lunes, 25 de mayo de 2020

Botica, casas de oficios y Casa de la Compaña en El Escorial

La historia del conjunto del Monasterio del Escorial, que vimos ya en la siguiente entrada http://madridconencanto-siema.blogspot.com/2020/05/monasterio-del-escorial.html, quedaría incompleta sin referirnos a otros de los edificios imprescindibles que completaban las funciones del monasterio en tiempos de Felipe II. La Botica resultaba un elemento esencial para un lugar de residencia real. Esos alambiques, productos químicos y plantas medicinales, salvarían la vida del rey y del príncipe heredero, aparte de atender a la familia real o a los monjes que lo necesitaran. Aquí trabajaban los mejores profesionales de la época y con los instrumentos más avanzados. Todo muy bien organizado y distribuido por las salas, en estantes y recipientes. Todavía se pueden ver en el Museo Arqueológico Nacional los recipientes de cerámica de Talavera procedentes de la Botica escurialense. La Botica es un edificio de planta cuadrada, organizado en dos pisos más techumbre de pizarra. Las líneas arquitectónicas siguen el estilo clásico del Monasterio. En el patio interior se divisa una galería con arcos clásicos de medio punto sobre pilares toscanos en la parte inferior. Sobre ellos el piso superior de altos ventanales separados por pilastras toscanas. Mientras que el exterior se mantiene íntegro, el interior está totalmente reformado y no abierto a visitas. La Botica se une a la parte de hospital y galería de convalecientes, con la huerta del fraile, situadas en el lado S del Monasterio. La traza es de Juan de Herrera, aunque la llevó a cabo Francisco de Mora. De 1585, un año después de inaugurado el Monasterio, es el paso elevado para comunicar con la Casa de Compaña. La Botica se empezó a utilizar en 1587. Es decir, tres años después de que se dieran por terminadas las obras del Monasterio.

Patio central del edificio usado como Botica (SIEMA Matritensis)

Galerías laterales del patio de la Botica, cubiertas por bóvedas de 
crucería (SIEMA Matritensis)

Botes originales utilizados para plantas medicinales de la Botica
(SIEMA Matritensis)

Galería de convalecientes o corredor del sol, junto a la Botica
(SIEMA Matritensis)

Pasadizo que une el Monasterio con la Casa de la Compaña (SIEMA Matritensis)

Un pasadizo elevado de dos alturas más techumbre de pizarra abuhardillada nos conduce, desde la Botica, hacia la Casa de la Compaña. El arco central, más elevado, permitía el paso de carruajes, lo mismo que hoy el de coches. Los tres laterales de los lados se usaban para las personas a pié. Esta Casa de la Compaña no figuraba en el trazado de Juan de Herrera, sino que la diseñó Francisco de Mora y se inauguraría mucho después que el monasterio, ya que es de 1592. Se trataba de tener ahí algunos servicios para los que no había espacio en el monasterio o, que por higiene, convenía tenerlos alejados. Es decir, servicios de hospedería para visitantes o monjes, talleres, corrales, granjas, establos, almacenes. El Padre Siguenza, cronista del Escorial, la describe muy bien. Consistía en un gran edificio, ya que constaba de 9 patios de diferentes medidas. Al patio principal daban las habitaciones de los hospedados y de los frailes que se encargaban de los talleres o cuidado de animales. A ese patio habría que añadir el patio dedicado a los trabajos de herrería, otros dos patios para usos de matadero y carnicería, dos para leña y maderas, dos para las aves de corral y uno para los cerdos. 

Fachada de la Casa de la Compaña que da al Monasterio (SIEMA Matritensis)

Durante el siglo XVIII ampliaron la parte para hospedería en el lado E, que se ve en la imagen superior, y en el lado S, al otro lado del pasadizo, usaron estancias como hospital de pobres y colegio. En 1744 la Casa de la Compaña sufrió un gran incendio. En esta Casa de la Compaña se aloja desde 1892 la Universidad que lleva el nombre de la regente MªCristina. Renovado el espacio por el arquitecto de palacio, Repullés, que trasladó también aquí la Fuente del Águila desde el reservado de la Casa de Campo. Mis amigos de Investigart tienen una artículo muy bueno en su blog, del que he tomado las siguientes imágenes. 

Bonita imagen del patio grande en la Casa de la Compaña (Investigart)

Fachada de la Casa de la Compaña con entrada solemne a la Universidad 
MªCristina (Investigart)

El traslado de la corte al Escorial suponía también el traslado de numerosos oficios para hacer efectiva una buena estancia. Juan de Herrera diseñó dos casas de oficios simétricas al otro lado de la lonja. Su planta se adaptaba al desnivel del terreno y, en torno a un patio rectangular se edificaban dos alturas mas techumbre de pizarra con buhardillas y sótano. La entrada se hacía por la calle de arriba, no por la lonja, que se llamó después calle de Floridablanca. Todo sigue la unidad de estilo herreriano que tiene el Escorial. En el centro del patio se instaló una fuente baja de granito. Las fachadas que dan al patio y son las principales, presentan en su parte baja una galería de arcos clásicos y, en la parte superior, el muro con ventanas. La máxima sobriedad y ausencia de adornos escultóricos sigue la tónica herreriana que comentábamos. Actualmente tienen usos oficiales, casa de cultura e, incluso hay una capilla dentro de una de ellas. 

La lonja del Monasterio y, al lado derecho, diferentes casas de oficios.
(SIEMA Matritensis)

Fachadas de las casas de oficios primera y segunda (SIEMA Matritensis)

Patio interior de la casa de oficios 1ª (SIEMA Matritensis)

Patio de la casa de oficios  2ª, reformada para entrada a la iglesia o capilla de 
Nra Sra de Gracia (SIEMA Matritensis)

La Casa de oficios 3ª , también conocida como Casa del Ministro de Estado, pertenece a la época de Carlos III y la diseñó Juan de Villanueva para alojar al Conde de Floridablanca y su séquito. Por eso el cambio de nombre de la calle hasta hoy. Se construyó entre 1785-98 en dimensiones más grandes que las anteriores, como requería el protocolo Borbón. Después, Sabatini, añadiría un pasadizo elevado como unión entre esta casa tercera de oficios con la segunda casa de oficios.

El Escorial es pues uno de los destinos preferidos de los madrileños después del confinamiento. Así sabréis un poco más de su historia. Como siempre, podéis seguirnos también en Twitter @siemamadencanto ; Facebook Siema Matritensis y, más reciente, Instagram @siemamadencanto,  comentarios en el blog, o lo que la mayoría preferís: info@siema.es o durante las visitas que en breve empezaremos. 

Maribel Piqueras

Entrada principal del edificio neoclásico, construido por Juan de Villanueva, y conocido 
como Casa del Ministro o Tercera Casa de Oficios (SIEMA Matritensis)

Fuerte desnivel existente entre la calle Floridablanca y la Lonja. A él se adaptaron las 
diferentes casas de oficios desde el primer momento SIEMA Matritensis)

Casa del Ministro vista desde la lonja. Se percibe la diferencia de altura y dimensiones con
respecto a las otras casas de oficios (SIEMA Matritensis)

Casa de oficios 2ª, unida a la 3ª o Casa del Ministro por el arco de unión entre ambas
que diseñó Sabatini (SIEMA Matritensis)



miércoles, 20 de mayo de 2020

Monasterio del Escorial

A través del Monasterio del Escorial podemos estudiar la personalidad e ideas de Felipe II. En el Escorial se da una fusión entre la fe y el poder político. Es la obra cumbre de un príncipe renacentista, imbuido de ciencia y humanismo. Lo mismo que sucedía en las Descalzas Reales, aquí también se sigue la tradición de la monarquía española de instalar palacios junto a monasterios. Pero en el Escorial encontramos un conjunto y finalidades más amplias, ya que cuenta con un panteón real, biblioteca, botica, hospital y huertas, casa de la compañía y, por último, un colegio para los niños del coro de la capilla. La idea de su construcción partió de Felipe II cuando tenía 30 años, para conmemorar el triunfo contra los franceses en la batalla de San Quintín, hecho que tuvo lugar en la festividad de San Lorenzo (10 de agosto de 1557), por eso la planta tiene forma de parrilla y el retablo mayor está dedicado a San Lorenzo. En 1563 se colocó la primera piedra, pero la construcción se alargó en el tiempo. Lo primero que se habilitó fue la parte para los frailes, quienes en 1571 ya pudieron ocupar las estancias de la parte SO. El propio rey seguía personalmente el proceso de contrucción y controlaba todo. 

Felipe II en la batalla de San Quintín, de Antonio Moro, 1560
(Patrimonio Nacional)
Una de las características de la arquitectura del Escorial es su marcado simbolismo, su pureza de lineas geométricas, su racionalismo. Tanto Felipe II como Juan de Herrera tenían en su biblioteca muchos tratados de arquitectura, matemáticas, así como libros de ciencias ocultas. La bóveda del coro alto presenta a Dios con un cubo a sus pies, los frescos de la biblioteca están cargados de símbolos. El Escorial está construído en piedra sobre una plataforma pétrea, lo que nos transmite idea de permanencia y eternidad, la fachada principal mira a la montaña, todos los muros son de igual tamaño y están aparejados de la misma forma. Incluso los peldaños de la escalera principal están esculpidos en una sola piedra granítica. Esa pureza de líneas, unidad y sobriedad se muestra en todos los muros exteriores, desnudos de decoración escultórica. Hay un curioso eje que va desde la biblioteca (sede del saber humano), pasando por el altar (poder divino) y habitación del rey (poder temporal).

Óleo anónimo que muestra el Escorial en el s XVII (Patrimonio Nacional).
En el se percibe la pureza de líneas, los patios simétricos, las numerosas torres, el eje biblioteca-capilla-palacio rey, etc 

Esta sobriedad decorativa exterior sólo se rompe con las columnas de orden gigante, el frontón, escudo y escultura de San Lorenzo en la fachada del O (SIEMA Matritensis)


Como ya comentaba, conocer el Escorial supone acercarse algo más a fondo a la personalidad de Felipe II, tan diferente de su padre. Un rey tímido, paciente y tremendamente calculador y burócrata. Un rey de despacho y no de viajes y compartir con las tropas como hacía Carlos V. Le gustaba rodearse de un ambiente de exquisitez, finura y de la belleza de la naturaleza. Era sobrio en el vestir y comer y muy amante de lo español. En la Biblioteca del Escorial atesoró una colección de libros y manuscritos con todos los genios de la cultura occidental. Era un rey muy piadoso que, además, daba mucha importancia a las reliquias de los santos (se conservan aquí 7.422 reliquias). Los Jerónimos abandonaron el monasterio en 1837 por las medidas desamortizadoras y, hasta que vinieron los agustinos, ya en época de Alfonso XII, el monasterio vivió entre bastante abandono. En 1892 se restauró la vida monacal y el colegio, a lo que se añadiría una sección para estudios de rango universitario. Hablar de este monasterio no cabría en una entrada del blog. Voy a intentar sintetizar diversos apartados del mismo.

PATIO DE REYES Y BASÍLICA

Este patio rectangular lleva ese nombre por tener seis pedestales con esculturas de gran tamaño que representan a los reyes de Judá (Josafat, Ezequías, David, Salomón, Josías y Manasés). En él está colocada la última piedra, que se puso en septiembre de 1584. Como dato curioso sabemos que se localiza en la veleta el "ladrillo de oro", que es de bronce en realidad, y la reliquia de Sta.Bárbara (protectora del monasterio contra los incendios y rayos de tormentas). La Basílica es pues lo último que se construyó. Entramos en un gran atrio con la original bóveda plana que es sobre donde se soporta el Coro, en donde se hallan los órganos del s. XVI y la sillería diseñada por Juan de Herrera. Las pinturas de los muros laterales representan escenas sobre San Lorenzo, realizadas por Rómulo Cincinato y Lucas Cambiasso pintó "la Gloria" en la bóveda del coro. 

Patio de Reyes con las arcadas y columnas clásicas, de orden colosal, que nos introducen en la basílica. Las esculturas de 5ms de David y Salomón en el centro (SIEMA Matritensis)

Vista general de los frescos del coro (Patrimonio Nacional)

Detalle de las vistas del coro (Patrimonio Nacional)

En el Escorial todo se hace a lo grande. La planta de la Basílica es de cruz griega, de tres naves y amplio crucero. Se inspiró en la planta de San Pedro de Roma, pero presenta con ella grandes diferencias como, por ejemplo, que aquí las naves se rematan sin ábsides, los capiteles que se utilizan son de orden toscano y se prescinde de toda línea curva. Grandes pilares con pilastras adosadas sostienen los arcos de medio punto. Un sobrio entablamento clásico, que recorre la parte superior de las naves, unifica el conjunto. Un enorme cimborrio de 92 ms y la cúpula se levantan en el crucero. Felipe II inauguró una basílica donde las bóvedas estaban estucadas en blanco con estrellas azúles, pero, reinando Carlos II, se encargó a Lucas Jordán la decoración al fresco con exuberancia barroca. Aunque del s. XVI conservamos todavía el fresco del altar mayor de Lucas Cambiasso, que representa la "Coronación de la Virgen". El interior de la Basílica es todo un museo de pintura y escultura del s. XVI sobretodo. Cuenta con cuarenta y tres cuadros de santos, situados en diferentes altares o en el propio retablo mayor. Reconocidos artistas españoles o italianos trabajaron en ella. Como Sánchez Coello, gran retratista de Felipe II, que realizó las parejas de "San Jerónimo y San Agustín" o "San Esteban y San Lorenzo mártires".  Férnandez Navarrete con "San Juan y San  Mateo" o Luís de Carvajal con "San Martín y San Nicolás" y "San Cosme y San Damián". Italianos como Zuccaro para el altar mayor y el altar-relicario de la "Anunciación", Tibaldi con el "Martirio de San Lorenzo" y otros cuadros del altar mayor" o Rómulo Cincinato con "El martirio de san Lorenzo y la legión tebana". 

Altar de "La Anunciación" de Zúccaro, situado en el crucero, a la izquierda
(Patrimonio Nacional)

Relicario que vemos una vez abiertas las puertas del altar anterior
(Patrimonio Nacional)

"Martirio de S.Lorenzo", de Pellegrino Pellegrini Tibaldi , en el centro 
del retablo mayor (SIEMA Matritensis)

El retablo del altar mayor sigue las trazas renacentistas de Juan de Herrera y está realizado en mármoles de diferentes colores. Presenta cuatro cuerpos, en cuyo interior hay lienzos rectangulares, como ese del martirio de S.Lorenzo. El Sagrario también lo diseñó Juan de Herrera y lo llevaron a cabo Jacomo Trezzo y Pompeo Leoni. Es muy fino y solemne. En él ocho columnas corintias sostienen una cúpula con linterna, en el interior adornos de nichos y puertas acristaladas, la cornisa se cubre con 8 apóstoles en sus pedestales. En los lados del retablo mayor los Leoni trabajaron esculturas en bronce representando los 4 doctores de la iglesia, 4 evangelistas y 4 apóstoles. A izquierda y derecha del presbiterio encontramos los famosos cenotafios de Carlos V  (1597) y Felipe II (1600), esculpidos en bronce dorado y algo de color, con todo detalle por los Leoni. Vemos a Carlos V con su mujer, su hija María (Emperatriz de Austria) y sus hermanas Leonor y María; Felipe II está representado con su última mujer, Ana de Austria, detrás la madre de sus hijas, Isabel de Valois, y también aparece María de Portugal (su primera mujer y madre del príncipe Carlos, también esculpido). Otras esculturas que yo resaltaría del interior de la Basílica serían el San Miguel de la Roldana y el Cristo de Benvenuto Cellini, esculpido en mármol de una sola pieza. 

Detalle del sagrario del retablo mayor ( Basílica del Escorial,
Comunidad de Agustinos)

Cenotafio de Carlos V (Patrimonio Nacional)

Cenotafio de Felipe II (Patrimonio Nacional)

Como veis es muy difícil tener fotos propias del interior, ya que está prohibido hacer fotos. Comentaremos algo de las dependencias junto a la Basílica, como la antesacristía (con el fresco en estilo pompeyano de Granello y un bonito lavamanos), la Sacristía (alargada sala abovedada con obras maestras que cuelgan de sus paredes y el toque barroco en el lienzo de Claudio Coello de la "Adoración de la Eucaristía por Carlos II", que separa el altar del Santísimo Sacramento), las salas capitulares, celdas priorales , sala vicarial y las diferentes salas museo en las que se están realizando cambios por la creación del Museo de las Colecciones Reales en Madrid. 

Vista general de la Sacristía, con bóveda cubierta de frescos pompeyanos y el altar de la 
Sagrada Forma al fondo (Basílica del Escorial, Comunidad Agustiniana)

Gran lienzo que representa la "Adoración de la Sagrada Forma por Carlos II", realizado por Claudio Coello. Tapa  el altar de la Sagrada Forma milagrosa del s XVI, con el Cristo de Pietro Tacca y el templete neogótico de bronce del s XIX ( Patrimonio Nacional)

Frescos de Francisco de Urbino, s XVI, que cubren la celda prioral
(Patrimonio Nacional)

PANTEÓN REAL

El antiguo panteón, que era el utilizado en tiempos de Felipe II, no era este actual, sino que consistía en una cripta situada en la zona claustral, pasada la escalera principal, en la antigua iglesia. El que conocemos hoy lo mando hacer el rey Felipe IV, en 1654, al artista italiano Crescenzi. Éste es amplio, en mármoles oscuros con adornos de bronce dorado. Se accede a él por una empinada escalera, y encontramos la tumba de todos los reyes de España desde Carlos V. Con la excepción de Felipe V y Fernando VI. A la derecha del altar se sitúan las tumbas de los reyes y, a la izquierda, las reinas que han dado herederos a la corona española.

Capilla antigua desde donde se accedía a la cripta de enterramientos original 
en tiempos de Felipe II. El lienzo del altar mayor es obra de Tiziano y representa 
el "Martirio de San Lorenzo" (SIEMA Matritensis)

Placa de bronce en la entrada al panteón actual (SIEMA Matritensis)

Panteón real, sepultura de las reinas (Patrimonio Nacional)


Hay también un segundo panteón conocido como de Infantes. La idea se debe a la reina Isabel II, que se lo encargó al arquitecto de palacio José Segundo de Lema en 1862, pero no se acabaría hasta 1888. Así podían gozar aquí de sepultura los príncipes, infantes, regentes o reinas que no hubieran dado heredero al trono. Consta de nueve cámaras sepulcrales sin ninguna homogeneidad. 

Una de las salas del panteón de infantes, muy el estilo decorativo del 
s. XIX (Patrimonio Nacional)

BIBLIOTECA

Ocupa el eje principal nada más entrar al monasterio por la zona de la fachada central. Presenta una sala alargada y bien iluminada, con gran riqueza ornamental. No sólo por los exquisitos muebles de maderas de naranjo, caoba, nogal o cedro, sino por las pinturas de sus paredes y los frescos que pintó Tibaldi en la época de Felipe II (en la bóveda pintó las alegorías de las artes liberales y, en las paredes, la filosofía y la teología). Esta biblioteca laurentina fue creada en exclusiva para este lugar. En 1593 instalaron 10.000 volúmenes, organizados por fray Juan de San Jerónimo y fray José Siguenza. Felipe III añadió 4000 manuscritos árabes, que fueron rescatados del sultán de Marruecos y Felipe IV aumentaría los fondos con la biblioteca del Conde Duque de Olivares.  Las puertas y estantes dorados pertenecen a época posterior, al reinado de Fernando VI.

Vista general de la Biblioteca (Patrimonio Nacional)

SALA DE BATALLAS

Esta sala alargada pegada a los muros de la iglesia contiene también frescos maravillosos. En el techo imita una logia del Vaticano y, en las paredes, encontramos escenas de batallas de los siglos XV y XVI realizadas con todo tipo de detalles. Podemos así saber con exactitud la formación militar, las armas y trajes de la época, las técnicas de asalto, etc. Son frescos de Fabrizio Castello y Nicolás Granello. Vemos batallas como la de la Higueruela, la de San Quintín, la campaña de Portugal de 1580 y la de Azores.

Detalle de la Batalla de la Higueruela, que tuvo lugar en 1431, con Juan II y Álvaro de Luna en 
la Vega de Granada (Patrimonio Nacional)

ESCALERA PRINCIPAL Y PATIOS

La llamada escalera principal sirve para comunicar la zona conventual de los claustros menores con el patio de los Evangelistas o claustro mayor. Está trazada con cincuenta y dos peldaños de granito de una sola pieza. Tibaldi decora los frescos de los muros y Lucas Jordán la franja superior y la bóveda. Cuentan la historia de la batalla de San Quintín y la construcción del monasterio. En el lado O vemos pintados a los arquitectos Juan de Herrera y Bautista de Toledo junto al rey Felipe II y el prior del monasterio. En la bóveda retrató a Carlos II y representó Jordán la Gloria. Los patios del monasterio juegan un papel importante en cuanto a la organización espacial y a la luz. Siguen simétricamente la línea E-O del monasterio. El llamado patio de los mascarones es el más pequeño y el primero en acabarse. El Patio de los Evangelistas tiene las mismas dimensiones que el Patio de coches en el Palacio de los Borbones. Presenta el encanto del original templete central con las esculturas de los cuatro evangelistas.

Frescos de Lucas Jordán sobre la escalera principal
(SIEMA Matritensis)

Decoración al fresco, con las escenas de Tibaldi en los muros entre las pilastras y, arriba los frescos de Lucas Jordán. En el centro se aprecia la figura de Carlos II explicando a su mujer Mariana de Neoburgo y a su madre (SIEMA Matritensis)

PALACIO DE LOS AUSTRIAS

Las estancias de los Austrias se distribuyen alrededor del Patio de Mascarones y de la capilla mayor de la Basílica. Ocupando lo que popularmente se conoce como "mango de la parrilla". La austeridad decorativa y las pocas salas no olvidan recurrir a una fina y exquisita decoración: azulejos de Talavera para los zócalos, tapices flamencos, puertas de marquetería alemana, mapas, retratos de pintores renacentistas españoles y flamencos, pintura religiosa y paisajes.

Vista E del Monasterio. Detrás del altar mayor, en lo que es el mango de la parrilla
se localizan las habitaciones del palacio Austria (SIEMA Matritensis)

Cuidados jardines con boj recortado  en la zona residencial 
palaciega (SIEMA Matritensis)

Otra vista de esos mismos jardines que ocupan dos terrazas en la zona E
(SIEMA Matritensis)

Esquina del Patio de Mascarones con la fuente
(SIEMA Matritensis)

Vistas de  otro lateral con pórtico del Patio de
Mascarones (SIEMA Matritensis)

El rey Felipe II se reservaba para él la parte SE, donde se localizaban su dormitorio, despacho y oratorio. Aquí falleció el 13 de septiembre de 1598, después de haber pasado cincuenta y tres días de agonía. Interesantes de visitar también la antecámara del rey o comedor (donde cuelgan vistas de Houasse y de Juan de Herrera), la sala de paseo o antiguo salón del trono, la sala de embajadores (con importantes retratos y un reloj de sol en el suelo), la de guardias (con la silla de mano y pintura italiana). En las estancias de su hija Isabel Clara Eugenia vemos un crucificado de Alonso Cano, pintura de la escuela flamenca de los siglos XV y XVI, instrumentos musicales de época, o el retrato de su padre con la orden del toisón de oro de Sánchez Coello.

Habitación y cama al fondo de Felipe II (Patrimonio Nacional)

Puerta alemana de fina marquetería de madera, que sirve de entrada al salón del 
trono del Palacio Austria (Patrimonio Nacional)

GALERÍA DE CONVALECIENTES, HUERTAS Y ESTANQUE

Fuera del plano rectangular del monasterio, pero comunicada con la zona conventual, encontramos la galería de convalecientes. Su misión era servir de hospital para los monjes enfermos. Por eso el situarla en un extremo, cerca de la botica y huertas, y con una galería exterior abierta al paisaje. En la parte inferior se construyó un pórtico con arcos de medio punto sobre columnas clásicas. En la parte superior vemos la soleada galería con balaustrada y columnas de capitel jónico sobre las que descansa un entablamento sencillo y luego la parte abuhardillada con tejado de pizarra.

El jardín de los frailes, estanque y huertas se divisan en este lado S, adaptándose a los desniveles con terrazas de granito, con sus balaustradas, nichos, bancadas. Nos quedaría  mucho por hablar, como las casas de oficios, Botica y Casa de la Compañía que se hicieron también en tiempos de Felipe II. O los añadidos por Carlos III, como el Palacio de los Borbones. Lo dejaremos para otra entrada por no cargar mucho esta. Espero que os guste el Monasterio tanto como a mí. Ya sabéis que podéis seguirnos también en Twitter @siemamadencanto Facebook Siema Matritensis o Instagram @siemamadencanto. Esperamos volver pronto con nuestras visitas. Mucho ánimo.

Maribel Piqueras

Vista de la galería de convalecientes (SIEMA Matritensis)

Estanque (SIEMA Matritensis)

Vista del jardín de los frailes en el lado Sur (SIEMA Matritensis)

viernes, 1 de mayo de 2020

Colonia Madrid Moderno en la Guindalera

La colonia Madrid Moderno está considerada como una de las primeras que promocionó en Madrid viviendas baratas para las clases más modestas. Se localiza en lo que entonces era el extremo más alejado de la calle Alcalá, por la zona de Ventas. Llamada así porque en esa entrada hacia Madrid se situaban, ya desde los siglos XVII y XVIII, numerosas ventas o casas de comidas y otros utensilios que ofrecían a los comerciantes o campesinos que se dirigían a Madrid. En una de esas ventas de esta zona sitúa Goya su famosa obra titulada precisamente "Riña en la venta".  Estaba pues formada por un área llena de huertas, ventas al aire libre, sin apenas edificaciones, zonas para materiales de industria y construcción. Incluso he descubierto que hasta Galdós menciona la Guindalera en "Fortunata y Jacinta" (Parte 1, VII). En esa obra, en el momento que se reúnen ,en la casa de los Santa Cruz, Guillermina con hombres influyentes y ella les pide ayuda para la construcción de un nuevo asilo de niños huérfanos, Aparisi comentaba que "le doy a usted la friolera de sesenta metros cúbicos de piedra sillar que tengo en la Guindalera". En la época de la que estamos hablando todavía no se había construido la nueva plaza de toros.

Merendero del Espíritu Santo, en una de las numerosas ventas de esta zona (Fotografía de 1900)

Riña en la Venta nueva, Goya, 1777 (wikipedia)

El arquitecto Julián Marín fue el que desarrolló la primera fase de construcción de esta colonia, entre 1890-92. Su intención era aplicar en ese punto las ideas sobre modernas construcciones, a la vez muy económicas, que había ido difundiendo por España el arquitecto Mariano Belmás Estrada, antiguo colaborador de Arturo Soria en la Ciudad Linéal. Belmás ya había propuesto en 1881 un modelo teórico de viviendas adosadas parecidas a las que se hicieron una década después en la colonia Madrid Moderno.  Julián Marín era un arquitecto visionario que ya había trabajado dentro de un estilo neomudéjar con ladrillos de diferentes colores en la llamada "Casa de las Bolas", también en la calle Alcalá. Y ese mismo estilo fue el que tenía la antigua Plaza de Toros de Goya, clausurada en 1931. 

Torre de la llamada "Casa de las Bolas", construida por Julián Marín antes que la colonia 
Madrid Moderno, es decir, entre 1885-95 y que utiliza el mismo estilo que empleará en la colonia
(wikipedia)

Como ya he mencionado, esta primera fase de construcción de Madrid Moderno duró dos años (1890-92). Santos Pinela era el abogado propietario que compró estos solares de las afueras de Madrid y le encargó al arquitecto Julián Marín la construcción. El ayuntamiento les autorizó a realizar las obras, por ser el partido liberal, el mismo al que pertenecía Santos Pinela, pero realizaron decenas de casas sin tener la licencia correspondiente. Se trataba de viviendas baratas, de integración social, formadas por dos alturas más el sótano, a lo que habría de añadir el pequeño jardín y patio. También ideó conducciones de agua, alcantarillado y luz en las zonas públicas. Todavía actualmente se pueden ver en las calles Castelar, Roma o Cardenal Belluga casitas de esta primera fase con sus originales cerámicas, muros de ladrillos de colores, miradores de madera o forjas antiguas. Muy curioso lo que explicaba Répide en 1925 sobre el nombre de Castelar puesto a esa calle de esta colonia: "la calle Castelar es la primera calle de la barriada de hotelitos, denominada Madrid Moderno, construida en 1890 por don Santos Pinela y el arquitecto don Julián Marín. Antiguo republicano aquel, quiso honrar el nombre del famoso orador-denominando Castelar a cuyo lado había militado en la política- a la calle. La designación fue particular, sin que recayese o haya recaído sobre ella acuerdo municipal"

Vista general de la torre original en la esquina de la calle Castelar con 
Cardenal Belluga (SIEMA Matritensis)

Detalle de la torre cilíndrica original realizada por Julián Marín, dentro de esta 
primera fase de construcción de hotelitos, en la primera calle de la colonia y cuyo estilo mudéjar, con la alternancia de la decoración de cerámica, ladrillo y bolas. Recuerda a la "Casa de las Bolas", construida también por Marín años antes (SIEMA Matritensis)

Dos hotelitos de la calle Castelar, con los típicos balcones miradores de madera sobre
finas columnas de hierro y muros de ladrillo con decoración neomudéjar (SIEMA Matritensis)

Detalle de ese balcón mirador (SIEMA Matritensis)

Otro modelo de balcón mirador sobre finas columnas (SIEMA Matritensis)

Maderas, ladrillo, hierro y cerámica son los materiales 
utilizados (SIEMA Matritensis)

Detalle de las antiguas puertas de la fachada con sus marcos de cerámica
(SIEMA Matritensis)

Para las obras de esta colonia no recibieron autorización municipal durante el periodo conservador, así que no se reanudaron los trabajos hasta 1894. Año en que comenzó la segunda fase que duró hasta 1901. El contratista Francisco Navacerrada pagó las multas al Ayuntamiento en 1893 y compró los hotelitos levantados en la primera fase por Pinela, unos 62. Al final construyó más de cien viviendas con ese estilo característico, dándoles más aires modernistas. En esta segunda fase decidieron no incorporar tanta madera, sino introducir más trabajos de hierro en puertas, verjas y ventanas. Le ayudó el maestro de obras Martínez Calange. Navacerrada añadió también una zona de ocio anexa, llamada Parque Rusia en 1895. Para el Madrid de entonces llamaban mucho la atención los colores y formas de estas casitas. Recibieron muchas críticas de personalidades conocidas, especialmente durante la posguerra, como por ejemplo el escritor Azorín, que comentaba lo siguiente: "pintarrajeado conjunto de muros chafarrinados en tiras rojas y amarillentas, balaustradas con jarrones, cristales azules y verdes, cupulillas, sórdidas ventanas y techumbres encarnadas y negras".

Vista de 1900 de Madrid Moderno, con la alineación de sus típicos balcones, 
su empedrado e iluminación eléctrica (Urbancidades)

Detalle de la fina columna modernista y el arranque de un mirador de madera
restaurado (SIEMA Matritensis)

Otra de las casitas, llamadas hotelitos (SIEMA Matritensis)

Hubo también otra tercera fase, entre 1905 y 1906, con edificaciones construídas por el arquitecto Valentín Roca Carbonell y que se aprecian sobre todo en la calle Roma. Ahora se exageró la decoración modernista con paneles decorativos a base de elementos vegetales, vistosos chapiteles y más trabajo de hierro. La verdad es que se continuaron haciendo hotelitos en esta zona hasta 1930. Incluso el Ayuntamiento le proporcionó su propia línea de tranvías que unía la colonia con el centro: desde Goya, por Madrid Moderno, hasta Ventas.

Ejemplo de casas hechas por Roca Carbonell en la calle Roma: con sus característicos miradores chapiteles y sus remates de balcones y ventanas con paneles florales y líneas semicirculares
(SIEMA Matritensis)

Detalle del arranque de las escaleras con adornos de piedra en estilo modernista y 
minucioso trabajo de hierro (SIEMA Matritensis)

Detalles de la decoración de estos ventanales de la calle Roma (SIEMA Matritensis)

Fachada de Villa Sara, restaurada recientemente, en la calle Roma 30. Conserva el azulejo con el 
nombre original de la casa, pero reformaron los balcones y remates tras haber sido destrozada por 
okupas durante muchos años (SIEMA Matritensis)

Detalle con la marquesina en hierro y cristal, calle Roma (SIEMA Matritensis)

Detalle de las cerámicas originales que adornan la fachada de esta casa de la 
calle Roma (SIEMA Matritensis)

Modernos putis renacentistas de cerámica en la fachada, ya muy ornamentada por Roca Carbonell, 
en los hotelitos de la tercera fase de la calle Roma (SIEMA Matritensis)

A lo largo de nuestras visitas a la colonia se comprueba la adaptación de las casas. En muchas de ellas no queda mal la combinación de lo moderno y antiguo, otras nos resultan auténticas moles macizas sin ningún encanto. Se han elevado las alturas, cerrado miradores o incluso tirado, aunque se aprecian todavía sus restos en algunas de las viviendas reformadas. El número 21 de la calle Castelar, con su fachada original, alberga una residencia juvenil de la fundación La Merced para emigrantes. Incluso, al estar tan cercana a la plaza de toros, en esta colonia se puede disfrutar de bares y mesones curiosos relacionados con la carne de toro y el ambiente castizo. Nada más terminarse la tercera fase de la colonia Madrid Moderno, en 1907, se creó el Instituto de Reformas Sociales que promulgaría la Ley de Casas Baratas en 1911, por la que Madrid se llenó de colonias. Más adelantes comentaremos algunas de ellas. Como comprenderéis, para esta entrada al blog he utilizado materiales de visitas culturales de Siema Matritensis realizadas antes del confinamiento. A día de hoy, todavía no sabemos cuando podremos reiniciarlas. Ojalá sea a final de junio del 2020 como algunos nos estáis pidiendo, pero no depende de nosotros. Estaremos en contacto. Podéis seguirnos en Facebook SIEMA Matritensis, Twitter e Instagram con @siemamadencanto, o la web www.siema.es . ¡ Cuidaros mucho y hasta pronto!

Maribel Piqueras
Mirador reformado con ladrillo (SIEMA Matritensis)

Otra de las casas reformadas, anulando los balcones, aunque todavía se aprecia
el arranque de los mismos y la altura original de la vivienda (SIEMA Matritensis)

Este antiguo hotelito reformado conserva las antiguas columnas modernistas 
de hierro (SIEMA Matritensis)

Fachada reformada en Cardenal Belluga (SIEMA Matritensis)

Esquina de Casa Toribio (SIEMA Matritensis)

El Burladero, otra de las tabernas típicas (SIEMA Matritensis)