Entorno a la fecha del santo patrón de Madrid queremos acercarnos al Museo de la ciudad que lleva su nombre, el Museo de San Isidro o de los Orígenes de Madrid. En otra entrada comentamos el Museo de Historia de Madrid, donde se recogen documentos y obras de arte para ambientar en la historia de nuestra ciudad desde que se estableció la capital en ella: http://madridconencanto-siema.blogspot.com.es/2015/03/museo-de-historia-de-madrid.html. Hoy vamos a centrarnos en este pequeño museo situado en la Plaza de S. Andrés nº 2. El Palacio de los condes de Paredes es un sobrio edificio Austria del s XVII, muy restaurado, con muros de ladrillo y mamposteria, rematados por dos incipientes torres en las esquinas. Se sitúa en la zona donde estaban las viviendas de la servidumbre de los Vargas, en concreto, la última morada de San Isidro. Pequeño, acogedor, con un recorrido museístico un poco laberíntico, pero que merece la pena conocer para ambientarnos en la historia de Madrid desde la Prehistoria hasta que Felipe II establece en ella la capital. Una de las zonas de Madrid con más encanto, junto a la Plaza de los Carros, la Iglesia de San Andrés, la Capilla del Obispo y la Plaza de la Paja.
Vista de la capilla de S. Isidro en San Andrés desde la plaza situada delante
del Museo de San Isidro o los Orígenes (Foto SIEMA)
los tejados de teja e, incluso, las cubiertas de la capilla interior dedicada a S.Isidro
(Foto SIEMA)
El recorrido se inicia con la fauna del valle del Manzanares hasta 120.000 años, en que el enfriamiento del planeta produjo una adaptación de los animales al frío, desapareciendo muchas de las especies anteriores. Se disfruta mucho en familia con un juego interactivo referente a la fauna de la Prehistoria o viendo los restos de mamuts encontrados en los yacimientos madrileños. En primer resto de homínido hallado en Madrid es un molar de un niño neandertal de 7 años y se localizó en el yacimiento de San Isidro. Después contemplamos cómo fué el desarrollo de la agricultura y ganadería en la región, con el cambio que trajo el Neolítico: aparecen las tribus sedentarias, la nueva organización social, los ritos funerarios, la metalurgia, una sociedad agrícola y ganadera que se manifiesta en el tipo de útiles encontrados y expuestos en vitrinas. También a destacar que, en la Edad de Hierro, son los carpetanos los pueblos que habitan nuestra región y se ha recreado en una maqueta el modelo de poblado carpetano de la Gavia (Villa de Vallecas) en el cerro con sus casas típicas (400-100 a.C)
Osamenta de mamut y video explicativo (Foto SIEMA)
El Madrid romano y visigodo también se encuentra en el museo. Aunque no era una ciudad romana, como si lo fué Complutum, en Alcalá de Henares, sí que tenía importancia agrícola y estratégica, para que algunas villas romanas se situaran aquí: villas agrícolas decoradas con preciosos mosaicos, esculturas, además de disponer de vaijillas y finos vidrios. Una de las más importantes era la villa romana de Villaverde Bajo. Tras su renovación en abril del 2017 se pueden contemplar también varios mosaicos romanos de la Villa de Carabanchel (s IV y V).
Mosaico de las cuatro estaciones en la villa romana
de Carabanchel (Foto SIEMA)
Los visigodos ocuparon esas villas abandonadas y dejaron también restos arqueológicos. Del Mayrit musulmán, fundada por Muhammad I como punto estratégico con su alcazaba en una colina junto al Manzanares, casi no queda ningún monumento en la ciudad, pero el Museo de San Isidro dispone de muchas cerámicas islámicas, como una preciosa fuente encontrada en la plaza de Oriente o una representación de uno de los arcos de las murallas árabes en barro, encontrada en las excavaciones de la casa de San Isidro. A partir de la conquista cristiana en 1085, Madrid crecerá continuamente hacia el E y S del antiguo poblamiento árabe. La nueva muralla, iniciada en el s XII, pronto quedó pequeña y surgirían los arrabales de San Ginés, San Martín y la Santa Cruz. De esa ciudad cristiana medieval hay también numerosos restos arqueológicos para saber cómo era la vida cotidiana. Lo que más suele gustar es el video de las muralla medievales, realizado con gran precisión y fuerza visual. A través del mismo se puede seguir la reconstrucción de las diferentes murallas y cercas de la ciudad.
de Carabanchel (Foto SIEMA)
Los visigodos ocuparon esas villas abandonadas y dejaron también restos arqueológicos. Del Mayrit musulmán, fundada por Muhammad I como punto estratégico con su alcazaba en una colina junto al Manzanares, casi no queda ningún monumento en la ciudad, pero el Museo de San Isidro dispone de muchas cerámicas islámicas, como una preciosa fuente encontrada en la plaza de Oriente o una representación de uno de los arcos de las murallas árabes en barro, encontrada en las excavaciones de la casa de San Isidro. A partir de la conquista cristiana en 1085, Madrid crecerá continuamente hacia el E y S del antiguo poblamiento árabe. La nueva muralla, iniciada en el s XII, pronto quedó pequeña y surgirían los arrabales de San Ginés, San Martín y la Santa Cruz. De esa ciudad cristiana medieval hay también numerosos restos arqueológicos para saber cómo era la vida cotidiana. Lo que más suele gustar es el video de las muralla medievales, realizado con gran precisión y fuerza visual. A través del mismo se puede seguir la reconstrucción de las diferentes murallas y cercas de la ciudad.
Cerámica árabe y sondas de cirujía del expositor del Madrid
árabe (Foto SIEMA)
Puerta árabe que parece un juguete, encontrada en las excavaciones
en la propia zona del museo (Foto SIEMA)
Video de la muralla medieval de Madrid que, en ese momento,
representaba la puerta de Guadalajara (Foto SIEMA)
Traslados del cuerpo de san Isidro desde que muere en la habitación de este museo
(Foto SIEMA)
Figura clave de este museo es San Isidro, el campesino que trabajaba para los Vargas y que falleció en esta casa, el 30 de noviembre de 1172, con unos 90 años. En el cartel de arriba, que está muy bien explicado, se pueden seguir los sucesivos traslados del cuerpo del santo. Desde la habitación donde falleció, convertida en capilla en el s. XVIII, hasta el cementerio de San Andrés, donde se descubrió su cuerpo incorrupto en 1212. Después pasaría a la Iglesia de San Andrés, a la capilla del Obispo, a San Andrés otra vez, a la Capilla de San Isidro en San Andrés (bajo un espectacular baldaquino barroco) y, finalmente, al altar mayor de la Colegiata de San Isidro.
Copia de la tumba original de cuero y madera policromada que se encuentra en la capilla de la catedral de la Almudena. Preciosas escenas sobre la vida y milagros de San Isidro y Sta. María de la Cabeza decoran la tumba, enmarcadas en arquitecturas y decoración gótica (Foto SIEMA)
Capilla decorada en el s.XVIII en el mismo sitio en que murió el santo, con fresco de Zacarías González Velázquez, que muestra la glorificación de San Isidro, suelo y altar de mármol con escultura del santo. Junto a él, pinturas y vitrinas con esculturas de diferentes épocas con la iconografía de S. Isidro y Sta. María de la Cabeza (Foto SIEMA)
Detalle del interior de San Andrés, donde se aprecia en baldaquino con la escultura de San Isidro, que había esculpido Pereira, en la Capilla de San Isidro en San Andrés. Ardió en 1936 en el incendió provocado por extremistas violentos (Foto SIEMA)
Una de las partes que más gusta del Madrid medieval que se conserva aquí es el monumento funerario de la Latina y de su marido. Preciosa y muy elaborada tumba renacentista, de estilo plateresco, con muchos detalles en la iconografía. Están esculpidos sólo el frente y los laterales, por un discípulo de Fancelli, el gran escultor de los Reyes Católicos, llamado Hernán Pérez de Albiz en 1530, realizándolas en alabastro. Beatriz Galindo, la maestra de Latín y Humanidades de la reina Isabel, la Católica, preceptora y gran amiga de la reina no se merecía menos. Obras de arte religioso de finales del s XV y principios s.XVI nos ambientan en este Madrid que aún no ha llegado a ser la capital de España. También fotografías de planos del Alcázar Austria y de la villa de Madrid nos dan una idea de cómo cambiaba a lo largo de los siglos. La maqueta de la Iglesia de Santa María la Real, junto a la calle Mayor, nos proporciona una imagen de cómo podrían ser las grandes iglesias madrileñas ahora desaparecidas. Otro de los puntos más visitados es el famoso pozo donde se produjo el milagro de la resurrección del hijo de San Isidro, San Illán, que se cayó en él cuando sólo tenía 2 añitos. Su madre, asustada, llamó a San Isidro, que se encontraba trabajando, éste intercedió a la Virgen que hizo subir las aguas con el niño vivo y chapoteando encima de ellas. El brocal actual es un añadido en el s. XVI.
Tumba de la Latina (Foto Pasión por Madrid)
Pozo (Foto Mirador de Madrid)
Maqueta de Sta. María, la Real (Foto SIEMA)
Entierro de Cristo del Maestro del Portillo, s XVI.
Donación de Bernardo Saez (Foto SIEMA)
Interesante el jardín interior del museo, situado justo detrás del ábside la Capilla del Obispo, cuyos contrafuertes y elementos medievales se perciben muy bien desde aquí. Este Jardín Arqueobotánico nos recuerda la importancia de los elementos vegetales para la historia de Madrid: el análisis de pólenes, semillas, maderas adquirió mucha importancia a partir del sXIX. Estudiando las plantas y frutos se ve la importancia que los árabes dieron al agua, su canalización subterránea, el uso para huertas y los cultivos que se daban en Madrid. Con los reyes cristianos pasarían a tener mucha importancia los cereales y la agricultura de secano. En este Museo de San Isidro nos puede pasar desapercibido su almacén, situado en los sótanos, donde se exponen más restos prehistóricos, romanos y medievales que no desmerecen nada.
Parte de atrás del ábside de la Capilla del Obispo que se ve
desde el jardín interior (Foto SIEMA)
Vista general del Museo arqueobotánico (Foto SIEMA)
Videos y cerámicas romanas y tardoromanas expuestos en el
almacén del sótano (Foto SIEMA)
Fuera del Madrid Medieval que estamos recorriendo el Museo de San Isidro presenta también un interesante patio renacentista, cubierto para lograr mayor espacio expositivo y que, también, admite la posibilidad de alquilarlo para eventos. Igualmente cuenta con un salón de actos para conferencias. El patio tiene dos alturas con galerías de columnas y zapatas renacentistas. Arriba se asoman la grandes esculturas de San Isidro y Sta María junto al pozo y San Illán. En la parte inferior de la galería se localizan importantes esculturas originales del s.XVIII, del Madrid Ilustrado, pero en bastante mal estado. Como los tritones y delfines de Robert Mitchel, que estuvieron situados en el Paseo del Prado, o el famoso surtidor con forma de dragón, de la Cibeles. Este último nos recuerda que en el escudo de Madrid, algunas veces, aparecía un dragón junto al famoso oso y madroño. Este Museo de San Isidro o de los Orígenes de Madrid no se limita a ser un catálogo de obras expuestas, sino que nos ambienta muy bien en la historia de nuestra ciudad antes de que fuera establecida la capitalidad en ella. Nuevos criterios museísticos y una nueva iluminación y disposición de piezas lo actualizan con acierto. Con estas bellas imágenes me despido. Recordando a nuestros lectores que pueden seguirnos en twitter @siemamadencanto y facebook Proyecto Siema, así como concertar visitas con nosotros a través de web www.siema.es o i mail info@siema.es. Las visitas de la web no son las de empresas o grupos privados (que no se publican), sino las libres en las que se puede apuntar cualquiera.
Maribel Piqueras
Patio renacentista y fuente central del mismo (Foto SIEMA)
Dragón como fuente con surtidor, que estaba colocado
en la Cibeles en el s.XVIII (Foto SIEMA)
Escudo de Madrid, donde aparece un dragón, encontrado en 1842
cerca de Puerta Cerrada (Foto Rutas con historia)
Tritones y delfines originales de Robert Mitchel para las fuentecitas del Paseo del Prado.
Siglo XVIII (Foto SIEMA)
Muy interesante Maribel.
ResponderEliminarCuando puedas tienes que añadir el icono que te tienes dentro de la creación de tú blog para poder seguirte.
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