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jueves, 20 de julio de 2023

Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares

 El Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares era el centro de la Alcalá medieval y todavía hoy quedan restos que nos hablan de lo que fue este imponente conjunto, tan importante para la historia de España. Se levantó en el s XIII como palacio-fortaleza de los arzobispos de Toledo, con sus murallas y torreones alrededor, aparte de gran espacio para huertas y árboles frutales. La historia como señorío arzobispal de Alcalá se remonta a la conquista por el obispo Bernardo contra los árabes. Después, en 1129, Alfonso VII y Dº Berenguela hicieron solemne donación a la iglesia de Toledo de Alcalá, pasando a ser administrativamente señorío eclesiástico esta zona de Alcalá. Ese palacio fortaleza lo empezó a construir el obispo Jiménez de Rada a comienzos del s XIII, en estilo mudéjar. Quedan muchos vestigios de ese pasado medieval, como el llamado Torreón Tenorio (s XIV). Este arzobispo reforzó las murallas que salían desde la llamada "Puerta de Madrid", por donde se entraba a la ciudad viniendo desde Madrid hasta el Torreón Tenorio. Por eso se pueden ver todavía escudos heráldicos, ventanas con matacanes o saeteras estrechas para la defensa. Esta residencia de los obispos fue sede también de los monarcas o la corte cuando venía a Alcalá de Henares. Se utilizó como residencia de reyes, celebración de cortes o otros eventos de la corte, aparte de tener lugar en el mismo importantes concilios. 

                         Torreón Tenorio, con ese estilo medieval s XIV característico (SIEMA Matritensis)

Restos de otra torre del s XIV de la época de Tenorio (SIEMA Matritensis)

Puerta del Albacar del s XIV, también de la época del arzobispo Tenorio. Nótese los elementos medievales de arquitectura defensiva y la puerta de arco gótico apuntado. Para la muralla se utilizó ladrillo y mampostería (SIEMA Matritensis)

Murallas del palacio arzobispal y, al fondo, la puerta de Madrid, ya moderna (SIEMA Matritensis)

Otra visión de la muralla de s XIV que rodeaba el conjunto del palacio arzobispal
(SIEMA Matritensis)

Para la historia de Castilla resulta una pieza clave. Aquí murió el rey Juan I de Castilla. Isabel la Católica, habiendo salido muy embarazada ya desde el campamento general en Córdoba, llegaba a la ciudad de Alcalá acompañada de una larga comitiva y sus hijos Juan, Isabel, Juana y María, el 24 de octubre de 1485. Pasó cuatro meses alojada en el palacio arzobispal. Aquí mismo nació su hija Catalina la noche entre el 15-16 diciembre de 1485. La reina Isabel se entrevistó con Colón el 20 de enero de 1486 y se conocieron ambos por primera vez en esta ciudad. Por eso se hizo una escultura sedente de bronce en homenaje a Isabel la Católica junto a los muros de este palacio arzobispal y otra escultura de Catalina de Aragón, realizada también en bronce por el artista Manuel González Muñoz, en el 2007. Como he comentado, Catalina de Aragón es alcalaína y fue bautizada aquí por el cardenal Mendoza, en lo que era la antigua colegiata de San Justo. También nació aquí Fernando, en 1503, hijo de Juana y Felipe el Hermoso (una placa en las murallas lo recuerda). Hermano de Carlos V, a quien dejaría la parte del Imperio Austria. Fernando fue bautizado en la cercana Magistral por el cardenal Cisneros.

Medieval Torre de la Fuente y estatua sedente de Isabel la Católica (SIEMA Matritensis)

Fina y romántica estatua de Catalina de Aragón (SIEMA Matritensis)

Antesala del Salón de Concilios con la minuciosa decoración mudéjar
 (Foto de Constantin Udhe en 1888)

Salón de Concilios con sus ricos artesonados y decoración mudéjar
(Foto Constantin Udhe 1888)

Entrada principal de la Magistral, donde Cisneros bautizó a Fernando, hijo de Juana de Austria, nacido en el palacio arzobispal ( SIEMA Matritensis)

Covarrubias fue el arquitecto que realizó reformas en el palacio, sobre todo en la fachada principal, dándole un aire más renacentista plateresco, con un ritmo a base de ventanales con inscripciones y medallones renacentistas, sólo roto por el gran escudo del infante D. Luis de Borbón, hermano de Carlos III, que ostentó el título de Cardenal de Toledo en 1738, y su escudo sustituyó al anterior de Carlos V. A derecha e izquierda vemos los escudos de cinco estrellas del cardenal Fonseca. Toda la fachada el arquitecto Covarrubias la remató con una galería de arcos. En este palacio arzobispal tuvo lugar la caída por una escalera del príncipe Carlos, hijo de Felipe II, cuando estudiaba en Alcalá. Le dieron pocas esperanzas de vida y mandaron llevar a su cama el cuerpo de San Diego de Alcalá, a quien le debemos el milagro de su sorprendente curación

Inmenso escudo del cardenal infante Don Luis de Borbón en la fachada principal 
(SIEMA Matritensis)

Esquina del palacio arzobispal con el torreón Tenorio y la reconstrucción de los remates mudéjares
con ladrillo de la zona de los salones (SIEMA Matritensis)

Fachada plateresca de Covarrubias del Palacio Arzobispal (SIEMA Matritensis)

Durante el s XIX empezó un gran deterioro del rico palacio arzobispal con tanta historia tras de sí. Se usó como cuartel por las tropas napoleónicas, después sufrió la desamortización y su uso como cuartel otra vez. De 1858 a 1939 se ubicó en el mismo la sede del Archivo General Central del Estado. Un incendio, el 11 de agosto de 1939, aún no esclarecido, terminó de destruir los artesonados de madera de las salas históricas y toda la galería de Covarrubias, así como todas las salas que ocupaba dicho archivo, perdiéndose incontables documentos y patrimonio artístico. Sólo se mantuvieron en pie las fachadas situadas al E y Norte del palacio, perdiéndose la decoración mudéjar de las salas, el mobiliario, las techumbres y otras dependencias. Se restauró parte de esas fachadas y, lo que quedó de la escalera plateresca de Covarrubias se expone en el claustro de la Magistral. Desde 1991 es la sede del nuevo obispado de Alcalá de Henares y se está restaurando poco a poco lo que se puede de ese gran conjunto medieval. La zona de la llamada Huerta del Obispo se usa como espacio cultural al aire libre para cine de verano o conciertos (como el famoso que dió Bob Dylan). Recorrer esas murallas y restos del palacio nos sumergen en la importancia histórica de Alcalá. Con esta entrada me despido hasta después del verano. Ya sabéis que podéis seguir nuestra actividad cultural de difusión de patrimonio de Madrid con el blog, visitas guiadas o conferencias en la agenda de www.siema.es , Twitter e Instagram @siemamadencanto o Facebook Siema Matritensis. Os recordamos que este patrimonio de Alcalá de Henares también lo tocamos en el Libro Madrid con Encanto (Ed La Librería). Merece la pena tenerlo. Con estas últimas imágenes me despido. ¡ Felices vacaciones! 

Maribel Piqueras 

Escalera de Covarrubias (Foto Constantin Udhe 1888)

Restos de la escalera de Covarrubias conservados en la Magistral (SIEMA Matritensis)

Restos escalera de Covarrubias y detalle de la decoración renacentista en sus sillares 
(SIEMA Matritensis)

Unión de las fachadas E y N que se mantuvieron en pie tras el incendio. Contrasta la más antigua con la sede las salas de concilios, el torreón ochavado, etc en ladrillo y estilo mudéjar con elementos góticos isabelinos, con la renacentista de Covarrubias en piedra (SIEMA Matritensis)

Recreación del desaparecido palacio arzobispal (Alcalá Turismo)

Ruinas actuales del conjunto del antiguo palacio arzobispal (SIEMA Matritensis)
















jueves, 6 de julio de 2023

Castillo de la Coracera en San Martín de Valdeiglesias

 El castillo de la Coracera, en San Martín de Valdeiglesias, se remonta al s XV y todavía conserva la mayor parte de la arquitectura de esa centuria. Lo mandó construir Álvaro de Luna, Condestable de Castilla bajo el reinado de Juan II. En 1434 consiguió de los monjes del cercano Monasterio Cisterciense de Santa María, que ya vimos su importancia en otra entrada http://madridconencanto-siema.blogspot.com/2023/03/monasterio-de-santa-maria-la-real-de.html , que le vendieran el señorío de San Martín de Valdeiglesias. El propio rey autorizó también esa compra. Por tanto, localizó la colina más alta desde donde dominaba el valle del Alberche y mirando también hacia la sierra, en dirección a Ávila, situó la fortaleza símbolo de su dominio en la zona. Atravesando un foso y puente levadizo, te adentrabas en el castillo que constaba de varias líneas defensivas. 

                    Dibujo donde se aprecia el exterior del castillo, con el foso, defensas, muros,
                             torres, patio de armas y torre del homenaje (SIEMA Matritensis)

Foso y puente levadizo que era la tercera línea defensiva para poder entrar en el castillo. 
Se ven las torres defensivas de la entrada y la torre del homenaje (SIEMA Matritensis)

Detalles de las torres defensivas de la entrada, que permitían un acceso lateral al
interior del castillo, por seguridad (SIEMA Matritensis)

Otra de las puertas de entrada sobre el foso desde el exterior (SIEMA Matritensis)


Una vez que pasas al interior del castillo por un punto lateral del mismo encontramos la liza, o paseo intermedio entre ambos muros defensivos. También se perciben las troneras o huecos abocinados abiertos en el muro que permitían disparar los cañones de defensa desde el interior del castillo. Como se puede apreciar en el dibujo y fotografías, el muro exterior es más bajo y estrecho que el muro del patio de armas, aunque también presenta troneras y adarve. El castillo tiene tres cubos, o torres defensivas circulares en las esquinas del patio de armas central. Se cubrían con cadalsos o estructuras de madera para proteger el nivel más alto y permitir a los soldados colocarse allí y vigilar. A la torre de homenaje
se accedía desde el patio de armas, por seguridad, y estaba muy vigilada. Mucho más alta, robusta que las demás y, de base amplia cuadrada, con pequeñas torres circulares defensivas adosadas en las esquinas. En la parte de abajo se situaban las bodegas, almacenes, cuerpo de guardia. Más arriba, el salón y los dormitorios. 

Vista desde el muro exterior de la torre del homenaje y torre defensiva a la 
derecha  (SIEMA Matritensis)

Entrada a la torre del homenaje a los piés, desde el patio de armas (SIEMA Matritensis)

Sala sobre las bodegas de la torre del homenaje (SIEMA Matritensis)

Fuertes muros en la torre del homenaje (SIEMA Matritensis)

Interior del salón de la torre del homenaje, con los característicos bancos 
de piedra adosados a los muros junto a la luz de las ventanas. 
Se aprecia el grosor de 3ms de los mismos (SIEMA Matritensis)

Huecos para fuegos en el comedor del salón en la torre del homenaje (SIEMA Matritensis)

Dibujo de la recreación del salón de recepciones y comedor en la torre del homenaje
(SIEMA Matritensis)

Interior de la torre del homenaje en la actualidad (SIEMA Matritensis)


Junto al gran patio de armas vemos la capilla y las dependencias para el capellán de la misma. Esta última es una amplia estancia de dos alturas, que utilizan como sala para ver un interesante video sobre la figura de Álvaro de Luna y el castillo. La decoración en piedra que encontramos es típica del s XV. Entre el alfiz de la entrada vemos arcos mixtilíneos y el escudo. La pequeña capilla está toda ella cubierta por bóveda de crucería gótica isabelina. 


Vista del patio de armas (SIEMA Matritensis)

Capilla y casa del capellán, con entrada directa al patio de armas (SIEMA Matritensis)

Detalles de los relieves con arcos mixtilíneos y escudos sobre la casa del capellán
(SIEMA Matritensis)

Holograma de Álvaro de Luna sobre los muros de la casa del capellán (SIEMA Matritensis)

Capilla, cubierta con bóvedas de crucería góticas (SIEMA Matritensis)

Desde lo alto de la torre del homenaje se pueden disfrutar de unas maravillosas vistas de San Martín, por uno de los lados y, justo de frente a la salida de la puerta, los cerros que contienen mucha historia. A la derecha de los montes, a 11km de San Martín, se localiza El Tiemblo (Ávila) y, a la izquierda, el monasterio de Guisando. Los orígenes del monasterio se remontan a la fundación en 1375 de una comunidad bajo la orden de San Jerónimo, formada primeramente por cuatro monjes italianos que se instalaron en una cueva en esos cerros. Una dama de la corte, Juana Fernández, les donó propiedades en dicha zona para construir un monasterio. Se incendió y fue reconstruido en tiempos del rey Felipe II y posteriormente. Reyes y personajes ilustres gustaban de recogerse en el mismo, especialmente en los s XV y XVI. El tratado de Guisando sucedió tras la muerte de Alfonso, hermano de Isabel, con el que ella se había unido en 1465 en una revuelta nobiliaria contra su hermanastro Enrique. Acordaron en Guisando que Enrique continuaría siendo rey, pero Isabel sería nombrada heredera a la corona de Castilla, dejando a un lado a Juana la Beltraneja. Al casarse Isabel con un consorte no acordado, empezó una guerra por el trono castellano, acusando Enrique a Isabel de no cumplir lo acordado en Guisando.

Vistas desde la torre del homenaje hacia San Martín, al fondo 
la iglesia de la Asunción (SIEMA Matritensis)

Vista de la torre del homenaje desde el adarve o camino de ronda (SIEMA Matritensis)

Otra vista desde la torre del homenaje: cerro de Guisando  (1310 ms)

El castillo de la Coracera ha pasado por diferentes usos y propietarios. Durante la Guerra de la Independencia fue ocupado por las tropas napoleónicas, en la Guerra Civil alojó a la legión Condor. Después lo usaron varios propietarios privados, con caballos y uso agrícola también. Hasta que en el 2003 se creó una Fundación por parte del Fernando Cornejo y el Ayuntamiento de San Martín. Hoy en día tiene un uso turístico y cultural. Está muy bien explicada su historia con paneles. Sólo mejoraría las tablas de madera que hay en la terraza de la torre del homenaje, requieren bastante mantenimiento que no se está haciendo. Para más información mirar la web www.castillodelacoracera.com. Pero San Martín presenta también otros lugares de interés, como sus capillas, iglesia de la Asunción, bodegas o alguna antigua hacienda. Algo de todo eso comentaré aquí por si fuera de interés en vuestra visita. Muy interesante la pequeña construcción rectangular del s XV, conocida como Ermita del Ecce Homo, con cornisa de ladrillo y cubiertas de teja árabe, que presenta unas ventanas medievales de doble arcada gótica del s XV, así como las bolas en la cornisa, un adorno típico de tiempos de los RRCC. Hasta el s XVII se uso con la advocación de ermita de Judas Tadeo. Ahora aloja imágenes procesionales de semana santa y se suele abrir el domingo de ramos. 

                                Lateral de la Ermita del Ecce Homo, s XV ( SIEMA Matritensis)


Y como no olvidar el buen vino, con denominación de origen de Madrid, de esta localidad. Visitar y probar el vino de las bodegas las Moradas, o comer en una antigua hacienda, así como las bodegas de Álvaro de Luna, creadas en 1960 y orgullosas de hacer un vino como se hacía en el siglo de oro en su cooperativa. En la antigua hacienda la Coracera, hoy restaurante 7 capillas, se está y se come de maravilla. Sobre una antigua hacienda del s XIX, han sabido mantener el edificio original de dos alturas: techo de vigas antiguas de madera, portalón de granito, cornisa de ladrillo y techumbre de teja árabe, antigua bodega en la parte inferior, etc. Un buen itinerario para estos días de relax. Como siempre recordar nuestra actividad cultural, que sólo publicitamos las visitas guiadas que no son de empresa ni grupos privados, sino aquellas que os podéis apuntar libremente y comenzaremos ya a fines de septiembre en agenda www.siema.es; twitter o instagram @siemamadencanto o facebook Siema Matritensis. 

Maribel Piqueras

Buen vino de la zona, las Moradas (SIEMA Matritensis)

Antigua Hacienda la Coracera (SIEMA Matritensis)

Hacienda la Coracera, prensa antigua (SIEMA Matritensis)


Tinajas antiguas en lo que fue la bodega de la hacienda (SIEMA Matritensis)

Antigua techumbre de vigas de madera de la hacienda (SIEMA Matritensis)

Bodega cooperativa de Álvaro de Luna (SIEMA Matritensis)

Bodegas Álvaro de Luna (SIEMA Matritensis)