miércoles, 10 de abril de 2024

Calle de la Paz: historia, curiosidades y negocios centenarios.

 De la calle de la Paz, en el centro de Madrid, se podría decir que es "pequeña, pero matona". En muy pocos metros concentra negocios centenarios, tiendas muy curiosas, únicas y el teatro Albéniz. ¿Te vienes a recorrerla con nosotros?. Tendrás que saber que con ese mismo nombre se conoce ya desde el s XVII, pues aparece en el plano de Texeira con esa denominación. Se sitúa en la parte de atrás de los edificios oficiales de la comunidad de Madrid y es paralela a Carretas. 

                          Plano de Texeira donde aparece la calle de la Paz ( SIEMA Matritensis)

Cartel de cerámica con el nombre de la calle y el símbolo de la paloma blanca 
con el olivo (SIEMA Matritensis)

El edificio oficial de la Comunidad de Madrid provoca una pequeña bifurcación en la calle. De los números impares me detendré en los más emblemáticos, como la tienda de arte religioso Santarrufina. Este negocio centenario se localiza en el nº 9 de la calle, se fundo en 1887 con otro nombre, Casa Arteaga, por su dueño D. Pablo Arteaga. Éste se asoció con el sacerdote D. Maximiliano. En 1924 fallece Pablo Arteaga y pasa a llamarse Casa Clero. Producían, de modo artesanal, textiles para sacerdotes y para poder celebrar la liturgia (casullas, estolas, manteles, purificadores, etc), pero también objetos de fina orfebrería religiosa y tallas, cálices, sagrarios. Durante la Guerra Civil asesinaron a D. Maximiliano y los comunistas tomaron la sede. Terminada la contienda, los propios empleados decidieron hacerse cargo del negocio de nuevo, uno de ellos, apellidado Santarrufina, le cambió en nombre y levantó el negocio con éxito. En 1972 pasó a manos de la familia Oriol y ahora lo lleva Rafael Molina y su mujer Menchu. Rafael Molina ya conocía bien el trabajo de orfebrería cuando se hizo cargo de Santarrufina. 

Vista general de la magnífica fachada de Santarrufina (SIEMA Matritensis)

Santarrufina, detalles del rótulo con la fecha (SIEMA Matritensis)

Traseras del edificio oficial que crean la bifurcación de la calle (SIEMA Matritensis)

La fachada de madera y sus vitrinas, que se van adaptando al desnivel de la calle, están catalogadas y protegidas por el Ayuntamiento de Madrid. Matías Melchor, decorador de pergaminos y estandartes, pintó esos escaparates. La Cámara de Comercio e Industria de Madrid le otorgó el título de Establecimiento Tradicional Madrileño (1980) y el Ayuntamiento de Madrid la reconoció como empresa centenaria en el 2012. 
Vitrina antigua en la fachada (SIEMA Matritensis)

Vista del interior de Santarrufina. También se aprecian las finas columnas 
decimonónicas que solía haber en los bajos comerciales (SIEMA Matritensis)

Da gusto encontrar un negocio que sea todo un arte en el minucioso trabajo artesano de la escultura (tanto madera, resinas, metales) como los textiles y orfebrería (cruces, sagrarios, cálices, medallas, ostensorios). Desde aquí agradezco la enorme amabilidad y simpatía de la dueña, Isabel Valiente, que me permitió recorrerlo y me proporcionó numerosas explicaciones. Se puede encontrar de todo: imágenes religiosas para iglesias, conventos, sacerdotes, o incluso para procesionar, pero también más asequibles para regalar en comuniones, bautizos, bodas. Belenes, como algunos napolitanos que pude observar. Espectaculares cruces, cálices, sagrarios, esmaltes o cuadros de escenas religiosas. Aparte todo el tema téxtil. Pensar que fué esta casa la que restauró el botafumeiro de Santiago o que realizó las casullas más ligeras para la calurosa JMJ de Panamá. También han restaurado las esculturas de la fachada del cercano Teatro Albéniz. Lo que demuestra la maestría de sus talleres de restauración: el de textiles, el de escultura y orfebrería.

Santarrufina y uno de sus escaparates exteriores (SIEMA Matritensis)

Virgen con el Niño, acompañada de ángeles, en esmaltes y oro (SIEMA Matritensis)

Belén napolitano (SIEMA Matritensis)

Sagrario (SIEMA Matritensis)

Caja registradora antigua (SIEMA Matritensis)


Llegamos al Teatro Albeniz, recientemente renovado como hotel con espectáculos. Ocupa el solar del antiguo edificio neoclásico del s XVIII que era Imprenta Real y luego pasaría por otros usos. La parte más solemne del edificio daba a la calle Carretas, y la parte más sobria a la calle de la Paz. El edificio se derribó en 1927. En la parte más elegante de Carretas hicieron un hotel en 1930, dejando para espacio de espectáculos este lado. En 1942 se proyectó como Teatro cine de la Paz por los arquitectos José Luís Durán  y Enrique López Izquierdo. El escultor Ángel Ferrant realizó las 11 figuras emblemáticas de la fachada, en madera policromada y con un motor que les permitía moverse. Representaban a algunas regiones españolas. 

Primer proyecto de Teatro de 1942 (COAM)

El Teatro Albéniz justo antes de su inauguración en 1945 
(Fotografía Martín Santos Yubero)



El edificio en la actualidad (SIEMA Matritensis)

En 1944 se aprobó el proyecto definitivo, que es el que permanece en la actualidad, del arquitecto Manuel Ambrós Escanellas. Por desgracia, decidió añadir pisos para viviendas en la parte superior, que afearon el proyecto original, perdiendo la armonía inicial. Le dió un aire más clásico al interior, y también al exterior, quitando la policromía de las esculturas. El 31 de marzo de 1945 se inauguró como Teatro Albeniz, pasando a funcionar como cine en 1958, pero luego volvió a sus funciones teatrales desde 1985-2005. En el 2022 se volvió a abrir como hotel y teatro. Las esculturas se nos muestran restauradas, en un solo tono, pero sin el motor, que costaba demasiado la restauración de dicho mecanismo.

Albéniz y las figuras más de cerca (SIEMA Matritensis)

El País Vasco en la parte de arriba a la derecha (SIEMA Matritensis)

Galicia también en la parte superior (SIEMA Matritensis)

En esta parte de los números impares, encontramos luego la Librería Bohindra, especializada en temática de filosofías orientales, yoga o meditación. También el pasaje comercial de la Paz, conocido como el de los relojeros o más tiendas de tejidos, como los famosos de Julián López. 


Librería Bohindra (SIEMA Matritensis)

Pasaje de la Paz en el nº 13 (SIEMA Matritensis)

Tejidos Julián López (SIEMA Matritensis)

En los números pares, desde la parte de arriba, vamos descendiendo hacia Sol y me paro primero en el comercio centenario de fabricación de guitarra española José Ramírez. Fundado en 1882 en la calle Concepción Jerónima, donde tenían tienda y taller. Aquí, en el nº 8 de la calle de la Paz,  se trasladó en la segunda mitad del s XX, pero solo la tienda, el taller está en la zona de Tetuán. Puedes encontrar en él diferentes tipos de guitarra clásica y guitarra flamenca y los utensilios que complementa su uso y mantenimiento. Así como discos o métodos de aprendizaje. Han realizado guitarras para Paco de Lucía o Paul McCartney.
Fachada de Guitarras José Ramírez (SIEMA Matritensis)

Vista interior de la tienda con las vigas de madera y la exposición de 
guitarra española (SIEMA Matritensis)

Fotos con imágenes de clientes famosos (SIEMA Matritensis)

Manuel Babiloni (SIEMA Matritensis)



Métodos de aprendizaje (SIEMA Matritensis)

Más exposición de guitarras (SIEMA Matritensis)

Más o menos frente a la librería Bohindra, de la que comentamos anteriormente, encontramos una gran tienda de artículos religiosos y exotéricos de todo tipo.  Eleggua ocupa los bajos de un elegante edificio de principios de siglo XX. En este lado de la calle triunfan los negocios relacionados con el mundo textil y que son los que rodean a la famosa Casa de las Torrijas. Este lugar se fundó en 1842 como taberna. La adquirió en 1907 Luis Montón, quien era propietario de varias bodegas en la localidad de Tomelloso, donde producían los vinos llamados el Viejo, los Viejos y el Anciano Rey. Así que a esta la llamó el As de los vinos y un poco después, en 1909, fundó la taberna El Anciano Rey de los Vinos en la calle Bailén también. Pasó en 1970 a otro dueño, que mantuvo toda la decoración de 1907: la antigua fachada de madera con el escudo grabado con ácido en la entrada, los dos rótulos de Casa de Torrijas y, debajo, el As de los Vinos, el mobiliario interior con la publicidad antigua de Luis Montón, o carteles como el de no escupir en el suelo y los zócalos de azulejos. Se cocinan torrijas tradicionales todo el año, de leche o de vino. En España se solían servir acompañadas de una copa de vino dulce. La Casa de las Torrijas tuvo que cerrar en el 2016, pero ha vuelto a abrir con éxito, sobre todo como taberna.

Elegante edificio de viviendas en cuyos bajos se sitúa Eleguua (SIEMA Matritensis)

Fachada de Eleggua, artículos religiosos y esotéricos (SIEMA Matritensis)

Fachada original de la Casa de las Torrijas (SIEMA Matritensis)

Escudo grabado en cristal en la puerta (SIEMA Matritensis)

Azulejería y cartelería antigua donde se puede leer "por razones de higiene se prohibe
escupir en el suelo" (SIEMA Matritensis)

Antigua mesa de madera con publicidad de Luis Montón en la Casa de las Torrijas
(SIEMA Matritensis)

Parte del interior de la Casa de las Torrijas (SIEMA Matritensis)

Aunque predominan los negocios relacionados con el mundo textil también encontramos en este lado una famosa librería deportiva, Librería Estaban Sanz. Además, aparte de la famosa sastrería Justo Aldava, de la que hablaré al final, podemos encontrar un mini Pontejos, el Desván de las Cortinas, tejidos Rebeca Ruíz o mercerías. Muy completo este sector como, en general, desde hace siglos, tenemos a este lado de la Puerta del Sol y cercanos a la plaza Mayor.

Fachada de la famosa librería y editorial deportiva, Estaban Sanz (SIEMA Matritensis)

El desván de la cortina (SIEMA Matritensis)

Mercería Amira (SIEMA Matritensis)

Tejidos Rebeca Ruíz (SIEMA Matritensis)

El Rincón de Pontejos (SIEMA Matritensis)

La Sastrería Justo Algava se fundó en este local en 1978. En ella encuentras todo tipo de vestidos de luces, donde se fusiona lo clásico con la moda. Sus diseños han participado en importantes pasarelas. También ha realizado vestimentas para las artes escénicas. Incluso tiene un pequeño museo que se puede visitar con cita previa. Sorprende la cantidad de objetos que puedes encontrar, relacionadas con el mundo taurino: moda femenina, sombreros, capas, trajes de luces, bolsos, paraguas, pulseras, collares, etc . Con interesantes visitas de su interior terminamos por hoy. Ya sabéis que podéis seguir nuestra actividad cultural de difusión de patrimonio de Madrid y visitas guiadas al mismo en Twitter e Instagram @siemamadencanto; Facebook Siema Matritensis o en agenda de cada mes en www.siema.es.

Maribel Piqueras
Fachada exterior de Justo Algava, Sastrería de Toreros (SIEMA Matritensis)

El anagrama con la fecha en la fachada (SIEMA Matritensis)


Torerillas y capote (SIEMA Matritensis)

Curioso top femenino de moda torera y otros complementos (SIEMA Matritensis)



















martes, 19 de marzo de 2024

Pabellón de los Hexágonos en la Casa de Campo

 Hoy he podido visitar el famoso Pabellón de los Hexágonos por dentro, gracias a los programas de visitas abiertas del Ayuntamiento de Madrid con Pasea Madrid. Aunque en otra entrada ya traté el recinto ferial de la Casa de Campo http://madridconencanto-siema.blogspot.com/2022/02/recinto-ferial-casa-de-campo-el-ayer-y.htmlsiempre me interesaba poder tener acceso al mismo, que desde fuera se nos aparecía con un aspecto de abandono tremendo. 

Vista exterior del Pabellón de los Hexágonos por su lado bonito (SIEMA Matritensis)

Estado de abandono de parte del mismo en la actualidad (SIEMA Matritensis)

Traseras del Pabellón de los Hexágonos (SIEMA Matritensis)


La Exposición Internacional de Bruselas en 1958 fue la primera exposición internacional tras la Segunda Guerra Mundial. Los países se esforzaron en presentar propuestas interesantes y novedosas, para hacer un mundo más humano, donde conjugar la técnica al servicio de los ciudadanos. La España franquista se abría al exterior cada vez más. En 1956 se convocó un concurso del que salieron vencedores los arquitectos de la escuela de Madrid, José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún. España contaba con un gran terreno en el parque Heisel de Bruselas, rodeado de vegetación y con cierto desnivel que había de salvar (unos 6 ms). Idearon entonces un proyecto con forma de L, desmontable, basado en hexágonos que se unían como piezas de un mecano. Podían ser de diferentes tamaños y adaptarse a diferentes niveles de altura. Los ejes eran bastidores de aluminio, que constituían una auténtica novedad vanguardista para la época. También utilizaron pequeñas cantidades de madera, capas finas de hormigón y gres pulido en el suelo. Una vez que estuvo colocada la estructura arquitectónica, tocó montar la decoración y vitrinas del interior, donde colaboraron los mejores artistas de los años 50 (Chillida, Oteyza, Berlanga, Dali, entre otros). Toda la labor se desarrolló con un presupuesto muy precario y donde todo el mundo colaboraba como podía. 

Interior del Pabellón de los Hexágonos en la Exposición de Bruselas (COAM)

Como se aprecia en la imagen, el pabellón resultaba muy funcional y lleno de luz. Además, el suelo de gres pulido proporcionaba reflejos maravillosos. Las formas geométricas de los hexágonos daban mucho juego, a pesar de la sencillez de líneas y austeridad del pabellón. Consiguieron ganar el primer premio de la Exposición, superando al conocido Atomium. Además, los arquitectos incluso fueron condecorados con la orden belga de Leopoldo. Una vez finalizada la exposición, que duró entre el 17 de abril y el 19 de octubre de 1958, el gobierno español decidió trasladar las piezas para montarlas en el recinto ferial de la Casa de Campo. El entorno era diferente y varió la disposición de las mismas, quedando algo caótica su distribución aquí en Madrid. 

                                Pabellón de los Hexágonos, entrada en Bruselas con todo módulos de formas 
                                             geométricas, estructuras de acero y cristal ( COAM )


Entrada al Pabellón en la actualidad (SIEMA Matritensis)

Hexágonos y muros de ladrillo en la entrada (SIEMA Matritensis)

Para los años 50 hay que reconocer que era un proyecto muy novedoso y avanzado. Los bastidores de aluminio era como sombrillas que se iban adaptando y encajando. El tubo de acero iba hueco, lo que permitía desagüe por dentro del agua que caía hasta canalizarse por debajo de la superficie del suelo. También esos tubos de acero permitían meter tubos de luz, que iluminaban hacia arriba a los hexágonos y, otras lámparas de acero independientes colgaban de la parte superior. Todo ello se puede apreciar todavía en la disposición de los hexágonos visitables en el pabellón hoy en día.

Debajo de la sombrilla hexagonal van unas estructuras lineales de acero donde se colocaba la iluminación (SIEMA Matritensis)

Lámparas sueltas de acero por las cubiertas, colgando de los propios héxagonos (SIEMA Matritensis)

Detalle de una de las lámparas sueltas de acero con focos (SIEMA Matritensis)

La verdad es que la parte que se ha mantenido visitable todavía impacta por la estructura tan ligera, sencilla y encajable. Además se completa con cristales y muros de ladrillo. La pena que hay demasiado ladrillo, que los hexágonos estén dispuestos de manera algo caótica y no en la forma de L que presentaban en la exposición y que desde el 77 haya quedado en este estado de abandono. Desde aquí lanzo una voz en favor de restaurarlo y mantenerlo con alguna institución o servicio alojado ahí, por ejemplo, algo relacionado con arquitectura y en combinación con la fundación COAM o la Escuela de Arquitectos de Madrid de la Universidad Politécnica.

Maribel Piqueras

                                      Panorámica del ala visitable (SIEMA Matritensis)