lunes, 14 de marzo de 2022

Casa Cisneros

 La conocida como Casa de Cisneros en Madrid, es en realidad la casa de su sobrino, Benito Jiménez de Cisneros. Popularmente siempre se la conoció haciendo mención sólo al apellido ilustre de la familia. Cuando el cardenal Cisneros falleció, en 1517, repartió su herencia entre la universidad de Alcalá, la orden franciscana y sus hermanos pequeños. Con el dinero que le proporcionaba la herencia y el mayorazgo Cisneros, el sobrino del cardenal, Benito Jiménez de Cisneros, que era hijo de su hermano Juan, pidió permiso al concejo de la villa de Madrid, en 1537, para construir una casa palacio junto a la plazuela de la villa (este documento de 1537 se conserva en el archivo de la villa). En esa casa, que eran más bien varios edificios unidos, por eso aparece numerosamente como "casas de cisneros", no encontramos documentos de reformas arquitectónicas importantes hasta mediados del s XIX. Así que suponemos que serían lo más parecidas posibles a como aparecen en el plano de Texeira: edificaciones de estilo Austria, con zócalo de granito y muros de ladrillo o mampostería, casas de diferentes alturas, con cubierta de teja y cornisas de ladrillo, varios patios, siendo el más grande el que daba a la parte trasera de la casa (a la plazuela de la villa, por donde entraban los carruajes y la servidumbre). La entrada principal sería la que daba  a la antigua calle de Sta. María, hoy Sacramento, donde había un balcón corrido en la parte alta de la fachada.

            Detalle del plano de Texeira, 1656, donde aparece la casa de Cisneros (SIEMA Matritensis)

Durante el s. XVI, el hecho histórico más curioso que acontece en esa casa de Benito Jiménez de Cisneros es la fuga del Antonio Pérez, secretario de Felipe II, el miércoles santo de 1590, disfrazado con ropas de mujer que le proporcionó su esposa, Juana Coello de Bozmediano. Antonio Pérez vivía en la casas de al lado a la de Cisneros, separadas por un estrecho callejón. A raíz del asesinato de Escobedo, después de cotejar los documentos de D. Juan de Austria, tras su muerte, con los que le presentó al rey el propio Antonio y, sobre todo, tras la confesión  en 1585 de los sicarios contratados para ejecutar la muerte de Escobedo, se decidió una prisión domiciliaria para Antonio Pérez. Luego fue cambiando a otro tipo de prisiones, ya fuera de su domicilio. Esta prisión que sufrió en la casa Cisneros daba sensación de ser una cárcel de lujo, pues disponía el reo de varios cuartos para él y podían venirle a ver su mujer e hija (de hecho la mujer se quedó embarazada). Se le acusaba de falsear documentos y revelar secretos de Estado junto a la princesa de Éboli. De estas casas de Cisneros saldría huyendo hacia la corona de Aragón y, después, hacia Francia. Siendo uno de los más importantes creadores de la llamada leyenda negra. Pero estos hechos darían para mucho, para una auténtica película, así que nos vamos a seguir centrando en la evolución de la casa de Cisneros durante los siglos. Después, recorreremos su interior también. 

 Edificio del s XIX que se construyó sobre el solar donde estuvo la casa de Antonio Pérez, que era alquilada a los Arias Dávila (Condes de Puñónrostro), frente a la plaza del Cordón(SIEMAMatritensis)

Decoración plateresca que pervive de la casa original de Cisneros: sobre el arco de medio punto con dovelas de granito podemos ver un friso decorativo. En el centro dos puttis sostienen el escudo de la Cisneros. A cuyos lados aparecen grifos y decoración vegetal(SIEMA Matritensis)

A inicios del s. XVII, Francisco de Cisneros, hijo de Benito Jiménez de Cisneros, vendió la casa al cardenal de Toledo, Bernaldo de Rojas y Sandoval. Éste era sobrino del Duque de Lerma y fue protector de Cervantes. Así que en esas fechas la familia Cisneros abandona la propiedad de la vivienda. Durante el s. XVIII la casa de Cisneros vuelve a cambiar de propietarios, pasando por varias casas nobles, como los Condes de Arcos. Uno de ellos, el V Marqués de Montealegre, estableció en ella la sede del Consejo de Guerra. Con motivo de su matrimonio con la heredera del condado de Oñate, pasa a formar parte de esta casa nobiliaria. A manos de los Condes de Oñate permanecerá la propiedad de la antigua casa Cisneros hasta que la compre el Ayuntamiento de Madrid, en 1909. Encontramos un importante expediente de obras de reparación, realizado en 1845, por el apoderado del Conde de Oñate para restaurar las fachadas de la casa Cisneros. Se demolió entonces la de la calle del Rollo, también se quitó la galería voladiza en la fachada principal de la calle Sacramento, se metieron los balcones voladizos, se le proporcionó a las fachadas un revoco de color claro y se reformó todo el interior (bajando los techos para adecuarlos a diferentes viviendas, ocultando los artesonados y vigas del s XVI). Personalidades ilustres que habitaron en esas viviendas de la casa Cisneros fueron las siguientes: Pedro Rodríguez de Campomanes falleció en ella (1802), banqueros como Enrique o Guillermo O´Shea, el marqués de Villamejor (cuyo hijo, el Conde de Romanones, nació aquí), Ramón María Narváez (falleció en 1868 en esta casa), Eduardo Saavedra (Duque de Rivas) y otros muchos.

Fachada a la calle Sacramento, donde encontramos la placa con los nombres de algunas personas ilustres que habitaron en esta casa durante el s XIX (SIEMA Matritensis)

Restos renacentistas que quedan de la decoración original de la casa Cisneros, sobre la que fue entrada principal por la actual calle de Sacramento ( SIEMA Matritensis)

Estado original de la casa Cisneros antes de la reforma de Bellido. Foto de 1905 de la fachada que da a la plaza de la Villa, sacada de la exposición sobre Bellido en el conde Duque (SIEMA Matritensis)

El alcalde, Conde de Peñalver, adquirió la casa a los herederos de la Condesa de Oñate y, desde 1909, es propiedad municipal del Ayuntamiento de Madrid. Este alcalde quería dar prestancia a la ciudad de Madrid en sus diferentes sedes municipales. Además, fue el que inició la construcción de la Gran Vía como eje de comunicación por el centro de Madrid, rodeado de elegantes edificios. El arquitecto municipal, Luis Bellido, quedó encargado de la reforma de la misma entre 1911-1913. Su proyecto de reforma es el que aún pervive y recibió entonces numerosos premios: la medalla de la sociedad de amigos del arte (1911), medalla de la exposición nacional de 1912 y el premio del Ayuntamiento de Madrid a la mejor construcción (1915). Bellido seguía las ideas de "sinceridad constructiva" en las reformas, buscando una armonía del edificio con respecto a la época original de construcción del mismo. En realidad era uno de los pocos casos de arquitectura renacentista que  quedaba en la ciudad, así que decidió "no restaurar" donde no había nada que restaurar porque se habían perdido elementos originales, pero sí mantener los pocos que quedaban: paredes, artesonados, huecos de luces o la veleta. En un patio pequeño se encontraron restos de las antiguas cornisas de ladrillo con decoración geométrica y se aplicaron los mismos motivos para todas las cornisas. Decidió dar uniformidad de altura a las plantas, poner dos torres y un pasadizo alto que uniera la casa de la villa con la de Cisneros.

Dibujos originales de Bellido donde aparece un muro del patio central y el paso desde el pasadizo de la casa de la Villa hasta la casa de Cisneros, realizados con detalles de miniatura en el dibujo y perfecto colorido (SIEMA Matritensis)

Vista general de la fachada de la casa Cisneros a la plaza de la Villa (SIEMA Matritensis)

En la fachada que da a la plaza de la Villa, Bellido situó un torreón de esquina, cubierto por teja árabe. Lleva elementos decorativos renacentistas en la ventana central y en las galerías de arcos de medio punto que lo rematan. También se esmeró en la puerta de entrada, enmarcando la elaborada cancela de hierro con  finas columnas y decoración renacentista en piedra. Una vez dentro vemos un techo plateresco con cerámicas de Enrique Guijo y el gran patio central. Mantuvo el muro del frente con los sencillos huecos originales, pero en el lateral su imaginación concibió una serie de combinación de arcos de ladrillo con ventanas de hierro y cristal y decoración de cerámica con motivos renacentistas.

Ventanas y galerías renacentistas en la torre que da a la plaza de la villa 
(Álvaro Benítez para SIEMA Matritensis)

Techo plateresco del pórtico de entrada tras la cancela de hierro 
(Álvaro Benítez para SIEMA Matritensis)

Decoración lateral en el patio, a base de juegos de líneas curvas con ladrillos. Las ventanas de la planta baja responde a arcos rebajados y llevan un elaborado trabajo de hierro. Muros de ladrillo y mampostería en el piso superior. Obsérvese también la combinación de colores y las cerámicas 
(Álvaro Benítez para SIEMA Matritensis)

Plano de las estancias principales en el interior de la casa de Cisneros, 
distribuidas en torno al patio central (Ayuntamiento de Madrid)

Una vez traspasada la bella portada y verja que da a la plaza de la Villa, contemplamos el techo de inspiración plateresca que cubre ese soportal, realizado con la reforma de Luis Bellido. Cogemos, a la izquierda, la magnífica escalera solemne que conduce a las principales salas del primer piso. También con Bellido, se colocaron vigas en el techo de la misma, inspiradas en las vigas de madera que encontraron en el interior de la vivienda original. Igualmente el ceramista Ruíz de Luna diseñó ese maravilloso y amplio zócalo que recorre toda la escalera, utilizando cerámica de Talavera y motivos renacentistas en tonos amarillo y azul.

Rellano del final de la escalera, donde se aprecia el elaborado trabajo de azulejería
y en el gran hueco de luz (Álvaro Benítez para SIEMA Matritensis)

Foto con el grupo guiado por SIEMA Matritensis en el arranque de la escalera
(SIEMA Matritensis)

Detalle de los azulejos de la casa Ruíz de Luna, inspirados en motivos renacentistas 
(SIEMA Matritensis)

Ventanas con los escudos de la casa Cisneros y del ayuntamiento de Madrid 
(Madrid a 360º)


Galería de retratos (Madrid a 360º)


Veremos ahora lo más destacado del interior después de pasar la galería de ingreso a las salas de comisiones, llamadas así porque es donde se reúnen algunas de las comisiones del Ayuntamiento de Madrid. En el primer salón de comisiones se restauraron y mantuvieron las vigas y ménsulas originales de madera. El frente de una pared lo llena el lienzo de gran tamaño que representa a "Alfonso XI instituyendo el primer Ayuntamiento de Madrid" (Luis Herreros de Tejada, 1889). Este rey medieval otorgó la cédula mediante la cual se establecieron los primeros doce regidores de la villa. En las otras paredes podemos ver parte de la interesante colección de tapices que atesora esta casa de Cisneros, como el tapiz flamenco del s XVII que representa a "David ante el altar de los holocaustos" o el otro tapiz del s XVII donde aparece la escena de la "Muerte de Cleopatra". También hay una copia de un retrato de Felipe II.


Vista general del primer salón de comisiones ( Madrid a 360º)

"Alfonso XI instituyendo el Ayuntamiento de Madrid", cuadro de Luis Herreros de Tejada en un frente del primer salón de comisiones (Madrid a 360º)

Tapiz de David ante el altar de los holocaustos, en el primer salón de comisiones (Madrid a 360º)

Muerte de Cleopatra, otro de los tapices del primer salón de comisiones (Madrid a 360º)

En el segundo salón de comisiones encontramos el artesonado más elaborado. La mesa y sillones de nogal donde se hacen las reuniones imitan el estilo renacentista. De una de las paredes cuelga el lienzo "Naúfragos", de Francisco Pradilla.

Vista general del segundo salón de comisiones (Madrid  a 360º)

Detalle del magnífico artesonado original, sujeto sobre volutas con decoración vegetal
(Madrid a 360º)

Lienzo de "Naúfragos "(Madrid a 360º)


El salón de tapices ocupa el ala más grande y luminosa, con tres balcones que dan al patio central y dos a la calle del Rollo. Era la sala de fiestas o recepciones de la vivienda original y se mantienen las vigas del techo antiguo. De sus paredes cuelgan importantes tapices adquiridos por algunos alcaldes de Madrid tras la guerra civil. La colección es tan importante que he guiado a estudiosos de tapices que querían contemplar también éstos de la casa Cisneros por la fama que tenían. Los más valiosos son dos enormes telas del s XV adquiridos por el alcalde, en 1945, a la catedral de Zamora. Uno de estos tapices góticos flamencos representa a "Moisés y el paso del mar Rojo". Sigue la moda gótica de compartimentar el espacio y representar escenas que suceden en diferentes épocas en la misma tela, que es un amplio paño de 7.70 metros de largo por 4.05 metros de ancho. Narran como Moisés, acompañando a Aaron cuando hace nacer de su vara a la serpiente ante el faraón y toda su corte; en medio vemos a los egipcios como se ahogan en el mar Rojo y, en la otra esquina, los judíos -ya salvos- contemplan la lucha de los egipcios por no ahogarse. Las figuras son de tamaño natural, enormes. Con la técnica de la miniatura decoran las vestiduras con brocados. Con el paso del tiempo la fuerte policromía se ha apagado, pero se aprecia todavía el predominio de rojos y azules. También las figuras se han desdibujado algo, pero el conjunto del tapiz es una autentica joya. Lo rodea una cenefa estrecha con motivos de hojarascas gótica onduladas.

                                            Vista general de la sala de tapices ( Madrid 360º)

El otro gran tapiz gótico flamenco del s XV adquirido a la catedral de Zamora es todavía más grande que el anterior, pues ocupa 7.90 metros de largo por 4.30 metros de ancho. Es el tapiz de "Tydeo y Polinices". También hay varias escenas en la misma tela. Polinices a caballo entra por la izquierda en la ciudad de Argos, lucha con Tydeo y, tras ellos, tres pajes (unos con hachas encendidas y otro con fuerte caballo). En el palacio real, obra de la época, gótica, con tribuna decorada, en la que el rey Adrasto ofrece a sus hijas como esposas a los dos príncipes. Después, en Tebas, está Etiocles, presidiendo una gran fiesta y banquete que Tydeo interrumpe y el rey lo amenaza con espada. De nuevo percibimos el dibujo con técnica de miniatura en las florecillas variadas del suelo. Lo rodea un borde carmesí con inscripciones góticas en la parte superior. 

                                                     Tapiz de Tydeo y Polinices (Madrid a 360º)

                                    Tapiz barroco de escuela de equitación, s XVII (Madrid a 360º)

Casa Cisneros, vista nocturna (SIEMA Matritensis)

Los alcaldes Alberto Alcócer y el Conde de Mayalde fueron los que compraron la mayoría de los tapices de esta casa Cisneros. Además de éstos tan antiguos se exponen en la sala otros barrocos, como"Neptuno" ( s XVII) o el también flamenco de "Sansón y lo filisteos " (s XVIII). En total, en éstas y otras dependencias municipales contamos con una colección variada de tapices que van desde los dos del s XV que acabamos de ver, adquiridos por el alcalde Alberto Alcócer, más otros dos del s XVI (como la "escena campestre") , once del s XVII (entre los que se encuentran los de la la "escuela de equitación"), uno del s XVIII y otro del s XX. También cuelgan de sus paredes lienzos originales o copias de cuadros que se encuentran en el museo del Prado. Otras salas interesantes serían la sala de visitas o biblioteca y el despacho del alcalde, con ventana en la torre que da a la plaza de la villa.  En fin, toda una maravilla que en breve abrirá el Ayuntamiento a los ciudadanos de Madrid, cosa que agradecemos desde aquí. Igualmente agradezco de corazón a mis amigos fotógrafos, Álvaro y Jesús (Madrid a 360º), el haber podido disponer de sus fotografías del interior de la casa Cisneros para la realización de esta entrada del blog Madrid con encanto. Como siempre, podéis seguir nuestra actividad cultural sobre patrimonio de Madrid en agenda de la web www.siema.es (donde sólo publicamos las visitas abiertas, que no son de grupos privados o empresas), twitter e instagram @siemamadencanto o Facebook Siema Matritensis. Que tengáis una buena semana.

Maribel Piqueras 























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