jueves, 20 de septiembre de 2018

Parque de la Fuente del Berro

El incipiente otoño es una de las épocas más bonitas para visitar los jardines de Madrid. Un jardín con mucha historia, declarado jardín histórico-artístico en 1941 y que todavía resulta muy desconocido para los madrileños es el que hoy nos ocupa. Todo en él tiene relación con la importancia del agua. Se podría hacer un recorrido sólo del transcurrir del agua en este parque: que iría desde el antiguo manantial de la parte superior (Fuente del Berro), pasando por la ría, el lago, la cascada o las diferentes fuentes. Toma el nombre de la Fuente del Berro, anexa al parque y que se puede ver nada más pasado el palacete y la plaza con fuente baja circular. Era un antiguo manantial procedente de un afluente del arroyo Abroñigal, que circulaba por el E del parque. El agua tenía tan buena calidad que se usaba para abastecer a la Casa Real. Incluso algunos, como la primera mujer de Carlos II, Mª Luisa de Orleans, declararon que el agua que se sirviera en palacio proviniese solo de ese manantial. Durante el reinado de Carlos III, se construyó una estructura para proteger la fuente y permitir el acceso a ella sólo para los aguadores reales, quedando algún caño fuera para uso público. La II República derribó, en 1932, esa estructura o caseta que la cubría. Finalmente ese manantial se clausuró en 1977. Tiene forma semicircular de ladrillo visto, con algún adorno de piedra, como los escudos del oso y el madroño y otro escudo con un dragón (símbolo que también utilizó unos años el ayuntamiento de Madrid). Presenta la curiosidad de tener visible todavía la placa de registro metálica del viaje de agua antiguo de Fuente del Berro, en vez de la del canal Isabel II.

Fuente del Berro (Foto SIEMA)

Curioso escudo de piedra del dragón (Foto SIEMA)

Tapa de registro del viaje de agua antigua (Foto SIEMA)

El origen del parque se remonta a principios del s. XVII, cuando el Duque de Frías, D. Bernardino Fernández de Velasco, fue adquiriendo varios terrenos en la zona para su uso agrícola y de recreo. Llegó a tener, junto a su vivienda ahí, huertas, estanques, fuentes y zonas de pasto común. Por eso al principio los madrileños hablaban de la Quinta de Frías o la Quinta de Miraflores. En 1630 pasó a ser real sitio por su adquisición por el rey Felipe IV. Rey que necesitaba espacios verdes de los que carecía el Alcázar de los Austrias. Coincide con la decisión de construir el palacio y jardines del Retiro también en esas fechas. Una década después alojará en la finca a los benedictinos castellanos expulsados en 1640 de Cataluña, para los que se haría posteriormente la iglesia de Monstserrat, en la calle San Bernardo. En el s. XVIII, 1703, pasa a propiedad privada en otras manos, en las de Dª María Trimiño. Esta señora la donó a la orden mercedaria calzada. Pero un real decreto de 1798, promovido por los ilustrados de la época de Godoy, decidió poner en venta los bienes de instituciones religiosas y patronatos, así que la volvieron a coger diferentes manos privadas durante el s. XIX. Desde 1846 y hasta fines de siglo heredó la finca la familia de Manuel Retama, quien realizó notables mejoras. Se pensó en hacer un jardín tipo inglés, con sus praderas, arbolado y senderos, con un diseño paisajístico que pareciera natural. También se planteó la instalación en el mismo de un parque de atracciones con el nombre de "Nuevos Campos Eliseos", empezándose las obras para el mismo en 1897, cuando ya estaban edificados los "Campos Eliseos" primeros, que estaban situados más cerca del Parque del Retiro, entre Serrano y Velázquez, pero quedando interrumpidas en 1902. Por tanto, se quiso hacer algo parecido: una zona de recreo y divertimento con jardín tipo inglés, con puentes, pabellones y lagos.
Plano de situación del primer parque llamado Campos Eliseos, junto al 
Parque del Retiro ( Foto Andrés Molina, Historias Matritensis)

Fotos antiguas de esos primeros Campos Elíseos
(Andrés Molina en Historias Matritensis)

Se expropió la propiedad y pasó a subastarse. Volvió a ser finca familiar y a vivir su época de mayor esplendor en los años veinte y treinta, cuando pertenecía  a la familia Van Aegen. Esta familia, de origen holandés, acondicionó el antiguo palacete y organizaban numerosos eventos.


Vista de las praderas y arbolado de tipología paisajista de jardín inglés 
(Foto SIEMA)

Palacete de Fuente del Berro, construido en alto, desde donde
se divisa todo el parque. Hoy centro cultural gestionado por la Junta de Distrito del 
Barrio de Salamanca (Foto SIEMA)

Detalle del saliente del palacete (Foto SIEMA)

Continuando con la historia de este jardín diré que ya antes de la II República el parque no estaba aislado de la ciudad, sino que en el O se habían edificado las colonias Iturbe y Fuente del Berro. Colonias de lujo muy apreciadas hoy en día. En ellas viven muchos famosos como, por ejemplo, Richard Gere y su mujer española que tienen casa allí. El Ayuntamiento de Madrid adquirió la propiedad del parque en 1948, haciendo una serie de obras hasta que se abrió al público en 1954. Estos días siguen las mejoras del estanque de patos y la ría menor. Se ha adornado posteriormente con un conjunto de esculturas y también el Ayuntamiento ha marcado una senda con las especies del parque. Todo ello muy de agradecer. Para facilitar el recorrido del parque y sus monumentos se me ha ocurrido seguir el siguiente camino:
1.   Entrada principal, por medio de dos torreones almenados de ladrillo visto y una puerta de hierro.  Los torreones presentan pabellones a los lados y, hacia la derecha, vemos la famosa torre del  reloj.Todo ello en estilo neomudéjar muy característico de finales s. XIX.

Entrada principal, por la c/Enrique dÁlmonte, vista desde
dentro del Parque (Foto SIEMA)

Acceso desde la calle (Foto SIEMA)

Torre del reloj (Foto SIEMA)

2.  Glorieta circular con fuente central:  bonita fuente de piedra en forma de jarrón clásico, con surtidores de los mascarones. La base es octogonal, con cuatro volutas decoradas por hojarasca. Todo ello forma un espacio circular al que se accede por cuatro tramos de escaleras. Este monumento pertenece también a fines del s. XIX, cuando se pensó como parque de atracciones.

Fuente de piedra en la entrada principal (Foto SIEMA)

3.   Palacete: Al antiguo palacete clásico se le han hecho diversos añadidos, como las molduras de estilo plateresco que decoran las ventanas o pilastras, así como el pórtico con los restos de un jardín sevillano con azulejos coloristas de principios del s. XX. Bajo la terraza superior, en su lado N, hay todavía restos de una gruta artificial. El jardín del palacete se organiza en tres terrazas para superar así los desniveles del terreno. Destaca su escalera monumental con tres tramos según las terrazas, de aire clásico en toda la decoración.

Antiguo palacete hoy perteneciente a la Junta de
distrito de Salamanca (Foto SIEMA)


Escalera monumental clásica que comunica el palacete y sus jardines
con el resto de la Fuente del Berro (Foto SIEMA)

Detalle de la fuente de cerámica situada en la última terraza de subida al palacete (Foto SIEMA)


4.  Plaza con fuente circular: fuente baja con un surtidor en el centro. Comunica los jardines que rodean el palacete con la entrada a la Fuente del Berro.

Plaza con fuente circular (Foto SIEMA)

5.  Fuente del Berro, que ya comentamos.
6. Quioscos y palomares, realizados a fines del s. XIX, con tejado de pizarra y decoración historicista de la época.
7.   Estanque de los patos: de forma sinuosa, con casita para los patos y muros de ladrillo visto. Antes de llegar al estanque se divisan dos fuentes gemelas.

Uno de los quioscos decimonónicos del parque
(Foto SIEMA)

Palomar (foto SIEMA)

Estanque de los patos (Foto SIEMA)

8.   Ría chica: la ría mayor no existe en la actualidad, así que nos conformamos con el diseño de esta ría chica, con un trazado irregular que se cierra en si mismo. Sigue la dirección E-O y deja en el interior islas de vegetación curiosas. La cruzan puentes de diversas tipologías (japonés, circular con bancadas).

Puente circular con bancadas laterales y barandilla de hierro, para 
pasar la Ría Chica (Foto SIEMA)

Escaleras rústicas (Foto SIEMA)

9.  Escultura a Enrique Iniesta: la autoría es del escultor Federico Coullant Valera y representa al músico tocando un violín. Es de 1975.
10. Monumento a Bécquer: de 1974, obra del escultor De Santiago. Conjunto escultórico que representa al literato en bronce, con atuendo de la época y una rima en la inscripción de la base. Sobre agua, el literato vestido con ropa de campo hablando con una joven y, a la derecha, otra joven melancólica. Todas ellas esculpidas en piedra.
11.  Cascada: el murmullo del agua en esta parte se añade a lo romántico del lugar y la bajada con escaleras por ambos lados de la cascada.

Escultura del músico Enrique Iniesta, de Coullant Valera
(Foto SIEMA)

Conjunto escultórico de Bécquer, de Santiago
(Foto SIEMA)

Cascada (Foto SIEMA)

12.  Lago: en estos límites inferiores del parque, donde estuvo el cauce del arroyo Abroñigal, pasa ahora la vía de circunvalación conocida como M30. Se oye el ruido de los coches, a pesar de intentar paliarlo con gigantescas pantallas acústicas. Por aquí pasaba también la Ría Grande que hacía un remanso más grande para formar este lago.
13.  Escultura de Alexander Pushkin: esta escultura en bronce del famoso poeta y dramaturgo ruso fue regalada por la ciudad de Moscú a Madrid. El autor es el ruso Oleg Komobot.

Lago (Foto SIEMA)

Otro de los muchos detalles con encanto que hay por 
el parque (Foto SIEMA)

Escultura de Alexander Pushkin, situada detrás del
parque infantil (Foto SIEMA)

14.  Estanque circular: Precioso estanque circular en la parte lateral derecha de abajo. Lo realza la escultura de piedra que representa un anciano con un cántaro de agua a sus piés.
15.  Fuente Mural: de granito y empedrado en el suelo, con el escudo de Madrid del oso y el madroño en su frente. Del centro de unos pequeños escalones sale un canal de agua directo al estanque anterior. Un juego de agua que nos recuerda el jardín hispano árabe del Generalife (Granada)
16. Diversas esculturas abstractas: Subiendo esta ladera nos encontramos con diversas esculturas abstractas realizadas en acero inoxidable y piedras de diferentes materiales.

Con estas últimas imágenes me despido, esperando haberos descubierto algo más de los encantos de Madrid. Siempre es mejor recorrerlo con más detalle en nuestras visitas guiadas, donde contamos mucho más. Para contactar y seguirnos ya sabéis que estamos en info@siema.es o twitter: @siemamadencanto  Facebook: Siema Matritensis y la web general www.siema.es . Desde el parque se ven unas espléndidas vistas del Pirulí. Al no ser botánica no comento los temas de plantas, pero en las visitas guiadas al mismo por SIEMA Matritensis siempre hay algún botánico o paisajista que nos comenta de los cedros, los árboles de Júpiter tan bonitos con flores de diferentes colores y sus ramas características, los ginkgo biloba que se ponen amarillos en otoño, los olmos, castaños, etc.. También destacar la libertad que tienen los pavos reales del parque para pasear fuera del mismo, por las calles adyacentes donde los coches los respetan. 

Maribel Piqueras
Estanque circular (Foto SIEMA)

Fuente Mural de granito (Foto SIEMA)

Una de las esculturas abstractas, la de Fernando Gonzalo
Calisalvo-Gayo (Foto SIEMA)

El Pirulí se asoma al parque (Foto SIEMA)

Árbol de Júpiter y rosas silvestres (Foto SIEMA)

Los pavos reales a sus anchas por las calles (Foto SIEMA)




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