martes, 10 de abril de 2018

Cuesta de Santo Domingo: Sto Domingo el Real y Palacete Duque de Granada y Ega

Hoy me quiero entretener en la Cuesta de Sto Domingo, especialmente en la historia de dos de sus más importantes monumentos. Calle pequeña, empinada, pero muy importante para la historia y patrimonio de Madrid. Le da nombre a esta zona el famoso convento de Santo Domingo el Real, que se situaba en los lados pares de la cuesta, ocupando una gran solar e, incluso, cogía la parte de arriba de la cuesta. Era el convento más grande de Madrid, destacando en él su iglesia. En sus inicios pertenecía a la rama masculina y estaba situado en otro punto, más cerca de la puerta de Valnadú. Pero al visitar ese primer convento el propio Santo Domingo, durante el verano de 1218, percibió que esos 16 monjes que lo habitaban vivían demasiado bien, con el peligro de descuidar la piedad y el espíritu de la orden. Así que decidió dispersarlos por Europa, trasladar el convento a otro punto y hacerlo de la rama femenina. Lo fundó en esta misma cuesta y será el primer monasterio de clausura de dominicas que hubo en España. Dejó a su propio hermano, Manes de Guzmán, como capellán de las monjas. Las monjas actuales de Sto Domingo el Real todavía conservan una copia de la carta que Sto Domingo les escribió al fundarlo. Desde entonces tuvo muchos donativos y privilegios por parte de la corona de Castilla, los nobles y el concejo de la villa de Madrid. En el plano sacado de Isabel Gea muestra la gran extensión que ocupaba: la parte final de la Cuesta o la calle actual de Campomanes, que pasaba por el centro del convento e incluso se puede rastrear el patio central del convento en esa misma calle.

Isabel Gea ( "El Madrid desaparecido")


Cuesta de Sto Domingo, que llevaba a la Plazuela de Sto Domingo, 
con la fuente en medio y la gran extensión que ocupaba el monasterio 
a la derecha (Detalle del plano de Texeira, s XVII)

Fernando III les otorgó grandes donaciones, así pudieron hacer la gran huerta que llegaba casi al Alcázar y se conocía como "la huerta de la priora". Alfonso X hizo un edificio de mayor tamaño. Sancho IV las eximió de pagar impuestos. Con Enrique III se hizo la capilla mayor gótica. En él se enterraron algunos infantes y reyes castellanos. Por ejemplo DªBerenguela (hija de Alfonso X), Dª Constanza (nieta del rey Pedro el Cruel) o el príncipe Juan (hijo del rey Pedro el Cruel). Dª Constanza fue la priora durante 38 años y decidió entonces trasladar al convento de Sto. Domingo el Real los restos de su abuelo. Ambas tumbas, la de Constanza y la de Pedro el Cruel, se conservan en el Museo Arqueológico de Madrid. Son unas obras de arte realizadas con toda minuciosidad en alabastro. Al destruir el convento en el s XIX la mayoría de los enterramientos se llevaron a la cripta de la iglesia de San Antonio de los Alemanes. También estuvo un tiempo enterrado en este convento el príncipe Carlos, hijo de Felipe II.
Estatua orante de Pedro el Cruel en el Museo 
Arqueológico (Foto SIEMA)

Tumbas de infantas reales castellanas en la cripta de 
S.Antonio de los Alemanes (Foto SIEMA)

En el Monasterio de Sto Domingo el Real destacaba la iglesia, de ábside mudejar, y que fue reedificada en 1613  por orden de Felipe III. Constaba de dos naves paralelas, donde sobresalía la capilla mayor situada en una de las naves. Juan de Herrera realizó el coro en estilo más sobrio. Conservaban la pila de piedra medieval donde se bautizó Sto. Domingo. Estaba en Caleruega, pero Alfonso X (rey emparentado con los Guzmanes) se interesó por ella y mandó llevarla hasta este convento de Madrid, la revistieron de plata y siempre se ha usado para bautizos reales. La cubren con una funda y la trasladan cuando sea necesario. Os sorprenderá saber que hasta el actual Felipe VI ha sido bautizado en ella. Todavía hoy en día la mantienen las monjas. La fachada principal, que estaba orientada al Alcázar de los Austrias, quedó tapada por unas casas y, a fines del s XVII, realizaron una entrada lateral al mismo, por medio de un pórtico de arcos clásicos, que es el que aparece en los grabados de época y el que el propio Mesonero Romanos publicó en su obra "Paseos histórico-anecdóticos por las calles de la villa". En la misma manzana, en su parte posterior, había una tapia que las separaba de otro convento, el de Nuestra Sra de los Ángeles. Como son muchos siglos de historia y un convento de enorme importancia daría para varios libros hablar del mismo y esta entrada es sólo un blog divulgativo, que busca hacer los más visual posible el patrimonio de Madrid. De ahí que complementemos con visitas guiadas por nosotros. Las que no son de grupos cerrados o empresa, sino que admiten posibilidad de inscripción individual se suelen publicar en agenda en nuestra web www.siema.es, en facebbok o twitter. Para más información de esta o cualquier otro recorrido podéis contactar con info@siema.es. Volviendo a Sto Domingo hay en él anécdotas famosas como el fantasma del cura asesinado por Pedro el Cruel, o la quema de libros de Enrique de Villena por orden del rey Juan II. O en incendio del convento de Nra Sra de los Ángeles en 1617, del que se salvaron las monjas ayudadas de aquel  por un boquete que hicieron las monjas de Sto Domingo en la tapia que separaba ambos conventos.
Pila bautismal de Sto Domingo, usada por la monarquía 
española hasta hoy (Foto SIEMA)

Coro de Sto Domingo el Real (Grabado de 1850)

Pórtico de entrada a Sto Domingo y fuente de Sto Domingo
(Foto de SIEMA del grabado de Luis Meunier, publicado por Mesonero Romanos)

Durante la Guerra de la Independencia la comunidad dominica abandonó el monasterio, que sirvió de cuartel al ejército francés. El rey Fernando VII restableció la comunidad en 1814 y, tanto él como Isabel II, lucharon por mantenerlas en el mismo lugar. En 1869 se ordenó su derribo. Pasaron por varios sitios  hasta que, en 1882, Vicente Carrasco les construyó un edificio neomudejar en la calle Claudio Coello nº 112. El propio rey Alfonso XII les ayudó a hacer el traslado de todas sus pertenencias en coches. Pero han perdido la mayoría de su patrimonio, por deterioro, por la invasión francesa, por sucesivos cambios y por la Guerra Civil, que destruyó el importante archivo documental en 1936. Santo Domingo el Real sigue existiendo en la actualidad en la calle Claudio Coello. Con una bonita iglesia cubierta por cúpula abierta al público. La iglesia está decorada con retablos modernos: de Sto Domingo en el altar mayor y de la Virgen del Rosario. Destaca la capilla del Bautismo con la pila original. Luego, en la clausura, tienen la talla medieval de la Madonna de Sto Domingo que, junto con la pila, son los objetos artísticos que quedan del antiguo monasterio. La comunidad dominica es muy agradable y asequible para cualquier cosa que necesitemos. Lo he comprobado yo misma. Comentar también que en la calle Campomanes quedan visibles restos del patio grande y el pozo de los milagros, pero en una vivienda privada que no dejan acceder a hacer fotos. Mi amigo Carlos Osorio tuvo paciencia y se arriesgó y obtuvo fotos de lo que pueden ser restos de ese pozo de piedra. Antes de continuar con el negocio con encanto de la zona, que es el propio Palacete de los Duques de Granada y Ega, os pongo alguna imagen más del pozo y del Convento actual con la Madonna.

Talla medieval de la Madonna de Sto Domingo que tienen 
las monjas en la clausura. Es una imagen parecida a la Virgen de 
Valvanera (Foto cedida por la priora Sor María a SIEMA)

Convento de Santo Domingo el Real en la actualidad
(Foto SIEMA)

Detalle de la fachada principal con la escultura de Sto. Domingo
arriba (Foto SIEMA)

Sto. Domingo el Real como comunidad sigue existiendo
(Foto SIEMA)

Cúpula y vidrieras de la iglesia del convento de Sto Domingo
el Real (Foto SIEMA)

Detalle del altar mayor con la imagen del santo dominico
(Foto SIEMA)

Vivienda de fines s XIX en la calle Campomanes con los restos
del patio y el pozo de Sto. Domingo el Real (Foto SIEMA)

El pozo como macetero ( Foto Carlos Osorio)

El Palacete del Duque de Granada de Ega y Villahermosa se levantó sobre unas antiguas casas nobiliarias situadas en la Cuesta de Sto. Domingo nº 5 y 7. Tal como se aprecian en el plano de Texeira, donde incluso de ve el enorme patio. Ellas, según Mesonero Romanos, pertenecían a las casas del mayorazgo que había fundado el contador del rey, Francisco Garnica, a finales del s. XVI y que ,incluso, estaban dotadas de una gran torre que aparece en los diferentes planos y dibujos. Comenta también que en la que todavía estaba en pié a mitad del sXIX había vivido el propio cardenal Portocarrero, quien tuvo un papel muy importante en la política del último rey Austria y en la redacción de su testamento. Francisco Javier de Azlor de Aragón e Idiaquez era el VI Duque de Granada y Ega, título que heredó en 1850 y mantuvo hasta el año en que falleció, 1919. Ese Ducado de Granada lo creó Felipe V en 1729 a favor de Juan Idiazquez y Eguía, como premio a los servicios prestados por este capitán de sus reales ejércitos. Ega, el segundo título, hace referencia a un afluente navarro del Ebro. El XVI Duque de Villahermosa lo heredó un poco más tarde, al morir sin descendencia una tía suya, gran coleccionista de obras de arte y gran amante de los cuadros de Velázquez. Por tanto este aristócrata era Grande de España, poseedor de 13 títulos nobiliarios, de la orden del toisón de oro y otras muchas. Además, fué senador por derecho propio desde 1877 hasta su muerte y estaba muy bien relacionado con toda la élite política y cultural de la época. El Senado lo tenía justo al lado de su residencia, prácticamente en línea recta a la entrada de carruajes.
Fachada del Palacete del VI Duque de Granada y Ega (Foto SIEMA)

Palazzo de la Cancellería nuova, Roma (wikipedia)

Nada más heredar el título de Duque de Granada mandó hacerse una elegante residencia en Madrid, de grandes dimensiones. En 1851 le encargó el proyecto al arquitecto Matías Laviña, el cual se había formado en el arte renacentista y barroco romano, estudiando y viviendo durante 15 años en Italia. Para la construcción de este palacio se inspiró en el Palazzo de la Cancellería nuova de Roma. Un edificio de tres alturas, de cemento romano, en cuya planta noble se alternan los huecos de las ventanas (decoradas con medallones o decoración en estuco floral) con pilastras jónicas. Un marcado entablamento de líneas clásicas separa esta planta noble del la tercera con ventanas más pequeñas y sin decoración. El último piso es un añadido de la reforma actual al edificio original. La reforma actual con el fin de acondicionarlo como hotel se la debemos a los arquitectos Álvaro y Adriana Sans. Ellos mismos visitaron durante el verano del 2014 los edificios que habían inspirado a Laviña. Tenían ya experiencia por la reforma del Gran Meliá Roma Villa Agripina (2005-2010), donde unieron el patrimonio histórico encontrado con el estilo moderno y lo ambientaron en la pintura de Rafael. En el Palacio del Duque de Granada han mantenido los restos de patrimonio original que se pudieran: fachada, escalera principal,  patio interior, entrada de carruajes, caballerizas y algo de mobiliario original. Después han adaptado la construcción a las necesidades actuales. El resultado es una magnífica arquitectura combinada con una decoración de vanguardia y algunos elementos decorativos de anticuario verdaderamente espectaculares (tapices, consolas barrocas, vitrinas, bargueños, etc..). Las estancias son todo un homenaje a Velázquez en la decoración, incluso en el nombre de los cócteles que sirven, del cual SIEMA Matritensis ha disfrutado en numerosas ocasiones. Vamos a ver algunas imágenes de lo que queda del palacete, como la escalera principal, en zig zag y con barandilla de forja de hierro. También el amplio patio interior, inspirado en el patio del Palacio de la Cancillería de Roma, con sus lados con arquerías clásicas.

Escalera principal del palacio (Foto SIEMA)

Detalle del patio interior, cubierto tras la reforma, con arcos clásicos de 
medio punto entre pilares toscanos. Entre las enjutas un adorno que imita un
pequeño medallón (Foto SIEMA)

Lámpara de bronce dorado y cristal del sXIX, que pertenecía a uno de 
los salones del propio palacio del Duque de Granada. También se pueden observar las galerías
cerradas de la parte superior del patio (Foto SIEMA)

El Duque en el patio interior, leyendo. Pueden verse las carrozas situadas bajo las arcadas y la 
lámpara de cristal que colgaba aquí originariamente (Foto de SIEMA del archivo personal situada en el hotel)

Decoración original del s. XIX en uno de los salones (Foto de SIEMA del archivo personal 
situada en el hotel, de muy mala calidad por los brillos. 

Habría tanto para mostrar del interior que os recomiendo meteros en la web del Gran Meliá Hotel Palacio de los Duques, inaugurado en el 2016 (Telf 915416700). Por el interior del mismo se sale a lo que era el recibidor original desde la entrada principal de carruajes, que daba a un gran jardín a la calle de La Bola. Toda esa zona está dispuesta con las barras del bar de copas y, a los lados, los diferentes restaurantes. Una gran verja de hierro nos abre las enormes puertas por donde entraban los carruajes hasta el pórtico de tres arcos clásicos que hacía las veces de entrada principal por el jardín. En el jardín se descubrió la base de la pila original de la fuente que se situaba en el centro y han realizado una reconstrucción de la misma, inspirada en el Renacimiento, como toda la arquitectura del palacio  original. A la derecha, las antiguas caballerizas, con sus paredes de ladrillo, ojos de buey y cubierta de tejas. También la última reforma levantó el suelo original de piedra de las mismas, con los canales para el agua, y lo muestra con suelo de cristal en el restaurante llevado por los hermanos Torres en este punto del jardín. Llamado Dos Cielos para homenajear a los dos cielos que son sus mujeres.

Verja de entrada por la calle La Bola al palacete 
(Foto SIEMA)

Camino principal entre los jardines que dan a la calle la 
Bola. Al fondo el pórtico de entrada con tres arcos clásicos
(FOTO SIEMA)

Vista, desde un lateral,del jardín. Al fondo las antiguas caballerizas
cubiertas de tejas (Foto SIEMA)

Interior de las antiguas caballerizas donde se mantiene
el ladrillo original (Foto SIEMA)

Suelo original de las caballerizas con el canal para el agua
(Foto SIEMA)

Caballerizas, con el restaurante en su interior (Foto SIEMA)

Ojos de buey de las caballerizas, con cierto refuerzo al 
convertirlos en restaurante (Foto SIEMA)

Parte de arriba de las caballerizas, decoradas con caballos de escenas 
velazqueñas (Foto SIEMA)

Placa indicativa del restaurante Dos Cielos, que es el que 
se sitúa en las caballerizas (Foto SIEMA)

Este espacio es el recibidor tras el pórtico de entrada del jardín
(Foto SIEMA)

Cafetería del Gran Melía Hotel Palacio de los Duques
(Foto SIEMA)

Terraza restaurante en el propio jardín (Foto SIEMA)

Otro de los restaurantes interiores, este espacio con un 
toque francés en decoración y en la comida que ofrecen también
(Foto SIEMA)

Las Meninas nos reciben en la recepción del hotel
(Foto SIEMA)

Continuando nuestro recorrido visual e histórico por este gran espacio, después de las estancias del antiguo palacete, se amplió para hacerlo hotel en el sXX con parte del solar de un antiguo convento, en la parte alta de la cuesta. Ahí se ve desde el exterior un edificio más alto, con otra decoración exterior y con una puerta cancelada donde encontramos la inscripción de 1863. Un pasillo adornado con escenas de los cuadros de Velázquez, como "Los Borrachos", nos conduce a esa parte, donde tomamos el ascensor para subir a la terraza, desde allí se obtienen maravillosas vistas de Madrid por todos los lados. En ese punto suelen llevar águilas para evitar el destrozo que provocan las palomas. En una de nuestras visitas tuvimos la suerte de verlas e, incluso, la autora y parte del grupo se atrevió a sujetarlas en su brazo con el guante que se usa en la cetrería.

Puerta a la derecha del palacete, en edificio ampliado del mismo para 
hacerlo hotel (Foto SIEMA)

Los Borrachos nos saludan en nuestro camino
(Foto SIEMA)

Vistas desde la terraza, con el palacio real y la Almudena
al fondo. A la izquierda, la Ópera (Foto SIEMA)

Diversas torres al fondo :San Ginés, la Sta. Cruz, las de 
la Plaza Mayor, San Francisco, San Andrés (Foto SIEMA)

La autora del blog posando en la terraza con el águila
(Foto SIEMA)

Piscina en la terraza, siempre abierta a darse un baño
(Foto SIEMA)

No querría terminar sin agradecer al Hotel Melía Palacio de los Duques y, especialmente a Encarni de la Vallina (Coordinadora de grupos y eventos) la esmerada atención que nos han prestado y felicitarles por la minuciosa y delicada restauración del mismo. Hecha con muy buen gusto decorativo en esa fusión de lo antiguo y lo moderno. Muy recomendable para descansar, celebrar eventos, comer o tomarse una copa un día. Además, en la Cuesta de Sto. Domingo, donde casi todos los edificios pertenecen a la segunda mitad del s XIX, encontramos en el lado impar, pasado el hotel, unos elegantes bloques de viviendas, con sus puertas de buenas maderas con decoración elaborada, sus entradas decoradas con estucos clásicos y escaleras con forjas, sus grandes patios interiores, sus vidrieras, sus balconadas de forja románticas. Como el bloque de viviendas del nº 3, donde había vivido el propio Martínez Campos y otras personalidades. 

Maribel Piqueras

Cuesta de Sto Domingo, fachada del portal 3. Obsérvese el balcón acristalado sobre
la puerta principal y el friso de  estucos de la cornisa superior (Foto SIEMA)

Detalle de los trabajos de hierro y madera de la puerta (Foto SIEMA)

Hall  del mismo con las pilastras y estucos, además de la 
vidriera (Foto SIEMA)

Arranque de la escalera. Aquí vivieron también el poeta Varela
y Alcalá Galiano (Foto SIEMA)


3 comentarios:

  1. Un magnífico trabajo. Enhorabuena.

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  2. Solo una pequeña indicación: en el número 3 vivió unos años y aquí murió en 1905, el diplomático y escritor don Juan Valera Alcalá-Galiano, y una lápida en su fachada así lo recuerda. En el Paseo de Recoletos tiene un monumento con su busto y una joven que representa a Pepita Jimenez la protagonista de su novela más famosa.

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  3. Muchas gracias Mª Rosa. Además de que viviera allí Juan Valera Alcalá-Galiano, esa fachada de final de siglo del nº 3, así como el portal, es preciosa y con forjas y maderas muy elaboradas.

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