martes, 17 de noviembre de 2020

Museo de Artes y Tradiciones Populares en el Corralón

 Madrid cuenta en el Rastro con uno de sus museos más desconodicos. El Museo de Artes y Tradiciones Populares se aloja en lo que fue una corrala de 1860, llamada "el corralón" por su gran tamaño y patio central para las zonas comunes. Este patio estuvo muy vinculado al carácter comercial de la zona del Rastro y en sus bajos llegó a haber casa de postas y comercios de muebles. Hasta los años 90 del siglo XX funcionó como corrala. Después estuvo bastante abandonado el edificio hasta que se decidió reformarlo e instalar aquí el Museo de Artes y Tradiciones Populares en el año 2012. En las obras de rehabilitación se respetaron todas las antiguas vigas de madera y muros de ladrillo de la antigua corrala.

                         El corralón cuando se usaba como viviendas de corrala, con los bajos utilizados                                         como locales comerciales vinculados al mobiliario (SIEMA Matritensis)

El corralón en la actualidad. Se mantienen las estructuras de las vigas, pero 
en los bajos se han reformado las puertas y cierres originales. Tampoco el pilón y abrevadero es el original (SIEMA Matritensis)

Fachada exterior del corralón, con sus dos alturas y ventanas abuhardilladas
(SIEMA Matritensis)

Esta fuente de granito del patio del corralón es un añadido posterior, no estaba en 
la corrala original (SIEMA Matritensis)

La creación de las variadas colecciones que alberga el museo se la debemos a una gran mujer, Guadalupe González Hontoria. Ella tenía mucha inquietud por conocer las tradiciones de los pueblos de España. Cuando tenía 34 años le tocó un coche en un sorteo y decidió recorrer España en él, reuniendo más de 2.800 piezas de la cultura popular. El 24 de mayo de 1975 se inauguró el Museo de Artes y Tradiciones Populares en la Facultad de Filosofía y Letras de la UAM de Madrid, donde los objetos expuestos estaban un poco más apelmazados. Al año siguiente, en 1976, se creó en la UAM la asignatura "artes y tradiciones populares", que contó ese año con 100 alumnos. Después se fundaría la revista Narria, se crearía una verdadera hemeroteca, también hubo intercambio de materiales con otros centros, y la colección fue creciendo. Para darle más visibilidad y acondicionar los espacios expositivos se pensó trasladar ese museo de la UAM a este corralón del Rastro, cosa que se hizo efectivo sólo dos años antes de que falleciera Guadalupe. Paneles explicativos te introducen al principio del recorrido en los orígenes del museo y sus variadas colecciones (cestería, alimentación, indumentarias, metales, cerámica, música, temática relacionada con la religión, las fiestas o las etapas de la vida). Después encontramos la pieza del mes y un video con algunas curiosas fiestas populares. 

Uno de los paneles explicativos donde nos cuentan la labor desarrollada
por Guadalupe (SIEMA Matritensis)

El recorrido está organizado de tal forma que se empieza por conocer objetos populares relacionados con los ciclos de la vida: nacimiento, bautismo, matrimonio, juegos de niños, amuletos, la muerte. A mí en concreto me llamaron mucho la atención las sillas parteras de madera procedentes del País Vasco o las rosas de Jericó que se usaban en los partos. Así como los trajes del matrimonio maragato. 

Silla de parturienta de madera, con la parte inferior móvil, procedente del 
País Vasco (SIEMA Matritensis)

Recipientes de cerámica para el momento del parto y rosas de Jericó, que 
se utilizaban como amuletos para ayudar a la dilatación (SIEMA Matritensis)

Traje de gala para la celebración de un matrimonio
maragato (SIEMA Matritensis)

Lo que fueron los bajos del corralón, utilizados como locales comerciales, se 
han transformado ahora en amplios espacios expositivos. Junto al matrimonio maragato divisamos los trajes de Carnaval (SIEMA Matritensis)

Pasaríamos después del ciclo privado de la vida, al ciclo de las fiestas públicas. Empezando por las fiestas de Otoño e Invierno (día de difuntos, Carnaval) o las de Primavera y Verano, mucho más variadas (los toros, fallas, Semana Santa, Corpus Christi, fiestas marianas, las mayas, gigantes y cabezudos). Muy curiosas las "pantallas" y su ruido característico de Xinzo de Limia en Orense; el "cucurrumacho" que asusta con los pelos, cuernos y cencerros; las "botargas y mascaritas" de Almiruete, en Guadalajara, que también se ven en el video; las "jarramplas" de Piornal, en Cáceres; las "tamborradas" de Calanda; los "coliblanco y colinegro" de Baena en Semana Santa; las mayas de Colmenar Viejo; tarascas o gigantes y cabezudos. Realmente un resumen muy vistoso y didáctico.

Gigantes y cabezudos (don Carnal y dñª Cuaresma, Quevedo, la Calderona, Sor Patrocinio, Mari Barbola y Sebastián de Morra, el diablo cojuelo -personajes populares sacados de nuestra literatura, arte  y tradiciones- (SIEMA Matritensis)

Estando en el Rastro no podía faltar una mención a los oficios tradicionales de la zona, como curtidores, herreros o joyeros. Estos talleres que se muestran con todo detalle todavía están en funcionamiento. El de herrero muy utilizado para los carruajes que transportaban ganado al Matadero, alimentos a los mercados cercanos, etc. Curtidores que eran los más populares en el Rastro, por eso el nombre de su calle más ancha y larga como Ribera de Curtidores y todos los cobertizos donde se trabajaban esas pieles o se vendían cueros, sillas, zapatos, aldarbas. Se finaliza esta parte de abajo con una zona donde vemos dos carruajes de madera para transporte de mercancías, uno de ellos pintado con delicadeza y escenas de campo o paisajes detallados.

Detalle del taller de curtidor (SIEMA Matritensis)

Carruajes y  paja para los animales (SIEMA Matritensis)

Carreta de madera pintada con cuadritos de paisajes, procedente de Ávila
(SIEMA Matritensis)

Detalle de los cuadritos de paisajes de esta última carreta (SIEMA Matritensis)

En los pasillos de la parte superior vemos vitrinas expositivas que comienzan por los textiles: bolillos, ligas de matrimonio, cintas de pelo, caminos de mesa). Luego metales y útiles de cocina y casa: planchas, ostiario, flaneras, moldes de repostería, la curiosa jarra con pinchos para recoger el agua de la fuente agría en Puerto Llano. Cerámicas (calentadores, chocolateras, vasijas, fuentes), cestería (como alpargatas, sombreros, chichoneras) o instrumentos musicales. La parte izquierda de la corrala es  utilizada como centro cultural. 

Vitrina expositiva de textiles, con los bolillos, caminos de mesa, etc
(SIEMA Matritensis)

Pasillo con vitrinas expositivas. En primer término la de útiles del hogar y
cocinas (SIEMA Matritensis)

Calentadores de cerámica (SIEMA Matritensis)

Chocolatera de cerámica de Teruel (SIEMA Matritensis)

Vitrina con instrumentos musicales populares (SIEMA Matritensis)

En las visitas culturales de Siema Matritensis, en concreto en la ruta Rastro 2, nos gusta difundir y mostraros este museo. De lunes a viernes abren a las 10-20h y sábados a las 11h. Está en la calle Carlos Arniches nº 3-5 y podéis contactar en telf 914976500 o mail museoatp@uam.es. Su personal siempre nos ha dado un excelente trato. No quería terminar sin antes mencionar un negocio centenario con encanto situado muy cerca del museo, me refiero al Restaurante Malacatín en la calle de la Ruda nº 5. Fundado en 1895 por el conquense Julián Díaz como una taberna de vinos, los "vinos Díaz", que se completaron con el cocido que su mujer, María, hacía para criar a sus doce hijos y atender el local. La fama del cocido creció e hizo famoso el local. El nombre viene por un mendigo que se ponía a pedir limosna en la puerta cantando la melodía de "tin, tin, tin, malacatín, tin, tin, tin". Tan pegadizo que en los años 50 dió nombre a la segunda generación. Nosotros hemos probado el caldito en días de frío, el cocido, sus croquetas caseras, la leche frita y damos fe de lo rico que está todo. El local es pequeño, pero tiene todavía ese sabor castizo que le caracteriza. Con estas imágenes del mismo os dejo buen sabor de boca.

Maribel Piqueras 
Fachada de Malacatín a la calle de la Ruda (SIEMA Matritensis)

Detalle de la barra en su parte alta (SIEMA Matritensis)

Zócalo de azulejos (SIEMA Matritensis)

Fila de jarras para decoración del techo (SIEMA Matritensis)






















jueves, 5 de noviembre de 2020

Cárcel de la corona en la calle La Cabeza

 Hay en Lavapies un Centro municipal de mayores que esconde tras de sí una trágica historia. En general, como comenta Galdós en sus Episodios Nacionales, en concreto en el titulado "Gran Oriente": "La calle de la Cabeza es una de las más tristes de Madrid. Compónese toda ella de casas viejas y feas(...). Toda ella tiene un aspecto sombrío, un tinte lúgubre, una mala sombra que no puede definirse, una atmósfera que abruma, un silencio que hiela". Aunque Galdós escribe sobre esta calle a final del s. XIX, recuerda perfectamente la leyenda que da nombre a la calle. En ella vivía en el s. XVII un clérigo acompañado de un criado. El criado decapitó al clérigo, robándole todo y huyendo a Portugal. Regresó a Madrid convertido en todo un caballero y estando en el Rastro comprando carne y una cabeza de carnero, un alguacil le preguntó por el paquete sospechoso que llevaba y del cual salía un rastro de sangre. Comentó el ex-criado que llevaba una cabeza de carnero y al verlo el alguacil vió asombrado la cabeza del clérigo. Detenido al instante, confesó y fue ahorcado en la Plaza Mayor, donde le llevaron en una bandeja de plata la cabeza del clérigo de nuevo. Nada más ser ajusticiado la cabeza humana se convirtió de nuevo en cabeza de ternero. Esta historia es la que da nombre a la calle y explica los dibujos de la azulejería de Ruíz de Luna.

                                     Rótulo explicativo de la calle La Cabeza (SIEMA Matritensis)

Sabemos que la Inquisición en Madrid utilizó varios tipos de cárceles, además de los propios calabozos en la parte baja de los tribunales de la Inquisición,  y uno se pensó específicamente para los presos de rango eclesiástico. Se conocían como cárcel de la corona o cárcel eclesiástica de la corona.  En el plano de Texeira aparece como un caserío normal, sin ninguna particularidad específica. Pero sí sabemos que ,durante el s.XVII, antes de establecerse el primer tribunal de la Inquisición en Madrid en 1650, existían cárceles de la corona para separar a los clérigos que cometían delitos de los seglares. Una de esas cárceles de la corona era esta de la calle de la Cabeza, que tuvo diferentes usos. Cárcel eclesiástica, cárcel para presos liberales cuando en 1814 se encarcelaron aquí diputados liberales al grito de "patria y religión" o cárcel para presos realistas cuando cambia el signo político de los que gobiernan. Éste último caso también lo describe muy bien Galdós cuando en 1821 turbas de liberales y populacho exaltadas entran en esta cárcel de la corona y asesinan a martillazos, sablazos y disparos al famoso cura realista Vinuesa porque consideraban que la pena de 10 años que le habían impuesto los tribunales eran pocos. Con la llegada al trono de Isabel II parece ser que el edificio perdió ese carácter de prisión y se utilizaron sus espacios como cuadras y cocheras. Eso es lo que comprobó en Madrid Galdós cuando llegó en 1862 y en adelante.

                                   Vista general de la antigua cárcel de la corona en la c/ de la Cabeza 
                                                                   (SIEMA Matritensis)

El edificio ocupa la esquina de la calle Lavapies con la de la Cabeza. Es una casa Austria de dos alturas, con patio interior y entrada principal por la calle de la Cabeza. Con zócalo de granito, muros de ladrillo y cornisa de madera sobresaliente con pequeñas buhardillas. Todo el edificio presenta un aspecto muy sobrio, sin ningún tipo de adorno exterior. Galdós la describe así en el "Gran Oriente": "la Cárcel eclesiástica o de la Corona, que estaba en la esquina de la calle Real de Lavapiés y que todavía existe, aunque destinada a cuadras y cocheras (...)Un portalón daba entrada al patio, que no había sufrido variaciones esenciales, y tenía en dos de sus lados columnas de piedra para sostener la crujía alta. Las prisiones estaban en el piso bajo y en los sótanos, y consistían en calabozos inmundos (...)dos puertecillas abiertas a un lado y a otro del zaguán indicaban el Cuerpo de guardia y las habitaciones de algunos empleados de la cárcel". 

Portalón principal de entrada (SIEMA Matritensis)

Fachada de la antigua cárcel de la corona que da a la calle Lavapies
(SIEMA Matritensis)

Patio con corrala en el edificio que fue cárcel de la calle de 
la Cabeza (SIEMA Matritensis)

Vigilados por la sala que fue usada por los guardias, se sube por una escalera de madera a la parte alta y por una, que es la original de granito, se baja desde ese mismo punto a los calabozos
(SIEMA Matritensis)

En este punto terminamos las visitas guiadas por SIEMA Matritensis al hacer la ruta de la Inquisición en Madrid y es muy interesante. Antes se podía entrar dentro del Centro de día sin problema, pero ahora está cerrado por el Covid. En la parte inferior de la fachada de la calle de la Cabeza se ven todavía los agujeros usados como respiraderos exteriores de los calabozos. En el sótano hay un espacio alargado de unos 33m2, dividido en 5 compartimentos con un pasillo que los comunica. Todo de ladrillo y abovedado. Aunque en la cimentación del edificio y en los muros de los calabozos vemos pedernal de la muralla medieval de Madrid. La disposición del pedernal recuerda a otros edificios antiguos de Madrid donde también se utilizaron restos de la muralla, como la casa de las 7 chimeneas, por ejemplo. También hay unos huecos con pequeñas rejas que comunican los diferentes calabozos entre sí, supongo que para ventilación, y se encontraron argollas ancladas en las paredes de los mismos. En las puertas de madera, se abre una pequeña ventana con mirilla. Cuando Galdós escribe la segunda serie de los Episodios Nacionales, donde comenta este edificio, ya se utilizaban como cuadras y cocheras. Después hubo una taberna en los bajos con dos puertas, una por cada fachada. La puerta que daba a la calle Lavapiés se cegó. Se utilizó como plató de TVE para rodar en el patio algunas de las escenas de la serie Fortunata y Jacinta. Desde el 2012, ya reformado, se le dió uso para centro de día de esta zona, conocido como centro municipal de mayores Antón Martín, que tanto se le echa de menos en el barrio. Esperemos que pronto pueda abrir sus puertas y volver a reanudar la actividad con los mayores. Para terminar os mostraré unas interesantes fotografías del interior sacadas por mi misma y que nos ambientan muy bien.

Maribel Piqueras
                                   Calabozo abovedado en los sótanos, dividido en cinco estancias. 
                          Se ven muy bien los muros con restos del pedernal (SIEMA Matritensis)


Casa de las 7 chimeneas (SIEMA Matritensis)


Huecos respiradero entre  los compartimentos del sótano
(SIEMA Matritensis)

Agujeros de respiración en los calabozos, que se aprecian también 
desde el exterior (SIEMA Matritensis)

Pasillo que separa las cinco cámaras (SIEMA Matritensis)