Estos días se puede visitar en Madrid la gran restrospectiva del pintor Ingres en el Museo del Prado. Es la primera vez que en España se organiza una muestra sobre este gran artista y, creemos, que merece la pena hacer un alto en estas Navidades para visitarla. La exposición está montada siguiendo un orden cronológico de su obra. Jean-Auguste Dominique Ingres nació en 1780 en la localidad de Montauban, en el Midi francés, y morirá en 1867 en París. En su larga vida vió cómo Francia pasaba del Antiguo Régimen a los cambios de las sociedades modernas. Vivió de joven la Revolución francesa y se formó en sus principios. Trabajó para el Imperio Napoleónico. Contempló las revoluciones liberales de 1830 y 1848 en Francia y las restauraciones de la monarquía en aquel país. También vivió la época del desarrollo industrial y el gobierno de Napoleón III con los gustos españoles que aportó la Emperatriz Mª Eugenia de Montijo. Una larga vida donde ver muchos cambios que, además, no le gustaban mucho. Haremos un recorrido por lo más emblemático de cada una de las salas:
SALA I. UN ARTISTA Y MÚLTIPLES FORMACIONES
Ingres recibió en su propio hogar la primera formación, de manos de su padre, pintor que le enseñó a dibujar y que le regaló numerosos grabados de artistas clásicos. Desde siempre el preferido por Ingrés era el pintor Rafael. Cuando Ingres contaba sólo 10 años de edad ya pintaba y dibujaba de maravilla. Su padre le matriculó en la Academia de Tolouse (1791-96) y a la vez seguía estudios musicales de violín, participando en varias orquestas. 1797 será un año clave, pues pasa a formarse con David en el taller que éste tenía en París. David era un pintor neoclásico y muy vinculado a la política del momento en Francia. En el arte se vuelve la mirada al mundo clásico, Grecia y Roma, para expresar contenidos heroicos y los valores de la Revolución. Se busca el racionalismo y las formas puras clásicas.
"Torso masculino" (1799, Montauban, Museo Ingres)
"Torso masculino" es la obra más antigua de Ingres que han traido, representa sus habilidades para el concurso de torsos que se hacía en la Academia. En esa época ya estaba de moda pintar desnudos al natural, que no tenían por qué ser bellezas ideales, sino personas altas, bajas, gordas, flacas, jóvenes o ancianas, de todo tipo. Ingres es perfecto con el trazo, con el dibujo. Suele darles ciertas sinuosidades, como la curvatura praxiteliana y sus modelos siempre están con cierto giro. También dibuja con todo detalle todas las partes del puerto, incluso los dedos de los piés.
"Aquiles recibe a los embajadores de Agamenón" (1801. Escuela de Bellas Artes de París)
Ingres considera el manejo del dibujo como la parte más importante en la formación de todo artista. El dibujo para él representa 3/4 partes del resultado final de la obra. Con sólo el dibujo considera que se pueden representar casi todos los aspectos del objeto: sus formas, sombras, expresión y composición. El color es lo último y serán tonalidades muy suaves.Con la obra de "Aquiles recibe a los embajadores de Agamenón" ganó el famoso Gran Prix en 1801. Se basa en una escena del libro IX de la Iliada, de Homero, su autor preferido. Contrastan los embajadores fornidos de la derecha con las figuras sinuosas de Aquiles y Patrocio en su tienda. El dibujo es magistral. Por circunstancias políticas no pudo disfrutar de la beca e ir a Roma hasta 1806.
II Y III. RETRATOS ÍNTIMOS Y PRIMEROS RETRATOS OFICIALES.
Ingres siempre quiso ser reconocido como un gran pintor de historia o de grandes hechos épicos, pero como la beca no llegaba empezó a aceptar retratos, un género que no le gustaba nada. En estos primeros retratos hay amigos suyos como Francois-Marius Granet, pintor que vivió mucho tiempo en Italia dibujando monumentos de Roma. Por eso el retrato de su amigo sobresale con naturalidad del fondo, que parece un decorado de Piero de la Fancesca. O retratos encargados por las personalidades del momento, como el de la señora Riviere, que era mujer de un alto dignatario francés y a través del cual se puede estudiar la moda de la época del Imperio que inició Josefina Bonaparte. O el funcionario italo-francés Jacques Marquet , el músico Paganini o los de Napoleón. El de Napoleón Bonaparte como Primer Cónsul se lo encargaron como homenaje a la ayuda que prestó Napoleón en la reconstrucción de Lieja, ciudad que habían destruído las tropas austriacas. Es de perfecto dibujo, calidades flamencas y gran colorido en verdes y rojos
"Francois-Marius Granet"( 1807. Museo Granet en Aix-Provence. Foto Artehistoria)
"Napoleón Bonaparte Primer Cónsul" (1804. Lieja, Museo de Bellas Artes)
"La señora Riviere" (1805. Louvre. Foto Hª delamodaylostejidos.blogspot)
"Napoleón I en su trono imperial" (1806. Louvre, depósito en el Museé de lÁrmée)
El retrato de Napoleón lo realizó a título personal y recibió muchas críticas, ya que en una época donde se llevaban los héroes clásicos, es totalmente goticista. Sentado como emperador bizantino, con unas calidades y plegados flamencos que recuerdan a Van Eyck. Es realmente un dibujo fotográfico, se palpa el terciopelo, las pieles, los dorados, las sedas, lleva en sus brazos la mano de Carlomagno y el báculo del Emperador Carlos V.
IV. ROMA Y LOS MITOS
Ingres conocía las teorías de Winckelman, el gran teórico del Neoclasicismo, que defendía el ideal de belleza y proporciones clásicas, la forma general frente a la particular y lo decorativo del Barroco. Por fin llega a Roma en 1806 y alargará su estancia en Italia hasta 1824, año en que regresó a París y, como David fue desterrado por razones de sus vínculos políticos, Ingres ocupó su puesto como gran maestro neoclásico en la Academia. Ingres vivió esos años en Roma y, también en Florencia, desde 1820, donde la clientela no era el funcionariado del gobierno francés, sino nobles con un arte de gustos más refinados. Volverá a Italia para dirigir la Academia francesa en Roma desde 1835 a 1841. Ese clasicismo se percibe en su gran lienzo "Sueño de Ossian" que se lo encargó Napoleón para decorar el palacio del Quirinal. Se basa en las poesías épicas del bardo Ossian que tanto gustaban al emperador Napoleón. Aparece Ossian con su lira soñando y sobre su cabeza una serie de personajes clásicos desdibujados. También la obra de "Antioco y Estratónice" es puro dibujo clásico con aguada de colores.
"Sueño de Ossian" (1813. Montauban, Museo Ingres. Foto harteconhache)
V. DESAFÍO CLÁSICO
Esta es la última sala donde contemplamos obras del Ingres clásico que lee autores como Virgilio u Homero. Pensaba que los clásicos reflejaban las ansias de eternidad y de verdad. Los griegos pintaban lo que veían, dibujaban la naturaleza tal como era, representaban la verdad, o sea la belleza. Estas eran las ideas de nuestro protagonista. Escribió mucho a sus alumnos, y muchas notas, como "soy un conservador de buenas doctrinas, no un innovador" o " siempre es bello lo que es verdadero". Pensaba que Delacroix y los románticos desvirtuaban el dibujo y, por tanto, la verdad y la belleza. Mientras que Rafael representaba el summum del arte. Rafael para él no sólo era un artista joven y bello, sino que su dibujo, sus rostros bondadosos, su serenidad era pura belleza. En esta sala nos reciben con dibujos preparatorios para la "Apoteosis de Homero"( 1827) que decora los techos del Louvre, que es todo un homenaje a Homero como un dios, coronado con laureles, y centro absoluto de toda la composición. También la gran obra de "Virgilio lee La Eneida ante Augusto, Octavio y Lidia" (1819. Bruselas,Museo de Bellas Artes)
VI. TROUBADOUR
Cuesta pensar que es el mismo Ingres el de estos pequeños cuadros de historia o romances ambientados en las cortes renacentistas y con un dibujo mucho más refinado y decorativo. Como el "Rafael y la fornarina", encantador cuadro que representa al pintor con su amante, que acaba de posar. O el de "Paolo y Francesca", también de exquisito dibujo al que acompañan finos y armoniosos colores. Se basaba en la historia de la joven Francesca, hija del gobernador de Rávena, que la obligaron a casarse con un señor mayor, Gianciotto Malattesta. Con la mala fortuna que éste tenía un hermano más joven, trovador, que le contaba romances de amor a Francesca y que se acabó enamorando de ella. Descubiertos por Gianciotto, éste les mató a los dos.
"Rafael y la fornarina" (1840. Columbus. Art Museum de Ohio)
"Paolo y Francesca" (1819. Angers, Museo de Bellas Artes de Legs)
VI. INGRES Y EL XIV DUQUE DE ALBA
Cuando falleció la famosa XIII Duquesa de Alba, Cayetana, sin descendencia en 1802, el ducado pasó a su primo Carlos Miguel Stuart y Silva. Es entonces cuando los Stuart ingleses y los Berwick se enlazan con la casa de Alba. El XIV Duque de Alba entabló una gran amistad con Ingres en Roma y le hizo numerosos encargos. Además, Carlos era un gran intelectual y amante del arte, que engrandeció el patrimonio de los Alba con escultura clásica, arqueología, pintura italiana ( como "La Virgen de la granada" de Fra Angélico) o grabados de Durero. También patrocinó a pintores españoles que residían en Roma. Ingrés pintó para él la obra "Felipe V impone el toisón de oro al Duque de Berwick" (1818. Casa de Alba), pero aquí vemos una de las muchas copias que Ingres hizo del original, y que no varía nunca la escena primera.Es decir un estudio de 1864 en grafito y aguada de colores que viene del Peti Palais de París.
"Felipe V impone el toisón de oro al Duque de Berwick" (1818. Casa de Alba)
VII. MUJERES CAUTIVAS
Ingres trabajó el tema del desnudo como ningún artista de su época, adelantándose al desnudo moderno. Mientras que sus desnudos masculinos siguen el modelo de héroe neoclásico tomado de David, los femeninos son de formas redondeadas, con cierto sfumato en los contornos y derrochan sensualidad. También suele colocar a las figuras con muchos detalles de exotismo oriental, como la "Gran Odalisca" e, incluso, deformar sus cuerpos, en este caso alargando las vértebras de la espalda.
"La gran odalisca" (1814. Louvre)
Foto misgrandesobrasdearte-blogspot
VIII. NUEVOS RETRATOS
Tras su regreso de Italia adquirió renombre como retratista de políticos, aristocracia y alta burguesía. En sus retratos masculinos suele poner fondos neutros o con poca profundidad ( parecen decorados) y centrarse en el personaje con sobriedad. En sus retratos femeninos cada vez se vuelve más realista y detallista, con una expresión en el rostro que nos acerca a los románticos. El del periodista Louis-Francois Bertín es espectacular. Con una naturalidad en el gesto, los pelos despeinados, las manos con impaciencia.
"El Duque de Orleans" (1844. Versalles. Foto wikipedia)
"Louis-Francois Bertín" (1832. Louvre. Foto wikipedia)
IX. PINTURA RELIGIOSA
Ingrés recurre a la pintura histórica de carácter épico para sus composiciones religiosas, como la de Juana de Arco. Pero también realizó pequeñas composiciones devotas de la Virgen que le trajeron gran cantidad de clientes. Tiene frases como " Para plasmar lo bello no veáis más que lo sublime, no miréis ni a la derecha, ni a la izquierda, y mucho menos hacia abajo. Levantar la cabeza hacia el cielo en vez de encorvarla hacia la tierra, como los puercos hozan en el barro. No estudiéis lo bello mas que de rodillas"...o estas otras: "A menudo advertí también y a menudo he admirado en las iglesias, los sentimientos de afección y de amor que animan los semblantes de las personas piadosas(...) Confieso que envidio su estado. En el fondo de mi alma maldigo esa filosofía que, con toda su frialdad y sus triunfos insípidos, nos asume en una especie de apatía estoica y suprime en nosotros las más dulces emociones"
"Juana de Arco en la coronación de Carlos VII" ( 1854. Louvre)
"La Virgen adorando la Sagrada Forma" (1854. Louvre. Foto Firmamento cultural)
X. SUNTUOSA DESNUDEZ
Sus formas femeninas redondeadas, monumentales, fragmentadas inspiraron a artistas como Picasso. En "El baño turco", obra que tardó más de 10 años en terminar y donde ya tenía 82 años, nos ambienta en un baño turco descrito según la mujer del embajador francés en Turquía, ya que los hombres tenían prohibida su entrada. En la mujer luminosa en el primer plano repite modelos que recuerdan las caras de Rafael, la mujer de la derecha parece como con tres brazos. Sintetiza las formas.
"El baño turco" (1862. Louvre)
XI. ÚLTIMOS RETRATOS
En esta última sala comprobamos como el retrato más pomposo y neoclásico de sus inicios deriva en unos retratos más naturales y realistas, con gestos o actitudes que nos acercan al romanticismo. Además, muestra un interés en todo tipo de detalles de la moda femenina: recogidos de pelo, joyas como broches, pulseras, anillos, maquillaje, encajes, diferentes tipos de tejidos u abanicos. Termina el recorrido con un "Autorretrato a la edad de 78 años" (1858. Florencia, Galería Uffizzi), realizado por encargo de esta galería al embajador francés para que se lo comentara a Ingres. Nos despide con gran autoridad. Hasta el 27 de marzo se puede visitar la muestra en el Museo del Prado. ¡Merece la pena!. A modo de anécdota comentaré que los estudiantes de Bellas Artes que hemos llevado salen completamente admirados de la calidad de su dibujo. Desde SIEMA Matritensis completamos ya todas las visitas programadas. A partir de ahora solo realizaremos a petición y si son pocas personas, menos de 5. ¡ Que lo disfruten!
Maribel Piqueras
"La señora Moitessier" (1851. Washington National Gallery)
"La Condesa de Haussonville" (1841. Frick collection de N.York)