lunes, 12 de agosto de 2019

Último tramo de la Gran Vía: de Callao a Plaza de España

Hoy haremos un poco más visible este último tramo de la Gran Vía, que es el más desconocido. En 1928 ya se había llegado a la Plaza de Callao en el avance de las obras de edificación de esta arteria de Madrid. Ya comentamos hace poco sobre el edificio de la Adriática, una de cuyas fachadas da a la Plaza de Callao. En las fotografías antiguas se percibe cómo el tramo que va hacía la Plaza de España estaba sin construir en 1929. Pero en la propia Plaza de Callao, se mantuvieron algunos de los edificios antiguos existentes hacía la parte más histórica de Madrid: como el palacete utilizado por la librería La Central o el edificio de viviendas del Marqués de Cubas. Frente a este último, el innovador Cine Callao, donde el arquitecto Gutierrez Soto combinó el estilo racionalista con el art decó (1927).

Plaza del Callao en 1929 (Momentos del Pasado)

Vista lateral del Cine Callao (Foto SIEMA Matritensis)

El Palacio de la Prensa, en el nº 46 de la Gran Vía, y el Edificio Carrión marcan los límites a partir de los cuales se inicia el descenso, hacía la Plaza de España de este último tramo de la Gran Vía. El llamado Palacio de la Prensa (Pedro Muguruza, 1928) fue el primer edificio de ladrillo visto edificado en la Gran Vía y el más alto después del edificio Metrópolis y antes de que se terminara el de Telefónica. La asociación de la prensa estableció en él su sede. Además ampliaba ofreciendo otra serie de servicios, como cine, restaurantes, teatro y oficinas de alquiler. Muguruza recurrió al contraste del rojo del ladrillo con la piedra blanca, la alternancia de muros lisos y arcos con elementos clásicos. El edificio Carrión y el cine Capitol los diseñó el arquitecto Luís Martínez Feduchi y se edificaron entre 1931-33. Es más conocido por su promotor, Carrión. Constituían un diseño a la última con buenos materiales. Estaba inspirado en la Mosse House de Berlín. El conjunto estaba formado por un bar, hotel, cine y terrazas. Por su altura se utilizó también como observatorio durante la Guerra Cívil. En su torre se colocó el primer anuncio luminoso de Madrid.

Vista general del último tramo, donde se puede ver a la derecha parte del 
Palacio de la Prensa (SIEMA Matritensis)

Palacio de la Prensa con su torre, donde alterna esas galerías con columnas y, arriba, el remate de arcos que recuerda al plateresco (SIEMA Matritensis)

Palacio de la Prensa: detalle del lateral (SIEMA Matritensis)

Placa conmemorativa en la entrada al edificio Carrión (SIEMA Matritensis)

Este último tramo en que ahora nos adentramos después del Palacio de la Prensa fue el más lento en trazar y edificar. Se tuvo que diseñar una calle enteramente nueva, que rompía callejuelas Austrias y también destruyó monumentos como el Mercado de los Monstenses o las iglesias del Sagrado Corazón y San Francisco. Además, pilló la Guerra Civil y la posguerra, con lo cual, añadió más lentitud a las obras. A lo que se sumó el utilizar materiales más baratos y pobres para construir. También supuso un cambio de estilo, abandonando la elegancia, barroquismo o cuidado de los detalles escultóricos de los dos primeros tramos, para ir hacia un estilo más sobrio y racionalista. No podemos olvidar tampoco que en este último tramo se buscan otros usos más lúdicos (cines, teatros, cafés), junto a hoteles y sedes de bancos o aseguradoras. En el nº 43, el arquitecto Gutierrez Soto, el mismo del Cine Callao o del Bar Chicote, realizó el Hotel y cine Rex (1943). Con muros de ladrillo y hornacinas con jarrones y medallones en la parte superior, además de un bonito juego de terrazas de hierro.
Remates de Gran Vía 43, por Gutierrez Soto (SIEMA Matritensis)

Choca el edificio junto al Palacio de la Prensa, en los números pares, realizado a base de cubos, en el 2006, por Rafael de Hoz. Un poco más adelante, en el nº 50, el Hotel Lauria, edificado en 1929, lo que se nota en su decoración exterior y remates, aunque se nos muestra más simplificado con respecto al original, ya que han quitado las esculturas de la parte superior y muchos de los remates. A su lado un edificio de 1931, en Gran Vía 52, que eran unas viviendas para Fernando María Vidales, con un toque art decó y algo neo-egipcio en sus pirámides de la fachada. El maravilloso Cine Rialto , de Gran Vía 54, se mantiene hoy en día ofreciendo grandes espectáculos. De 1930, llama la atención el interior decorado con todo tipo de lujo, con vidrieras de la casa Maumejan, inspirado en la decoración de los cines Paramount y Roxy de Nueva York. Al exterior las curiosas torres clásicas cubiertas de piñas orientalistas. En su construcción intervinieron varios arquitectos (José Aragón Pradera, José Mª Mendoza Ussía e Ignacio Aldama).

Cubos para oficinas por Rafael de Hoz (SIEMA Matritensis)

Contraste entre los dos edificios ( SIEMA Matritensis)

Detalle de la parte superior de este edificio de los años 30 (SIEMA Matritensis)

Viviendas de Gran Vía 52 (SIEMA Matritensis)

Edificio de los cines Rialto, de 1930 ( SIEMA Matritensis)

Hacía el final de la acera de los pares llama la atención el Banco Hispano de Edificación, en Gran Vía 60, edificio de Órtiz de Villajos de 1930, al que Victorio Macho añadió la escultura que lo remata, caracterizada por un hombre,de estilo clásico, que sostiene una casa.  En el 68 el edificio de la Unión y el Fénix, de José María Díaz Plaja, construido en 1948. Sobre su cúpula añadieron en 1955 la escultura del remate. También Díaz Plaja diseñó el vecino Hotel Astoria en 1945. 

Vista general del Banco Hispano de Edificación (SIEMA Matritensis)

Detalle de la escultura de Macho (SIEMA Matritensis)

Cúpula de la Unión y el Fénix (SIEMA Matritensis)

Por esta acera de los pares se llegaría hasta el Edificio España, recientemente habilitado como Hotel España Río y que tiene una terraza con pasarela transparente que da vértigo. En los impares terminaríamos con el edificio del Banco Vitalicio, en Gran Vía 73, ahora en obras, lo que me ha impedido sacarle fotografías, excepto a la pequeña fachada que da a la calle Leganitos. Este bonito edificio se hizo por encargo de Alfonso Peña Boeuf, que fue el primer ministro de obras públicas tras la Guerra Civil. Lo diseñó el arquitecto Fernando de Escondrillas, buscando un estilo solemne y elegante con la decoración de estuco de la fachada. En la misma acera de los impares, y antes de llegar al Vitalicio, encontramos el negocio con encanto que he localizado en este tramo: se trata de la Tienda de Salvador Bachiller, con terraza interior. Para más información es Gran Vía 65 (gastrobaressb.com). Está dotada de una terraza invernadero en su parte baja, que la hace de lo más agradable para descansar después de un recorrido. Cuando realizamos este tramo con las visitas de SIEMA Matritensis, siempre nos tomamos algo fresquito, como relax, en sus espacios decorados con plantas y mobiliario de terraza muy alegre y elegante. Sus zumos naturales son de lo mejor! Me despido con las siguientes fotografías para que os hagáis una idea:

Maribel Piqueras 
Edificio España renovado (SIEMA Matritensis)

Detalle de un lateral del Banco Vitalicio por la calle Leganitos
(SIEMA Matritensis)

Fachada de la tienda de Salvador Bachiller, ideal para complementos y tomar algo 
en su invernadero (SIEMA Matritensis)

Detalle de este jardín interior de Salvador Bachiller (SIEMA Matritensis)

Jardín invernadero de Bachiller (SIEMA Matritensis)


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