viernes, 27 de junio de 2014

Palacete y Jardines Marqués Casa Riera

Este tramo de la calle Alcalá tan cercano a la Gran Vía y a la Plaza de Cibeles es el que más cambios ha sufrido a principios del s. XX y lo hacen irreconocible a los que investigan la historia de los edificios de la zona.En el caso del  Palacio del Marqués Casa Riera y el solar que ocupa vemos que ha pasado por grandes cambios ya desde el sXVII, pero queda uno de los maravillosos jardines escondidos de Madrid, un verdadero remanso de paz en esta bulliciosa zona de la capital. Ya en el planos antiguos del s.XVII que reflejaban estos edificios, frente a la Iglesia actual de San José, descubrimos que se alzaba el convento de las Baronesas. En realidad su verdadero nombre era Convento de la Natividad de Nra Señora y de San José, perteneciente a la orden de carmelitas recoletas descalzas, fundado en 1650 por la baronesa Beatriz de Silveira y conocido popularmente por el nombre de "Las Baronesas". La iglesia del mismo convento se iniciaría más tarde, en 1675, así que la baronesa fallecería sin verla terminada. El arquitecto que la llevó a cabo fue Juan Lobera, dentro del estilo barroco religioso madrileño, sobrio al exterior, de fachada rectangular de ladrillo y remate en frontón triangular. En el interior estaba mucho más decorada e, incluso, llego a albergar grandes obras de arte.
"Vista de la calle Alcalá( Antonio Joly)"

"Convento de las Baronesas en la calle Alcalá"
Ocupando el gran solar junto al convento se construyeron varios palacetes, por ejemplo una casa que el Marqués de Auñón edificó para un hijo suyo natural, dramaturgo, llamado Rodrigo de Herrera. Más tarde, en 1757, el Conde de Miranda, compra esa esquina de la calle Alcalá con la actual calle de Marqués de Cubas y construye una casa-palacio de estilo neoclásico. Ese palacete sufre derribos y reformas a principios del sXIX y pasarán por el mismo diferentes inquilinos: la marquesa de Ariza, el francés Ouvrad, la embajada de Rusia, hasta que, ya en época de Fernando VII, lo adquiere el Marqués de Casa Riera.
"Zona ocupada por Palacio Marqués Casa Riera donde trabajó Anibal Alvarez Bouquel"(E.T.S.A.M)
"Plano del General Ibañez de Ibero" (artedemadrid)
¿Quién era este Marqués de Casa Riera que, además, nunca llegó a habitar el palacio al que dió nombre?.Felipe Riera nació en Barcelona el 20-dic-1790 y, por los servicios prestados a Fernando VII, éste le concedió el título de marqués en 1834. Compró la casa que había sido del conde de Miranda(la puso a nombre de su esposa, Raimunda Gibert) y también el gran solar situado a la izquierda de la misma, que era el convento de las Baronesas y que fué demolido en 1836 a causa de la desamortización de Mendizabal. En este último plano se ve la extensión que ocupaba la casa y jardines del Marqués de Casa Riera. La fachada daba a la calle Alcalá y los jardines eran enormes, extendiéndose por la calle Alcalá, actual calle del Marqués de Casa Riera y parte del Círculo de Bellas Artes y, también, recorrían la calle del Turco (hoy Marqués de Cubas). Seguían el diseño de jardín romántico del siglo XIX: combinan boj recortados, con senderos tortuosos, praderas, espirales y decoración floral. El arquitecto Anibal Álvarez Bouquel trabajó en la fachada de este palacio a la vez que hacía el Palacio de Gaviria en 1846. Vemos, pues, como el Marqués eligió para su palacio uno de los más famosos arquitectos del momento, discípulo de Isidro González Velázquez (importante arquitecto romántico muy vinculado a los sitios reales). En esa época Anibal Álvarez era el Tesorero de la Academia de San Fernando y ejercía como profesor de la Escuela de Arquitectura impartiendo la asignatura de "Teorías generales del Arte y la Decoración". Siempre prestaba atención a todo lo ornamental y así quedó reflejado en el palacio, con un lujo de decoración exterior e interior, ya que el Marqués no escatimó en medios para enriquecerlo. Por otro lado, el Marqués de Casa Riera y su mujer se fueron a vivir a París, ciudad donde murieron y nunca llegaron a habitar este palacio. También consta que los muros del jardín son de Anibal Álvarez, quien los terminó en 1847
"Restos de muro original en la calle Marqués de Cubas. Se puede ver parte del jardín y, al fondo, el lateral del Círculo de Bellas Artes"
"Vista lateral del pórtico por el que se accede al jardín y parte del muro, desde la calle Marqués de Cubas, muy cerca del punto donde fue asesinado el General Prim"
El palacio original fue demolido en 1893 y, su sobrino, Alejandro Mora y Riera mandó construir un nuevo palacete al arquitecto Rodriguez Avial, siguiendo la moda francesa: de muros de piedra, ladrillo y techumbre de pizarra con buhardilla afrancesada, como muestra la siguiente fotografía y ese aire afrancesado se ha querido mantener en el pórtico del jardín

Parte del gran jardín de la izquierda lo adquieren para trabajar en el Círculo de Bellas Artes (de Antonio Palacios) en 1917 y el resto lo derriban a fines de los años 20. Después de la Guerra Civil el solar del palacio es ocupado por un edificio que será la Secretaría General del Movimiento hasta 1977 y en cuya fachada de la calle Alcalá destacaban el yugo y flechas de gran tamaño que era su símbolo. El jardín se utilizaba entonces como aparcamiento. Después se pasó al actual edificio de oficinas de la calle Alcalá nº 44, que también se puede acceder por el jardín desde la calle Marqués Casa Riera. El edificio de oficinas refleja una estructura sencilla, elegante y moderna, con piedra, mármoles y metales. En su interior encontramos toques de vegetación y agua, como continuación de los jardines originales, así como una fuente de diseño contemporáneo en el centro del patio
En los bajos que dan a la calle Alcalá se sitúa el centro cultural y librería catalana, llamado Blanquerna, como homenaje a los orígenes catalanes del Marqués que da nombre a la calle y del que nos ocupamos anteriormente.

El pórtico clásico de tres grandes arcadas da al jardín escondido, donde hace unos meses se ha abierto una terraza con mucho encanto para disfrutar de un remanso de paz en este Madrid. Os recomiendo visitarla y cenar ahí en las noches de verano, se llama Club Pale y se entra por la c/ Marqués de Cubas nº 2, aunque también se puede acceder directamente por el jardín. Tenemos la suerte de poder disfrutar de la terraza también en invierno y primavera. Además de la terraza, el restaurante dispone de grandes espacios interiores con varios ambientes para comer, cenar o celebrar cualquier evento. Club Pale ha querido seguir un estilo clásico con espacios amplios, varias barras, sofás de piel o terciopelo. Disponen de un amplio horario para comer y cenar a cualquier hora y la carta es buena y asequible a todos los bolsillos. 
"Rincón de la terraza del Club Pale"
Las paisajistas Carmen Añón y Myriam Silber son las responsables de la rehabilitación del jardín interior en los años 90. Idearon un espacio que recordara a los jardines modernos de principios del s.XX, la época del Cubismo y Surrealismo, con grandes espacios libres, zona de diseño geométrico, recuadres de boj simétricos y recortados, pérgolas con hierro modernistas, rincones ocultos por la vegetación, fuentes bajas. Consiguieron la maravillosa sensación de encontrarte en un pequeño paraíso al acceder a su interior. 

Hay una famosa leyenda que cuenta un hecho sucedido en el jardín y hace referencia al Marqués de Casa Riera. En el siglo XIX, en vida  del Marqués, aparecieron en los jardines dos muertos: un hombre joven que había fallecido  a estoque y una mujer con un vestido blanco a su lado. Parecía un asunto pasional. En ese mismo punto mandó el propietario plantar un ciprés y que mientras no se secase el árbol ordenó el Marqués que el jardín permaneciera cerrado y el palacio que se había hecho construir se mantuviese deshabitado.

No dejéis de visitarlo. Nosotros lo hacemos a menudo. 

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