domingo, 22 de julio de 2018

El Tesoro del Delfín

El Museo del Prado exhibe en una nueva sala el llamado Tesoro del Delfín. Ahora lo podemos contemplar en la sala circular que rodea la cúpula de la rotonda de la parte alta de Goya. Os aclarareis mejor con el plano. Siempre se buscan salas algo escondidas para alojar esta muestra. Lo mismo que cuando se situó en la cámara acorazada de la planta sótano en 1989. Pero ¿cuál es el origen de esta magnífica colección?. Se la debemos a Luís, el Gran Delfín de Francia o heredero al trono francés de Luís XIV. Invertía el sueldo que le daba su padre en adquirir colecciones, como ésta de vasos de lujo, tallados en cristal de roca o piedras duras, sobre los que se añadía guarniciones de oro y plata, con esmaltes y piedras preciosas de gran valor. Los mismos talleres que trabajaban para el rey Sol lo hacían para su hijo. Cuando fallece el Gran Delfín, en 1711, esta herencia pasa a sus tres hijos. En 1715 sale desde París la parte correspondiente a Felipe de Anjou, ya Felipe V. En un primer momento se encargó a Carlier hacer un proyecto para ubicarlas en el Alcázar, pero Felipe V las terminó alojando en el palacio de la Granja en 1724. A España llegaron pocas piezas, 169 de un total de 698, pero las de mejor calidad. Estas piezas del Renacimiento y Barroco tienen un valor artístico incalculable.
Luis XIV, de Rigaud. Abuelo de Felipe V
 (Museo del Prado)

La familia de Felipe V, de Jan Ranc, presente en la
sala del tesoro. Todavían posan en el Alcázar de Madrid.
(Museo del Prado)

Felipe V a caballo, de Jan Ranc, de 1723, donde ya se 
rompe con el retrato cortesano de tipología habsburga
(Museo del Prado)
Palacio de la Granja de San Ildefonso, donde estuvo alojada la 
colección del tesoro del Delfín (Foto SIEMA)

Plano de la planta del Museo del Prado donde se exhibe ahora
la muestra (Foto SIEMA)

Esta colección sufrió muchas idas y venidas y, también, se hicieron diversos inventarios de la misma. En 1734 Juan Antonio Dávila realizó un inventario muy claro (tomado del de 1689 y decubierto sólo en 1998). Al fallecer Felipe V se hizo un nuevo inventario. Se trasladaron a la Casa de las Alhajas hasta 1776. Se las llamaba siempre "Las alhajas del Delfín" antiguamente. En 1776 Carlos III las trasladó al R.Gabinete de Historia Natural. En la corte ilustrada había mucho interés por el estudio de las piedras y sus propiedades. Por ejemplo, la turquesa iba bien para la circulación, el jade para la vesícula y riñones o el lapislázuli para remediar la melancolía. Los franceses saquearon la colección en 1813 y la recuperamos en 1815, pero ya con algunas piezas menos, en concreto 12, y mutiladas (faltando perlas, piedras preciosas o rotas). En 1839 la reina Isabel II las cede al Real Museo de Pinturas (Museo del Prado) a petición de José Madrazo, que era el director del mismo en esa época. Ya en 1867 se exhibían en dos grandes vitrinas en la galería central del museo. En septiembre de 1918 se descubrió que habían desaparecido 13 piezas y desmontado parte de otras. Robo realizado por un funcionario del museo, que fue descubierto. Durante la Guerra Civil se las trasladó a Suiza. En 1944 realizó otro catálogo, que se actualizó en 1989, al ser trasladadas a la cámara acorazada de abajo, donde SIEMA Matritensis ha guiado a numerosos grupos. De las 169 piezas originales se conservan 144 y 124 estuches. Los estuches se exponen ahora junto a la pieza que llevaban dentro. Están hechos de madera, piel, tela y metal, con los símbolos del delfinato y flor de lis. Ahora se ha organizado la muestra de manera más didáctica, aprovechando las nuevas tecnologías y con el apoyo de la Comunidad de Madrid, Iberdrola y Samsung. Hay pantallas interactivas que proporcionan información y un audiovisual que cuenta la historia de la colección.

Nuevas salas donde se expone en Tesoro del Delfín.
Museo del Prado.

Estuche adaptado a la forma del vaso que guarda, ya que son sumamente
frágiles (Museo del Prado)

El novedoso recorrido sería el siguiente. Un gran lienzo anónimo nos presenta al Gran Delfín de Francia y, en seguida, las vitrinas dedicadas al cristal de roca. Contemplamos verdaderas maravillas, además, muy difíciles de tallar por lo frágil que es este material. Cuanto más fino, más difícil de trabajar. La mayoría proceden de talleres milaneses, como la "Fuente con la historia de Hermafrodito y camafeos de los 12 césares"(de Sarrachi). Otra vitrina expone piezas vinculadas a personajes ilustres de la historia, como la "Góndola de tres sierpes aladas" que perteneció al Emperador Rodolfo II o la "fuente de cristal con águila", que pasó de Carlos V de Francia al Emperador Carlos V. También destaca en piedras duras el famoso cofre de Mazarino, que lo había adquirido Luis XIV en su afán de coleccionar piezas que hubieran pertenecido a gente importante. Está lleno de camafeos, donde se representan a personajes ilustres como San Carlos Borromeo o el rey Francisco. 

Vaso con minuciosa talla en cristal de roca con asas de bichas, 
talleres Miseroni
(Foto SIEMA)

Cofre de Mazarino, cuando estaba
 expuesto en la Cámara acorazada
(Foto SIEMA)

En una extensa vitrina se exhiben ahora las piezas de arte clásico, medieval u oriental. Desde la antiguedad se tallaban las piedras duras y la figura en relieve tallada en una piedra dura (camafeo) también se puso de moda ya en época de los romanos. Se seleccionaban las piedras por la belleza de su color y vetas. Tallan lapislázulis, ágatas, jades, turquesas, etc. Luego otro entallador les daba las formas precisas. Las terminaba de decorar el maestro orfebre que engarzaba las ricas guarniciones (sobre oro alternan piedras preciosas, esmaltes o camafeos). Suelen ser talleres familiares. Se ve la evolución en el tiempo de los añadidos, por ejemplo, en la "Copa de sardónice con cabeza de águila": la copa es de talla helenística, del s IV a.C, pero el pié y guarniciones de ágata, rubies y esmeraldas pertenecen a talleres parisinos del sXVII. Lo mismo la "Copa gallonada de sardónice con cabeza de águila" (la copa gallonada sería bizantina y el pié parisino). Podemos contemplar vasos medievales como la jarra cilíndrica. También hay obras procedentes de talleres otómanos, hindúes o japoneses, como la "taza de turquesas y rubíes".  

Luego pasaríamos a ver las obras maestras de talleres milaneses. Milán, que pertenecía  a la corona española en la segunda mitad del s. XVI, desarrolla unas importantes manufacturas que venden a las cortes europeas(siendo muy famosas sus intervenciones en Madrid y en la de Praga), como son las familias Miseroni o Sarrachi, con diseños de Aníbale Fontana. "Copa de las cuatro estaciones" o "Vaso en forma de gallo", ambas de los Sarrachi. "Salero en forma de delfín" de Mettelino. "Vaso de dragón", de los Sarrachi, que seguramente proporcionaba iluminación. Los Miseroni tienen un estilo algo más geométrico en sus diseños, destacando la "Copa de Rodolfo II" o el "Vaso de jade con forma de barco"(cuyo pié de oro se labró más tarde en la corte de Versalles).

Vaso de jade en forma de barco, del taller Miseroni
(Museo del Prado)

Dragón en cristal de roca de los Sarrachi (RTVE)

Muy importante también la vitrina donde se habla de los talleres franceses. Allí añadían unas lujosas guarniciones de oro y piedras preciosas o delicados esmaltes en blanco que se producían en Fontanebleau. Para poder costear los gastos militares, Luís XIV, mandó fundir muchas guarniciones y metales, reduciendo así la colección. Destacan la "Taza de jaspe con una mujer en el pié", la "Taza de jaspe y calcedonia con guirnalda" o la "Copa abarquillada de cupido".

Copa abarquillada de ágata con cupido. La copa viene de Roma o Bizancio y retocaron la talla en Francia en el s XVI. La rica guarnición es parisina del s XVII ( con oro, ágatas, esmeraldas, rubies y diamantes). En la parte superior Cupido con el característica esmalte blanco 
(Foto Absolutemadrid)

Taza gallonada de lapislázuli con dragones y niños. Pié de oro, piedras preciosas y esmalte
(Foto Conocer Madrid)

Otros talleres europeos trabajaron el cristal de roca y las piedras duras, como el de Johann Daniel Mayer en Augsburgo durante el s XVII o el de Hans Kohenhauvpt en Stugart y París. Termina la exposición con la gran vitrina donde se explica la importancia del aparador. Muchas veces son fuentes de lujo y gran calidad que se colocan en aparadores de comedores o banquetes para mostrar la majestad del monarca sin más, es decir, de decoración porque no se usan. Otras ese rico aparador si se utiliza en determinados banquetes. Aquí veríamos la "Bandeja oval de heliotropo" (con perlas y cobre dorado). Los franceses se quedaron con muchas perlas auténticas de sus adornos y otras ricas guarniciones, así que algunas piezas no lucen en todo su esplendor. En vitrinas sueltas podemos contemplar la "Taza de lapislázuli con dragones y niños", "Cofre de Mazarino",el "Barco con pié de tortuga"de Anibale Fontana (1570) o el impresionante "Salero de ónice", que es la última vitrina suelta que cierra la sala. Ya sabéis que nos podéis seguir en facebook, Siema Matritensis, o en Twitter @siemamadencanto y la web www.siema.es 

Vaso de la vitrina de aparador, con engarces de oro, rubies 
y perlas (Museo del Prado)

Salero de Ónice, que es un ágata especial. El pié es de oro 
macizo cincelado con guarnición de piedras preciosas, como rubiés o 
diamantes  (Museo del Prado)

Para combinar con esta joya del Tesoro del Delfín nada mejor que hacer un parón luego en el restaurante Estado Puro, situado en los bajos del Hotel NH, junto a la Plaza de Neptuno. Goza, pues, de maravillosas vistas, tanto en su terraza, como en su vistoso interior decorado con gigantescas peinetas españolas. Disfrutamos con la luminosidad que desprende y la rica carta que ofrecen. Por ejemplo los boquerones rebozados con vinagre, la paella de mariscos, croquetas. Comida tradicional española con el toque de vanguardia y productos de gran calidad que le da Paco Roncero. 

Maribel Piqueras

Fachada del restaurante (Foto SIEMA)

Decoración del techo a base de peinetas (Foto SIEMA)

Barra (Foto SIEMA)

Otro rincón interior (Foto SIEMA)






jueves, 12 de julio de 2018

Instituto Geográfico Nacional: Casa del Mapa (de Iberia a España)

He tenido la agradable sorpresa de descubrir la Casa del Mapa y la magnífica exposición "De Iberia a España" desarrollada en la sala de exposiciones del IGN. El Instituto Geográfico Español es bastante desconocido por los madrileños. Su sede actual está en la calle General Ibáñez Íbero nº 3 (desde 1930). Se había fundado en 1870, dependiente de Fomento, por el ingeniero militar Ibañez Íbero. En unos años de gran desarrollo científico e industrial, con la importancia debida dada a la ingeniería y geografía. Originalmente el edificio donde se alojaba estaba en Jorge Juan nº 8. Unos años después, en 1873, empezó a funcionar como centro independiente. Hoy en día dispone de una completa web www.ign.es  donde aclara la cantidad de servicios que ofrece: vigilancia volcánica, cartoteca, biblioteca, archivo, atlas nacional de España, astronomía, geodesia, geomagnetismo, recursos educativos, tienda, exposiciones, colección de instrumentos o laboratorio de control de calidad.

Instituto Geográfico Nacional, fachada principal 
(Foto SIEMA)

Fachada de la Casa del Mapa (Foto SIEMA)

La Casa del Mapa dispone en sus armarios de miles de mapas, los de color azul están realizados a escala 1-50.000 y los rojos a 1-25.000. En su sala de exposiciones se puede disfrutar, hasta abril del 2019, de la muestra "De Iberia a España". A través de mapas originales y facsímiles o alguna copia conoceremos la imagen que de nuestra tierra han tenido desde la antiguedad hasta 1834. Utilizando para ello los mapas de marineros, de comerciantes o de geógrafos. Nuestra península representaba el límite a lo desconocido, así la veían los antiguos griegos más allá de las columnas de Hércules (estrecho de Gibraltar). De la Hispania Romana destaca el trabajo de Claudio Ptolomeo ( s II), que ya desarrolló unos cálculos científicos. A su visión cartográfica se remitirán en los siglos venideros. Me impresionó que, durante la visita guiada por Marcos, se nos permitiera acceder y tocar los facsímiles. Por ejemplo la copia conservada del realizado por Pietro del Massaio, en 1472, para la Biblioteca Vaticana, donde incluía el mapamundi de la Cosmografía de Claudio Ptolomeo. Impresionante su encuadernación de piel, los pigmentos utilizados en la coloración de sus láminas y el abundante pan de oro. Además, en los mapas de Ptolomeo se siguen manteniendo la división administrativa de Roma para Hispania en tres provincias ( Bética, Lusitania y Tarraconense)

Mapamundi abierto que representa la Cosmografía de Ptolomeo. Facsímil de la 
Biblioteca apostólica romana, realizado por Pietro di Massaio en 1472.
(Foto SIEMA)

Del mismo facsímil, el mapa de España según Ptolomeo. Se aprecia el pan de oro en la fotografía. Ptolomeo le daba esa característica forma trapezoidal, y ya incluía las Canarias, pero situándolas junto a la silueta de España. (Foto SIEMA)

Otra imagen donde se marcan los ríos españoles. Pertenece al mismo facsímil.
(Foto SIEMA)

Durante la Edad Media coexisten mapas de tipo religioso, como los Beatos, con otros más realistas realizados por marineros o comerciantes. La imagen de España y del resto del mundo se hacía siguiendo la tradición bíblica, dando mucha importancia a Jerusalem o a los ríos del paraiso, que solían centrar el resto de las tierras conocidas, dibujadas con contornos imaginarios. Muestra de ellos son los beatos que están expuestos aquí. Junto a ellos se expone una de las cartas naúticas más antiguas donde ya aparecen contornos fiables de la Península española y, en la parte inferior, imágenes simbólicas que representan monumentos o reyes del N de África. Me refiero al Atlas Catalán, de Abraham Cresques, de 1375 en magnífica reproducción facsímil.

Carta naútica del Atlas Catalán, de Abraham Cresques,
1375 (Foto SIEMA)

Durante el Renacimiento, como ya vimos con el facsímil de la Biblioteca Vaticana, se adaptó la cartografía de Ptolomeo, se vuelve a la visión clásica. Añadiendo los grandes descubrimientos e las costas americanas y de África. Se muestran interesantes mapas con la imagen que tenían de la situación de América, muy lejana a la real. Son cartógrafos italianos y flamencos los más adelantados y los que trabajan para la corte española. Como, por ejemplo, Sebastián Munster o Fernando Bartelli en el s. XVI y otros de los que pondré imágenes curiosas, en el s XVII, como Van Keulen o Vicenzo María Coronelli. Del primero se expone la Carta Naútica que comprende la costa entre Málaga y Cádiz (se ve Cádiz como una isla), el estrecho de Gibraltar y el N de Marruecos. Del segundo es un mapa de España coloreado y con dibujos adornando los bordes como el león de la esquina con los escudos de las provincias. En él apreciamos la costa muy detallada.

Carta naútica de la costa entre Málaga y Cádiz, estrello de Gibraltar y algo 
del N de Africa. Van Keulen, 1695.De los últimos de la época Austria (Foto SIEMA)

Mapa de España de Vicenzo María Coronelli, 1691. 
(Foto SIEMA)

La exposición continúa con las innovaciones que trajo la Ilustración y la nueva dinastía de los Borbones, a imitación de Francia. Por ejemplo la creación de una institución científica para lograr un mejor conocimiento del territorio español: Academia de Guardamarinas de Cádiz. Jorge Juan o Antonio de Ulloa formaron parte de expediciones para medir el arco del meridiano. Tomás López y Juan de la Cruz fueron enviados a París con la idea de formarse en el grabado y dibujos de mapas. De Tomás López, los amantes de Madrid, conocen un famoso plano que no está expuesto en esta muestra. La exposición termina con el mapa de la división provincial de España en 1833, que estableció Javier de Burgos, entonces ministro  de Fomento, justo unas décadas antes de inaugurarse el Instituto Geográfico Nacional. Os animo a recorrerla viendo con todo detalle los mapas para conocer algo más de la imagen que se va teniendo de la realidad del territorio español a través de la historia. Para más información www.ing.es. También organizan visitas a las exposiciones, previa cita a mail documentacion@fomento.es

Maribel Piqueras



martes, 26 de junio de 2018

Farmacia de la Reina Madre, la más antigua de Madrid

Hoy me voy a detener en la farmacia más antigua de Madrid, todavía en funcionamiento como farmacia. Me refiero a la Farmacia de la Reina Madre, situada en la c/ Mayor nº 59. Comercio fundado en 1578, es decir, en la época de Felipe II y poco más de una década de que se estableciera la capital en Madrid. Esa fecha pone la placa metálica conmemorativa que el Ayuntamiento colocó en la entrada. En un primer momento estaba situada en la calle Sacramento y ahí se mantuvo hasta su traslado a la calle Mayor en 1914. De ahí que esté ahora en los bajos de un elegante edificio de principios del s XX y, también, cercana a la casa de Calderón de la Barca. Los propietarios mantuvieron todo el mobiliario y estructura de la farmacia antigua, lo que hace que sea una verdadera recreación a los ojos. El farmacéutico que la creó era un alquimista veneciano, con buenas relaciones como boticario con otras casas reales de Europa.

Fachada de la Farmacia de la Reina Madre a la calle
Mayor (Foto SIEMA)

Detalle de la fachada (Foto SIEMA)

El nombre de Antigua Farmacia de la Reina Madre hace referencia a la reina Isabel de Farnesio, segunda mujer de Felipe V. Este primer Borbón les permitió usar el escudo real, tanto para los botes, como en el mostrador de la farmacia. Aunque los reyes tenían su propia botica real, se dice que la reina Isabel se fiaba más de los remedios que le proporcionaban en esta farmacia situada fuera del recinto del Palacio Real nuevo. Siempre temerosa de intrigas o posibles envenenamientos, especialmente durante el reinado de su hijastro, Fernando VI. Se conservan los botes de cerámica de Talavera, en azúl y blanco, con los dibujos del escudo real y el nombre del contenido. Incluso con remedios antiguos tan curiosos como el polvo de momia, utilizado para la gangrena. También encontramos antiguas fórmulas de la época, las cajoneras de madera de entonces e, incluso, máquinas antiguas, como un compresor.

Vitrina con botes antiguos (Foto SIEMA)

Detalle de los botes de cerámica de Talavera con el
escudo real (Foto SIEMA)

Detalle del mostrador antiguo con la flore de lys y otros 
símbolos reales (Foto SIEMA)

En la rebotica siempre fué una farmacia con mucho movimiento. Se organizaban reuniones de literatos, políticos o gente famosa. Tanto en su antiguo lugar de la calle Sacramento, como en el de ahora en la calle Mayor, disponía de pasadizos bajo sus cimientos. Algo que no sorprende en esta zona de Madrid. Todavía hoy en día se puede observar la entrada al pasadizo, cegado después de 5 ms. Los techos de madera con zapatas y vigas de época, la decoración geométrica y vegetal de esas maderas, los azulejos de Ruíz de Luna situados en los zócalos del hall, el mostrador antiguo con el escudo real, todo ello crea un ambiente especial. Eso no quiere decir que los actuales propietarios, joven generación descendiente de José Cid Guerrero (el que la compró en 1931), no estén a la última en medicinas, fórmulas magistrales y demás productos. Así pues sigue siendo un negocio histórico, pero de referencia en la actualidad en ese área del Madrid Austria. 

Maribel Piqueras
Zócalo cerámico de Ruíz de Luna, con ese contraste de colores
con la madera oscura de la farmacia, nos recuerda la fecha 
de la fundación de la misma, 1578. Realizado a comienzos s XX
(Foto SIEMA)

Pilastras con zapatas de madera laterales y arranque de la 
bonita decoración del techo (Foto SIEMA)

Entrada al pasadizo de la farmacia (Foto Foroparalelo)



jueves, 14 de junio de 2018

La Catedral de la Almudena y su museo

La catedral de la Almudena tiene una historia apasionante y, a la vez, bastante desconocida. Durante la restauración de los Borbones se decidió emplazar la que iba a ser nueva catedral de Madrid frente a la Plaza de la Armería del Palacio Real. En aquella época ese punto era una zona muy descuidada: existía un deteriorado cuartel de la guardia  de palacio y unos accesos francamente malos desde la Cuesta de la Vega. Alfonso XII, como homenaje a MªMercedes ya fallecida, decidió dar pasos más concretos. Eligió esos terrenos frente a palacio, situando la entrada principal también frente a la Plaza de la Armería, lo que hizo que la orientación de la planta de la catedral fuese de N-S y no de E-O, como todas las iglesias. Ese dato curioso supone que el altar mayor de la catedral esté situado hacía el S. Compensan colocando la Capilla del Sagrario en el E ya durante el s. XX. El arquitecto Francisco de Cubas recibió el encargo de realizar el proyecto en 1879. Los trabajos de cimentación fueron muy arduos, ya que tenían que ser muy profundos, y comenzaron en 1881, poniéndose la primera piedra en la cripta en 1883. Como el marqués de Cubas falleció en 1889 tuvieron que continuar las obras otros arquitectos discípulos del mismo y, también, Enrique Repullés y Vargas. Esta cripta, de la que hablaremos en otra entrada del blog, se abrió al público en 1911. Yo hoy me quiero dedicar sólo a la catedral que consagró el Papa San Juan Pablo II el 15 de junio de 1993, porque este viernes celebraremos el 25 aniversario de esa consagración. Tiene, por tanto, el privilegio de ser la única catedral española consagrada por un Papa.

Cáliz con el que consagró Juan Pablo II la catedral.
Museo de la Almudena (Foto SIEMA)

Maqueta del proyecto original, neogótico, de Francisco
de Cubas. Museo de la Almudena (Foto SIEMA)

Vista general de la Catedral de la Almudena (Foto SIEMA)

Vista lateral de la fachada de la catedral frente a la 
Plaza de la Armería (Foto SIEMA)

No olvidemos que son los reyes, principalmente, quienes están detrás de la financiación de las obras de la catedral en un primer momento. Hasta la que fuera reina como Isabel II llegó a vender parte de sus joyas para este proyecto. Sobretodo, desde que el Ayuntamiento de Madrid decidiera derribar, en 1868, la iglesia más antigua de Madrid. Ante este hecho se quejó mucho la ciudadanía y también los reyes, especialmente MªMercedes, la primera mujer de Alfonso XII, quien se preocupó por buscar una solución. Al fallecer ésta, el rey pensó en establecer en la cripta un mausoleo para los restos de su mujer y así tener cerca el lugar donde llorar su muerte. Pero sólo pudo ver esta iglesia en obras. Parte de ese sueño del rey Alfonso XII se cumplió con el traslado de los restos de MªMercedes desde el panteón de Infantes en el Monasterio del Escorial hasta la catedral en el año 2000. Hoy su cuerpo reposa bajo los piés de la Virgen, agradeciendo así el impulso inicial dado por esta reina a la construcción de la misma. 

Altar de la Virgen de la Almudena. Bajo el arco debajo del retablo, junto al 
arranque de las escaleras, está el altar y tumba de la reina MªMercedes (Foto SIEMA)


Detalle de la tumba de la reina MªMercedes 
(Foto Esperanza para SIEMA)

Enrique Repullés y Vargas comenzaría las obras de la iglesia alta, pero haciendo modificaciónes del mismo. Las obras se paralizaron en 1936. En 1944 se sacó a concurso y ganaron los arquitectos Fernando Chueca Goitía y Carlos Sidro, quienes adaptaron el proyecto manteniendo el estilo neogótico al interior, pero no al exterior. Éste lo organizaron más de acorde con el estilo neoclásico del vecino Palacio Real. Redujeron dimensiones, volúmenes y torres proyectadas por Cubas. En definitiva, fijándose ahora un proyecto más realista al terreno, la época y los medios económicos que se tenían. Como se ve en la maqueta original de Cubas, no tenía sentido ese edificio majestuoso gótico, con tantas torres, cinco naves y esa minuciosa decoración gótica. Además, existía un problema añadido. El terreno de las terrazas del Manzanares no hubiera podido resistir ese gran peso del primer proyecto La fachada de la catedral fue lo primero que se terminó. Ya estaba finalizada en 1960. Una gran escalera nos conduce a las puertas principales. Todo dentro de un estilo muy clásico y sencillo. Presenta un cuerpo rectangular dividido en dos partes: un pórtico de columnas dóricas de fuste liso, en orden gigante, nos llevan a la entrada. Encima, la terraza con el mismo número de columnas, pero con capitel jónico. En esa terraza se sitúan las cuatro estatuas de los Evangelistas junto a la pared interior. Dos torres campanario flanquean la fachada. Justo en el centro la hornacina de Nra Sra de la Almudena. A ambos lados grandes estatuas de piedra que representan a S.Isidro y Sta. María, su mujer, así como a San Fernando y a Sta. Teresa de Jesús.


Las dos torres que flanquean la fachada principal vistas desde 
la cúpula. El carrillón está en la torre derecha. También se aprecia la cubierta de la nave en el centro (Foto SIEMA)

San Juan Evangelista. Una de las modernas esculturas situadas en la terraza de la 
fachada principal (Foto SIEMA)

Los trabajos se alargaban en el tiempo. Mientras tanto la Colegiata de San Isidro hacía las veces de catedral. En los años 80 del s. XX se creó una Fundación para agilizar las obras y conseguir fondos. El cardenal Suquía le dió gran impulso, pudiendo verla él mismo inaugurada. Las puertas de esta fachada principal se abren sólo en determinadas festividades o celebraciones. Lo normal es acceder al templo por el lateral. Aquí encontramos una puerta principal de dos láminas de bronce talladas por el escultor Sanguino, que representan con todo realismo el día de la consagración de la catedral (aparecen los reyes Dª. Sofía y D. Juan Carlos, el arzobispo Ángel Suquía, el Papa Juan Pablo, enfermos en un primer plano, el clero y autoridades, etc..). En la puerta de la izquierda, la de entrada, representó el momento en que Alfonso VI descubrió la imagen de la Virgen en el muro. Uno se pregunta por qué Madrid, capital de España desde el s XVI, no tuvo catedral hasta el sXX. La respuesta hay que buscarla en la creación de la diócesis de Madrid, que fue al final del s XIX. Mientras tanto dependíamos del arzobispado de Toledo. Cuando se crea finalmente la diócesis, en 1884, por el Papa León XIII, sí tiene sentido disponer en ella de un seminario y de una catedral. Así que, realmente, cuando se inició la catedral de la Almudena por orden de Alfonso XII no se pensaba que fuera a ser catedral, sino una gran iglesia dedicada a la Virgen de la Almudena. Iglesia muy importante por ser la patrona de Madrid.

Fachada neoclasica de acceso por el lateral
(Foto SIEMA)

Puerta central con la representación de la ceremonia de 
inauguración el 15 de junio de 1993 (Foto SIEMA)

Puerta de la izquierda, que representa el momento en que el 
rey Alfonso VI descubre la imagen escondida (Foto SIEMA)

Bula de la creación de la Diócesis de Madrid por León XIII, en 
1884. Museo de la Almudena (Foto SIEMA)

El culto a la Virgen de la Almudena es muy antiguo. Su nombre es de origen árabe, "almudaina", que significan muros de la fortaleza. Una imagen, que no es la actual, sino anterior, dice la tradición que fué escondida dentro da las murallas junto a la Puerta de la Vega, por cristianos de origen visigodo durante la invasión musulmana. Precisamente esta Puerta de la Vega, de construcción árabe, era la entrada más antigua a la ciudad de Madrid. En el s.XI la descubrió Alfonso VI, ayudado por una vidente, picando la parte del muro que ella le señalaba. Es la patrona oficial de la iglesia de Madrid, aunque hay también en nuestra ciudad otras vírgenes muy populares, como La Paloma o la de Atocha. En la capilla altar de Sta. María la Real de la Almudena encontramos una bonita imagen en madera policromada (principios s XVI) de la madre con el niño. Recuerda mucho a las tallas del final del gótico, por la leve inclinación lateral de su cuerpo o el esbozo de sonrisa en ambos. Se nos muestran coronados. El trono es de plata y fue realizado en el s. XVII. El retablo tiene la autoría de Juan de Borgoña (s. XVI). Desde la capilla del Palacio Arzobispal, se trasladó aquí cuando se inauguró la catedral. En él están representadas, con todo detalle, escenas de la vida de Jesús.

Virgen de la Almudena en su trono de plata del s XVII 
(Foto de Esperanza para SIEMA)

Sta María la Real de la Almudena (Foto wikipedia)

Coronas más modernas de la Virgen y el Niño.
Museo de la Almudena (Foto SIEMA)


La planta de la catedral sigue, en líneas generales, la planta de la cripta sobre la que se levanta. Es una cruz latina, con tres naves y amplio crucero, también de tres naves. Cinco capillas se abren en cada uno de los lados y otras cinco en la girola. Al entrar en ella llama la atención la gran luminosidad, conseguida por el blanco de la piedra y por la altura de los arcos que separan las naves. Todo el estilo arquitectónico es neogótico: por eso los altos pilares con finas columnas adosadas, los arcos apuntados, las bóvedas de crucería, la tribuna gótica que recorre los muros laterales o las  altas vidrieras con forma de flor. Como es una catedral del s.XX presenta dos características únicas: casi todas las capillas están dedicadas a santos del sXX, nacidos en Madrid o que hayan desarrollado su labor en Madrid; en la decoración de sus muros se han permitido echar mano de artistas contemporáneos vinculados a la espiritualidad católica y a Madrid (Kiko Arguello, Isabel Guerra, la casa Granda o el padre Marko I. Rupnik), así como reconocidas obras del arte renacentista y barroco.

Bosque de pilares y columnas del interior de la catedral, brazo izquierdo
del crucero (Foto SIEMA)

Muros laterales de la nave principal, con la tribuna gótica
y las vidrieras (Foto SIEMA)

Nave central de la Almudena, donde se ve el contraste de colores
con las pinturas de las bóvedas (Foto SIEMA)

Coro a los piés de la iglesia con el órgano moderno (Foto SIEMA)

Cruce de bóvedas (Foto SIEMA)

El altar mayor se sitúa en la nave principal, elevado. Una gran cruz, muy expresiva, del Cristo de la Buena Muerte (Juan de Mesa, s. XVII) cuelga sobre él. Encima, la corona mistérica y vidrieras de Kiko Arguello (2004). Desde el altar, por el lado por donde entramos irían las siguientes capillas:
  • Capilla de la Virgen del Camino (icono pintado por Kiko Arguello, fundador del movimiento Neocatecumenal, en 1999)
  • Capilla de la madre Maravillas (óleo de Carlos Pérez Herce, 1998)
  • Capilla de la Virgen Milagrosa, con un retablo de talleres Granda
  • Capilla de Sta. Ángela de la Cruz (retablo neobarroco de Guzmán Bejarano, 1993)
  • Capilla de la Inmaculada (pintura de Isabel Guerra, 2003). 
  • A los pies las capillas penitenciales a ambos lados
  • Capilla bautismal, con una escultura de S. Juan Bautista de Robert Mitchel, el mismo que trabajó en la fuente de la Cibeles de Madrid. La pila es la misma en que se bautizó Sta. Soledad Torres Acosta.
  • Capilla de Sta. Josefa del Sagrado Corazón, con retablo de talleres Granda (1997)
  • Capilla de San Pedro Poveda, con sencillos relieves de bronce de Naso González (1997)
  • Capilla de Sta. Soledad Torres Acosta, con esculturas de Juan de Ávalos (1993).
  • Capilla de la Santísima Trinidad, con retablo neogótico de Juan Guraya (1940)
  • Altar de la Sta. María la Real de la Almudena ya comentado. A sus pies vemos el Cristo atado a la columna (Giacomo Colombo, 1698) o Cristo Nazareno de Martínez Montañés (s. XVII)
  • Reliquia con la sangre de Juan Pablo II, que regaló el arzobispo de Cracovia tras la celebración de la JMJ en Madrid con el Papa Benedicto XVI
  • Capilla del Santísimo, decorada con mosaicos de Rupnik, con varias escenas (curación samaritano, milagro de los panes y peces, adoración de los reyes)
Relicario en forma de libro de plata que contiene la ampolla
con la sangre de San Juan Pablo II (Foto SIEMA)


Altar mayor con el Cristo de la Buena Muerte (Foto SIEMA)


Capilla del Santísimo (Foto SIEMA)


Detalle de la Adoración de los Magos en la Capilla
del Santísimo. Mosaicos de Rupnik, en esa mezcla de estilo románico y bizantino
(Foto SIEMA)


Beata MªPilar Izquierdo, de Isabel Guerra, en el muro del crucero
(Foto SIEMA)


En la girola se disponen las capillas más importantes. La capilla central de la misma está dedicada a San Isidro, patrón de Madrid. Único santo antiguo que tiene capilla propia en la catedral. Debajo de las esculturas de San Isidro y Sta María una urna de cristal protege la tumba original medieval donde reposó el cuerpo del santo. Hecha en madera y cuero, va pintada con escenas góticas referentes a la vida y milagros del santo. Su cuerpo no está aquí, sino en la colegiata de San Isidro. Otras capillas serían las de Nuestra Sra de la Vida Mística (de Javier Morales, 1996 y 2012), la de Sta. María Micaela, la Capilla de la Beata  Mariana de Jesús (por José Vázquez Juncal, 1994) o la de San José María Escrivá de Balaguer (Venancio Blanco, 1995). Volviendo de nuevo a salir por la parte del crucero contemplamos, colgado en la pared, un excepcional retablo procedente de Horcajo de la Sierra (Juan González Becerril, s. XVI)

Vista general de la capilla de San Isidro (Foto SIEMA)

Tumba original de San Isidro, realizada en madera y piel 
policromada (Foto SIEMA)

Capilla de San José María, fundador del Opus Dei. En un relieve lateral
aparece este santo rezando ante hornacina de la Almudena (Foto SIEMA)

Detalle del retablo de Horcajo de la Sierra, de González Becerril,
seguidor de Berruguete (Foto SIEMA)

Vista exterior del ábside de la catedral y los muros de la girola, así como de la 
entrada de la cripta y la gran cúpula (Foto SIEMA)

Escribo hoy una entrada más larga, pero creo que la ocasión hace que merezca la pena. Nos vamos a continuación al Museo. Situada su entrada a la derecha de la fachada principal, justo bajo la torre, este museo inaugurado hace años es todavía un gran desconocido. Aporta muchos datos sobre la historia de esta catedral tan moderna, nos ambienta con sus vitrinas y objetos a hacer una inmersión en la misma. Contiene importantes documentos, objetos de la liturgia y ceremonial religioso relacionados con la Almudena, alguna obra de arte importante y las impagables vistas desde su cúpula. Entramos por la gran sacristía decorada con los detallistas y coloristas mosaícos de Rupnik, que también realizó la mesa central de la misma. Enfrenta las paredes con escenas de la creación y, por último, la creación de Adam y Eva, con la otra pared donde está el Bautismo de Cristo y escenas de la salvación.  Pasamos por la antesacristía, donde hay verdaderas joyas artísticas, como el cuadro "Las Lágrimas de San Pedro"(Divino Morales), un bargueño del s. XVII o "La Piedad" de Bayeú. Salas de paso con bonitas lámparas de bronce dorado y cristal (SXIX) nos conducen al ascenso para el Museo y la cúpula. Muchas escaleras, pero también disponen de ascensor, así que no se asusten.

Cartel indicativo del Museo de la Almudena en su entrada
(Foto SIEMA)

Planta original de la cripta, que se corresponde en 
líneas generales, con la de la catedral. Marqués de Cubas. 
Museo de la Almudena(Foto SIEMA)

Vista general de la Sacristía (Foto SIEMA)

Sacristía, detalle mosaico del Bautismo de Cristo
de Rupnik (Foto SIEMA)

Piedad de Bayeú (Foto SIEMA)

Lágrimas de San Pedro, de Morales (Foto SIEMA)

Como ya he comentado, el Museo de la Almudena tiene más un sentido histórico y devocional que artístico. Es importante conocerlo para poder valorar el patrimonio religioso de Madrid. Lo primero que hacemos es situarnos en la creación de esta diócesis en 1884, con la bula del Papa León XIII, la casulla que regaló el Papa para el primer obispo de Madrid (que es una auténtica joya, bordada con hilos de seda, oro y plata) y ponemos caras a los sucesivos obispos que ha tenido la capital, que son poquitos por la creación tan tardía de la diócesis de Madrid. Después se ven expuestos vestidos regalados por las reinas, desde Isabel II hasta MªCristina, para cubrir una imagen, copia de la Almudena (pero de vestir), a tamaño natural. También las coronas usadas por el Niño y la Virgen, o joyas regaladas por las reinas (como, por ejemplo, el anillo de boda de la reina MªMercedes).

Casulla que regaló el Papa León XIII al primer obispo de 
la diócesis de Madrid. Museo Almudena (Foto SIEMA)

Copia de la Virgen de la Almudena con vestidos de 
las reinas. Museo de la Almudena (Foto SIEMA)

Uno de los cuatro trajes de reinas expuestos en 
vitrinas (Foto SIEMA)

Anillo de bodas de la reina MªMercedes. Museo de la 
Almudena (Foto SIEMA)

Obispos de la diócesis de Madrid. Museo Almudena.
(Foto SIEMA)

Corona que se le ponía a la Virgen durante el s.XIX.
Museo Almudena (Foto SIEMA)

Se contemplan varios ostensorios que son una joya de arte, elementos de la Congregación de Sta. María la Real de la Almudena, la salida  a la cúpula y sus espectaculares vistas. La catedral tiene una cúpula doble, se percibe muy bien desde este punto. Es de planta cuadrada y está rematada por linterna y rodeada de muchas esculturas. Se puede pasear sin miedo.

Ostensorio que hubo en la catedral. Museo de la
Almudena (Foto SIEMA)

Vista de la entrada a la calle Mayor desde la cúpula
(Foto SIEMA)

Vista desde la terraza primera (Foto SIEMA)

Vista del Seminario, las Vistillas y San Francisco
(Foto SIEMA)

Se desciende de la cúpula por otras escaleras que nos muestran diferentes maquetas y planos originales de Francisco de Cubas y las salas finales del recorrido. Apreciamos obras de arte como una Inmaculada de Martinez Montañes, una custodia procesional del s. XVIII o el famoso códice de Juan Diácono (primer biógrafo de San Isidro). También se conserva el terno que se utilizó para la ceremonia de acción de gracias por la canonización de San Isidro (1622). En resumen, salimos ambientados un poquito más en la historia de nuestra catedral, que es también historia de Madrid. Agradecemos la ayuda recibida para la realización de este post por parte del Museo y, especialmente,de Fernando Fresneda. 

Maribel Piqueras 
Custodia procesional realizada por Francisco Martínez de Toro y
Pablo Ibañez, entre 1740-42. Museo de la Almudena (Foto SIEMA)

Inmaculada, de Martínez Montañés. Museo 
de la Almudena (Foto SIEMA)

Vista de las cubiertas de la catedral desde el Museo (Foto SIEMA)

Códice original de Juan Diácono, también llamado de San 
Isidro. Museo de la Almudena (Foto SIEMA)

Video que muestra imágenes del códice abierto
(Foto SIEMA)