jueves, 29 de noviembre de 2018

Iglesia deSan Martín de Tours

Cuando nos acercamos a la calle Desengaño de Madrid llama la atención una fachada de ladrillo con sus torres laterales que recuerda a las iglesias antiguas de algún pueblo, pero no parece estar en la capital de España. Me estoy refiriendo al templo eucarístico San Martín de Tours. En ese mismo solar estuvieron los oratonianos de San Felipe Neri desde 1643 hasta que, en 1660, se trasladaron a la Plaza del Ángel. Después, fue ocupado por los clérigos menores, también llamados caracciolos. Era conocido como convento de Porta Coeli. De principios del sXVIII y relacionado con este último convento, son los relieves de la fachada principal. Esta fachada de estilo churrigueresco, realizada en granito, une la hornacina de la parte superior con la puerta de entrada. El relieve representa al venerable clérigo menor, Juan Agustín Adorno, ante la Virgen de Porta Coeli y fue realizado por el escultor Villabrille y Ron a principios del s.XVIII. La decoración es completamente barroca en la entrada, con los entablamentos partidos, hojarascas, guirlnaldas, conchas y frontón semicurvo partido rematando la escena. La fachada sigue las líneas del barroco religioso madrileño: es un rectángulo en vertical, dividido en tres cuerpos: puerta de entrada, vidriera que ilumina el coro a los pies y frontón triangular rematando el conjunto, que aparece flanqueado por dos torres campanario de terminación recta. 

Cubiertas de San Martín de Tours, con las torres campanario y la 
linterna barroca que asoma en la cúpula central (Foto SIEMA)

Puerta principal de San Martín (Foto SIEMA)

Detalle del relieve del escultor Villabrille y Ron
(Foto SIEMA)

La dedicación actual a San Martín de Tours viene del s. XIX, cuando se trasladaron aquí los monjes benedictinos del convento de San Martín, junto a las Descalzas. Este antiguo convento, cuyos orígenes se remontan a 1126, fue el más importante convento de Madrid entre los siglos XIV al XVIII. Dió nombre al arrabal de San Martín. José Bonaparte decidió destruirlo y, después, con la desamortización, paso a ocupar en 1836 este antiguo convento de Porta Coeli en la calle Desengaño. En el interior nos encontramos una estructura arquitectónica completamente barroca: planta de cruz latina con tres naves, más elevada la central que las laterales donde se instalan las capillas. El zócalo es de granito y las paredes de ladrillo, pero estucadas en blanco. Destaca la elegancia transmitida por las pilastras de orden gigante, con capitel compuesto y el gran entablamento que recorre toda la parte superior. En los laterales de la nave central encontramos tribunas que se abren sobre ménsulas decorativas. Las cubiertas son abovedadas y una gran cúpula con linterna se abre en el centro del ancho crucero. Esta iglesia fue muy dañada durante la Guerra Civil, cuando le metieron fuego a los lienzos y retablos, además de cargarse el pavimento y torres. 

Maravillosas cubiertas del crucero de San Martín de Tours (web png)

Restauración de San Martín en 1994 (Foto SIEMA, 
tomada de las fotografías antiguas expuestas en el claustro)

Aquí se pueden apreciar los arcos que separan entre pilastras compuestas, las 
tribunas y el entablamento que recorre toda la cornisa (Foto SIEMA)

Vista general de San Martín, con la bóveda central con
lunetos (Foto SIEMA)

Con motivo de la destrucción de su patrimonio en la Guerra Cívil, la decoración actual, salvo el relieve de San Martín, que es del s XIX, realizado por Mariano Bellver, pertenece casi todo al s. XX. Era una iglesia bastante abandonada y destrozada hasta que llegó en 1993 el Papa San Juan Pablo II a Madrid y pidió la existencia de un templo eucarístico en la diócesis de Madrid. El obispo pensó que este templo tan céntrico sería el adecuado y empezaron las labores de restauración que casi han terminado hoy. Sólo queda un poco de la fachada, por eso sus muros y torres llevan un ladrillo moderno en su mayor parte. Así que estaríamos celebrando, en el 2018,  el 25 aniversario de este templo eucarístico. Los fondos para la restauración proceden de las cuotas de las propias adoratrices (aquí se creó la Adoración Nocturna Femenina en España), donativos  particulares y el arzobispado de Madrid. Como dato curioso decir que Sta. Soledad Torres Acosta, una madrileña fundadora de las llamadas "Siervas de María" se bautizó en este templo en 1826. La pila original se la llevaron a una de las capillas de la catedral de la Almudena. 

Relieves del altar mayor: San Martín de Tours con la escena de cortar parte de su capa 
para dársela a un pobre (Mariano Bellver, s. XIX) y, en los laterales, figuras modernas que representan los sagrados corazones de Jesús y María (Foto SIEMA)

Detalle conjunto de Bellver (Foto SIEMA)

La decoración añadida a esta cabecera plana recuerda que estamos ante un templo eucarístico, donde se expone el Santísimo las 24h. Por eso los ángeles adorando la Sagrada Forma y los medallones de santos con formas redondas y cálices, todo ello simbolizando la Eucaristía. Las capillas del fondo son las de la Virgen con la Santísima Trinidad y la Virgen del Carmen. A la izda te encuentras primero con una tumba de la niña Alexia (la de la película Camino) ante el cuadro del "Aprendizaje de la Virgen". Después un moderno San Jesús obrero, Cristo crucificado, la Virgen del Rosario y Tobías con el ángel. 

Tumba de Alexia (Foto SIEMA)

"La educación de la Virgen" ( Foto SIEMA)

Cristo en la cruz (Foto SIEMA)

Talla de madera contemporánea representando a 
Jesús en su oficio de carpintero (Foto SIEMA)

Tobías con el arcángel Rafael  (Foto SIEMA)


En el lado derecho no hay capillas porque da a lo que era el convento, con su gran claustro alrededor del patio central. Sí encontramos confesionarios. Ha sido completamente restaurado, así como las salas y dependencias parroquiales junto a él. Desde el interior de la iglesia se pueden contemplar esas galerías a través de unos ventanales. La parte más antigua del claustro son las galerías más cercanas a la sacristía y en ellas se inspiraron para el resto de las galerías. Los muros de ladrillo visto del claustro, sus cubiertas planas con vigas de madera, nos llevan también al s. XVII. Junto a la parte derecha del altar está la entrada hacía esas dependencias.

Parte del claustro y sus cubiertas que se ven desde el interior de las
naves (Foto SIEMA)

Puerta de acceso al convento y claustro (Foto SIEMA)

Galerías del claustro de San Martín, hoy cerradas con cristaleras 
entre los pilares de ladrillo (Foto SIEMA)

Este claustro gira en torno a un agradable patio central rectangular, con sus muros de ladrillo, plantas, fuente y hornacina con la moderna Virgen de la sonrisa, como se puede ver en las siguientes fotos de SIEMA Matritensis.

Vista del interior del patio (Foto SIEMA)

Muro del patio con la hornacina de la Virgen de la sonrisa (Foto SIEMA)

Detalle (Foto SIEMA)

Muy interesante también la cripta de San Martín, sencilla, en tonos claros y muy luminosa. Tiene forma de T y, tras pasar unas escaleras y un pequeño patio, nos recibe una imagen de la Virgen de la Soledad o los siete dolores de la Virgen, que suele procesionar en Semana Santa. Después, volvemos a bajar. Centrado, en una hurna, un Cristo yacente del taller de Gregorio Fernández. A los lados de él se sitúan los estantes para los columbarios. También las dependencias parroquiales resultan muy agradables, sencillas, con sobria y elegante decoración y muy limpias. Desde aquí agradezco a Lina su disponibilidad para recorrer ese claustro y cripta. Recordar que podéis seguir nuestras actividades culturales abiertas a inscripciones individuales en Facebook Siema Matritensis, Twitter @siemamadencanto o web www.siema.es .

Maribel Piqueras.

Estado en que se encontraba la cripta antes de la restauración
(Foto SIEMA de las expuestas en el claustro)

Virgen de la Soledad o los siete dolores
(Foto SIEMA)

Cristo yacente (Foto SIEMA)

Interior de la cripta (Foto SIEMA)


lunes, 19 de noviembre de 2018

La Plaza del Conde de Barajas y los pintores

Una de las plazas más encantadoras del Madrid de los Austrias es la Plaza del Conde de Barajas. El nombre le viene de Ruy Sánchez Zapata, que construyó su palacete en Madrid en el s XV, muy cerca de la muralla, situado en esta zona entre las Puertas de Guadalajara y Cerrada. Como heredó también el señorío de Barajas de ahí el nombre que luego se le dió a la Plaza y que llega a nuestros días. Sigue el urbanismo medieval que mantuvieron los Austrias, una plaza pequeña y de forma irregular, rodeada de edificios de diferentes siglos, alturas y estilos. Lo sorprendente es que está muy cerca de la Plaza Mayor, por la entrada del arco de cuchilleros. La esquina que lleva el azulejo con el nombre de la plaza, en la foto que me hice con las pintoras, corresponde al edificio que fue Palacio de la Secretaría de la Cruzada, con un diseño de 1888 proyectado por el marqués de Cubas. Justo en frente un moderno edificio residencial de 1910 con sus ventanas y balcones de elaborada rejería y trabajos decorativos de estuco. El arquitecto fue Roca Carbonell. Pasado el mismo una bonita fachada de ladrillo con reminiscencias medievales y una casa del s. XVII. Frente al mismo, al otro lado de la plaza, la casa habitada por María Zambrano en los años 30. Una plaza tranquila, con sitios para tomar una tapa o copa. Los domingos se llena de algo más de vida, llega el arte a ocupar la zona central, como veremos más adelante.

Bonita balconada en esta fachada de ladrillo visto, situada junto a las 
viviendas de 1910 (Foto SIEMA)

Viviendas residenciales de 1910, según la Guía de Arquitectura del 
COAM (Foto SIEMA)

Algo que pasa bastante desapercibido es que todos los domingos, de 10-14h, esta plaza se convierte en el Montmartre madrileño. Una plaza con más de treinta puestos al aire libre de magníficos pintores. La idea viene de 1983, año en que se conmemoraba en el Centro Conde Duque el 30 aniversario de la creación de las exposiciones de pintura al aire libre, celebradas sobre todo en el Retiro. Unas palabras del entonces alcalde, Tierno Galván, expresaban que "se vive mejor el arte en la calle que en el recinto claustral con aire de templo...lo que significa, ante todo, libertad para la sensibilidad y el talento ante ese gran tribunal que transcurre por las calles de Madrid: el público". La Junta Municipal de Madrid Centro cedió en 1984 el uso de la Plaza del Conde de Barajas  para estos stands de pintura al aire libre, como ya se estaba haciendo en otras capitales europeas. Están a cargo de una asociación cultural: pintorestallerabierto.com . 

La autora con algunas de las pintoras bajo el cartel
con el nombre de la Plaza (foto SIEMA)

Locales de la asociación Taller Abierto junto a la plaza
(Foto SIEMA)

Tuve la suerte de pasarme un domingo por allí y conocer, uno a uno todos los puestos, de la mano de su presidenta, Goyi Martínez. Así como el cercano almacén donde cada uno dispone de estanterías para guardar todos sus útiles. Para empezar diré que hacen una dura selección para poder exponer aquí. No puede llevar cuadros cualquiera: sino que tiene que superar unas pruebas de calidad. Hay artistas que llevan muchos años, como Loyla, desde el 94 viniendo todos los domingos a la plaza. Pero otros son de incorporación reciente, como Victoria Olson. Hay muy buen ambiente y colaboración entre todos ellos. Realizan, además, múltiples actividades: concursos, talleres de pintura, un mismo motivo pintado por varios artistas, exposición de obras de artistas itinerantes. Como podréis descubrir en breve las técnicas y temáticas son muy variadas, pero todas ellas de altísima calidad.

Goyi, de Grabados al Alba, y esta estampa a punta seca del Palacio 
de Cristal (Foto SIEMA)

Grabado del arco de Cuchilleros con aguafuerte y aguatinta, de 
Goyi (Foto SIEMA)

Menina de Goyi, con la técnica de punta seca y collagraph
(Foto SIEMA)

Goyi, de Grabados al Alba, tiene el puesto en una esquina cerca de la calle de la Pasa. Aunque intentaré presentaros a algunos artistas por orden de sucesión de puestos, al final resultaría demasiado largo, así que  os pongo a muchos de ellos. Aunque me hubiese gustado tener espacio para todos, ésto no es posible. Las acuarelas es lo que más abunda (pienso que por ser una técnica fácil para utilizar, de manera rápida, al aire libre ). Yolanda González pinta unas acuarelas maravillosas. Cerca de ella, el stand de Luis Pablo Arce, también acuarelista, y su hija María, mucho más moderna en técnica, ya que se dedica al mundo de la ilustración y diseño gráfico.


"Ramales", acuarela de Yolanda González (Foto SIEMA)

"La puerta de Alcalá", acuarela de Luis Pablo Arce
(Foto SIEMA)

Obras de María, hija de Luis Pablo y que se dedica a la 
ilustración y diseño gráfico (Foto SIEMA)

Las pintoras Alda y Yolanda frente a los puestos (Foto SIEMA)

Loyla Villanueva es de las más veteranas de la asociación. Muy original y bella resulta su pintura sobre sedas. Esta técnica, que alcanzó su esplendor en la China de 1200, se ha ido perfeccionando con una nueva tecnología que, desde Alemania, se ha extendido por otros países. Obra muy fina y elegante, de colores muy vivos. El gallego Manuel Blanco, también muy veterano, pinta por hobby escenas de la naturaleza, sobre todo paisajes y jardines. Luís Monzón es especialista en retratos a plumilla. Victoria Olson, la más nueva, es californiana y suele pintar sin boceto previo. En ella llaman la atención acuarelas con unos contrastes de luz intensa.. José Manuel Moya pinta al oléo bellas flores. Alejandro nos seduce con sus evocaciones, varias imágenes escondidas en sus cuadros. Manuel Plaza es un enamorado de Madrid que viene desde Ciudad Real a exponer todos los domingos sus vistas al óleo de la capital.

Pintura sobre seda de Loyla (Foto SIEMA)

Retratos de Luís Monzón (Foto SIEMA)

"Flamencos" de Alejandro (Foto SIEMA)

Óleos de Manuel Plaza (Foto SIEMA)

Victoria Olson en su stand (Foto SIEMA)

Begoña recurre a los acrílicos y a distintos materiales para conseguir una pintura muy contemporánea, abstracta. En Paloma Fdez Barreno destaca el intenso colorido. Noemi presenta unas obras donde el color rezuma fuerza y energía. Alicia Castro es muy variada en las técnicas: lo mismo usa ceras, que collages, etc. Flor Estébanez destaca con sus acuarelas de jardines y flores.  Cristina H Landaluce trabaja preciosas obras al óleo. Alda también triunfa con esa técnica y sus miniaturas a base de flores, frutas o verduras de su propio huerto (las vende para decoración o casitas de muñecas las obras más pequeñas).

Meninas y otras obras de Begoña (Foto SIEMA)

La energía y el color en las obras de Noemi (Foto SIEMA)

Alicia Castro y los montajes con partituras(Foto SIEMA)

Bodegones de Cristina H. Landaluce (Foto SIEMA)

"El Escorial", óleo de Cristina H. Landaluce (Foto SIEMA)

Con estas últimas obras me despido agradeciendo a Goyi y a todos los artistas su disponibilidad, simpatía y buen hacer. Creo que es un sitio muy adecuado para conocer y, por supuesto, comprar los regalos de Navidad ahí. Nos podéis seguir en Twitter @siemamadencanto  o Facebook Siema Matritensis y, si queréis recibir información sobre visitas mandar un correo a info@siema.es o ver, en  agenda  www.siema.es las visitas libres. 

Maribel Piqueras

Frutas y paisajes de Alda, (Foto SIEMA)

Miniaturas de Alda (Foto SIEMA)

Acuarelas de Flor Estébanez (Foto SIEMA)

Obra de Paloma Fernández Barreno (Foto SIEMA)

domingo, 11 de noviembre de 2018

El Cementerio Inglés de Madrid

Hoy os voy a hablar del curioso Cementerio británico de Madrid, situado en la c/Comandante Fontanes nº 7, en pleno barrio de Carabanchel bajo. Está gestionado por el Consulado británico y tuve la suerte de hacer recientemente una visita guiada al mismo de la mano del hispanista David Butler.¡Todo un lujo de visita!. Con David ya había coincidido en una tertulia donde tocamos el tema de los británicos en Madrid y de ahí salió la idea de recorrer el cementerio. La verdad es que fue todo un descubrimiento. Este cementerio se fundó en 1854 para albergar las tumbas de los fallecidos protestantes, en una época en que la legislación vigente no permitía enterrarlos en los cementerios habituales. Así se permitía un lugar de sepultura religiosa, más respetuosa que "las caballerizas" donde solían enterrarse a esos militares, soldados o diplomáticos fallecidos. Como el famoso paje de Carlos I que murió durante al visita a Madrid y se tuvo que enterrar en la Casa de las 7 chimeneas donde estaban alojados. Hoy en día no sólo hay protestantes, sino mayoría de judíos y, también, ortodoxos tanto de la iglesia rusa como griega. Además de católicos durante el s. XX. Incluso una mujer musulmana enterrada en los caminos laterales fuera de los muros (por seguir una costumbre de los expertos en estos temas de esos momentos históricos). No se sabe muy bien el censo total, ni tenemos un registro fiable, pero se calcula que debe haber más de 1000 personas enterradas aquí, en 600 tumbas contabilizadas. La mayoría de ricas familias judías del Madrid de principios del s XX están aquí enterradas. La fachada no indica mucho desde el exterior, no le permitieron poner cruces o símbolos religiosos, es simplemente un muro de ladrillo estucado, con remates almenados y decoración de arcos apuntados. En 1869 se establecía la libertad de cultos y se facilitó el desarrollo de este cementerio, pero la legislación indicaba que los enterramientos fuesen sin culto, pompa, ni publicidad. Esta zona de Carabanchel era una zona humilde, llena de bares y negocios artesanos, donde la fachada pasaba desapercibida. Encima del nombre, "British Cemetery" vemos el  escudo victoriano inglés correspondiente a la época de la fundación. 

Fachada del Cementerio Inglés (Foto SIEMA)

Escudo victoriano realizado por el italiano P S Nicoli
(Foto SIEMA)

Este cementerio ha sufrido bastante abandono e, incluso hoy, podemos ver el estado lamentable de muchas de sus tumbas. Están colocadas de forma aleatoria, sin ningún orden establecido. Todas son tumbas con lápidas de piedra o mármol, sólo encontramos dos grandes panteones: el de la familia Tertsch y el de los Bauer. Gracias a las fundaciones culturales creadas por dos acaudaladas familias británicas: la constructora Sunley y la cervecera Young se ha podido acondicionar y mantener con una reforma que se realizó en el 2014. Se siguen admitiendo donaciones, que es con lo que se mantiene. En el lugar de la vivienda del antiguo portero se ha colocado un muro donde lucen placas con los nombres de los benefactores que dan dinero. Como buenos británicos, se presta mucha atención a la vegetación. Es un vergel de árboles, plantas y flores. Sólo se admiten plantas, nada de ofrecer a los muertos flores de plástico. Son preferibles las plantas a las flores cortadas. Este hecho le encantaría a la familia Bourguignon que está aquí enterrada. De origen holandés, introdujeron en Madrid unos negocios muy avanzados de arte floral que aún hoy tienen mucha fama.

Plano del cementerio británico, que cuelga de los muros
del Hall (Foto SIEMA)

Placa de reconocimiento a la restauración realizada por 
las familias Young y Sunley en el 2014 (Foto SIEMA)

Lápida de la familia Bourguignon, junto al muro del fondo
(Foto SIEMA)

Muro con donativos que ocupan el lugar de la caseta del guarda
(Foto SIEMA)

Al traspasar el arco de la entrada principal accedemos a un hall donde, en el muro de la derecha, cuelgan periódicos informativos o noticias y la puerta de acceso a la capilla, así como restos de la tumba del fotógrafo Clifford. Clifford llegó como fotógrafo en 1849, realizó muchos viajes por España, dejando un material gráfico muy importante. Falleció en 1863 con sólo 43 años. En el muro de la izquierda algún grabado antiguo del cementerio, el plano del mismo y una puerta de acceso a oficinas. Todo de enorme sobriedad. Este camposanto tiene unas dimensiones muy reducidas, pero atesora grandes historias de los personajes enterrados en el mismo. En total encontramos 45 nacionalidades diferentes enterradas aquí. Al entrar llama la atención una columna con un pequeño ángel encima: se trata de un regalo de los feligreses de la parroquia rusa en Madrid para conmemorar el lugar donde estaba inhumada la niña rusa enterrada ahí.

Lápida del fotógrafo Clifford (Foto SIEMA)

Capilla (Foto SIEMA)

Ángel colocado donde estuvo la tumba de 
la niña rusa (Foto SIEMA)

Tumba de Manuel Garrido y del personal de la familia de 
guardeses. Con símbolos católicos (Foto SIEMA)

Vista general de cementerio (Foto SIEMA)

El primer enterramiento del que tenemos noticia es el de Arthur Thorold, joven de tan sólo 19 años, registrado el 10 de febrero de 1854. No tenemos muchos datos de él, pero provenía de rica familia de hidalgos ingleses. La lápida tiene esculpida la espada de excalibur. También está aquí la tumba del primer director del Instituto Británico en Madrid, Walter Starkie, de origen irlandés y nombrado por ser católico. Tumbas de ortodoxos, con su característica cruz, se mezclan con las de judíos. A veces se llevaron algún enterramiento y dejaron restos aquí, como la parte de arriba del monumento funerario de un diplomático representante en México de Gran Bretaña.

Tumba más antigua de Arthur Thorold (Foto SIEMA)

Detalle de la espada de excalibur en esa tumba más antigua
(Foto SIEMA)

Tumba ortodoxa en mármol negro con su cruz caraterística, junto a 
una judía (Foto SIEMA)

Curiosa tumba griega en mármol blanco y decoración 
clásica simulando el parthenon (Foto SIEMA)

Parte de arriba de la tumba de un diplomático británico,  que dejaron al desmontar el monumento y
llevarse su viuda el cuerpo a otro país (Simula urna romana con medallón). 
Foto SIEMA

El panteón de la familia alemana Tertsch, adosado al muro y con la decoración de la pirámide masónica. La tumba de Arthur Byne, del cual se dan muchos datos confusos: no nació en Gibraltar, sino en Nueva York en 1885. No fue arquitecto, si un gran especulador y coleccionista. Falleció en accidente de tráfico en 1935. Además el apellido es incorrecto. Margaret, la fundadora de la famosa pastelería Embassy. Era el primer salón fino de te que hubo en Madrid, muy cotizado por las señoras de la alta sociedad. Esta madre soltera irlandesa supo codearse con los grandes e, incluso, organizó un centro de espionaje en su local. Encontramos apellidos como Shaw, Osborne, la historiadora Alice Bache Gould y Quincy, fallecida a las puertas del archivo de Simancas y que era especialista en Cristobal Colón. O el piloto e la Royal Air Force H.C. Caldwell.

Pirámide masónica de los Tertsch (Foto SIEMA)

Tumba de Margaret, fundadora de Embassy (Foto SIEMA)

Lápida llena de errores históricos sobre 
Byne (Foto SIEMA)

Piloto Caldwell con el símbolo de las 
fuerzas aéreas (Foto SIEMA)

Una con el apellido tan usual de Osborne
(Foto SIEMA)

Tumba de John Shaw (Foto SIEMA)

Tumba de la historiadora Alice Bache Gould
(Foto SIEMA)

Familias tan famosas como los Loewe, los joyeros Girod, el pastelero judío de origen francés Lhardy. Este último fundó la saga que empezó con repostería y luego amplió a restaurante en la Carrera de San Jerónimo. A finales del s. XIX era todo un negocio exitoso al que acudía la aristocracia madrileña que le encargaba la organización de sus comidas y cenas. Todavía existe hoy en día. La familia Parish, propietaria del Circo Price.  Destaca el gran monumento funerario de la familia de banqueros Bauer, judíos que jugaron un papel muy importante en la economía y cultura madrileña de final del s. XIX. Tenían varias residencias, la principal en un palacio de la calle San Bernardo, con jardín posterior y decoración interior de Arturo Melida. Hoy es la Escuela Superior de Canto de Madrid. El mausoleo de piedra recuerda a una pirámide escalonada de piedra, con decoración masónica y una entrada con rica verja de hierro donde aparece inscrito su apellido.

Tumba de la familia Loewe (Foto SIEMA)

Familia Parish, creadores del circo Price (Foto SIEMA)

Mausoleo de los Bauer (Foto SIEMA)

Entrada principal al mausoleo de los 
Bauer (Foto SIEMA)

Como veis, un remanso de paz y silencio oculto en Carabanchel, que empezó como lugar para tumba de protestantes ingleses y se amplió a muchas más confesiones y nacionalidades, aunque la mayoría son judíos que han jugado un papel muy importante en la historia de Madrid. Tiene la suerte de haber sobrevivido a los cambios políticos y pronunciamientos del siglo XIX, a la Guerra Civil y al devenir del s XX. Como siempre, hacemos notar que las fotografías y textos del blog se pueden usar indicando siempre su procedencia. Podéis seguirnos en twitter @siemamadencanto; Facebook Siema Matritensis o www.siema.es . También comentar algo en el blog, aunque muchos lo soléis hacer en las visitas que guiamos o vía mail. Para datos más concretos os animo a contactar con www.britishcemeterymadrid.com. Está gestionado por la Fundación Cementerios Británicos de España. Muchas gracias de nuevo a David Butler.

Maribel Piqueras

Puerta en el muro por donde se accede al pasillo lateral y la tumba
de la musulmana. Pasillo ocupado hoy por viviendas (Foto SIEMA)

Tumba católica con la cruz y la expresión "Pray for his soul"
(Foto SIEMA)

Vista general (Foto SIEMA)