidad muy franciscana, decidió derribar el viejo convento y construir uno nuevo en 1761.Hubo un primer proyecto realizado por Ventura Rodriguez, que era en planta similar al de san Pedro del Vaticano (constaba de tres naves y cúpula), pero no gustó a la comunidad franciscana porque, entre otras cosas, situaba el coro en el presbiterio, impidiendo el desarrollo en ese punto de un gran retablo. Ventura Rodriguez pertenecía a la orden tercera de los franciscanos. El proyecto definitivo lo realizó el fraile lego franciscano Francisco Cabezas, inspirándose en la planta circular de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalem. Situó en cada lado tres enormes capillas cubiertas con cúpulas. También ideó la cúpula más grande que se había visto nunca en Madrid, con 33ms de diámetro. Cuando la obras habían llegado a la línea de cornisa empezaron los problemas, ya que la R. Academia de Bellas Artes de San Fernando, que tenía como miembros destacados a Diego Villanueva y Ventura Rodriguez, entabló una polémica sobre la seguridad de tan gran cúpula. Por tanto, se discutió mucho sobre los refuerzos entre las capillas para poder aguantar el peso de la cúpula, sobre si llevar tambor o no, etc....Cabezas acabó harto del proyecto, de los retrasos, cambios y elevados costes. La Real Academia decidió por fin suprimir el tambor con columnas. Por eso es una gran cúpula, pero resulta pequeña vista desde fuera porque no se eleva sobre un tambor, sino que cae directamente sobre la cornisa. Eso que es mucho mayor de diámetro que la de la Mezquita de Santa Sofía o la de San Pablo en Londres.
Detalle de San Francisco el Grande en el Plano de Texeira, de 1656, donde se
percibe sus grandes dimensiones, huertas, claustro, convento, iglesia y demás dependencias.
Vista de San Francisco con su fachada, donde se percibe
lo pequeña que queda la cúpula entre las torres campanario y la gran fachada
(Foto SIEMA)
El rey Carlos III acudió entonces, en 1776, a Sabatini y Miguel Fernández para que se terminaran las obras cuanto antes. Sabatini cubrió la iglesia, construyó el convento y realizó la fachada clasicista. Imponente fachada de orden colosal, con estructura convexa, realizada toda ella en piedra y sin decoración escultórica, sino totalmente neoclásica. Tres grandes arcos de medio punto, entre columnas dóricas de fuste liso, nos reciben después de la escalinata. Un gran entablamento clásico separa esta primera parte de la fachada de la segunda parte. Ahora son grandes huecos rectangulares como balcones, con remates de molduras arquitrabadas. La parte superior de la fachada la remata una balaustradas con enormes esculturas de piedra que representan, de izquierda a derecha de la misma, a S.Agustín, San Antonio de Padua, Santiago el Mayor, Sto. Tomás de Aquino, San Buenaventura y San Francisco. Sobre el frontón central, la cruz de la Orden del Santo Sepulcro y, sobre ella, el símbolo de los franciscanos cubierto por la corona real. La Basílica de San Francisco se comunica, por la parte de la derecha, con la Capilla del Cristo de la V.O.T. Esta capilla se utilizaba para el culto mientras duraban las obras de la Basílica. Por el lado izquierdo, los muros de esa zona dan al parque de las Dalias. Se pueden apreciar los muros de ladrillo y la separación tan ancha que existe entre las diferentes capillas. De la iglesia de la época de Carlos III queda la fachada, la disposición interior de la planta, capillas y cabecera. Así como los óleos que cubren las dos capillas más cercanas a la entrada, todos del s XVIII, de Goya y contemporáneos al famoso pintor.
Lateral derecho y comunicación con la
Capilla del Cristo (Foto SIEMA)
Cubiertas barrocas y espadaña de la Capilla del Cristo, que se
terminó en 1679 (Foto SIEMA)
Placas que indican San Buenaventura 1 y la historia de que
San Francisco construyó una primera capilla en 1217
(foto SIEMA)
Muro lateral y cubiertas de la diferentes capillas (cúpulas con linterna),
así como la ancha y fuerte separación de las mismas, pensada inicialmente
para poder sujetar la gran cúpula (Foto SIEMA)
Esta Iglesia tan querida por Carlos III se inauguró en 1784. También sufrió los momentos turbulentos de la historia del s XIX: invasión de tropas napoleónicas, su conversión en hospital. Incluso se pensó en hacerla sede de las sesiones de las cortes con José Bonaparte; después vendría la obra desamortizadora y , en 1835, es cerrada al culto. Tuvieron en esos años treinta la idea de convertirla en panteón, como así sucedió en 1869 (trasladándose los restos de Juan de Villanueva, Ventura Rodriguez, Marqués de la Ensenada, Calderón de la Barca, Quevedo o Garcilaso). La iglesia estaba bastante deteriorada en su interior. Cánovas del Castillo tuvo la idea de transformar completamente la decoración interior del templo, buscando una mayor ornamentación de carácter majestuoso. Esas obras de restauración comenzaron en 1881, dentro de el estilo ecléctico tan característico del s.XIX (donde se mezclará el neoplateresco, con el neogótico, pompeyano, neorenacentista, realismo, etc..). Intervienen en el vasto proyecto numerosos artistas, aunque la dirección de cada una de las artes dependía de una persona. Por ejemplo, Simón Ávalos se encargaba de la dirección arquitectónica, Carlos Luís de Ribera de la pintura histórica y Casto Plasencia de la religiosa, José Marcelo Contreras de la ornamentación. La iglesia renovada se inauguraría en 1889, para celebrar en ella los funerales de la reina MªMercedes, primera mujer de Alfonso XII. Desde el año 1927 atienden los servicios los franciscanos otra vez, con la interrupción de la Guerra Civil (Durante la misma fue depósito de obras de arte).En 1961 se derribó el convento de Sabatini para ampliar la Gran Vía de San Francisco, como se puede ver en la fotografía siguiente,dónde todavía aparece el convento antes de su derribo.
Convento de san Francisco antes de su derribo
(Foto Urbancidades)
El Papa Juan XXIII la elevó a Basílica Menor en 1963. En 1980 se declaró monumento histórico-artístico. El ingente trabajo constructivo y decorativo requiere un continuo mantenimiento. Está restaurada la cúpula y altar mayor, pero las capillas siguen con enormes destrozos y humedades.
Cubiertas del pórtico, con los pilares y arcos rebajados
(Foto SIEMA)
Detalle de la puerta derecha, que representa a Jesús con
la mujer adúltera (Foto SIEMA)
Puerta izquierda, con Jesús ante un paralítico y Jesús con los
doctores (Foto SIEMA)
Puerta central de la entrada, donde se representa a Cristo crucificado y, a
los lados, la Fe y la Caridad (Foto SIEMA)
Detalle de la puerta izquierda, con el Buen Ladrón ante
lanceros (Foto SIEMA)
Con estas imágenes del gran pórtico de la iglesia ya os podéis hacer una idea de la calidad que tiene el trabajo realizado en San Francisco. Mide 19 por 10.25 ms y está todo él pavimentado con mosaicos. Los zócalos, pilares y pilastras se nos muestran revestidos de mármoles jaspeados. Los relieves que decoran los tres semicírculos de la entrada están esculpidos en yeso y dorados como bronces. Representan a Nra señora de los Ángeles el central, y los otros al Éxtasis de San Francisco y el Tránsito del mismo. A los lados vemos escudos de la cruz de Jerusalem sostenidos por ángeles tenantes. Las siete puertas se tallaron sobre nogal americano siguiendo el minucioso estilo neoplateresco. Las realizó Antonio Varela, el mismo que restauró las esculturas del monasterio de San Juan de los Reyes en Toledo. En la puerta central está Cristo crucificado y en las laterales los dos ladrones. Debajo de ellos vemos cuatro escenas sacadas de la Biblia y esculpidas con minuciosa técnica y relieve muy fino. En las bóvedas rebajadas Watteler pintó motivos decorativos geométricos y vegetales. Si ya la entrada nos ha impresionado, no digo lo que impacta la visión de la riqueza interior.
Pila de agua bendita realizada en mármol(Foto SIEMA)
Cúpula y linterna (Foto SIEMA)
Detalle de las cubiertas, donde se aprecian las santas españolas,
los profetas y las vidrieras (Foto SIEMA)
La planta circular tiene colocadas en los laterales las esculturas, a tamaño natural en mármol de Carrara, de los 12 apóstoles. Todas ellas realizadas por diferentes autores como, por ejemplo, Ricardo Bellver (S. Andrés y S. Bartolomé)o Benlliure ( el espectacular y expresivo S. Mateo). Sobre las pilastras de orden dórico que separan las capillas encontramos la decoración de follaje grisáceo sobre fondo dorado y bustos de santos que realizó Contreras. Las vidrieras de la cúpula tratan temas marianos y son de la casa alemana Mayer, de Munich. Ribera diseñó los dibujos de la cúpula, aunque fue Casto Plasencia el que la llevó a cabo. No sigue la técnica tradicional del fresco, sino que llama la atención el color tan intenso y vivo que tiene porque es óleo sobre yeso. Consta de 8 paneles. Los dos mayores representan a Nra Sra de los Ángeles, sobre el altar mayor, y los estigmas de San Francisco, sobre el coro, el resto santos y santas españolas, ángeles, etc... En el coro el Tránsito de San Francisco y dos órganos, el de la derecha original francés y el de la izquierda es un falso órgano, con los tubos pintados, para crear simetría. La puerta de entrada vista desde dentro está espectacularmente tallada. Podía detenerme más describiendo todos los detalles de la iconografía de la cúpula, pero me alargaría demasiado en este blog. Una descripción más detallada de todo ya la realizamos durante las visitas con Siema Matritensis.
Detalle de las pinturas del coro con los órganos
(Foto SIEMA)
Iniciaremos el recorrido por las capillas de la derecha. Recordaros que para agrandar las imágenes sólo tenéis que pinchar sobre ellas. En la Capilla de San Antonio o de la Inmaculada se utilizó el estilo decorativo barroco en las paredes. Aquí conservamos óleos fechados en 1784, como la "Inmaculada" central de Maella, o "la Sagrada Familia" de Gregorio Ferro (algo rococó y de curiosa iconografía, pués ese San José joven está jugando con el Niño Jesús en brazos mientras la Virgen prepara la cuna). A la drecha "el abrazo de Sto. Domingo a San Francisco" (de José del Castillo). La talla de S. Antonio es también del mismo siglo.
Vista de la capilla de S. Antonio o la Inmaculada
(Foto SIEMA)
La Sagrada Familia, de Gregorio Ferro
(Foto SIEMA)
La Capilla de las Mercedes se decoró imitando el estilo pompeyano. El altar de mármoles florentinos no es de la casa Nícoli, como el resto de impresionantes mármoles de la iglesia. Este de aquí se esculpió en 1600 y procede de la iglesia de Nra Sra de los Ángeles en Florencia. El pintor Carlos Luís de Ribera trabajó en las escenas al fresco de esta capilla, dedicada al amor de Jésus. Por eso el tema central representa a la "Virgen María y el Niño Jesús mostrando sus corazones"; A la derecha vemos la "Aparición del Niño Jesús a San Antonio". A la izquierda el amor de Jesús por los niños.
Fresco central de la capilla de la Merced, donde la Virgen María y
el Niño muestran sus corazones ( Foto SIEMA)
El amor de Jesús por los niños, de C. L de Ribera
(Foto SIEMA)
Altar de mármoles florentinos de 1600 en la capilla
de la Merced (Foto SIEMA)
La Capilla de la Pasión es de estilo bizantino, así son los capiteles del altar y los iconos de la cubierta. Los frescos hacen mención a esos temas, como el central de la crucifixión (de Germán Amores, 1885). Está rodeado por el "Sermón en la montaña" del pintor de realismo historico, Moreno Carbonero(1886), y por el "Entierro de Jesús"del simbolista Muñoz Degráin, también de 1886.
Pintura de la Crucifixión
(Foto SIEMA)
Altar bizantino de la Capilla de la Pasión (Foto SIEMA)
Sermón en la montaña, de Moreno Carbonero
(Foto SIEMA)
Sermón en la montaña, de Moreno Carbonero
(Foto SIEMA)
Santo Entierro, fresco de Muñoz Degrain (Foto SIEMA)
En la Capilla Mayor nos introducen los púlpitos de estilo renacentista diseñados por Amador de los Ríos y esculpidos por la casa Nícoli. La familia Nícoli, originaria de Carrara, tuvo mucho éxito en el Madrid de la Restauración monárquica, donde estableció taller para realizar tanto obras originales como encargadas por catálogo. Las dos puertas laterales del presbiterio están esculpidas en madera y son las originales de la época de Carlos III. Impresiona también la escalinata de mármol blanco, que contrasta con la madera oscura de la sillería del coro (1526, procedente del Monasterio del Parral de Segovia), plateresca y colocada aquí al final del s XIX. Las grandes estatuas de los cuatro Evangelistas están talladas en madera imitando bronces, según diseños del escultor Suñol. Entre pilastras de orden corintio se recogen 5 paneles de pinturas al óleo que representan escenas de la vida de S. Francisco, como el milagro del rosal, el mensaje de la presencia de Jesús y María en la ermita de Nra . Sra de los Ángeles, la Aparición y la concesión de la indulgencia, la confirmación del jubileo por el Papa y la celda de San Francisco).En el ábside aparecen grupos de ángeles con los atributos de la Pasión. El conjunto pictórico lo realizaron, en 1889, Manuel Dominguez y Alejandro Ferrant.
Capilla Mayor, con el altar y sagrario, las esculturas de los
Evangelistas y los paneles (Foto SIEMA)
Cubiertas del altar (Foto SIEMA)
Detalle de la pintura que representa el Tránsito de la Virgen
(Foto SIEMA)
Lateral del altar (Foto SIEMA)
Sillería del Monasterio franciscano de Sta. María del Parral, plateresca,
de 1526, realizada por un discípulo de Berruguete (Foto SIEMA)
Púlpitos de la Casa Nícoli
(Foto SIEMA)
Puertas originales del s XVIII, con motivos de grutescos clásicos
(Foto SIEMA)
Las tres capillas del otro lado que nos quedan serían, nada más pasar el altar, la de Carlos III o la Virgen del Olvido. Este segundo nombre es por la pequeña talla de esa Inmaculada del sXVII, que apareció oculta, olvidada tras una vidriera bajo el coro durante las reformas anteriores, las del s XVII. Pero toda la decoración está dedicada a la Orden de Carlos III, que el rey creó en 1771, en defensa de la Inmaculada, proponiéndola como patrona de España. Esa orden es una insignia muy apreciada todavía hoy, junto a la del Toisón de Oro, por ejemplo. Casto Plasencia realizó la pintura central "La institución de la Orden de Carlos III" (donde la Virgen Inmaculada se aparece ante el Rey, de rodillas y de espaldas, con la indumentaria azúl y plateada, con estrellas, el león, el castillo y el número 3 en romano); en el muro de la izquierda una sencilla Virgen del Carmen y, en el muro de la derecha, Oliva pintó al fresco la "Proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción".
Capilla de Carlos III o de la Virgen del Olvido (Foto SIEMA)
La Capilla de Santiago o de las Órdenes militares está dedicada a las más conocidas órdenes militares medievales. En el frente de altar vemos las cruces de las órdenes de Alcántara, Montera, la de Malta, Santiago y Calatrava. El fresco central representa "La Aparición de Santiago en su caballo en la batalla de Clavijo" ( José Casado, 1885), hecho que supuso el inicio de la Reconquista hacia el S ya con éxitos; a la izquierda "La Consagración de la orden de Santiago por el Papa Alejandro III" y, en el otro muro, el "Bautismo de Juan" por Contreras.
Santiago en la Batalla de Clavijo, de José Casado
(Foto SIEMA)
Fresco histórico que representa la consagración de la orden de
Santiago por el Papa Alejandro III (Foto SIEMA)
Y, por último, junto a la puerta de entrada, la Capilla de San Bernardino, con lienzos que se conservan desde la época de Carlos III. Como el que da nombre a la capilla y que Goya pintó en 1784. Mientras trabajaba en la Real Fábrica de Tapices consiguió, por medio de Bayeu, el encargo de esta pintura religiosa, que sigue el estilo de sus cartones para tapices, con los mismos fondos de paisaje, así como composición y colorido de los personajes. En ella aparece el pintor autorretratado. Su compañero Antonio González Velázquez pintó "San Buenaventura ante el traslado de los restos de San Antonio de Padua" y, Andrés Calleja, el óleo de San Antonio de Padua.
San Buenaventura ante el sepulcro de San Antonio de Padua, de A. González
Velázquez, de 1784 (Foto SIEMA)
Capilla de san Bernardino de Siena, con la obra de Goya
(Foto SIEMA)
Detalle de las rejas de hierro, hechas en fábrica durante el
s XIX y que cierran todas las capillas (Foto SIEMA)
Tras el altar mayor se extienden tres tramos de pinacoteca, con obras de los s. XVI, XVII, XVIII y principios del s XIX, realizadas expresamente para esta iglesia o traídas de otros conventos franciscanos. De autores como Ricci, Francisco Pacheco, Camarón, González Velázquez o Lucas Jordán. La temática es religiosa, por supuesto, y franciscana sobre todo. El maestro de Velázquez, el sevillano Francisco Pacheco, también está presente en la muestra con una obra de técnica barroca, muy naturalista, como es "San Bernardo bendiciendo el pan de los pobres"
Tramo de pinacoteca con cuadros de Camarón, del s XVIII
(Foto SIEMA)
"San Bernardo bendiciendo el pan de los pobres", de Francisco
Pacheco, s XVI (Foto SIEMA)
La Antesacristía es una sala cuadrada, con parquet de maderas nobles (roble, nogal o caoba), el zócalo lo forman asientos corridos con una sillería del s XVI procedente del Monasterio de El Paular. Los espejos son isabelinos. En la bóveda está pintada la escena del Triunfo de la Iglesia por Contreras.
Antesacristía con el zócalo formado por la sillería de El
Paular (Foto SIEMA)
La Sacristía es una estancia muy alargada, con sus muros cubiertos de rojo, donde destacan cuadros de Jesús y los 12 apóstoles que son una réplica de los pintados por José de Ribera. La estatua de San Francisco de Asís, en la hornacina que hay sobre la puerta, es copia de bronce de la de Pedro de Mena, que está en la catedral de Toledo. Las pinturas de la bóveda son de Contreras y representan a la Asunción (tramo central) y en las esquinas podemos contemplar a "San Francisco en oración" y al "Divino pastor y San Francisco". La mesa de mármol y ebanistería de maderas nobles la regaló Sagasta a la iglesia porque su hija se casó aquí.
Vista general de la Sacristía (Foto SIEMA)
Mesa que regaló Sagasta ( Foto SIEMA)
La Sala Capitular también ha sido restaurada recientemente. En la bóveda Contreras pintó el emblema franciscano, la Fe y la Esperanza. A través de los gruesos muros de la pared y los altos ventanales, nos hacemos una idea de las dimensiones de los muros del conjunto. Aquí están expuestas los mejores cuadros de la Basílica, como obras de Alonso Cano o Zurbarán.
Con estas maravillosas imágenes nos despedimos. Cualquier texto o fotografía se puede utilizar indicando su procedencia sin problema. Podéis seguirnos en facebook Siema Matritensis, Twitter @siemamadencanto e Instagram siemamadencanto. En esas cuentas añadimos información cultural y las visitas que son abiertas o con posibilidad de inscripción individual. Para cualquier duda contactar al info@siema.es
Maribel Piqueras
Con estas maravillosas imágenes nos despedimos. Cualquier texto o fotografía se puede utilizar indicando su procedencia sin problema. Podéis seguirnos en facebook Siema Matritensis, Twitter @siemamadencanto e Instagram siemamadencanto. En esas cuentas añadimos información cultural y las visitas que son abiertas o con posibilidad de inscripción individual. Para cualquier duda contactar al info@siema.es
Maribel Piqueras
San Antonio de Padua, de Alonso Cano
(Foto SIEMA)
San Francisco recibe la visita de San Buenaventura, de
Zurbarán (Foto SIEMA)
Ventanas de la sala capitular
(Foto SIEMA)
Asunción de la Virgen, de Sebastiano Ricci
(Foto SIEMA)