miércoles, 14 de septiembre de 2022

Mercado de San Miguel

 Hoy me quiero detener en este mercado de hierro único en Madrid, que representa actualmente un mercado gourmet de lo más atractivo. ¿Conocen su historia?. El nombre le viene de la iglesia parroquial de San Miguel de los Octóes, una de las parroquias medievales del Madrid que aparece en el fuero de 1202. Suponemos que sería de estilo mudéjar, sencilla, de ladrillo y con una alta torre, que todavía queda manifiesta en el plano de Texeira. En esa parroquia se bautizó Lope de Vega. Durante el Renacimiento y Barroco la parroquia sufrió muchas transformaciones y adaptaron la decoración interior a los tiempos. Sufrió un devastador incendio en 1790, que llevó a aconsejar a los arquitectos municipales su demolición. José Bonaparte decretó su demolición en noviembre de 1809, buscando abrir espacios en el centro histórico. El solar se convirtió en una plaza pública donde se celebraban mercados al aire libre, además, con la ventaja de estar cerca del área comercial de la Plaza Mayor. En este mercado se vendían productos perecederos en cajas de madera. Tanto Pascual Madoz, como Mesonero Romanos nos mencionan como era ese mercado hacia mitad del s XIX. 

                              Plano de Texeira donde se aprecia la iglesia de San Miguel,  que da a la 
                             calle San Miguel, cerrada en su parte posterior por una pequeña plazuela 
                                             donde se inicia la Cava de San Miguel (SIEMA Matritensis)
                             
Según avanzaba el s XIX se siguieron las teorías higienistas de los arquitectos, médicos y científicos de la época, que buscaba hacer de los mercados lugares más salubres, con puestos donde conservar mejor los alimentos, sitios para facilitar descargar, espacios que no interrumpieran el tráfico rodado por el centro de Madrid, etc. Por tanto se llegó a diseñar un primer proyecto realizado por Joaquín Henri en 1835, del que sólo se llegaron a construir dos portadas delanteras para ocultar las hileras de cajones. El Ayuntamiento procedió en la década de los 70 a construir mercados cubiertos, como Mostenses, Cebada, Chamberí o la Paz. Inspirándose en las estructuras de hierro que se daban ya en otras capitales europeas. Pero el de San Miguel se construyó más tarde, entre 1913-1916, con el arquitecto Alfonso Dubé y Diez.
                         Rótulo que aparece en la fachada con el año de inauguración y el nombre
                         del arquitecto que lo supervisó (Leticia para SIEMA Matritensis)

Vista de la Cava de San Miguel, a la que da una de las 
partes del Mercado (SIEMA Matritensis)

Mercado de la Cebada, fotografía del servicio fotográfico municipal
realizada en 1929 (SIEMA Matritensis)

Como vemos en las imágenes, el cercano mercado de la Cebada, también seguía esas construcciones de hierro de fundición, con arcos y finas columnas. De ese tipo de estilo en Madrid sólo queda hoy el mercado de San Miguel. Se inauguró en dos fases, para no interrumpir el día a día de la venta en dicho mercado. Todavía llama la atención la estructura con esos soportes de hierro de fundición, las cubiertas, los característicos desagües. Quedan muy decorativas esas finas columnas de hierro con capiteles  y la crestería de cerámica sobre el tejado. El acristalamiento es muy posterior. 

Una de las entradas principales al mercado (SIEMA Matritensis)

Vista lateral con la sucesión de las finas columnas de hierro con los curiosos
capiteles vegetales modernistas (SIEMA Matritensis)

Detalle de la crestería de cerámica (SIEMA Matritensis)

En el interior también se mantuvieron las cubiertas de hierro originales, incluso la decoración de columnas de hierro que separaban las líneas de los puestos. Empezó como pequeño mercado y algunos puestos gourmets de productos españoles, pero ha ido derivando a mercado gourmet más abierto (hay productos de otros países, como Italia), donde poder tomarse unas tapas y beber algo. Aunque lo que predomina es el producto español de calidad: quesos, vinos, empanadas, pescados o dulces. 

Sistema de cubiertas con vigas de hierro en la nave central del mercado (SIEMA Matritensis)

Esmerada decoración en las columnas que separan las hileras de puestos. Hierro,
madera y cerámica, son los elementos predominantes (SIEMA Matritensis)

Uno de los puestos que más nos llama la atención es La Hora del Vermut. Está aquí desde que se abrió el mercado y lo llevan dos socios, uno español (José Manuel Santander) y otro austriaco (Hans Redhammer). La Hora del Vermut es el puesto nº 25, pero tienen también el 23 y 24 para completar con encurtidos. Son unos enamorados de esta bebida tan castiza, que lleva años de moda en la capital. Ofrece más de 80 tipos de vermut nacionales y te aconsejan muy bien cuál de ellos probar, bien acompañados de aceitunas rellenas gordales, banderillas, gildas tradicionales o aliñadas. También puedes tomar sangrías de lo más originales. Aquí los puestos no se hacen la competencia. Si hay alquilado un puesto de vinos, ya no puede alquilarse uno para vender el mismo producto. Algo que nos parece muy adecuado. Hemos decidido seleccionar este puesto para la ruta del vermut en Madrid (tabernas históricas y más) que guiaremos en octubre. Estar atentos a nuestras redes, sino recibes habitualmente el mailing mensual. Twitter o Instagram @siemamadencanto  o Facebook siema matritensis o agenda de www.siema.es . Agradezco desde aquí la atención recibida por Hans y sus explicaciones sobre los orígenes de su negocio y los vermuts. Aquí os dejo más imágenes de su puesto. No tenéis más que daros una vuelta para saborear todas esas propuestas, eso sí, con una buena tapa primero.

Maribel Piqueras
                          La Hora del Vermut en el mercado de San Miguel (Leticia para SIEMA Matritensis)

La autora con Hans y Leticia brindando por el comienzo del curso
(SIEMA Matritensis)

Vista general de los tres locales (SIEMA Matritensis)

Listado de precios y oferta en general (SIEMA Matritensis)

Algunas de las aceitunas ara acompañar al vermut (SIEMA Matritensis)

Originales sangrías que podemos degustar aquí (SIEMA Matritensis)














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