El haber estado hace poco en un acto oficial en esta Casa de la Villa me permitió recorrer sus estancias con detenimiento y me animó a divulgar los tesoros que esconde en este blog. Es en tiempos de Felipe IV, un "Austria menor" que resultó grande para Madrid, cuando la ciudad se decide a tener una sede en condiciones para el órgano más representativo del gobierno de esta villa y corte. Desde la época medieval el concejo de la villa se había reunido en esta misma plaza, llamada del Salvador, por la iglesia del mismo nombre donde se reunían los del Concejo. Por seguir la tradición decidieron mantener en este mismo sitio la Casa de la Villa. Las viejas casas que ocupaban la zona fueron adquiridas por el Ayuntamiento a fines del s XVI, para ser posteriormente derribadas en 1619. Diez años después recibe autorización del Consejo de Castilla para hacer su nuevo edificio el Ayuntamiento. Su construcción sigue el proyecto de Gómez de Mora (1644) aportando sus notas características al urbanismo madrileño del s.XVII. Edificación sobria, con gran zócalo de granito y muros de ladrillo, rematada por torres chapiteles apizarradas en las esquinas y sin apenas decoración en su origen, salvo la ornamentación con frontones triangulares de piedra en los balcones del piso principal y sobre las puertas. El edificio consta de tres alturas, buhardillas y tres torres. Como dice el COAM Cristóbal de Aguilera y Alonso Carbonell intervinieron en dichas obras hasta 1648. Cuando fallece Gómez de Mora se hace cargo de las obras José de Villarreal, nombrado maestro mayor de la villa y publica entonces un nuevo pliego de condiciones.
de entrada a la Casa de la Villa (SIEMA Matritensis)
José de Villarreal realizó, en 1653, las trazas definitivas, donde el patio es el protagonista. Pero no con recorridos circulares en torno al patio, sino tangenciales, para agilizar. Es decir, las dos puertas hacían como de entrada de la ciudad por medio de dos calles en el interior de la casa de la Villa. Un disposición totalmente original. En el centro se situaban el patio y las escaleras de subida a la planta principal. En los laterales, espacios para salones más representativos que daban a la entonces calle de Platerías y las salas de trabajo se localizaban en el lateral que daba a la calle del Rollo. Villarreal fallece en 1662, año en que ya está casi terminada. Para la decoración interior utilizó zócalos de azulejos de Talavera. De 1662-1670 se hace cargo de las obras Bartolomé Hurtado.
Hasta los años noventa del s. XVII no se finalizaron los trabajos en ella para su uso como Casa de la Villa. En tiempos de Carlos II se recargó la decoración con el estilo propio de esa época: las molduras sobre las puertas principales, los escudos y remates de las torres corresponden al trabajo durante ese reinado de José Olmo y Teodoro Ardemans. En 1690, coincidiendo con la entrada en la villa de la segunda mujer de Carlos II, Mariana de Neoburgo, José del Olmo se acababa de encargar de la continuación de las obras. Encarga a su colaborador Ardemáns darse prisa con las mismas: terminan trazas puertas gemelas exteriores, las tres torres, la decoración exterior, la terminación del patio, capilla y cárcel. Encargan a Palomino cubrir de frescos el interior. De esa época son también los frescos de Palomino(1692-96)que cubren el Salón de Sesiones. Ahora mismo lucen en todo su esplendor en este salón que da a la Plaza de la Villa, con los retratos de los sucesivos monarcas que intervinieron en la construcción de esta Casa y sus mujeres. Se acaban de restaurar buscando la frescura y colorido original y quitando todo el mobiliario isabelino. En ellos Palomino sigue bastante el estilo de Giordano. En ese techo del Salón de Sesiones, rodeado de quadratturas de arquitectura fingida, situó la escena de la exaltación de la Monarquía. La villa de Madrid es una figura de rodillas que mira al medallón de Carlos II con toisón. Unas figuras aladas en la parte superior sostienen dos escudos: el de Castilla y León por un lado, y el de la Villa de Madrid por otro. Hasta que el Ayuntamiento de Madrid se trasladó al Palacio de Cibeles actual las sesiones tenían lugar en esta sala decorada como la fotografía de abajo.
Salón de Sesiones (SIEMA Matritensis)
Otra importante y luminosa sala, que da a la calle Mayor, es el Salón de Recepciones. En una sala de paso, antes de llegar a él, se expone la famosa Custodia de Plata del s. XVI. La bóveda que cubre este salón presenta escudos de Madrid en los laterales y un gran escudo central, donde se aprecia la unión de España y Portugal. Aquí, al igual que el resto de salas del piso superior, se muestran copias de cuadros de Goya, como "La alegoría de Madrid". Goya pintó esta obra, en 1810, originariamente para José Bonaparte, con un retrato de este monarca en forma de medallón y la mujer clásica simbolizando Madrid. Después cubrió el retrato por la inscripción y fué un homenaje a la ciudad y al levantamiento del 2 de Mayo (tal como está en el original del Museo del Prado). En 1789, Juan de Villanueva incorporó la columnata neoclásica que se asoma a la calle Mayor, con lo que lucían más las autoridades asomándose a este balcón para presidir los desfiles o procesiones de esta calle tan importante.
Techo del Salón de recepciones (SIEMA Matritensis)
Madrid con encanto de Maribel Piqueras, edit La Librería)
las torres de la fachada principal (SIEMA Matritensis)
Patio de cristales (SIEMA Matritensis)
Una de las curiosidades del Ayuntamiento son las dos puertas gemelas en la fachada principal. Hay que recordar al lector que cuando se hizo este nuevo Ayuntamiento se utilizó la puerta de la derecha, la más cercana a la calle Mayor, para entrar a la entonces Cárcel de la Villa, y la otra puerta, para entrada de los funcionarios y autoridades del Ayuntamiento. A esa misma calle Platerías daba la anterior cárcel de la Villa, mientras se terminaba de construir este ayuntamiento. En la misma época que se estaba haciendo esta nueva Casa de la Villa o Ayuntamiento también se construía la nueva Cárcel de Corte en Madrid. Felipe IV fue el artífice de ambas cárceles. Según el tipo de delito cometido ibas a parar a una u a otra cárcel. Al principio se utilizaba esta cárcel para todo tipo de presos y delitos. Después a esta de la Villa iban presos que delinquían con estafas municipales o contra los arbitrios de la Villa. En 1877, por ejemplo, Francisco Lastres recoge lo escrito por Fernández de los Ríos anteriormente y referente a esta cárcel de la que estamos hablando " Era la cárcel de la villa lo más estrecho, lóbrego e inmundo que puede imaginarse, y un padrón de ignominia para la capital su célebre calabozo del infierno en el que indistintamente ingresaban los más temibles criminales y los patriotas víctimas de las venganzas del Deseado. Allí estuvieron varios días en forzada soledad Olózaga y Candelas, Bringas y Blaseiro, y muchos honrados liberales salieron de la prisión de la Villa para morir en el cadalso". La verdad es que los presos preferían ser trasladados a la cárcel de Corte por las mejores condiciones de la prisión en ella. Tal es así que tuvieron que tirar sus dependencias y hacer una limpieza exhaustiva para colocar en lo que fue cárcel de Villa las oficinas del Ayuntamiento.
en las obras de derrumbe de Puerta Cerrada durante el s XIX).
Imagen de Álvaro Benitez para Madrid con Encanto.
Ornato de la calle Platerías con motivo de la entrada en Madrid de Carlos III. Al fondo se aprecia la torre de la iglesia del Salvador y, frente a ella, los chapiteles de la casa de la Villa o Ayuntamiento. Ese tramo de la calle Mayor entre la plaza de la Villa y la de Herradores se llamó un tiempo calle Platerías
(Lorenzo Quirós, 1760. RABASF)
Seguimos avanzando a lo largo de los siglos y se decidió, en el s. XIX, cubrir el patio con una cristalera artística y el suelo con baldosas de cristal (todo ello desapareció, quedándose el nombre de Patio de Cristales).También se elevó el suelo y cerraron los balcones que daban a la galería. Hoy el patio se levanta sobre lo que fueron las arquerías clásicas de la planta primera. Colocaron un suelo de hormigón. Las puertas que se abren al actual patio se corresponderían con los balcones de lo que era la planta primera y los huecos sobre ellas se cegaron en 1896 para colocar los bustos de madrileños ilustres. En la Guerra Civil se destruyó este patio, reconstruyéndose en la década de los cuarenta con esta moderna vidriera con escenas de Madrid (S. Isidro y Sta. María de la Cabeza, la puerta de Alcalá.). También recordar aquí las obras de reforma de Luis Bellido, a comienzos del s XX, con el arco de unión con la contigua Casa de Cisneros y el traslado del despacho del Alcalde a la torre de la casa Cisneros. Para saber más de esta reforma recomiendo leer http://madridconencanto-siema.blogspot.com/2022/03/casa-cisneros.html
(Álvaro Benítez para Madrid con Encanto)
Vista del pasadizo que une la Casa de la Villa con la casa de Cisneros. Plano de Luis Bellido, encargado de la reforma entre 1911-1913, tras la compra por parte del Ayuntamiento en 1909 de la Casa de Cisneros para usarla en dependencias municipales (SIEMA Matritensis)
Plano de Gómez Texeira ( SIEMA Matritensis)
Muy cercanas a la Plaza de la Villa recomendamos estas dos librería. En Libería A & M JIMENEZ podemos encontrar libros y estampas antiguas de todo tipo pero, sobre todo, de carácter jurídico. Realizan servicio de compra-venta. Existe desde los años treinta y hoy en día la atiende Mario Jiménez. Más especializada en temática de Madrid es La Librería (Mayor 80), editorial que desde 1986 promueve la ciudad de Madrid con sus libros. Hay de todo, desde monográficos muy profundos hasta publicaciones más divulgativas. Es la mejor para adquirir material que te permita conocer la historia de Madrid en sus diferentes etapas, los artistas madrileños, los barrios y edificios emblemáticos, los jardines, árboles, sierras, calles, etc...Ha ampliado su repertorio con postales, grabados y cuadernos. Imprescindible para sumergirse en este Madrid con encanto. Quiero terminar agradeciendo a Jesús (Madrid a 360) y a Mercedes (Arte en Madrid) el que me hayan prestado dos imágenes necesarias para completar y dar visibilidad a este patrimonio de Madrid. Y, por supuesto, al gran profesional de la fotografía madrileña, Álvaro Benítez.
Maribel Piqueras
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