miércoles, 8 de enero de 2025

Colmenar de Oreja y su original patrimonio: Sta. María la Mayor, Museo Ulpiano Checa, bodegas y mucho más.

 Me asombró descubrir esta Navidad el desconocido patrimonio de Colmenar de Oreja. Comienzo esta entrada con un poco de historia del lugar, que nos lo muestra ya importante con los carpetanos y la famosa batalla del Tajo posterior (220 a C), comentada por Tito Livio. Julio Cesar repartió esas fértiles tierras entre los mandos de las legiones. Empezó a ser conocida como Apis Aurelia y destacándose por la cantidad de colmenas de miel que tenía y la extracción de piedra caliza. De ahí deriva la castellanización del nombre como Colmenar de Oreja. Los árabes construyeron luego la fortaleza Aurelia, que fue tomada por Alfonso VII en 1139. Este rey concedió posteriormente a la orden de Santiago la jurisdicción de esa zona. Quedaron claramente diferenciados el barrio cristiano del arrabal, separados por un barranco y río. Durante el s XV fue residencia de la corte de Enrique IV de Castilla y su hija Isabel. El Emperador Carlos V terminó con el señorío de la orden militar de Santiago y le cedió la villa al I Duque de Maqueda, D. Diego de Cárdenas y Enríquez, como Primer Señor de Colmenar de Oreja. Felipe IV transformó en 1625 el señorío en condado, con el VII Conde de Fuensalida. Los Austrias ampliaron la iglesia, hicieron reformas en el condado y crearon varias fundaciones religiosas. También tuvo un gran desarrollo económico, relacionado con la extracción de la piedra caliza, los textiles, la fabricación de esparto, la miel, el vino y agricultura. Todo ello hizo que en 1903 el recién inaugurado "ferrocarril del Tajuña", explotado por una compañía holandesa, pasara por aquí. En 1922 el rey Alfonso XIII le otorgó el título de ciudad.

                    "La huerta o el tren de Colmenar", obra de Ulpiano Checa (SIEMA Matritensis)

Una curiosidad de Colmenar de Oreja es que su plaza mayor se levante sobre el antiguo barranco y río que dividía la ciudad en dos partes. En 1629 el rey Felipe IV autoriza a la villa la construcción del puente de Zacatín para salvar el barranco y unir el centro con los arrabales. Se empezó la construcción más tarde, en 1635. Y Carlos II amplió dicho puente. En las imágenes se aprecian los diferentes tramos del mismo. Se finalizó ya reinando Carlos IV (1794), como queda escrito a la salida del puente. Sobre ese puente se fue rellenando el vado del barranco para hacer una plaza plana. La parte más antigua de la misma eran el llamado Pósito y el Ayuntamiento. Vicente Miranda realizó un proyecto en 1862 para igualar el resto de la plaza, inspirándose en el estilo de plaza castellana que siempre tuvo, con pilares de piedra caliza de Colmenar y balcones corridos de madera. Las partes más antiguas son las que encontramos sujetas por columnas de piedra caliza en lugar de pilares. 

 Vista interior del Puente de Zacatín, donde se aprecian los diferentes tramos ampliados y sus 
diferentes cubiertas, como vigas de madera, bóvedas de ladrillo, etc (SIEMA Matritensis)

Puente de Zacatín en la entrada reforzada que da al barranco (SIEMA Matritensis)

Fuente del barranco de Zacatín y bonito jardín acondicionado por el Ayuntamiento 
(SIEMA Matritensis)

Ayuntamiento de Colmenar de Oreja, comenzado a construirse en el s XVII, ha pasado 
por varias reformas (SIEMA Matritensis)

Caserío de estilo castellano en la Plaza Mayor de Colmenar de Oreja 
( SIEMA Matritensis)


Su espectacular Iglesia de Santa María, la Mayor, no deja de admirarnos. La construcción de la misma se la debemos a la orden de Santiago en el s XIII. Ya comentamos como el rey Alfonso VII donó a la orden militar de Santiago la fortaleza de Oreja y sus términos y aldeas en 1171. A ellos les perteneció hasta que el Emperador Carlos V la cedió al Duque de Maqueda en 1540. La orden de Santiago, en esta margen derecha del barranco, creó una iglesia fortaleza conocida como Nuestra Señora del Sagrario y el Palacio del Comendador. Todavía se aprecian esos muros medievales desde el exterior. Se empleó sillería irregular de piedra caliza para el exterior, con numerosos contrafuertes. Consta de tres portadas exteriores: la principal de pórtico jónico con pináculos, arco renacentista incipiente y casetones; la fachada del mediodía con arco renacentista sobre columnas toscanas y escultura de San Bernardino de Siena en la hornacina superior; la fachada norte con estilo dórico romano rematada con bolas escurialenses ( todas estas portadas son de 1614, 1615 y 1612).

Vista general exterior de la iglesia de Santa María la Mayor (SIEMA Matritensis)

Fachada del medio día entre contrafuertes y la torre chapitel (SIEMA Matritensis)

Puerta renacentista con columnas toscanas y hornacina de San Bernardino de Siena. Con incipiente alerón barroco de 1615 (SIEMA Matritensis)

Portada de estilo dórico romano con bolas escurialenses (SIEMA Matritensis)


En interior de esta amplia iglesia presenta tres naves, con presbiterio en alto rectangular y cabecera plana. La nave central está separada por esos soportes góticos de cuerpo cilíndrico al que se adosaban tres medias columnas, y que la hacen muy esbelto el espacio. El presbiterio es lo primero que se terminó, con esa cubierta característica de bóvedas de terceletes, después el crucero con dobles terceletes. A ambos lados del crucero se levantaron dos capillas en el s XVII: la de D. Pedro León, obispo Fossano, natural de Colmenar de Oreja. Justo frente a ella la de Nuestra Señora del Amparo, diseñada por Fray Lorenzo de San Nicolás (el mismo que proyectó el convento de San Plácido en Madrid y que escribió tratados de arquitectura). En esta última se ve el Cristo del Perdón, que sustituye al retablo quemado en 1936 de Churriguera.. En 1886 un incendió destruyó la torre y las cubiertas de las naves, siendo la torre reconstruida por Miguel Durán en 1932. Aloja 8 campanas cuyo toque pudimos escuchar maravillosamente bien recientemente.

Vista general del interior de la iglesia con sus soportes góticos y sus cubiertas de terceletes de 1515
(SIEMA Matritensis)

Cubiertas de bóvedas con dobles terceletes en el crucero (SIEMA Matritensis)

Cubiertas barrocas con tambor y linterna para la capilla de Nuestra Señora del Amparo o del Perdón,
diseñadas por Fray  Lorenzo de San Nicolás en el s XVII (SIEMA Matritensis)


En cuanto a las obras de arte del altar mayor, como su retablo original de madera policromada de principios del s XVII (en el que intervinieron el hijo del Greco y el escultor Alonso Vallejo), fueron quemadas como consecuencia de la Guerra Civil, en 1936. El retablo mayor actual lo esculpió Francisco Gálvez en 1957. Realizado en madera policromada con dorado, consta de tres cuerpos. Lo remata un Calvario y las esculturas de San Pedro y San Pablo. En la parte superior aparecen unas pinturas que completarían el retablo original y que fueron descubierta tras la restauración del 2006. En el centro del mismo la imagen titular de la Iglesia, la Virgen con el Niño, Santa María la Mayor y escenas sobre la Virgen. A la derecha del mismo, la Asunción arriba y la Anunciación abajo. A la izquierda, la huida a Egipto y el matrimonio con San José. En las paredes laterales del presbiterio podemos contemplar obras del pintor Ulpiano Checa, realizadas a final del s XIX, como la "Presentación de la Virgen María en el templo" o "La Anunciación". 

Pintura de Ulpiano Checa en el muro lateral del presbiterio. De gran maestría: las columnas parecen sobre salir con sus mármoles realistas, el fondo de la ciudad y los gestos de los personajes como San Joaquín y Sta Ana, la Virgen o el Sumo sacerdote son maravillosos (SIEMA Matritensis)

Justo en la pared de en frente está pintada la Anunciación. Este es su boceto, que se 
muestra en el museo Ulpiano Checa (SIEMA Matritensis)

Los retablos barrocos originales de los laterales también fueron quemados en 1936. Los actuales son del siglo XX y representan, en el lado del Evangelio, a San José, San Antonio de Padua y la Inmaculada. En el lado de la Epístola la Soledad, el Carmen, Sta. Teresa y Jesús Nazareno. 

Retablo de San José con el relieve de la huida a Egipto en su parte superior (SIEMA Matritensis)

Una fuente homenaje a los cosecheros, realizada en 1918, se sitúa junto a la iglesia, camino de la Plaza Mayor. Hay más patrimonio religioso en Colmenar de Oreja, como el Convento de la Encarnación, trazado también por Fray Lorenzo de San Nicolás, las ermitas de San Roque y la de San Juan o el Cristo del Humilladero. 
Fuente de 1918, sufragada por la sociedad de cosecheros (SIEMA Matritensis)

Además de la piedra, del que existe un Museo de la Piedra, en el Paseo del Cristo, Colmenar ha cuidado mucho las labores agrícolas. El nombre le viene de las colmenas de miel de la época romana, pero incluso hoy en día ves por sus campos extensiones de olivos, vides y otros cultivos. Da gusto encontrar al lado de Madrid gente que trabaje los productos del campo y que lo cuiden tanto. Por ejemplo, encontramos numerosas bodegas en Colmenar: Peral, Jesús Díaz e Hijos, Pedro García, Solera o Figueroa, que fue la que probamos nosotros y que ha ganado en el 2004 el premio al mejor vino blanco de la Comunidad de Madrid. Estas vegas del Tajo y el Tajuña producen vino desde hace siglos. En 1700 se crearon fábricas de tinajas para contener esos vinos. Hoy está muy cuidada su producción. En las cepas de Figueroa encuentras tempranillo y también Cabernet o Merlot. Lo que sorprende al visitante. 

Vendimiador de Colmenar fotografiado desde la casa de los padres de Ulpiano Checa
en 1897. Museo Ulpiano Checa (SIEMA Matritensis)

Fabricación de tinajas en Colmenar de Oreja. Foto tomada en la exposición 
"Madrid también se bebe" (SIEMA Matritensis)

Tinaja de vino en los jardines de D. Constantino Hurtado, frente al museo
de Ulpiano Checa (SIEMA Matritensis)

Tienda de las Bodegas Figueroa (SIEMA Matritensis)

Detalle del interior de la tienda de Bodegas Figueroa (SIEMA Matritensis)

El M.U.C.H , Museo Ulpiano Checa, se abrió en 1960 en la que fue Casa de los siete patios. Una muestra monográfica para conocer la vida y obra de este artista local, de fama internacional. Nació en Colmenar de Oreja en 1860. Se formó en la Real Academia de San Fernando y, en 1880, participó en la fundación del Círculo de Bellas Artes. A los cuatro años fue becado en Roma (el Museo del Prado tiene dos obras suyas de esos años: "La ninfa Egeria dictando a Numa las leyes de Roma" y "la invasión de los bárbaros"). Luego viajo a París, donde conocería a su mujer y residiría en Francia definitivamente. En este país falleció en 1916. Las exposiciones en los salones parisinos le dieron su fama internacional y viajo también a Suramérica y al N de África. Conocía perfectamente el mundo clásico  y tenía una gran formación literaria. También participaba de las innovaciones del momento: impresionistas, luministas, expresionistas, realistas. A lo largo de seis salas que nos dividen su obra por la temática de los países que muestra, recorremos las tres plantas del museo. 

Fachada del Museo de Ulpiano Checa con su busto de bronce (SIEMA Matritensis)

"Niña romana", Ulpiano Checa, 1896 (SIEMA Matritensis)

"Alineación para la carrera", Ulpiano Checa, 1903 (SIEMA Matritensis)

Checa trabajó también otras artes plásticas, como la escultura, los carteles o el diseño de decorados teatrales. Como el diseño del vestuario y decorados de la adaptación teatral de Quo Vadis de Sienkiewitz que, bajo la dirección de Moreau, se estrenó en el Teatro Port Sant-Martín de París, en 1901. Era un dibujante minucioso, que recreaba todos los detalles arquitectónicos, vestuario y decoración de los ambientes que trataba en sus obras. Así como manejaba muy bien el uso de la luz, la perspectiva, el movimiento, las expresiones en los rostros y cuerpos. Sus pinturas romanas inspiraron a los directores de Hollywood para los decorados de Ben-Hur, Quo Vadis o los Últimos días de Pompeya.
Retrató a personajes ilustres como al general Mitre, presidente de la República de Argentina. Se dedicó también a la formación de la mujer, creando un taller para señoritas.

"Ursus", Ulpiano Checa, 1901. Carboncillo para el diseño del vestuario y escenografía 
de la obra teatral Quo Vadis (SIEMA Matritensis)


Ulpiano Checa junto al retrato de Rómulo Piñeiro, París, 1902 (SIEMA Matritensis)

Taller de Ulpiano Checa para señoritas ( SIEMA Matritensis)

No quería terminar esta primera entrada del 2025 sin mencionar el Teatro Dieguez, situado a las afueras y que fue hospital de la caridad desde hasta el s XIX, en que se reformó para convertirlo en teatro. Colmenar de Oreja es una ciudad donde se come muy bien. Nosotros probamos la Cantina J. Mingo, con sus patatas chulas, sus anchoas, cochinillo, entrecot, cordero y también bacalado. Todos los platos y el sitio muy recomendables. Desde Colmenar de Oreja os deseamos un Feliz 2025.

Maribel Piqueras 

Vista del Teatro Dieguez, que fue antiguo hospital (SIEMA Matritensis)

Fachada principal del Teatro Dieguez, con su aire neoclásico (SIEMA Matritensis)

Fachada de la Cantina de J. Mingo (SIEMA Matritensis)

Acogedor interior de la Cantina J. Mingo (SIEMA Matritensis)



























No hay comentarios:

Publicar un comentario