lunes, 11 de febrero de 2013

Casa Museo de Sorolla

Uno de los lugares más bonitos, entrañables y con más luminosidad que hay en Madrid es la Casa Museo del Pintor Sorolla, situada en la calle Martínez Campos nº 37. El pintor empieza a construir esta casa en 1910 y la habitará a finales de 1911. Llega a esta vivienda como un pintor ya de fama mundial y gran reconocimiento, sobre todo a raíz de las exposiciones en Nueva York , pero hay que recordar que Sorolla nunca fue un pintor burgués. Se crió huérfano, junto a su hermana Concha, en casa de su tío que era artesano cerrajero. El percibió las aptitudes de su sobrino para la pintura y le facilitó el acceso a la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, en Valencia. Sorolla pintaba bien y consiguió ser becado en Roma, donde permaneció bastantes años (los dos últimos ya casado con Clotilde). Era un trabajador incansable y,como fruto de una vida repleta de esfuerzo, trabajo llegó a poder disponer de esta vivienda. Aunque el arquitecto fuera el también famoso Repullés, el pintor controlaba todo el proceso de construcción y le daba indicaciones continuas sobre el diseño. En aquellos años su casa emergía en una zona tranquila y llena de luz. Nada que ver con los ruidos de la calle actual ni con las altas edificaciones construidas posteriormente alrededor
Entrada  a la casa de Sorolla
La entrada de la familia a la vivienda se realizaba a través del primer jardín, inspirado en el Jardín del Laberinto de los Reales Alcázares de Sevilla, sobre todo la fuente y la parte inferior de la fachada que se la hizo modificar al arquitecto para incluir ese pórtico columnado. Hay un naranjo y un gran laurel que quedan todavía de las plantas pensadas por el pintor. Todos los jardines los diseñó Sorolla, son de inspiración andaluza y él mismo plantaba las plantas y flores, se traía semillas e indicaba su colocación. Hoy en día es lo peor conservado de la casa, por la falta de luz actual a como era en sus orígenes. Para poder realizar las visitas a la casa hay que atravesar los otros dos jardines. Este primero que es de 1911 y el segundo, realizado entre 1915-16 que recuerda al Generalife, incluso tiene arrayanes traídos de la Alhambra y un pilar granadino, aunque también muchos elementos italianos (como el togado, las columnas o las pequeñas esculturas)

lienzo pintado por Sorolla de esta fachada y entrada a su casa. Obsérvese lo florida que estaba.
Segundo jardín o de los arrayanes
El tercer jardín se plantó hacia 1912, pero se reformó hacia 1917, una vez que se habían terminado los anteriores. El saliente del mirador circular y la escalera de azulejería crean una planta irregular que le impidió trazar un jardín totalmente árabe. Por eso es el más ecléctico de todos: la pérgola resulta muy italiana, la alberca sin embargo es de reminiscencias sevillanas. Presenta también unas figuras alegóricas en la llamada "Fuente de la confidencia". Bajo está pérgola le dió una hemiplejía mientras pintaba en 1920. Toda esta parte de los jardines que rodean la casa está abierta al público libremente, incluso se pueden alquilar para hacer algún tipo de acto.

El Museo se creó por expreso deseo de su viuda y musa, Clotilde. Ya en 1925 dictó testamento donando todos sus bienes al Estado español para fundar un museo en memoria de su marido. Se aceptó el legado en 1931 y, desde 1945 es un museo abierto al público, siendo el primer director su único hijo varón- Joaquín Sorolla García-. En el año 1951 se integran los fondos en la Fundación Sorolla, donde siempre tiene que haber algún descendiente de la familia. Desde 1973 es Museo estatal y depende del Ministerio de Cultura. Junto a la gran colección de pintura y dibujo reunida, también podemos ver colecciones de cerámica, mobiliario, archivo de cartas, fotografías antiguas, joyería popular, piezas textiles y metales.

En la planta baja se sitúa el patio andaluz, que recuerda a los patios cordobeses y está organizado en torno a una fuente con azulejos de Triana. Los estantes que contienen las colecciones de cerámicas muestran  la afición del pintor por coleccionar este tipo de artesanía. El zócalo es de cerámica de Talavera, pero predomina la cerámica andaluza y la de Manises. En 1981 se acristalaron las galerías.Por aquí se accede a la tienda y compra de billetes.

Ahora, por la escalera de la derecha del último jardín, entraremos en la casa como lo hacían los lienzos, ya que se recorren primero las tres salas que corresponden a los antiguos estudios del pintor. La Sala I es la que usaba para preparar marcos y lienzos y no estaba provista de decoración. Ahora nos introduce en la vida y obra del pintor a modo de resumen. Podemos ver su autorretrato, retratos de su mujer e hijos. Se casó en 1888 con Clotilde Garcia, hija de un amigo fotógrafo. Sorolla siempre fue un apasionado de la fotografía, en sus obras introduce la técnica fotográfica en los encuadres de las composiciones, los enfoques y desenfoques, etc...Sus tres hijos: María, Joaquin y Elena. Observamos la evolución de su pintura desde obras dentro de la temática de realismo social, pasando por escenas íntimas como Clotilde en el momento de dar a luz a su hija pequeña, un cuadro lleno de finura y maestría en el manejo de los blancos, malvas, grises.La verdad es que no le gustaba hacer retratos, sino era de los miembros de su familia, que son los que más vemos aquí. Tanto Sorolla como Clotilde y toda la familia les gusta aparecer con toda elegancia en los retratos. Él era un amante de la moda y le compraba a su mujer vestidos a la última en sus viajes, con los cuales luego la retrataba
"Madre" (1895)
"Autorretrato" (1909)
"Mis hijos"
"Niños en la playa"(1910. Museo del Prado)
En la Sala II era donde se exponían los cuadros ya terminados o a la venta, como un despacho en donde apenas se ha modificado la decoración. Hay una curiosa fotografía de la pareja recién casados y viviendo en Roma. Hoy se exponen los cuadros de playa, que Sorolla empezó a pintar a partir de 1899. Pero desde 1904 se consolidaron como temática independiente. La mayoría están pintados en las playas del Mediterráneo entre 1904 y 1916. Pero también hay alguno del Norte, como esta "Instantánea en Biarrtiz" de 1906 donde aparece su hija María haciendo fotografías y elegantemente vestida con esos trajes blancos y sombreros movidos por el viento.
En general la pintura de playa de Sorolla sigue unas características: suelen ser grandes lienzos pintados directamente a la luz de la playa, el punto de vista es alto y muy próximo, en la jerarquización de los motivos utiliza recursos de la fotografía. La técnica es fluida, de pincelada larga y como astillada. La luz es fundamental, es la energía que transforma todo. Se mueve en un plano más emotivo que el cientifismo de los impresionistas. La modernidad para Sorolla suponía una renovación de la tradición pictórica, pero no rupturas. A pesar de ser un pintor de transición al s XX y conocer los grandes cambios aportados por el cubismo, el surrealismo o el impresionismo él no participa de esos movimientos. Es como un costumbrismo moderno, como el pintor de la luz que se manifestará más en los cuadros de playas y jardines.
Sorolla retratando a Clotilde (1906)

La Sala III constituía su estudio principal. Sorolla pidió al arquitecto que le proporcionase numerosas entradas de luz, también tenía otro ventanal abierto en el muro oeste, pero que se cegó en 1930. Aquí se exponen antiguedades, ya que le gustaba coleccionar muebles y esculturas antiguas, retratos, lienzos de playas, fotografías utilizadas para sus cuadros y también jardines. Aquí empieza hoy la Exposición Sorolla Jardin de Luz que tendremos la suerte de poder ver hasta mayo. Nuestro pintor disfrutaba con el colorido, reflejos de luz y composiciones de jardines. El primero que pintó fue el de su casa anterior, situada en Miguel Ángel en 1906; a esta le siguieron los de la Granja (1907) y, desde 1908 se hace un asiduo visitante de los jardines árabes en Sevilla y Granada. La Alhambra de Granada y los Reales Alcázares de Sevilla son sus preferidos. 

" Reflejos en una fuente" (1908)
Estas obras están la mayoría en colecciones privadas. es una gozada observar como trata la temática jardines, como pequeñas instantáneas o fotografías muy personales, donde la luz, los reflejos en el agua, las fuentes, el colorido, el aire que transmiten los patios. Hasta podemos percibir el murmullo del agua......
En la última planta, las habitaciones que antes eran los cuatro dormitorios los han acondicionado para seguir esta exposición: ahora son escenas de patios muy recogidas o rincones del propio jardín de su casa, temática esta preferida en los últimos años de su pintura. En esos cuadros del final la técnica se vuelve más sintética y la pincelada más rápida y esquemática, aproximándose más a las vanguardias.

"Rosal de la casa Sorolla" (1918)
Cuadro de sus años finales con técnica más sintética
La casa comunicaba los estudios del pintor con la propia vivienda, dado que para él la familia era lo más importante y quería tenerles cercanos a su lugar de trabajo. Pasando por la gran puerta se accede a un pequeño pasillo rodeado de antiguedades por el que se llega al luminoso salón con miradores acristalados. La rotonda la decoró Sorolla con una galería de retratos en escultura. De las paredes cuelgan retratos de la familia. Espectacular el mobiliario, las lámparas de Tiffany, la talla de madera del s XV representando a la Virgen con el Niño. Sorolla era un artista muy religioso y amante de las Vírgenes, que podemos ver en todas las estancias. Desde el tondo florentino de estilo Della Robia por el que se accedía a la vivienda, pasando por las de la escalera principal, a la la de Sta Ana con la Virgen y el Niño en su despacho, para terminar contemplando todas las del salón y las del comedor. En el antecomedor nos encontramos con el altísimo zócalo que reproduce azulejos de Talavera, muebles españoles nuevos y modernos y la cerámica de Manises con reflejos. En cuanto al Comedor podemos decir que es lo mejor conservado, ya que solo le falta la alfombra original. Es un homenaje a su Levante natal, con la guirnalda de frutos valencianos, laurel y flores que recogen entre su mujer y sus hijas. 
Justo en frente de la Casa Sorolla merece hacer un alto en el camino en dos negocios con encanto en este Madrid. Uno es La Alacena ( Martínez Campos 44),donde paramos a tomar algo después de la visita. Un local de lo más agradable donde nos trataron con primor. De mobiliario sencillo, pero acogedor, nos invita a tomar productos selectos extremeños: tapas y tostas de quesos variados, lomo, yemas de espárragos, ventresca con tomate y  todo tipo de ibéricos para seguir después paseando por Madrid. Con el otro salto a  la otra punta, a Oriente, pues se trata de Daisuky. Daisuky ( Martinez Campos 42) es una tienda de productos japoneses que lleva un año y medio abierta con gran éxito. Dispone de 300 metros cuadrados repletos de estanterías donde encontrar todo tipo de productos japoneses para llevarte, también un take away de comida ya preparada, un sushibar  e, incluso,un aula de cocina donde aprender estas técnicas culinarias. La decoración es minimalista, sencilla y muy luminosa y práctica. Si te gusta la comida japonesa no dejes de conocerlo 



2 comentarios:

  1. hola FELICIDADES... Bien escrito, documentado, e ilustrados con los magníficos cuadros y la foto con CLOTIDE es un regalo a agradecer. Adoro Madrid y su patrimonio.

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  2. Bienvenida al blog Mar. Me alegro de que te guste y disfrutes tanto como yo del patrimonio de nuestra ciudad. Por fortuna, la belleza de esta casa y sus colecciones siempre la tenemos entre nosotros.

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