viernes, 17 de octubre de 2014

Palacete de los Marqueses de Borghetto (Delegación del Gobierno en Madrid)

Gracias a la semana de la Arquitectura en Madrid hemos podido disfrutar de los secretos escondidos en este Palacete de Borghetto y no quería que pasara mucho tiempo sin mostrárselos a los seguidores de Madrid con encanto. Este elegante edificio se sitúa en la calle Miguel Ángel nº 25, donde está la entrada principal y la de carruajes, haciendo esquina con la calle García de Paredes. El arquitecto Ignacio Aldama Elorz lo construyó entre 1913-1919, para que sirviera como "hotel" (así se llamaban entonces) o residencia de la familia de Felipe Morenés y García-Alesson, Nombrado I Marqués de Borghetto por el rey Alfonso XIII en agradecimiento a los servicios prestados a la Monarquía. En sus salones se celebraron importantes fiestas y eventos sociales, como la propia boda de la hija de los marqueses en la capilla del palacio (el 28 de octubre de 1928) y su celebración posterior también en los salones interiores del palacio y en sus jardines. Durante la Guerra Civil el palacio quedó abandonado hasta que se hizo cargo de él la embajada japonesa, cuya ocupación duró desde los años 40 hasta 1953. Después lo adquirió la Diputación provincial hasta 1986, año en que pasa a ser la sede de la Delegación del Gobierno en Madrid

Fachada a la calle García de Paredes del Palacete Borghetto (Foto de SIEMA)
Vista general del palacete (Wikipedia)
El arquitecto Aldama proyectó un palacete afrancesado, de planta rectangular organizada en torno a un patio central cubierto, edificando tres alturas y un jardín interior. Curiosamente la fachada más bella no es la que da a la calle Miguel Ángel, donde se sitúa la entrada principal, sino la de García de Paredes. En este punto el arquitecto adelantó la parte central de la fachada, situando un gran arco en la parte de abajo. Arriba podemos observar una terraza con balaustrada, enmarcada por medio de parejas de columnas clásicas y un gran entablamento clásico con remate de escudo. Esa balconada corresponde a las puertas del antiguo Salón de Baile. Todo ello siguiendo las modas para los palacios burgueses de fines del sXIX  o principios del XX en Madrid, donde se da un gran eclecticismo arquitectónico y decorativo. En este caso se prefirió la influencia francesa. Así pues los encadenados de piedra, la decoración de guirnaldas en los dinteles de las ventanas, y la gran mansarda de pizarra para cubrir el palacio con sus ventanas abuhardilladas.

Detalle del cuerpo retranqueado con la mansarda (Foto SIEMA)

Si seguimos la entrada de carruajes, a la izquierda suben las escaleras hacia el interior del palacio, al fondo el jardín y la ampliación de los años 80 y, justo en la pared de la derecha, frente a la puerta de entrada, vemos un gran escudo de la Diputación Provincial. Curioso por ser una mezcla de diversos símbolos de Madrid, el germen de la posterior Comunidad de Madrid. Distinguimos el oso y el madroño, una parrilla de San Lorenzo de El Escorial, el castillo para Alcalá de Henares y un acueducto para Navalcarnero. Un gran salón central distribuye las salas de la parte de abajo. De sus paredes cuelgan pinturas procedentes del Museo Reina Sofía y, algunas también del Museo del Prado, todas ellas firmadas. Pertenecen a artistas de finales del s.XIX o principios del s.XX, como Francisco Javier Amerigo, Ricardo Canals, Francisco Casariego, o Moreno Galván).
Salón de Eventos (Foto eldistrito.es)

El llamado Salón de Eventos tiene salida directa al jardín. Este salón consta de una planta rectangular y columnas de mármol verde con base de bronce dorado para separar espacios, además, todos los marcos de las grandes puertas y las esquinas están decorados con ese mármol en tonos verdes. Los zócalos también son de mármol y conserva el artesonado original en el techo. Después pasamos a lo que fue el Comedor, hoy Sala de Tapices o de Reuniones y que a veces se utiliza como gabinete de crisis en la actualidad. Este Comedor presenta un gran zócalo alto de mármoles variados veteados (en grises, marrones y blancos), columnas en las ventanas y todas las paredes con tapices de la R.Fábrica de Tapices que son copia de los de Goya. Destacan las finas pinturas sobre las puertas.

Comedor o sala de tapices (Foto Madridiario)

Salida al Jardín interior del palacete (Foto SIEMA)
Detalle de la decoración escultórica de la balconada en la fachada interior al jardín (Foto SIEMA)

Desde el Salón de Eventos de la parte de abajo se accede al jardín por una pequeña terraza y escalera en curva. La fachada sigue las mismas características del estilo afrancesado del edificio: adornos de guirnaldas y frutas sobre las puertas en arco clásico que conducen al jardín, encadenados de piedra y mansardas. También en esta planta baja se sitúa la llamada Sala Rosa, por el color rosa de sus paredes, muebles y tapicerías, todo uniformado. Es la sala donde recibir visitas más en privado de la Delegada. No resulta cargante porque presenta pocos muebles y nada de decoración en las paredes. El mobiliario sólo consta de una vitrina y un aparador con fotografías y demás adornos. Aparte del conjunto de sillones, sofas y mesa baja de cristal. Es una sala alargada con mucho encanto y luminosidad, ya que sus ventanas dan al jardín interior.

Sala Rosa (Foto abc.es)

Despacho de la Delegada (Foto abc.es)

Detalle puertas orientales del despacho (Foto abc.es)
En esta planta baja encontramos el Despacho de la Delegada. Es una sala alargada que presenta en su decoración muchos restos de decoración oriental,  que nos recuerdan la ocupación del palacio como embajada japonesa. Como, por ejemplo, el artesonado de arriba con relieves de pavos reales y fondo rojo, las puertas lacadas con escenas orientales, las sedas de las paredes, etc..Al fondo la puerta se abre al Salón de Tapices.
"Ampliación del palacio en los 80" (Foto de SIEMA)

El Palacio de Borghetto necesitaba más espacio por el uso como Delegación del Gobierno, así que en 1987 se realizaron reformas con el fin de acondicionar más oficinas y ampliar. Dicha rehabilitación la llevaron a cabo Andrés Perea Ortega y Ramón Valls Navascúes. Como se aprecia en la imagen superior, de la unión del palacio con la parte nueva, intentaron respetar el clasicismo y materiales del palacio. Incluso lo añadido posteriormente se edificó con la misma altura que el palacio y la misma longitud de las ventanas, para conseguir una mayor armonía.

Volviendo al interior del mismo, subimos por las sencillas escaleras, con barandilla de hierro y bronce, hasta el piso superior.  En el hall distribuidor de la primera planta encontramos unas orlas con caligrafía antigua en las que se hace relación de las personalidades que han ocupado el edificio desde que se ha utilizado como sede oficial: gobernadores civiles, delegados de gobierno, subgobernadores, subsecretarios y secretarios generales con sus correspondientes fechas de nombramiento y cese. Este espacio cuadrado era antaño un patio lucernario. Desde este punto se entra al antiguo Salón de Baile que hoy aparece muy renovado ya que en los años 50 se hizo una reforma para acondicionarlo como Salón de plenos de la Diputación Provincial. Los mármoles color granate y el estrado es de esa época. Aunque la estructura alargada, las columnas y los huecos para espejos en las paredes corresponden a la época de los Marqueses de Borghetto. Aquí está la elegante balconada con columnas que da a la calle García de Paredes.

En esta primera planta también está lo que era la Capilla del palacio, con sus puertas de entrada de madera con una vitrina con iniciales, sus bóvedas y altar. Hoy está desacralizada y se usa como sala de reuniones. Pero todavía se pueden contemplar en los laterales las elaboradas puertas de madera, con vidrieras de cristal emplomado y decoración con elementos cristianos referentes a la Eucaristía. Distribuidos a lo largo de las diferentes estancias encontramos una maravillosa colección de relojes ingleses y franceses, relojes galos de sobremesa, de mármol negro de Bruselas e ingleses de marquetería. Con una imagen de uno de esos relojes en la planta baja quiero terminar la entrada, agradeciendo a los organizadores de la Semana de la Arquitectura el poder disfrutar de un sitio así y conocer más Madrid. Aunque estuviese prohibido realizar fotos del interior y resultara un poco rápida la visita. Si no es por ellos no la conoceríamos. Gracias,

Maribel Piqueras

Muestra de la importante colección de relojes (Foto abc.es)



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