Esta Casa de las 7 chimeneas es una de las más enigmáticas construcciones de Madrid y ha dado lugar a numerosas leyendas. Encontramos muchos aspectos curiosos alrededor de la misma, como el no tener escudo de propietario (puede que éste desapareciera con las sucesivas reformas) o el estar situada tan lejos del centro de la villa en la época de su edificación. También llama la atención el número exagerado de chimeneas para el tamaño de la casa y la especie de maleficio que se cierne sobre todos sus habitantes. Las primeras noticias sobre esta casa tienen relación con un montero de Carlos V que, parece ser, la mandó construir para una hija suya, Elena, que algunos dicen fué amante de Felipe de joven. Felipe II organizó su boda con un capitán del ejército, llamado Zapata, que moriría pronto durante las campañas de Flandes. La joven viuda quedaría muy sola y desconsolada, dejando de comer y descuidando su aspecto. Elena falleció, aunque su cuerpo nunca salió de la casa para ser enterrado, ni se celebraron funerales por ella. Los sirvientes comenzaron a correr el rumor de que había sido asesinada, la justicia decidió interrogar al padre, que se declaró inocente (aunque al poco tiempo se ahorcó en una viga de la casa). Ahí empiezan las historias trágicas protagonizadas por sus inquilinos, aunque haya mucho de leyenda y poco de historia verdaderamente documentada. Con el correr de los años, algunos campesinos que regresaban a sus casas al anochecer, pues recordemos que esta casa estaba situada muy en las afueras del Madrid de entonces, dijeron haber visto una figura espectral femenina de cabellos largos, ataviada con un vestido blanco de seda y una antorcha. Se la distinguía golpeándose el pecho y dirigiendo su mano hacia donde estaba ubicado el Alcázar de los Austrias. Esta especie de fantasma fue visto por numerosos testigos.
"Dibujo de la Casa de las 7 chimeneas con la reforma del sXVIII" (de Masquemagia)
Sobre esa primera casa el arquitecto Antonio Sillero realizó una construcción entre 1574-77 para Juan Ledesma, que era secretario de Antonio Pérez. Sillero estaba familiarizado con el estilo de Juan de Herrera que tanto gustaba a Felipe II y realizó importantes obras en Madrid como, por ejemplo, la Casa de la Panadería . La casa tenía una estructura rectangular y tres alturas con sótanos. El zócalo era de granito y los muros de ladrillo y mampostería. Para los muros utilizó restos de silex extraídos de la muralla medieval. Las ventanas del primer piso eran más pequeñas y tenían alrededor decoración realizada con el mismo ladrillo. Las del segundo piso, llevaban rejas y decoración también de ladrillo, pero más elaborada. El último piso lo constituían balconcillos en volandas decorados con bonita reja de hierro y decoración geométrica de ladrillo en los bordes. Estaba cubierta por teja. Toda esta estructura y exterior se ha mantenido hasta hoy.
"Vista de la Casa de las 7 chimeneas" (SIEMA)
"Detalle con reutilización de materiales de la antigua muralla" (SIEMA)
La casa la adquirió en 1583 el comerciante genovés Baltasar Cataneo que encargaría la construcción de las 7 chimeneas que la han hecho famosa. En 1590 vuelve a pasar a otros propietarios, como Baltasar de Rivera, luego a la familia de los Colmenares y los condes de Polentinos, a quienes perteneció la casa hasta el s.XIX. Durante los s XVI, XVII y XVIII la villa de Madrid la usó como residencia oficial o para embajadores. En el s.XVII está documentado que se alojaron ahí tanto el Duque de Buckinnghan como el príncipe Carlos, futuro Carlos I de GB. Estos ilustres invitados habían llegado a la corte de Madrid para cerrar un trato de matrimonio de la hermana de Felipe IV, María, con el príncipe Carlos y que al final no llegó a realizarse. Incluso Velázquez pintó un retrato al príncipe Carlos en esa ocasión. El escritor Pérez Reverte en su novela "Capitán Alatriste" se hace eco de este hecho histórico. Carlos I de GB, siguiendo con el maleficio de la casa, terminó sus días ejecutado en GB por revolucionarios. De su muerte se aprovecharía, entre otros, el rey Felipe IV, adquiriendo grandes obras de arte en las subasta pública de las colecciones del rey inglés.
"Sir George Villiers (Duque de Buckinnghan) como Venus y Adonis" (Van Dyck)
"Carlos I de GB" (Van Dyck, 1636-40)
Durante el s.XVIII se amplió la casa con esa forma de L que ahora divisamos desde el exterior. Se cerro con muros y se hizo una entrada monumental lateral en estilo clásico.En esa centuria habita la casa el Marqués de Esquilache, ministro del rey Carlos III. En 1766 este político emprendió una serie de reformas para mejorar la vida en la capital del reino, como alumbrado, obras de saneamiento o conducción de aguas. Pero los madrileños no le reconocerán nunca esos méritos, sino que pasó a la historia por la revuelta popular que se organizó cuando quiso recortar los sombreros de ala ancha y las capas buscando una mayor seguridad en las calles y evitar que hombres embozados cometieran delitos ocultando su identidad y también armas entre tanto ropaje. Se tomó como una medida extranjera contra la tradición madrileña y hubo hordas de ciudadanos que entraron en la casa de las 7 chimeneas y la saquearon, obligando a dimitir al ministro con lo que se conoce como el Motín de Esquilache.
"Retrato del Marqués de Esquilache" (Giuseppe Bonito, sXVIII)
En el s XIX el Banco de Castilla compró la casa y la reformó por completo. Sigue sin tener propietario particular desde Elena, sino siempre vinculada al Estado, la Banca o algún organismo oficial. Durante las obras llevadas a cabo por el Banco se levantó el suelo del sótano para instalación de tuberías. ¡ Cuál sería la sorpresa de los obreros al encontrarse un esqueleto de mujer joven junto a monedas de oro del sXVI ! (suponemos que pertenecía a esa infeliz Elena, la cual nunca llegó a salir de la casa). También fué la sede del Banco de Urquijo en los años 80 y algunos todavía tenemos presentes el vil asesinato de los Marqueses de Urquijo, que permanece aún hoy sin resolver y rodeado de misterio, y que no hace más que afirmar el destino trágico de los inquilinos o propietarios de dicha vivienda. Actualemente es la bonita sede del Ministerio de Cultura
"Fachada de la Casa de las 7 chimeneas y torre lateral de la ampliación con entrada principal"(SIEMA)
"Vista desde el otro lado de la torre"(SIEMA)
Al lado del cuerpo rectangular inicial con las 7 chimeneas y la gran cornisa de ladrillo, donde destaca la sobriedad Austria, hoy en día vemos colocadas unas columnas clásicas a modo de ornamentación. Destaca el gran torreón de la ampliación, con su galería clásica en la ladrillo en la parte superior, la balconada con decoración renacentista en piedra y el gran arco de entrada, de corte clásico, de medio punto con sillares almohadillados.
"Cartela de la Plaza del Rey en una esquina de la misma" (SIEMA)
La Casa de las 7 chimeneas domina la bonita y reformada Plaza del Rey. Con ese nombre se conoce a esta Plaza, pero no antes de 1800, que se llamaba "Plaza del Almirante". En 1808 quisieron rendir honores al nuevo rey, Fernando VII y cambiaron al odiado almirante Godoy por el futuro rey. Es a partir de entonces cuando se la conoce con ese nombre. Por tanto, el azulejo con el rostro de Felipe II no sería el adecuado históricamente, ya que el nombre viene por Fernando VII. Las fachadas de los edificios que dan a la misma han sido remodeladas. Mantienen los zócalos de granito, pero el ladrillo de los muros se ha recubierto de estuco y pintado, lo mismo que las molduras de estuco de ventanales y balcones, lo que le proporciona mucha elegancia. Es una plaza pequeña, pero llena de encanto. Situada a un paso de las bulliciosas calles Barquillo y Alcalá. En el centro presenta una moderna fuente y, en uno de sus lados, la escultura en bronce sobre pedestal, del Teniente Ruíz. Héroe de la libertad, muerto en el asalto al cuartel de Monteleón (Plaza actual del 2 de Mayo) durante la guerra de la Independencia.
"Centro de la Plaza del Rey con la fuente" (SIEMA)
"Escultura del Teniente Ruíz" (SIEMA)
Recomiendo hacer un alto en el camino en el Sifón, situado en la esquina de la plaza. Una bodega con encanto, cuyo interior recuerda a las tiendas de ultramarinos de los años 60. Además de cervezas caseras y estupendos vinos, nos proporcionan bebidas con ese toque del característico sifón de toda la vida. Se puede comer y tapear a buen precio. Tiene estupendas conservas, tablas de quesos madrileños, minikebas y productos gourmets. Nosotros ya hemos tenido nuestro momento de descanso con las visitas de SIEMA ahí. Si quieres tener más información sobre esos programas con posibilidad de inscripción individual echa un ojo a nuestra web www.siema.es después del verano. También puedes seguirnos en facebook como Proyecto Siema. Ahora me despido con unas imágenes de El Sifón.
Maribel Piqueras
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