jueves, 14 de junio de 2018

La Catedral de la Almudena y su museo

La catedral de la Almudena tiene una historia apasionante y, a la vez, bastante desconocida. Durante la restauración de los Borbones se decidió emplazar la que iba a ser nueva catedral de Madrid frente a la Plaza de la Armería del Palacio Real. En aquella época ese punto era una zona muy descuidada: existía un deteriorado cuartel de la guardia  de palacio y unos accesos francamente malos desde la Cuesta de la Vega. Alfonso XII, como homenaje a MªMercedes ya fallecida, decidió dar pasos más concretos. Eligió esos terrenos frente a palacio, situando la entrada principal también frente a la Plaza de la Armería, lo que hizo que la orientación de la planta de la catedral fuese de N-S y no de E-O, como todas las iglesias. Ese dato curioso supone que el altar mayor de la catedral esté situado hacía el S. Compensan colocando la Capilla del Sagrario en el E ya durante el s. XX. El arquitecto Francisco de Cubas recibió el encargo de realizar el proyecto en 1879. Los trabajos de cimentación fueron muy arduos, ya que tenían que ser muy profundos, y comenzaron en 1881, poniéndose la primera piedra en la cripta en 1883. Como el marqués de Cubas falleció en 1889 tuvieron que continuar las obras otros arquitectos discípulos del mismo y, también, Enrique Repullés y Vargas. Esta cripta, de la que hablaremos en otra entrada del blog, se abrió al público en 1911. Yo hoy me quiero dedicar sólo a la catedral que consagró el Papa San Juan Pablo II el 15 de junio de 1993, porque este viernes celebraremos el 25 aniversario de esa consagración. Tiene, por tanto, el privilegio de ser la única catedral española consagrada por un Papa.

Cáliz con el que consagró Juan Pablo II la catedral.
Museo de la Almudena (Foto SIEMA)

Maqueta del proyecto original, neogótico, de Francisco
de Cubas. Museo de la Almudena (Foto SIEMA)

Vista general de la Catedral de la Almudena (Foto SIEMA)

Vista lateral de la fachada de la catedral frente a la 
Plaza de la Armería (Foto SIEMA)

No olvidemos que son los reyes, principalmente, quienes están detrás de la financiación de las obras de la catedral en un primer momento. Hasta la que fuera reina como Isabel II llegó a vender parte de sus joyas para este proyecto. Sobretodo, desde que el Ayuntamiento de Madrid decidiera derribar, en 1868, la iglesia más antigua de Madrid. Ante este hecho se quejó mucho la ciudadanía y también los reyes, especialmente MªMercedes, la primera mujer de Alfonso XII, quien se preocupó por buscar una solución. Al fallecer ésta, el rey pensó en establecer en la cripta un mausoleo para los restos de su mujer y así tener cerca el lugar donde llorar su muerte. Pero sólo pudo ver esta iglesia en obras. Parte de ese sueño del rey Alfonso XII se cumplió con el traslado de los restos de MªMercedes desde el panteón de Infantes en el Monasterio del Escorial hasta la catedral en el año 2000. Hoy su cuerpo reposa bajo los piés de la Virgen, agradeciendo así el impulso inicial dado por esta reina a la construcción de la misma. 

Altar de la Virgen de la Almudena. Bajo el arco debajo del retablo, junto al 
arranque de las escaleras, está el altar y tumba de la reina MªMercedes (Foto SIEMA)


Detalle de la tumba de la reina MªMercedes 
(Foto Esperanza para SIEMA)

Enrique Repullés y Vargas comenzaría las obras de la iglesia alta, pero haciendo modificaciónes del mismo. Las obras se paralizaron en 1936. En 1944 se sacó a concurso y ganaron los arquitectos Fernando Chueca Goitía y Carlos Sidro, quienes adaptaron el proyecto manteniendo el estilo neogótico al interior, pero no al exterior. Éste lo organizaron más de acorde con el estilo neoclásico del vecino Palacio Real. Redujeron dimensiones, volúmenes y torres proyectadas por Cubas. En definitiva, fijándose ahora un proyecto más realista al terreno, la época y los medios económicos que se tenían. Como se ve en la maqueta original de Cubas, no tenía sentido ese edificio majestuoso gótico, con tantas torres, cinco naves y esa minuciosa decoración gótica. Además, existía un problema añadido. El terreno de las terrazas del Manzanares no hubiera podido resistir ese gran peso del primer proyecto La fachada de la catedral fue lo primero que se terminó. Ya estaba finalizada en 1960. Una gran escalera nos conduce a las puertas principales. Todo dentro de un estilo muy clásico y sencillo. Presenta un cuerpo rectangular dividido en dos partes: un pórtico de columnas dóricas de fuste liso, en orden gigante, nos llevan a la entrada. Encima, la terraza con el mismo número de columnas, pero con capitel jónico. En esa terraza se sitúan las cuatro estatuas de los Evangelistas junto a la pared interior. Dos torres campanario flanquean la fachada. Justo en el centro la hornacina de Nra Sra de la Almudena. A ambos lados grandes estatuas de piedra que representan a S.Isidro y Sta. María, su mujer, así como a San Fernando y a Sta. Teresa de Jesús.


Las dos torres que flanquean la fachada principal vistas desde 
la cúpula. El carrillón está en la torre derecha. También se aprecia la cubierta de la nave en el centro (Foto SIEMA)

San Juan Evangelista. Una de las modernas esculturas situadas en la terraza de la 
fachada principal (Foto SIEMA)

Los trabajos se alargaban en el tiempo. Mientras tanto la Colegiata de San Isidro hacía las veces de catedral. En los años 80 del s. XX se creó una Fundación para agilizar las obras y conseguir fondos. El cardenal Suquía le dió gran impulso, pudiendo verla él mismo inaugurada. Las puertas de esta fachada principal se abren sólo en determinadas festividades o celebraciones. Lo normal es acceder al templo por el lateral. Aquí encontramos una puerta principal de dos láminas de bronce talladas por el escultor Sanguino, que representan con todo realismo el día de la consagración de la catedral (aparecen los reyes Dª. Sofía y D. Juan Carlos, el arzobispo Ángel Suquía, el Papa Juan Pablo, enfermos en un primer plano, el clero y autoridades, etc..). En la puerta de la izquierda, la de entrada, representó el momento en que Alfonso VI descubrió la imagen de la Virgen en el muro. Uno se pregunta por qué Madrid, capital de España desde el s XVI, no tuvo catedral hasta el sXX. La respuesta hay que buscarla en la creación de la diócesis de Madrid, que fue al final del s XIX. Mientras tanto dependíamos del arzobispado de Toledo. Cuando se crea finalmente la diócesis, en 1884, por el Papa León XIII, sí tiene sentido disponer en ella de un seminario y de una catedral. Así que, realmente, cuando se inició la catedral de la Almudena por orden de Alfonso XII no se pensaba que fuera a ser catedral, sino una gran iglesia dedicada a la Virgen de la Almudena. Iglesia muy importante por ser la patrona de Madrid.

Fachada neoclasica de acceso por el lateral
(Foto SIEMA)

Puerta central con la representación de la ceremonia de 
inauguración el 15 de junio de 1993 (Foto SIEMA)

Puerta de la izquierda, que representa el momento en que el 
rey Alfonso VI descubre la imagen escondida (Foto SIEMA)

Bula de la creación de la Diócesis de Madrid por León XIII, en 
1884. Museo de la Almudena (Foto SIEMA)

El culto a la Virgen de la Almudena es muy antiguo. Su nombre es de origen árabe, "almudaina", que significan muros de la fortaleza. Una imagen, que no es la actual, sino anterior, dice la tradición que fué escondida dentro da las murallas junto a la Puerta de la Vega, por cristianos de origen visigodo durante la invasión musulmana. Precisamente esta Puerta de la Vega, de construcción árabe, era la entrada más antigua a la ciudad de Madrid. En el s.XI la descubrió Alfonso VI, ayudado por una vidente, picando la parte del muro que ella le señalaba. Es la patrona oficial de la iglesia de Madrid, aunque hay también en nuestra ciudad otras vírgenes muy populares, como La Paloma o la de Atocha. En la capilla altar de Sta. María la Real de la Almudena encontramos una bonita imagen en madera policromada (principios s XVI) de la madre con el niño. Recuerda mucho a las tallas del final del gótico, por la leve inclinación lateral de su cuerpo o el esbozo de sonrisa en ambos. Se nos muestran coronados. El trono es de plata y fue realizado en el s. XVII. El retablo tiene la autoría de Juan de Borgoña (s. XVI). Desde la capilla del Palacio Arzobispal, se trasladó aquí cuando se inauguró la catedral. En él están representadas, con todo detalle, escenas de la vida de Jesús.

Virgen de la Almudena en su trono de plata del s XVII 
(Foto de Esperanza para SIEMA)

Sta María la Real de la Almudena (Foto wikipedia)

Coronas más modernas de la Virgen y el Niño.
Museo de la Almudena (Foto SIEMA)


La planta de la catedral sigue, en líneas generales, la planta de la cripta sobre la que se levanta. Es una cruz latina, con tres naves y amplio crucero, también de tres naves. Cinco capillas se abren en cada uno de los lados y otras cinco en la girola. Al entrar en ella llama la atención la gran luminosidad, conseguida por el blanco de la piedra y por la altura de los arcos que separan las naves. Todo el estilo arquitectónico es neogótico: por eso los altos pilares con finas columnas adosadas, los arcos apuntados, las bóvedas de crucería, la tribuna gótica que recorre los muros laterales o las  altas vidrieras con forma de flor. Como es una catedral del s.XX presenta dos características únicas: casi todas las capillas están dedicadas a santos del sXX, nacidos en Madrid o que hayan desarrollado su labor en Madrid; en la decoración de sus muros se han permitido echar mano de artistas contemporáneos vinculados a la espiritualidad católica y a Madrid (Kiko Arguello, Isabel Guerra, la casa Granda o el padre Marko I. Rupnik), así como reconocidas obras del arte renacentista y barroco.

Bosque de pilares y columnas del interior de la catedral, brazo izquierdo
del crucero (Foto SIEMA)

Muros laterales de la nave principal, con la tribuna gótica
y las vidrieras (Foto SIEMA)

Nave central de la Almudena, donde se ve el contraste de colores
con las pinturas de las bóvedas (Foto SIEMA)

Coro a los piés de la iglesia con el órgano moderno (Foto SIEMA)

Cruce de bóvedas (Foto SIEMA)

El altar mayor se sitúa en la nave principal, elevado. Una gran cruz, muy expresiva, del Cristo de la Buena Muerte (Juan de Mesa, s. XVII) cuelga sobre él. Encima, la corona mistérica y vidrieras de Kiko Arguello (2004). Desde el altar, por el lado por donde entramos irían las siguientes capillas:
  • Capilla de la Virgen del Camino (icono pintado por Kiko Arguello, fundador del movimiento Neocatecumenal, en 1999)
  • Capilla de la madre Maravillas (óleo de Carlos Pérez Herce, 1998)
  • Capilla de la Virgen Milagrosa, con un retablo de talleres Granda
  • Capilla de Sta. Ángela de la Cruz (retablo neobarroco de Guzmán Bejarano, 1993)
  • Capilla de la Inmaculada (pintura de Isabel Guerra, 2003). 
  • A los pies las capillas penitenciales a ambos lados
  • Capilla bautismal, con una escultura de S. Juan Bautista de Robert Mitchel, el mismo que trabajó en la fuente de la Cibeles de Madrid. La pila es la misma en que se bautizó Sta. Soledad Torres Acosta.
  • Capilla de Sta. Josefa del Sagrado Corazón, con retablo de talleres Granda (1997)
  • Capilla de San Pedro Poveda, con sencillos relieves de bronce de Naso González (1997)
  • Capilla de Sta. Soledad Torres Acosta, con esculturas de Juan de Ávalos (1993).
  • Capilla de la Santísima Trinidad, con retablo neogótico de Juan Guraya (1940)
  • Altar de la Sta. María la Real de la Almudena ya comentado. A sus pies vemos el Cristo atado a la columna (Giacomo Colombo, 1698) o Cristo Nazareno de Martínez Montañés (s. XVII)
  • Reliquia con la sangre de Juan Pablo II, que regaló el arzobispo de Cracovia tras la celebración de la JMJ en Madrid con el Papa Benedicto XVI
  • Capilla del Santísimo, decorada con mosaicos de Rupnik, con varias escenas (curación samaritano, milagro de los panes y peces, adoración de los reyes)
Relicario en forma de libro de plata que contiene la ampolla
con la sangre de San Juan Pablo II (Foto SIEMA)


Altar mayor con el Cristo de la Buena Muerte (Foto SIEMA)


Capilla del Santísimo (Foto SIEMA)


Detalle de la Adoración de los Magos en la Capilla
del Santísimo. Mosaicos de Rupnik, en esa mezcla de estilo románico y bizantino
(Foto SIEMA)


Beata MªPilar Izquierdo, de Isabel Guerra, en el muro del crucero
(Foto SIEMA)


En la girola se disponen las capillas más importantes. La capilla central de la misma está dedicada a San Isidro, patrón de Madrid. Único santo antiguo que tiene capilla propia en la catedral. Debajo de las esculturas de San Isidro y Sta María una urna de cristal protege la tumba original medieval donde reposó el cuerpo del santo. Hecha en madera y cuero, va pintada con escenas góticas referentes a la vida y milagros del santo. Su cuerpo no está aquí, sino en la colegiata de San Isidro. Otras capillas serían las de Nuestra Sra de la Vida Mística (de Javier Morales, 1996 y 2012), la de Sta. María Micaela, la Capilla de la Beata  Mariana de Jesús (por José Vázquez Juncal, 1994) o la de San José María Escrivá de Balaguer (Venancio Blanco, 1995). Volviendo de nuevo a salir por la parte del crucero contemplamos, colgado en la pared, un excepcional retablo procedente de Horcajo de la Sierra (Juan González Becerril, s. XVI)

Vista general de la capilla de San Isidro (Foto SIEMA)

Tumba original de San Isidro, realizada en madera y piel 
policromada (Foto SIEMA)

Capilla de San José María, fundador del Opus Dei. En un relieve lateral
aparece este santo rezando ante hornacina de la Almudena (Foto SIEMA)

Detalle del retablo de Horcajo de la Sierra, de González Becerril,
seguidor de Berruguete (Foto SIEMA)

Vista exterior del ábside de la catedral y los muros de la girola, así como de la 
entrada de la cripta y la gran cúpula (Foto SIEMA)

Escribo hoy una entrada más larga, pero creo que la ocasión hace que merezca la pena. Nos vamos a continuación al Museo. Situada su entrada a la derecha de la fachada principal, justo bajo la torre, este museo inaugurado hace años es todavía un gran desconocido. Aporta muchos datos sobre la historia de esta catedral tan moderna, nos ambienta con sus vitrinas y objetos a hacer una inmersión en la misma. Contiene importantes documentos, objetos de la liturgia y ceremonial religioso relacionados con la Almudena, alguna obra de arte importante y las impagables vistas desde su cúpula. Entramos por la gran sacristía decorada con los detallistas y coloristas mosaícos de Rupnik, que también realizó la mesa central de la misma. Enfrenta las paredes con escenas de la creación y, por último, la creación de Adam y Eva, con la otra pared donde está el Bautismo de Cristo y escenas de la salvación.  Pasamos por la antesacristía, donde hay verdaderas joyas artísticas, como el cuadro "Las Lágrimas de San Pedro"(Divino Morales), un bargueño del s. XVII o "La Piedad" de Bayeú. Salas de paso con bonitas lámparas de bronce dorado y cristal (SXIX) nos conducen al ascenso para el Museo y la cúpula. Muchas escaleras, pero también disponen de ascensor, así que no se asusten.

Cartel indicativo del Museo de la Almudena en su entrada
(Foto SIEMA)

Planta original de la cripta, que se corresponde en 
líneas generales, con la de la catedral. Marqués de Cubas. 
Museo de la Almudena(Foto SIEMA)

Vista general de la Sacristía (Foto SIEMA)

Sacristía, detalle mosaico del Bautismo de Cristo
de Rupnik (Foto SIEMA)

Piedad de Bayeú (Foto SIEMA)

Lágrimas de San Pedro, de Morales (Foto SIEMA)

Como ya he comentado, el Museo de la Almudena tiene más un sentido histórico y devocional que artístico. Es importante conocerlo para poder valorar el patrimonio religioso de Madrid. Lo primero que hacemos es situarnos en la creación de esta diócesis en 1884, con la bula del Papa León XIII, la casulla que regaló el Papa para el primer obispo de Madrid (que es una auténtica joya, bordada con hilos de seda, oro y plata) y ponemos caras a los sucesivos obispos que ha tenido la capital, que son poquitos por la creación tan tardía de la diócesis de Madrid. Después se ven expuestos vestidos regalados por las reinas, desde Isabel II hasta MªCristina, para cubrir una imagen, copia de la Almudena (pero de vestir), a tamaño natural. También las coronas usadas por el Niño y la Virgen, o joyas regaladas por las reinas (como, por ejemplo, el anillo de boda de la reina MªMercedes).

Casulla que regaló el Papa León XIII al primer obispo de 
la diócesis de Madrid. Museo Almudena (Foto SIEMA)

Copia de la Virgen de la Almudena con vestidos de 
las reinas. Museo de la Almudena (Foto SIEMA)

Uno de los cuatro trajes de reinas expuestos en 
vitrinas (Foto SIEMA)

Anillo de bodas de la reina MªMercedes. Museo de la 
Almudena (Foto SIEMA)

Obispos de la diócesis de Madrid. Museo Almudena.
(Foto SIEMA)

Corona que se le ponía a la Virgen durante el s.XIX.
Museo Almudena (Foto SIEMA)

Se contemplan varios ostensorios que son una joya de arte, elementos de la Congregación de Sta. María la Real de la Almudena, la salida  a la cúpula y sus espectaculares vistas. La catedral tiene una cúpula doble, se percibe muy bien desde este punto. Es de planta cuadrada y está rematada por linterna y rodeada de muchas esculturas. Se puede pasear sin miedo.

Ostensorio que hubo en la catedral. Museo de la
Almudena (Foto SIEMA)

Vista de la entrada a la calle Mayor desde la cúpula
(Foto SIEMA)

Vista desde la terraza primera (Foto SIEMA)

Vista del Seminario, las Vistillas y San Francisco
(Foto SIEMA)

Se desciende de la cúpula por otras escaleras que nos muestran diferentes maquetas y planos originales de Francisco de Cubas y las salas finales del recorrido. Apreciamos obras de arte como una Inmaculada de Martinez Montañes, una custodia procesional del s. XVIII o el famoso códice de Juan Diácono (primer biógrafo de San Isidro). También se conserva el terno que se utilizó para la ceremonia de acción de gracias por la canonización de San Isidro (1622). En resumen, salimos ambientados un poquito más en la historia de nuestra catedral, que es también historia de Madrid. Agradecemos la ayuda recibida para la realización de este post por parte del Museo y, especialmente,de Fernando Fresneda. 

Maribel Piqueras 
Custodia procesional realizada por Francisco Martínez de Toro y
Pablo Ibañez, entre 1740-42. Museo de la Almudena (Foto SIEMA)

Inmaculada, de Martínez Montañés. Museo 
de la Almudena (Foto SIEMA)

Vista de las cubiertas de la catedral desde el Museo (Foto SIEMA)

Códice original de Juan Diácono, también llamado de San 
Isidro. Museo de la Almudena (Foto SIEMA)

Video que muestra imágenes del códice abierto
(Foto SIEMA)




1 comentario:

  1. Maribel, muy buena entrada, como es habitual en ti. A mi me gusta nuestra Catedral, aunque eche en falta la pátina de los siglos

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