lunes, 15 de septiembre de 2025

Los nuevos Jardines de Sabatini

 La reciente apertura, el pasado fin de semana, de los Jardines de Sabatini, me ha llevado a quereros contar un poco la historia de este jardín. Habría que remontarse a las obras del nuevo palacio real de los Borbones, cuando se solicitaron proyectos para ajardinar esa zona junto a la fachada N de dicho palacio. Por ejemplo, el de Esteban Bouteleou de 1747. Bouteleou era un francés que ejercía el cargo de jardinero mayor de los reales sitios y actuó mucho en Aranjuez. Más tarde, Ventura Rodríguez, sucesor de Sacchetti en las obras de palacio presentó un proyecto de obras al exterior del palacio en 1759. Ninguno de esos ajardinamientos se llegó a concluir, pero sí se usaron esos espacios para caballerizas ya con Sabatini.

                                                   Propuesta de Bouteleou de 1747 en AGP (MCYP)

                    Propuesta de Ventura Rodríguez en 1759 en AGP. También con un diseño 
                   muy simétrico, pero aportando más movimiento en los diseños de recortes de boj 

Las Caballerizas Reales de Sabatini crecieron enormemente. A principios del s XX se aprecia por las fotografías como constaban de un conjunto de edificios de corte clásico, con arquerías las más cercanas a palacio. Incluían establos, zonas de bañado de los animales, veterinaria, espacio para coches y carruajes y todos los materiales complementarios de sillas, arneses, etc. También viviendas donde llegaron a vivir 486 personas (136 empleados con todas sus familias, más cientos de jornaleros), Incluía 500 animales, que con el tiempo fueron sustituidos por coches muchos de ellos. La II República ordenó tirar el conjunto de las caballerizas en 1932 y convocó un concurso. El arquitecto Fernando García Mercadal se encargaría de los trabajos en 1935, siguiendo un estilo neoclásico característico y aprovechando las esculturas del s XVIII. La Guerra Civil paralizó los trabajos, se continuarían después por Herrero Palacios, estando ya terminados en la década de los 50 de los años XX y cerrados por una verja con una bonita puerta de ingreso con la rejería original.
           
Caballerizas reales en 1932 (Viendo Madrid)

Caballerizas, pórticos con arcos clásicos en la zona más cercana a palacio (ABC)


Terraza inferior en 1951. Se ve el estanque, los recortes de boj simétricos con las fuentes bajas, 
pero muy poco arbolado todavía, ya que están recién organizados
 ( Revista Cortijos y rascacielos nº 65, 1951)

Con la reciente reforma de la Plaza de España se decidió intervenir en estos jardines, mejorando los accesos (por ejemplo, con un ascensor incluso desde la Cuesta de San Vicente ) y dejándolo como jardín abierto, sin vallado, así que se aisló la verja de hierro rematada con corona de bronce que estaba en la puerta principal. Lo cual queda francamente raro. Se mejoró el sistema de drenaje y se plantaron nuevas ejemplares de pinos y cedros que fueron tan devastados con la Filomena. Vemos que consta de tres terrazas: una alargada y más alta, sin decoración escultórica y separada con una verja de hierro de la siguiente terraza. Desde dentro ésta se consideraría la tercera terraza. Si presenta arbolado grande y bancadas de granito. Luego una segunda a donde se accede por la escalera de tramos enfrentados situada en la Cuesta de San Vicente. Esta segunda si que presenta una fuente redonda de granito en el paseo central, decorada con delfines y zonas de vegetación que fueron muy afectadas por la Filomena. Aquí se han replantado pinos y cedros. Un grueso muro de ladrillo y granito la separa de la terraza primera.

Vista desde la primera terraza (la del estanque, de la segunda y tercera (SIEMA Matritensis)

         Vista de los jardines desde el paseo en la tercera terraza, la más alargada y situada en alto
                                         (SIEMA Matritensis)

Verja original de entrada a los jardines Sabatini (SIEMA Matritensis)

Subida desde la Cuesta de San Vicente (SIEMA Matritensis)

Fuente baja redonda de granito con delfines en el paseo central de la segunda terraza
(SIEMA Matritensis)

Plantación de nuevo arbolado en esta segunda terraza (SIEMA Matritensis)

Escultura ecuestre en piedra caliza de un caballero que cae, totalmente escorzada. No he localizado el autor ni el nombre (SIEMA Matritensis)

Escultura ecuestre femenina en escorzo, con cañones en la parte inferior. Piedra caliza sobre granito.
Tampoco he localizado el autor, ni lo que representan (SIEMA Matritensis)


La primera terraza es la más grande y bonita, con un diseño rectangular nos lleva  a la elegancia clásica del s XVIII. Dos esculturas ecuestres de caliza nos conducen hasta la escalera de bajada a esta primera terraza. Hay una perspectiva simétrica, muy propia del paisajismo francés del s XVIII, con el estanque rectangular en el centro, rodeado de esculturas de reyes de España en piedra caliza. Esas esculturas son las que fueron diseñadas para colocarlas en la parte superior del palacio real, pero Carlos III las mantuvo en los sótanos, hasta que la reina Isabel II las distribuyó por los jardines madrileños, como el Retiro o la cercana plaza de Oriente.

Vista general de esta primera terraza, con el estanque rectangular y la fachada N
del palacio al fondo (SIEMA Matritensis)

Detalle de esa fachada del palacio real desde el estanque (SIEMA Matritensis)

Detalle de la cúpula de la capilla real, con el escudo Borbón, el sol y coronada por la bola de bronce y la cruz (SIEMA Matritensis)


Estanque desde dentro de los jardines, con miras a la torre de Madrid (SIEMA Matritensis)

Escultura de Alfonso X, el Sabio (SIEMA Matritensis)


Un eje simétrico separa los recortes de boj a uno y otro lado, que proporcionan como pequeños laberintos con fuentes bajas. Alrededor podemos contemplar el arbolado más antiguo y frondosos: cedros, cipreses, magnolios, pinos. Son el diseño más cercano a los muros del palacio real. Justo en el espacio que separa el palacio de estos jardines, por este lado Norte, tenemos una curiosidad que mencionar para terminar esta entrada. Se trata de la única farola republicana que se conserva: observar su remate con almenas en vez de corona. Con estas imágenes me despido y os deseo un feliz regreso al patrimonio de Madrid. Podéis seguir nuestras actividades culturales en Twitter e Instagram @siemamadencanto o Facebook Siema Matritensis. O pedir más información en info@siema.es 

Maribel Piqueras

Recortes de boj formando laberintos, junto a cedros, cipreses y magnolios 
(SIEMA Matritensis)

Fuentes bajas con piña en el paseo central de los laberintos (SIEMA Matritensis)

Farola republicana en el lado N (SIEMA Matritensis)


                            Detalle de la farola republicana en palacio real (SIEMA Matritensis)


martes, 9 de septiembre de 2025

Palacio Abrantes: un trocito de Italia en el Madrid de los Austrias

 En el mismo punto en el que actualmente se sitúa el Palacio de Abrantes existía ya un palacete con dos torreones desde mediados del s XVII, atribuida su construcción a Juan Maza. En el plano de Gómez Texeira se aprecia ya, unido a todo un conjunto de mansiones que había en esa zona, como la de los Duques de Pastrana en la parte trasera. Pero percibimos que todavía no estaba acabado el torreón con chapitel que daba a la calle Almudena. 

 Detalle del plano de Texeira con la primitiva parroquia de Sta. María la Real de la Almudena y la mansión junto a ella -antecedente del actual palacio de Abrantes- (SIEMA Matritensis)

El nombre actual procede del s XIX, cuando la propiedad pasó en 1842 a manos del entonces Duque de Abrantes, José María Carvajal Tellez Girón. Éste encargó al arquitecto Anibal Álvarez Bouquel la reforma del edificio anterior. Álvarez Bouquel trabajó en el palacete entre 1844-46, reconvirtiéndolo en un elegante palacio isabelino y siguió un estilo ecléctico característico del s XIX. Este arquitecto respetó las dos torres esquinadas del palacete original, pero le proporcionó un aire más clásico en la fachada con el almohadillado del entresuelo y la sillería de granito del zócalo. También decoró simétricamente con formas clásicas los balcones del piso principal, añadió escudos y una escalera imperial isabelina en el interior.

 Fachada principal del palacio a la calle Mayor. Todavía se pueden ver esas reminiscencias clásicas de Álvarez Bouquel en el gran portalón de entrada con pilares toscanos y remate clásico, los diferentes balcones del piso principal, especialmente el central con remate de frontón triangular; más los sillares almohadillados o el gran zócalo  (SIEMA Matritensis)

Esquina torreón de la calle Factor (SIEMA Matritensis)

Maravilloso juego de sillares almohadillados y decorados junto a la ventana de 
un lateral del palacio (SIEMA Matritensis)

¿Sabías que las revoluciones hicieron que pasara a depender de la Embajada de Italia?. Te lo explico para que lo entiendas. El hijo del Duque de Abrantes, D.Ángel de Carvajal y Fernández de Córdoba, marqués de Sandoal, había participado en la revolución de 1868 junto al general Prim y fue el encargado de viajar a Italia para traer a Amadeo de Saboya. Después conspiraría contra el gobierno. El mismo día en que el general Martínez Campos salía de Madrid para proclamar la restauración monárquica, el propio Marqués de Sandoal, enfrentado a Cánovas del Castillo, decidió que vendería el palacio de Abrantes. El Gobierno italiano lo adquirió y lo reformó. Fue la sede de su embajada entre 1887-1936. De la reforma de 1887 se encargó el arquitecto Luís Sanz, acompañado de otros artistas y decoradores italianos. Entonces perdió los torreones originales y se creó la gran fachada posterior. Se marcó un sobresaliente alero de madera y bajo él pinturas mitológicas al fresco en blanco y negro por los decoradores milaneses MC Grandi-Pasetti. En el interior se mantuvo la escalera isabelina, pero se reformó el salón comedor con vidrieras, el de baile, se cubrieron los zócalos con azulejos de Talavera de la fábrica Ruíz de Luna; en el patio interior se cerraron las galerías y la galería superior se acristaló con elegancia. Una decoración clásica en estucos o casetones cubría las salas principales del palacio.

Una vez en el zaguán, a la derecha, encontramos estas finas puertas de madera con cristales decorados, que nos conducen a la escalera principal isabelina (SIEMA Matritensis)

Pequeños detalles decorativos de la vidriera de la puerta (SIEMA Matritensis)


Vista de la escalera original, que todavía se mantiene, incluso con la barandilla y 
decoración de estucos original (SIEMA Matritensis)

Techo que cubre la escalera acristalado (SIEMA Matritensis)

Decoración de los muros laterales de la escalera siguiendo un estilo clásico
(SIEMA Matritensis)

Galerías cubiertas y acristaladas de la parte superior del patio (SIEMA Matritensis)

Vista general del patio interior ( SIEMA Matritensis)

Alerón, remates, mosaicos y chimeneas en el Palacio Abrantes (SIEMA Matritensis)

                    Detalle de los mosaicos bajo el gran alerón de madera (SIEMA Matritensis)

Chimeneas de ladrillo del Palacio de Abrantes (Álvaro Benitez)


Una de las zonas más espectaculares del interior es el gran comedor de gala, con techumbre de casetones de madera, y restos de marcos de mármol en las paredes que sujetaban algunos lienzos. Pero, sobre todo, destacan los zócalos de mármol marrón veteado que enmarcan escenas de caza, en cerámica muy colorista en azul, verde, amarillo, realizada por los talleres Ruíz de Luna. Presenta ventanas y un gran mirador saliente a los jardines de Larra. Todo ello con vidrieras decoradas con temática vegetal. Pasado el comedor estaba la zona de office y cocinas.

Comedor con techo de artesonado moderno con casetones de madera (SIEMA Matritensis)

Zócalos de cerámica y mármol en el comedor. Aquí con la escena central 
de un jabalí (SIEMA Matritensis)

                          Cerámica con escenas de caza con caballos y perros (SIEMA Matritensis)


Detalle con la firma de Ruíz de Luna en la cerámica (SIEMA Matritensis)

Disparando a la liebre (SIEMA Matritensis)

Detalle de ménsulas de madera sobre pilar de mármol en el comedor (SIEMA Matritensis)

Marcos de mármol y remate de madera originales en la zona del comedor
(SIEMA Matritensis)

Preciosas vidrieras con flores y guirnaldas de colores que dan a la zona del jardín de Larra
(SIEMA Matritensis)



Balcón mirador del comedor y decoración de ese lado del piso principal del palacio junto a los jardines de Larra (SIEMA Matritensis)

Esquina trasera con formas redondeadas (SIEMA Matritensis)

Placa en esa esquina que nos recuerda que hay estuvieron las casas de la Princesa de Éboli o Duques de Pastrana (SIEMA Matritensis)

Aunque está muy reformado se pueden percibir restos del primitivo palacete, como el zócalo de cerámica que continua en el pasillo distribuidor - ahora una temática más clásica con inscripciones en latín y los colores azul y amarillo-, el salón de espejos o alguna decoración de estucos clásicos. En 1936 el palacio alojó a brigadistas internacionales italianos.

También de Ruíz de Luna, con las frases de "oportune y probasti domine". 

Cerámica con las proclamas "infestus infestis"

Ménsula que soporta un arco con decoración mitológica (SIEMA Matritensis)

Vista del salón de baile (SIEMA Matritensis)

Juegos de espejos en el antiguo salón de baile, con sus marcos dorados decimonónicos
(SIEMA Matritensis)

Lo  más antiguo que contiene el Palacio de Abrantes es un lienzo de 5 ms de piedra caliza y pedernal perteneciente a la antigua muralla medieval que iba por ese lado de la calle mayor hasta la puerta de Guadalajara. Hoy en día se puede ver en una de las paredes de la Biblioteca. Después de la guerra civil la embajada italiana se trasladaría al Palacio de Amboage en la calle Velázquez y aquí se organizaría como Instituto Italiano de Cultura, adaptándolo para esos usos. En este siglo XXI fue decorado a la última el salón de actos con tapicerías y cortinas muy coloristas de la casa Missoni. También las esculturas y bronces que encontramos por el palacio son italianas, como el mobiliario que se expone. Suelen hacer pequeñas muestras de arte italiano (pintura, fotografía, escultura), conciertos y, por supuesto, clases de italiano. 

Todos los marcos de las puertas son en mármoles de diferentes colores (SIEMA Matritensis)

                   Moderno salón de actos decorado por la casa Missoni (SIEMA Matritensis)

Tapizados laterales a franjas de colores del salón de actos (SIEMA Matritensis)

Tavolo delfi en mármol de Carrara, de Carolo Scarpa, frente al salón de actos y que muestra los reflejos de las cortinas de colores (SIEMA Matritensis)

Muebles antiguos se conjugan con máquina de cine, como Cinema Paradiso, tan 
importante para la cultura italiana (SIEMA Matritensis)


Para terminar os animo a visitarlo en las diferentes actividades culturales que organizan. No olvidéis echar un ojo a las lámparas de hierro del hall de entrada, ni al portalón original de madera con sus herrajes.

Maribel Piqueras

Farol modernista de hierro y techo con decoración de estucos. Hall de
entrada (SIEMA Matritensis)

Gran portalón de madera original, con casetones de diferentes tamaños y clavos 
(SIEMA Matritensis)

Herrajes originales en el portalón de entrada (SIEMA Matritensis)